Partida Rol por web

 Mi rostro se ensombreció mientras preparaba mi Escopeta postas del 12, a la vez que informaba a los presentes de lo que acababa de darme cuenta:

 - Sea lo que sea lo que produce esos aullidos, viene a nuestra posición. Es pesado, y viene corriendo. - Me dirigí a nuestros guías. - ¡Será mejor hagáis que entremos a la aldea enseguida o seremos atrapados!.

Observo el camino, hasta que la silueta es recortada por la luna y un escalofrío me recorre la columna, notando como si alguien pisara mi cuerpo con tal fuerza que me quitara la respiración.

Un nombre más que apropiado, me paro para poder observarlo aun en la distancia. Podríamos trepar, un castillo así tendrá parte de la argamasa un tanto destrozada, podríamos entrar por uno de los canales de desagüe o por la puerta principal. Esa parte sería divertida, vendiendo la enciclopedia británica.
Me paro y miro hacia el lugar por el que intuyo.

-Algo se acerca, deberíamos marcharnos. Si es lo que creo... Nos causará muchos problemas

Me quedé quieto, notando el temblor de la tierra bajo mis botas, algo se aproximaba, grande, poderoso. Miré con intención a los moldavos. Y con cierta reprimenda a Jonathan.

-Shhh. Cierra el pico, Jonathan. -puse el oído con más atención- Drac tiene razón, se nos viene encima alguna bestia enorme. -Y con el aullido, dos y dos son cuatro.

-¡Rápido, atentos con las armas! Evelyn, hay que encaminarse hacia el pueblo, mueve ese bonito culo tuyo. -se dio cuenta el sutil movimiento del estirado noble, comprendió sus intenciones -Drac, protégela con tu vida.

Reculé unos pasos, había que moverse rápido, mis armas amartilladas, clavados los ojos en la espesura. 

Corréis hacia el poblado, ya divisáis claramente la empalizada cuando veis lo que os está persiguiendo. No se escucha a nadie al otro lado de la empalizada, pero hay luz que os lleva a pensar que hay gente y seguramente puedan ayudaros.

Los mordavos murmuran:

- Wargulf...correeed hacia la empalizada y llamad a la puerrta...esperro que haya alguien de guarrdia...

Grisha prepara el arco y carga una flecha, mientras su hermano Vardak prepara la escopeta para disparar contra la bestia. Sigue acercándose y está lo suficientemente cerca para que podáis disparar y atacarlo. 

Grisha dispara una flecha que impacta en la bestia en la cabeza, luego Vardak dispara y le acierta aunque de refilón. Grisha carga otra flecha y vuelve a disparar. La flecha se clava aunque lejos de una zona sensible.

Ahí estaba la cosa esa. Dios santo.

-¿Qué...qué demonios es eso? ¿Qué mezcla de bichos?

No es que importase mucho, la verdad. Cómo era aquello...si sangra, puede morir. Y los moldavos le habían herido. -¡Buena puntería! Acabaremos con él.

Apunté con mis dos revólveres mientras reculaba solo un poco. Me giré un par de segundos para estamparle un beso a Evelyn.

-Te quiero. ¡Corre!

Y disparé a la monstruosidad que se nos venía encima. Confiando en que no hubiese más merodeando. 

¡Dios bendito, como me hubiera gustado estar equivocado!. Definitivamente eso no es un lobo, aunque desearía que lo fuera, viendo lo que estoy viendo. Mientras cubro a los no combatientes, realizo dos disparos con mi escopeta a la bestia, confiando en que, como mínimo, la frene...

Pues yo no veía nada pero parecía que sí que había algo por allí. Si ya decía yo que meterse en aquel bosque no era una buena idea pero claro, nadie me hacía caso. Al final, todos a correr hacia el pueblo, pero como además estaba la empalizada antes, alguien tenía que abrirnos la puerta.

-¿Espera? ¿Será una broma, no? -dije, sin dejar de correr ni tampoco de perder el gesto de terror, sobre todo cuando vi lo que nos perseguía.

Rick preguntó qué clase de bicho era, pero aquella era una pregunta que en ese momento no tocaba hacer.

-¡Y qué más da eso! ¡Tú dispara y acaba con él, que para eso te hemos traído!

Cuando finalmente llegué a la empalizada, empecé a golpear la puerta.

-¡Eeeeeeeh! ¡¡ABRAN LA PUERTA DE UNA VEZ!! -grité, sin dejar de golpear la madera -. ¡¡Como no abran soplaré y soplaré y lamentarán oler mi aliento!!

Dios, tenía que haberme quedado en el dirigible. ¡Pero quién me mandaría a mí meterme en esto!!

Desesperado, saqué la pistola y empecé a dispararle a la bestia, medio tapándome los ojos.

Ardeth corría con los demás en silencio. Intentaba no mostrar ningún sentimiento, pero la visión de aquella bestia hizo que un brillo saliese a sus ojos. Se quitó el gabán y la chaqueta, dejándolos hechos un revoltijo a un lado. El bombín callo encima, dejando su pelo suelto. Con una mezcla de expectación y miedo controlado, desenfundó su espada, que brillo con tonos grisáceos en la mortecina miasma. Se adelantó unos pasos, quedando el ultimo del grupo, mientras esperaba a que aquella monstruosidad llegase a ellos. No se movió, dejando que sus compañeros tuviesen disparos limpios. Aprovecharía cada oportunidad que tuviese.

Musitando, pero perfectamente audible, musitó una plegaria a Alah, rasgando con las bellas inflexiones de las suras en árabe el ruido de los zarpazos contra el suelo. Preparó una pose defensiva y esperó su momento.

Evelyn corre hacia la empalizada y empieza a llamar a la misma mientras grita que abran la puerta.

- Abran la empalizada...tenemos un wargulf pisándonos los talones...abran la maldita empalizada!!!

La situación se tornaba dramática por momentos, pero parece que el grupo había comenzado a disparar contra la bestia y Ardeth Bay estaba dispuesto a luchar cuerpo a cuerpo con la misma.

Los dos disparos de Rick impactan de lleno haciéndole daño a la bestia, esos disparon le acaban de hacer daño de verdad y emite un alarido de rabia. Luego dispara Drac que con sus dos disparos aciertan impactando también y haciéndole un poco menos de daño que los disparos de Rick pero ya veis brotar sangre de la bestia.

Luego Jonathan saca un arma y dispara, logra impactar también acertándole en un ojo con su revólver, lo que hace que el wargulf aúlle de dolor y detenga un poco su carrera aunque sin detenerla. Parece que habéis hecho mella en la abominación tras disparar tantas veces.

La bestia se lanza a por Ardeth y le lanza un zarpazo al medjay. Pero este está preparado para resistirla e incluso para contraatacar.

Ardeth planta los pies y espera a su enemigo con la espada tras de si, un estilo fluido que esperaba que le permitiese moverse a través del ataque de su enemigo infligiendo un ataque letal. Su punto fuerte eran su velocidad, garras y fauces... una vez pasado eso, su vientre seria tan blando como el de una gacela del Sinai.

Respiró hondo. No habría muchas posibilidades.

El ataque llegó. Y Ardeth fluyó...

 Aprovechado el respiro que el valiente Bay nos dio, seguí disparando con mi arma a la criatura, teniendo especial cuidado de que algún perdigón no alcanzara a mi intrépido compañero, que estaba enzarzado en combate cuerpo a cuerpo con ella...

La bestia era dura, resistente. Aguantó los disparos, aunque no pudo disimular el dolor que le causábamos. El humo de las armas se confundía con la niebla circundante, miré por el rabillo del ojo como Eve corría hacia el pueblo. Lo único que me importaba en este momento en que mi chica estuviese a salvo.

Ardeth estaba un poco loco. Enfrentándose a la espantosidad con su espada. Bueno, una sonrisa torcida se dibujó en mi seria cara, es lo suyo, lo que se le da mejor.

Y yo, seguí con lo mío, con lo que se me daba mejor, abriendo fuego contra el bicho, procurando no herir a mi amigo.

La puerta no se abría, pero mientras tanto, nosotros no hacíamos otra cosa más que disparar y disparar, uno detrás de otro. Yo medio me tapé los ojos con una mano pero me dio tiempo a ver cómo le daba a la criatura en el ojo, lo que no fue suficiente como para acabar con él.

Desde luego, era resistente, el condenado.

Así que finalmente, llegó hasta donde estábamos nosotros y en cuanto lo vi encima, solté un chillido similar al de un ratón, y continué disparando sin descanso. Ardeth se había convertido en su blanco, no sabía por qué, pero yo seguí disparando contra la bestia, moviendo mi arma para adaptarme a sus movimientos, haciendo un giro completo y terminando por disparar en la empalizada, lo cual no iba a servir de mucho.

Entonces miré hacia arriba. ¿Se podría escalar la empalizada para abrir la puerta desde dentro, porque si íbamos a depender de los guardias, parecía que estos tenían toooda la intención de esperar a que muriésemos... o saliésemos victoriosos.

-¿Puede alguien poner las manos para que suba? -pregunté, mirando a mi alrededor.

Era mejor intentar eso que permanecer a la espera de que terminase por mordernos a alguno de nosotros.

Ardeth ataca a la bestia con su cimitarra y aunque recibe daño por las garras de la criatura, logra asestarle un buen tajo. Luego sus compañeros vuelven a abrir fuego aprovechando ese momento. Drac y Jonathan aciertan, y el español parece hacerle algo más de daño que Jonathan. Pero Rick en este momento demuestra que con armas de fuego y a corta distancia está en su salsa. Uno de sus disparos acierta en el otro ojo de la bestia cegándola por completo.

Jonathan logra escalar la empalizada, demostrando destreza para la escalada y una innata capacidad de escapar de las situaciones de peligro. Desde allí puede abrir la puerta de la empalizada y también puede ver luces encendidas en algunas casas, aunque todas tienen las ventanas cerradas con contras de madera maciza, e intuye algo de movimiento a lo lejos. Parece que la gente está despertándose lentamente o que no quieren abrir la puerta.

El wargulf se lleva las manos a su rostro al ser cegado, momento que Ardeth aprovecha para asestarle el espadazo definitivo. El filo de la cimitarra abre un tajo profundo y sangrante en el cuello de la bestia, que cae al suelo inerte. Aunque todavía brota sangre de su cuello. La bestia ha muerto, y solo Ardeth ha sufrido daño aunque por suerte son heridas que podrán ser tratadas.

Vardak y Grisha mirad a Ardeth sorprendidos por su valor de enfrentarse cuerpo a cuerpo.

- Ardeth, erres de los pocos que pueden contarr haberr luchado contra un warrgulf a distancia tan corrta... y todos nosotrros somos aforrtunados de sobrevivirr a un encuentro con uno de los engendrros de los Von Carnstein...

Ardeth termina su combate sin abandonar la posición. Vigila, por si la bestia no fuese la única. Pasados unos instantes, recupera la calma, ayudado por las punzadas de dolor. No pudo evitar el contacto, pero después de examinarlo el mismo, pareció quedarse tranquilo, aunque con un gesto que indicaba lo doloroso que había sido. Se acercó entonces a la bestia, para mirar su cabeza más de cerca. No parecía haber odio ni revancha en sus ojos, sino piedad. Permaneció así unos instantes, casi arrodillado, en el que parecía musitar, y se levantó cuando Vardak y Grisha se acercaron, momento en el que envainó su arma. Agradeció con un saludo de cabeza y una mínima sonrisa.

- Gracias. ¿Debería estar preocupado por esto? -dijo señalándose la herida, mientras recogía sus ropas del lado del camino.

Mi hermano como siempre intenta salvar el culo, pero si no lo hiciera no seria el. Como tampoco que mi marido decidiera ponerse en peligro para salvarme o que Ardeth ignorara la cordura poniendose mas en peligro al llegar al cuerpo a cuerpo.
No creo que lo que tengamos mas adelante en nuestro viaje, va a ser tremendamente dificil lo que nos queda por delante. Ya saben que hemos llegado y a lo que venimos. 
No creo que estuvieran durmiendo todos, mas bien tenian miedo y esperaban que los extranjeros apaciguaran a los monstruos de sus señores.

-No creo, pero si en la proxima luna llena te empieza a crecer pelo tendremos que ocuparnos.- replico intentando parecer tranquila, pero algo me dice que la noche aun no ha terminado - Lo veremos ahora en un lugar mas tranquilo. Puede que haya mas como esa cosa, es medio lobo y suelen ir en manadas.