Partida Rol por web

Cuando ya había soltado mi bolsa en uno de los dormitorios, escuché a Mario mentar la madre de quien nos había alquilado la casa. Salí y comprobé que tenía razón. Faltaba un dormitorio.

- ¿A suertes? Sí, creo que es lo justo. ¿Cómo lo hacemos? ¿Alguien ha traído cartas? Podríamos hacer que quien saque la carta más alta se queda con el sofá. - Propuse. No me hacía mucha gracia dormir en el sofá, pero a ninguno le haría y no había otra solución, claro. - ¿Qué te parece Ric? - Debíamos estar todos de acuerdo antes.

Entonces recordé que yo mismo había echado una baraja en la bolsa. La abrí, rebusqué y se la enseñé a los demás. Una baraja española, de las toda la vida.

Niego con la cabeza ante la propuesta y confirmación de Pablo. La culpa del número de cuartos solo tenía un nombre, Mario, y era obvio que él es quién debería dormir en el sofá.

No me parece bien, Mario es el que la ha liado ¿no pudiste pedir fotos del sitio o buscar referencias? Es él quién debe dormir en el sofá, yo nunca he dormido en uno y no voy a empezar en mis vacaciones.

Susana chasqueó la lengua cuando escuchó a los caballeros hablar sobre el reparto de los dormitorios, se giró hacia ellos con la mano elevada sosteniendo las gafas de sol con dos dedos en un gesto elegante y los miró como si fueran niños pequeños y ella tuviera que hacer de madre. Con evidente fastidio torció el labio hacia un lado y sentenció.

- ¿Y porque no duermes tu en el sofa, Pablo? Son capaces de ponerse a discutir por una cosa tan simple, estos niños...- miró a Pablo como dedicándole un trato especial, como si fuese capaz de comprenderlo- venga Pablo, no debemos empezar las vacaciones así... el sofá parece cómodo, sino fuera porque soy una dama me acostaría yo en el... pero eso sería inapropiado ¿no os parece? o... ¿vais a hacer que sea yo quien duerma ahí?-señaló el motivo de la discordía con desgana

Parece que a Ric no le hace ninguna gracia el tema del imprevisto con los dormitorios, y no está muy por la labor de colaborar.

-En un principio no necesitaba referencias, ya os dije que los dueños conocen a mis padres. Pensé que se portarían y por lo que les expliqué sobre las condiciones de como queríamos la casa, me dijeron que esta encajaba en las características que pedíamos. A lo mejor han pensado que como somos unos críos nos podían endosar algo que se acercara un poco a lo que queríamos, y que no íbamos a rechistar. Pero ya se enterarán cuando hable con ellos...- Intento calmarme un poco, antes de continuar con el problema más directo: El reparto de dormitorios. Iba a hacer una propuesta algo injusta, pero intentando evitar problemas y discusiones ya con el primer contratiempo.- Muy bien Ric, si no quieres solidarizarte y entrar en el sorteo del sofa-cama, tu mismo. Yo no voy a obligar a nadie a hacer nada, que hemos venido aquí a pasarlo bien. Lo echaremos a suertes Pablo y yo, a ver a quién le toca.

Susana intenta mediar para tranquilizar las cosas, la miro agradecida cuando termina de hablar. Aunque como parece que su intención es invitar a Pablo a que escoja voluntariamente el sofá-cama, no me parece justo y respondo:
-Gracias Susana, pero tampoco creo que nadie tenga que elegir forzosamente quedarse con el sofá-cama del salón, lo echamos a suertes y al que le toque, le tocó. ¿No?

Me chocó bastante la negativa de Ric, aunque no me sorprendía demasiado, teniendo en cuenta su carácter. Cuando mi intención era mediar, antes de abrir la boca, interrumpió Susana.

La miré, de reojo primero para luego girarme hacia ella mientras me "invitaba" a quedarme con el sofá por iniciativa propia. Levanté una ceja y desapareció mi sonrisa. - ¿Con que esas tenemos? - Si su intención era sacarme de quicio, en aquel momento lo había conseguido.

- Pues sí. Duerme tú en él y que Ric duerma con su hermana. - Le respondí, con evidente tono irónico, para ahorrarme un "¿No te jode?". Luego, recuperando la seriedad, continué. - Por lo menos estamos buscando una solución a un problema que ahora ya no tiene remedio, pero parece que aquí hay algunos que prefieren actuar como criaturas irresponsables antes que tomar cartas en el asunto. - Sí. Definitivamente, estaba cabreado con la suma de las actitudes de Ric y Susana.

Rasqué la baraja con los dedos, haciendo el típico ruido de las cartas al entrechocar sus extremos. Luego saqué una al azar y le pasé la baraja a Mario, sin dejar de mirar a Susana.

Me había quedado embobada nada mas al llegar, me baje del vehículo ignorando por completo a los demás y rodee la casa mientras los demás ingresaban a ella, el olor de la naturaleza me encantaba y el aire puro limpiaba mis pulmones, estaba fascinada, hasta que el ruido de la charla en el interior me saco de ese gozo, me acerque a la puerta...¡wow!...¡de lujo!, pero todos discutían sobre los dormitorios, alcance a escuchar el arrebato de Susana y la respuesta de Pablo, me cruce de brazo y con firmeza definí lo de los cuartos.

¡Basta!...fulmine con la mirada a Susana y Pablo...Sere yo quien duerma en el sofá, Ric en una de las habitaciones y Susana en la otra, en la cama grande Pablo y Mario, no creo que haya problema en que compartan la cama, he dicho, no quiero mas comentarios ni reclamos, al primer "pero" tendrán como respuesta una trompada...¿entendido?...absolutamente seria y con una ceja arqueada esperaba la aprobación obligada de todos...maldición es solo un fin de semana y discuten como bebitos.

Me encojo de hombros ante el comentario de Mario y, cuando estoy preparando una respuesta ingeniosa, mi hermana da por zanjada la discusión ofreciéndose ella para dormir en el sofá.

No hay, como tu bien dices hermanita, peros -respondo dejando mi mochila junto al sofá -me voy a quedar yo aquí que seguro que soy el que más madruga y así puedo darme un paseo mientras os despertáis. O picar del frigorífico durante las noches. Anda, vete con Susana a vuestro cuarto, voy a buscar alguna manta o algo para poder echarme por las noches.

Tras ofrecerme para dormir en el sofá no puedo evitar mirar a Mario y Pablo y, mostrándoles una sonrisa picarona, les digo -Siento chafarte el plan Mario, ya no podrás dormir abrazado a Pablo en la cama de matrimonio. De lo que te he salvado -concluyo mirando al segundo.

No pude ocultar un acceso de sorpresa al presenciar como Ric daba un giro de ciento ochenta grados y se auto-adjudicaba el sofá.

No dije nada. Sentí que me había alterado más de lo debido, pero la tensión aun la notaba recorriendo mi espinazo. Dí por zanjada la discusión, recogí las cartas, mi bolsa con mis cosas y me metí en una de las dos habitaciones individuales, sin importarme cual y sin preguntar nada a nadie.

Cerré la puerta tras de mí. No con un portazo, pero sí con decisión. Arrojé las cosas en la cama y me senté al pico de la misma. Resoplé y aspiré profundamente, buscando la calma perdida.

Ric de repente se mostraba dispuesto a aceptar la opción que hace un minuto consideraba inadmisible. Solo por el mero hecho de discutir con nosotros, o por aprovechar para soltar una nueva pulla contra mí, incluyendo a Pablo como daño colateral en este caso.

Pablo parecía cansado con el ir y venir de la discusión y se fue dando muestras de bastante mosqueo. Por mucho que tratara de aparentar normalidad, daba la impresión de que no le estaba resultando fácil. El tema de la reciente ruptura le estaba afectando todavía. Tendré que hablar con él cuando tenga un rato, no quiero que se harte o se bloquee y se encierre en sí mismo estos días. Somos sus amigos y estamos aquí para estar con él y ayudarle a pasarlo tan bien como el resto.

Con la marcha de Pablo a su recién autoasignada habitación, aprovecho para confirmar la oferta de Ric, antes de que cambie de opinión sólo para seguir chinchándonos a los demás.

-Muy bien Ric, el sofá todo para ti. Así podrás disfrutar de tus paseos mañaneros y tus visitas al frigo. Voy a dejar las cosas en la habita que me ha dejado Pablo. Si quieres luego te ayudo a buscar esa manta.- Digo mirando a Ric antes de dirigirme a la habitación.

Susana simplemente elevó una ceja ante el arrebato de su querido ex, no terminó de entender a que tanto enojo... si total lo que le había dicho es que ocupara él el sofa por creerlo el más inteligente... hombres, para que luego dijeran que las mujeres eran las complicadas. Entonces primero Julia y luego Ric se ofrecieron para quedarse con el sofa... no si hasta le salieron novios y todo al mueble... que cosas, con lo bien que se duerme en una cama, pero si aquella había sido la decisión de Ric ella no se iba a poner a discutir ni mucho menos, así que una vez aclarado la rubia cogió sus cosas y se fue hacia la habitación de matrimionio para dejarlas allí, una vez hubo echo decidió que necesitaba un poco de aire fresco.

- Bueno, voy a salir un poco para que me dé el aire... no me sientan muy bien los viajes en coche- anunció mientras salía de la cabaña.