Partida Rol por web

Asiento a lo que me dice Morgai.

-Lo de sobrevivir a los disparos de cañón me parece que es la opción más inteligente, sí.- Comento con tono ligero.- Igual que quitarnos barcos de encima antes de que lleguen al cuerpo a cuerpo o nos comen.

Miro de soslayo a la tripulación que se está armando, intentando calcular las posibilidades que tenemos de que todos sobrevivan. Frunzo el ceño al pensar en lo bien que nos vendrían algunos de nuestros amigos de la organización, y en lo mucho que echo de menos a mi familia. Si estuvieran aquí ni siquiera tendría que pensármelo. Ahora tengo la corazonada de que podemos ganar, si los tuviéramos a nuestro lado sería una certeza.

Le sonrío de forma dubitativa a Ulrick, intentando camuflar el leve momento de duda que tengo al imaginar que alguno puede morir por mi causa.

-Si puedes protégelos también a ellos.- Le contesto en un susurro, súbitamente preocupada porque a alguien le caiga una pedrada directamente en la cabeza. Al final me giro hacia los marineros.- Supongo que habrá alguno de vosotros que sabe cómo se manejan los cañones, ¿verdad?.

Mientras espero a que me respondan me rasco la nuca con la mano que no tengo apoyada en la cintura del daevar, dándome patadas mentales e intentando recordar algo de la táctica militar que me hayan enseñado Karl, mis hermanos, Vargr o alguna persona con la que haya coincidido a lo largo de mi vida. En realidad la pregunta es accesoria, sólo estoy haciendo tiempo para pensar...

Al final me rasco la cabeza y suelto un bufido.

-Vamos a ver si no nos matamos.- Murmuro con una sonrisa sesgada.- O al menos les damos un susto de muerte antes de que nos liquiden.

Doy una palmada para que me presten atención, recordando un par de cosas que me han contado a lo largo de los años.

-Morgai, necesito que los cañones y tú vaciéis el mayor número de barcos posibles antes de que lleguen o va a ser un cachondeo.- Murmuro entre dientes. No estoy acostumbrada a que la tripulación me escuche cuando me pongo un poco barriobajera, y además no quiero asustar todavía más a los grumetes que ya parecen un poco nerviosos.-No necesitamos que los hundáis, no se esperan que ataquemos y si los realentizáis llegarán hasta nosotros escalonados. Si llegan. Incluso puede que se rajen en cuanto vean que presentamos batalla.- Se me escapa una sonrisa fiera y miro a la tripulación.- Seguro que vosotros sabéis cómo disparar un cañón, y tenemos 24 para barrerlos antes de que nos enganchen.- Señalo a los grumetes que parecían un poco angustiados.- Vosotros podéis ayudar a cargar la munición abajo, y más nos vale que lo hagáis rapidito porque vamos a darle algo de velocidad a nuestro barco.

Miro a Ulrick y le sonrío.

-Necesito que tú protejas el barco y que nos mantengas comunicados. Somos muy pocos y no podemos tener bajas. -Después me giro hacia los que son como yo, puramente cuerpo a cuerpo. Me acerco a la borda y señalo el barco más grande de nuestros adversarios. -Vamos a ir directamente contra esa ballena preñada. Si les partimos la cara se desmoralizarán, no se esperan que intentemos un contraataque y ese es su buque insignia.- Le digo a Vargr mientras señalo al navío con gesto profundamente ofendido.- Si alguien...-le hago un guiño a Ulrick, del que ya he visto algunos trucos.- quiere que lo envíen antes a otros barcos para sembrar caos y destrucción puede pedírselo al daevar, pero que vaya por su propia cuenta y riesgo.- Vuelvo a señalar al barco más grande.- Ulrick, quiero que en cuanto puedas me envíes allí, le daré una sorpresa y puede que esta historia acabe antes de empezar.- Sonrío de medio lado.- Si las cartas vienen mal dadas girad el barco y escapad cagando leches, ¿entendido?. Yo estaré comunicada contigo, y ya no es la primera vez que me sacas de un lío, puedes hacerlo de nuevo.

El primero en decir nada es Vargr.

¡YA HABEIS OIDO, TODOS A SUS PUESTOS!- grita con una voz totalmente entrenada para este tipo de situaciones.

Lo que sigue es una cuasi-disciplinada marabunta de marineros corriendo de un lado para otro, equipandose con mosquetes y sables. Las barquillas de los cañones abriendose, y su amenazadora carga asomando por los costados del barco. Morgai se situa en la próa, y empieza a preparar sus conjuros, mientras todos evitan acercarse demasiado.

Bueno, ya esta todo casi listo.- comenta Ulrick, apoyando la mano en la empuñadura de su espada.- El brujo es más poderoso de lo que parece, lo hará bien; de hecho casi me mantuvo fuera del camarote durante vuestra charla privada. Ahora ponnos en ruta y ya me ocupo del barco. Te recomiendo que formes grupos de dos para los abordajes, aunque Harry y el viejo puedan ir solos.

Estoy mirando a los marineros recogiendo los pertrechos pero mantengo una oreja pendiente de lo que me está diciendo Ulrick. Sin poder evitarlo levanto la cara hacia el cielo en una muda súplica por un poco de paciencia.

-Ulrick...para posteriores ocasiones si la puerta de mi cuarto está cerrada te pediría un poco de privacidad.- Comento sin acritud de ningún tipo.- No está bien escuchar detrás de las puertas sea metafórica, figurada o literalmente hablando.

Aunque sé que él sabe que no estoy cabreada y que es sólo porque me gusta tener un poco de vida privada de vez en cuando le palmeo el hombro con suavidad y luego me giro.

-¡Harry, tú y sir Arthur vais juntos, cuidad el uno del otro!.- No quería poner a Kate con Arthur porque me parecía mucho paladín del bien junto, y acabo de darme cuenta de que al final me toca ir con ella. Se me escapa una sonrisa.- ¡Kate, tú te vienes conmigo si no te importa que Ulrick te teleporte,- Tengo un segundo de duda, a mí me gusta luchar a mi aire y así no tengo la tentación de vigilar a mi compañero...pero igual los tortolitos quieren pelear juntos.- Si no espera y vas con el viejo!.- En cuanto lo digo me tapo la boca, horrorizada. Maldito Ulrick.- Perdona Vargr. Ha sido culpa del daevar.

Con las mejillas de un tono rojo subido voy agrupando a los marineros que van a abordar de dos en dos según vaya viendo que se pueden complementar bien, intentando olvidar lo que le acabo de llamar a Vargr.

-Morgai, prefiero que te quedes en el barco.- Miro un momento el timón.- Lo mismo va por ti, Ulrick. Vamos a limitar los daños y necesito comunicación.- Sigo mirando el timón, consciente de que hay algo que va muy mal. Al final renuncio. Creo que estoy demasiado nerviosa, y es una maniobra muy delicada.- Oye, Vargr. Hice los cálculos que me has dicho varias veces y me dan perfectamente...- me muerdo el labio y dirijo una mirada de súplica desde debajo del flequillo.- Pero la lógica aplastante me dice que si sigo ese rumbo voy a estampar el barco. Creo que es mejor que alguien se ocupe de llevarlo en mi lugar esta vez...

Todos asienten y se preparan, menos Vargr, que te mira fijamente. Avanza sombrío hasta el puente, y gira el timos tres grados a estribor.

Asi por lo menos no estamparás el barco.- murmura mientras vuelve a su puesto y saca la pistola para comprobar que está cargada.

Al ver a Vargr medio enfadado conmigo no puedo evitar sonreírle de oreja a oreja. Hay muy poca gente que siga enfadado conmigo si me muestro lo suficientemente encantadora.

-Muchas gracias por la ayuda, Vargr.- Lo miro un momento y luego me giro hacia Ulrick, asintiendo con la cabeza. De repente me he puesto un poco nerviosa, es la primera vez que voy a hacer esto llevando yo la voz cantante y no quiero que nadie de la tripulación sufra por mi culpa. Tras morderme el labio me recojo el pelo detrás de las orejas y compruebo que mi cimitarra y mis cuchillos están donde deben. Al final sonrío a mi amigo intentando no parecer demasiado nerviosa.- Que los dioses repartan suerte. Procura que no te maten y que no hieran a nadie.- Comento con una sonrisa. Luego me giro hacia el resto.- ¡Espero que estéis preparados porque ahí vamos!