Partida Rol por web

 Mientras los demás hablaban entre ello, yo no dejaba de apuntar a la criatura, por si acaso. Finalmente conteste a las palabras de Evelyn, con una mueca seria en la cara:

 - Yo no se si hay más de estos, pero deberíamos de asegurarnos de que este de aquí esta realmente muerto, antes de darle la espalda. Voy a tomarle el pulso... - A continuación le disparo varias veces a la cabeza, hasta que esta queda hecha una masa informe sanguinolenta, de fragmentos de cerebro, cráneo y otras cosas. - ... Pulso tomado.

Los dos revólveres humeantes, el corazón a cien, la bestia abatida y los amigos y Eve, sanos y salvos.

-¿Estás bien, Ardeth? Siempre al filo de tu espada -bromeo.

Drac se asegura de que el bichejo no se ponga en pie. Observé a la bestia. -Qué feo eras, amigo.

Sin guardar las armas, buscando entre las sombras circundantes y la cercanía del bosque oscuro,  reculé hacia la empalizada.

-Si vienen en manadas, todos adentro, deprisa. Quizá este solo fue un aviso, o para comprobar de qué estamos hechos. Lo que sea, moveos.

Me quedé el último, protegiendo al grupo.

-Bien hecho, Jonathan. Me siento orgulloso de mi cuñado -pensé que una palabras de reconocimiento le elevarían la moral.

Cuando abrí la puerta ya casi todo había terminado y como siempre, había sido Rick quien demostrara que lo suyo eran las armas y no perder el tiempo en tonterías como escalar o abrir puertas. No, eso me lo dejaba a mí, que para eso tenía mala puntería, aunque la verdad, no lo había hecho tan mal.

Los mordavos felicitaron a Ardeth, pero todos habíamos contribuido.

Rick me felicitó y yo respondí con una ligera sonrisa.

-Bueno, estamos con vida... y después de ver a un bicho tan feo como este no es poco -comenté, mientras me acercaba a verle. Cuando llegué a su lado, toqué su cuerpo con el cañón de la pistola para ver si estaba muerto de verdad y solo entonces, suspiré aliviado.

Claro que la idea de que podían atacar en manadas no me gustó nada.

-Eh... pues sí, sí, será mejor que entremos, que para eso he abierto la puerta -dije, dándome prisa en atravesar la puerta y dejar aquel lugar atrás, aunque no sin mirar de reojo a Ardeth -. Sí... notas algo raro, como que te crecen las orejas o algo así... avisarás, ¿verdad? 

Al mirarle, sonreí nerviosamente.

Grisha mira las heridas de Ardeth Bay, y para su tranquilidad le indica que no tendrá problemas siempre que desinfecten y curen bien la herida. Jonathan logra abrir la puerta desde el interior, lo que os permite entrar en el poblado. Cerráis de nuevo al pasar, por si acaso aunque según Vardak es raro que haya más de un wargulf juntos. 

Un grupo de campesinos mordavos se acercan a vosotros a modo de comité de bienvenida, van armados con horcas  y guadañas. No parecen demasiado peligrosos, y parecen temeros mucho. Además su número es más bien escaso, ya que no superan la docena. Encienden algunos faroles de aceite para iluminar donde estáis. Vardak se adelanta ya que reconoce a alguien entre esa pequeña multitud. En mordavo se dirige a ellos aunque Grisha os traduce al inglés lo que dicen.

- Padre, soy Vardak y vengo con Grisha. Hemos regresado. Traigo ayuda de Inglaterra.

El hombre es tan alto como su hijo mayor, con barba blanca aunque mucho menos ancho. El padre abraza a ambos hijos y os da la bienvenida en un inglés con mayor acento que sus hijos. Sus hijos le cuentan como habéis luchado contra un wargulf y notáis expresiones de esperanza en los ojos de los campesinos.

- Bienvenidos amigos, entrrad en nuestrra casa y dejad un poco de vuestra alegrría. Aquí podrréis comerr, descansarr y os ayudarremos con vuestras herridas.

Os llevan a la estancia más grande del pueblo, no habrá más de cien casas en el mismo. Las calles son de tierra aunque veis que la principal que lleva hacia el puente que da nombre al pueblo está empedrado, éstas están iluminadas con faroles de aceite. No parece un pueblo inglés del siglo XX, da la impresión de ser un pueblo anclado en siglos anteriores.

La casa donde os acogen resulta ser la casa parroquial. El párroco viene a ayudaros,  y trae un botiquín relativamente moderno. Por suerte para vosotros no es mordavo, si no húngaro y conoce el idioma inglés con mucho mejor acento que los mordavos. Revisa las heridas de Ardeth Bay y las desinfecta y cura bien. Parece tener experiencia en estas lides. Durante un momento os dejan a solas con el párroco mientras Vardak, su padre y el resto del pueblo, que se va despertando al correrse la voz del regreso de dos de los suyos, debaten entre ellos.

El párroco os pregunta directamente:

- ¿Habéis venido a ayudar a esta gente y matar al tirano de estas tierras? Sois los primeros en cien años al menos que logran matar un wargulf y salir prácticamente ilesos. Aquí al menos se os recordará durante mucho tiempo. 

Tras curar las heridas del medjay os ayuda a acomodaros trayendo almohadas, cojines e incluso unos colchones de paja. Todo para que estéis cómodos, mientras os comenta lo que está pasando afuera.

- Están debatiendo si os ayudan o no. Davdak, el padre de vuestros compañeros, es el alcalde de esta aldea. Él fue quien los envió al extranjero hace años para buscar ayuda, aquello no fue visto con buenos ojos por todo el pueblo porque ambos hermanos proveían de comida al pueblo, y el señor de estas tierras castigó al pueblo al desaparecer dos de sus súbditos. - notáis que la relación con el señor en Mordavia es más cercana al feudalismo que a una sociedad relativamente moderna. - Enviaron a treinta hombres a las minas de sal del sur, y a varias jóvenes a servir al castillo. No se ha vuelto a saber de ellos, llegaron rumores de que habían muerto o ahora engrosaban los harenes de los grandes señores turcos. La villa decayó, ya que también le quitó el mercado y encima mandó a un wargulf a los bosques cercanos. Como veis tienen miedo de que el señor los vuelva a castigar, y es entendible. Pero no os preocupéis Davdak los convencerá y os ayudaremos en lo que podamos.

Parece que no podréis acomodaros demasiado tiempo de todas formas.

Ardeth recibió las miradas de los lugareños con incomodidad. Se preguntaba que les pasaba por la cabeza, dado que no hacía tanto que el turco había maltratado aquellas gentes. No sería nada extraño que estuvieran llenos de resquemor por un mahometano, viniese este de donde viniese. Por fortuna su atención estaba distribuida entre tanto extranjero.

Después, con un gesto de reconocimiento y agradecimiento al señor Vardak, se puso en manos del párroco, también con un gesto de reconocimiento de un hermano del Libro. El hombre sabía lo que hacía y Ardeth trató de ser un buen paciente. Al menos ya le habían confirmado que las heridas no llevaban una maldición. Una vez curado, la acomodación le resultó extremadamente agradable, algo que para el se sentía natural. Tomo unos cojines con gesto experto, ahuecándolos en un rincón donde se sentó para descansar. Mientras, escuchaba las noticias de las desdichas de aquellas gentes.

- Tenemos que ayudarles debidamente. No podemos dejarlo a medias. El castigo que recibirían sería terrible. Creo que con nuestro objetivo primero no es suficiente. Acabar con ese tirano también es prioritario.

Guardé las armas. Entramos al pueblo y, tras la "bienvenida", nos van informando de esto y lo otro. Saludé con la mano a todos, nos presentamos y estreché con fuerza la mano del padre de los dos mordavos guías.  El alcalde. 

-¿Hay algo de comer y beber, padre? Matar wargulf abre el apetito. -bromeé. Entretanto se ocupaban de las heridas de neustro amigo, observé el lugar, me acerqué a Eve.

-¿Qué tal, cielo? Nos iría bien un descanso.

Aunque lo cierto era que me encontraba demasiado excitado por la lucha anterior como para conciliar el sueño o incluso solo descansar. -¿Por qué el nombre del pueblo? -pregunté, así, en general.

La sugerencia de Ardeth me hizo arrugar la nariz. Me lo temía. Nuestro plan era otro, pero estaba claro que cuando se enterasen de que esta buena gente nos daba asilo, a nuestra macha lo mismo masacrarían el pueblo.

-Hagámoslo. Destruyamos ese castillo hasta sus cimientos y enterremos bajo los cascotes a la gentuza que vive en él. 

 Les veía yo muy lanzados. Decidí ser la voz de la razón, por una vez:

 - No quiero ser el jarro de agua fría, pero esta claro que el propietario del castillo no es alguien normal y corriente, si puede dar ordenes a un engendro como el que liquidamos antes. Creo que antes de ir a asediar el castillos, caballeros, deberíamos de averiguar más sobre quien o que nos enfrentamos....

 La palabra vampiro volvía una vez más a mi mente, pero decidí no pronunciar nada hasta escuchar más acerca de lo que los lugareños podían decirnos al respecto.

¿Esperaba un recibimiento mejor? No, a fin de cuentas vamos a acabar con su supuesto señor y que les debe proteger. Aunque teniendo en cuanta con lo que hemos acabado, deberían estar agradecidos o no, tal vez haya consecuencias.

Solo dejo que curen a Ardeth y miro por los cristales de una de las ventanas hacia el castillo que domina el lugar, recortado por la luz de la luna en esa oscuridad incipiente. 

-Tengo un mal presentimiento,  lo tengo desde que salimos de las islas. Destruir el castillo no servira de nada -sonrio de medio lado al oir al español y niego para mi. En su momento dije que iba a estar hablando con los guias que teniamos y también investigando los documentos que habria en la biblioteca. Al final ser bibliotecaria nos sera de ayuda.

El párroco os trae unas jarras de vino, del mismo que utiliza para hacer la eucaristía. Además de traer pan y algo del fiambre que preparan los campesinos. Os pide perdón por lo frugal del alimento.

- Perdonad que os pueda ofrecer poca cosa, no está siendo un invierno fácil. Y es temporada de impuestos, y aquí se cobran en especia o en sangre...

No parece bromear con lo último, ni estar usando ninguna alegoría. 

- El pueblo recibe el nombre por un viejo puente de piedra que hay al lado de una encrucijada, hace años a un antiguo señor de estas tierras que venía de perder una batalla contra los otomanos se le apareció allí el diablo y pactó con él, a cambio de poder para derrotar a sus enemigos le entregaría su alma. El noble firmó el pacto con su misma sangre inmediatamente y desde aquella estas tierras se vieron sumidas en oscuridad de cuando en cuando. No todos los señores han sido malos, el padre del Duque fue un buen gobernante. Pero su hijo está siendo un tirano, algunos dicen que su tío valaco lo asesoró mal en cómo gobernar a su pueblo... Yo pienso en que pactó con el diablo de nuevo, una alma a cambio de poder. Aquí lo llaman vampir o strigoi, la traducción del primero es obvia, pero la del segundo tiene más connotaciones en su lengua que en inglés...

La idea de Ardeth y Rick le parece gustar al párroco. Drac y Eve parecen más cautos, y Jonathan de momento no comenta nada, aunque al igual que el resto estará pensando en qué hacer. Las palabras del cura sobre el pacto os hace presagiar que será una dura pelea. 

- No todas las almas del castillo son impuras - os advierte el cura - Aunque sí unas cuantas, pero si vais a entrar os conviene hablar con alguien en este pueblo. Hizo trabajos de mampostería en la última reforma del castillo, de salud no está muy bien pero su memoria permanece intacta. Seguramente conoce tan bien los pasillos como el mismo Duque. 

Afuera siguen debatiendo, aunque parece que la situación se calma. Davdak entra en la casa y os dice:

- Nuestrro pueblo os darrá cobijo y sustento, os ayudarremos a cumplirr vuestra misión. A cambio os pedimos que nos liberréis de la tirranía del Duque.

Parece que todos piensan como el párroco. Quieren ver al Duque muerto.

Menos mal que por fin entramos, aunque yo estaba bastante enfadado a la par que asustado, dado que nadie se había preocupado por nosotros, ni uno solo había acudido en nuestra ayuda, pero los dos que venían con nosotros sí que lo habían hecho, sobre todo porque estaban en el mismo barco que nosotros.

Eso sí, en cuanto llegamos, apareció un comité de bienvenida y no sabía si nos iban a quemar o a echarnos del pueblo. Suspiré aliviado cuando pareció que iban a ayudarnos pero todavía estaba molesto por habernos abandonado.

-Vaya, ahora son amistosos pero antes no se molestaron en abrirnos la puerta –comenté en voz baja, de manera que solo me oyesen los nuestros.

cuando el padre comenzó a hablar, entendí que en realidad estaban más asustados que yo. Lo spobres parecían necesitar más una ayudita que yo una jarra de cerveza.

-Pues entonces mi nombre es Jonathan, defensor de los oprimidos. Jonathan Carnahnan –puntualicé -. Y ahora, ¿qué tal algo de comer y beber?

Cuando trajeron algo para poder llenar el estómago, empecé a comer mientras escuchaba aquellas historias de miedo. Rick, como siempre, se mostró completamente dispuesto a ayudarles, sin pensar en el peligro que suponía para los demás. Pero bueno, mientras fuese él delante, a mí me parecía bien.

-Di. Led adudaremod din dudadlo –dije, con la boca llena. Era poco, así que tendría que comer deprisa o no quedaría nada para mí.

Además, todas aquellas historias de viejas sonaban mucho mejor con el estómago lleno; pactos con el diablo, vampiros, y todo eso después de ser atacados por un animal peludo que no quería morir… pues bueno, al menos que fuese después de comer.

A mí me sonaba todo muy complicado pero confiaba en Rick.

-No de preocupe. Mi cuñado aquí predente puede con todo –les aseguré, tragando un gran trozo de pan -. Udteded denos un mapa y nodotrod haremod ed redto.

Escuchaba al párroco mientras comía y bebía. La verdad es que el miedo se colaba en mi corazón con cada frase que soltaba el cura. Y encima Jonathan le animaba. ¿Por qué esa insistencia con mi nombre? Si nos metemos en ese berenjenal, él, Jonathan, va a currarse lo suyo.

A veces, casi siempre, no comprendía las motivaciones del charlatán de mi cuñado.

En fin. Eve no lo tenía claro. Drac tampoco. Ardeth, sí. Los lugareños, también. Para obtener su ayuda nos teníamos que comprometer.

¿Qué haríamos? 

-Bueno. Si hemos devuelto momias al infierno del que nunca deberían haber salido, supongo que podemos patear el culo a un vampir apestoso.

Lo dije en voz alta, con la suficiente seguridad en mi tono para que sonara creíble. Incluso para mí mismo.

Parece que la decisión está tomada aunque no por unanimidad. La voz de Rick parecía ser la más alta en ese instante, seguida por la de su cuñado Jonathan comiendo y afirmando que Rick acabaría con el vampiro. El párroco se mostró satisfecho con esa respuesta, al igual que Davdak. Os sirven más vino y comida para que podáis descansar, a la mañana siguiente os llevarán con una persona que conoce el castillo y con ello os ayudarán a entrar y salir del mismo. 

Tras comer y beber a gusto, lográis conciliar el sueño. El sueño es reparador, y al despertar notáis como una neblina en la mente. Aunque por suerte se os pasa a los pocos minutos de despertaros. El cura os ofrece algo de pan y embutido, acompañado de leche recién hervida y una infusión de achicoria ya que no tienen café en ese pueblo. 

Vardak y su hermano Grisha están esperando con vosotros afuera de la casa, con sus armas dispuestas. Los notáis felices de regresar a casa tras varios años de ausencia, pero a la vez cansados como de no haber dormido apenas en la noche.  Al poco llega su padre que os guiará hasta la casa de Vernak, el albañil del pueblo.

Antes de que os mováis Davdak os comenta en voz baja:

- Debéis andarros con cuidado. Ayerr noté que hay disidencia en la aldea. Esta noche mis hijos vigilarron. Alguien intentó salirr del pueblo por la puerrta que va hacia el castillo. Porr suerrte no pudo hacerrlo pero segurramente lo intente de nuevo en las primerras horras de oscurridad. Durrante el día es difícil al tenerr todos ocupaciones. 

Era algo que ya habríais supuesto, había algún amigo del Duque entre los habitantes del pueblo. El miedo a las represalias suelen ser la causa más probable, aunque alguien como el Duque que domina con mano de hierro este territorio es probable que tenga más de un soplón en cada aldea, villa y pueblo que haya en Mordavia.

No es que fuese aquella sensación del tipo resaca, pero sí que tenía una ligera semejanza, ese despertar pastoso y embotado.

Gruñí. No me gustaba eso.

Me lavé con abundante agua, con intención de despejarme. Un beso a Eve y un saludo para mis camaradas. Parecían igual de soñolientos que yo.

Malas y buenas noticias. Nada fuera de lugar. 

-Y ese Vernak, ¿es de confianza? ¿De quién sospecháis? Eso complica bastante las cosas, pero no ha sido inesperado. Por cierto, ¿habéis dejado aquí antes de marchar, mujer e hijos? ¿O sois hombres sin la "dulce" atadura del matrimonio?Jajaja. 

Miré a mis amigos y a Eve. 

-¿Ideas?

La noche transcurrió rapida, demasiado rauda. El olor de aquella tierra era extraño. Como de un miasma en la boca, algo untuoso, como de pantanos y moho. El aire era demasiado humedo y Ardeth tuvo que toser antes de salir de su cuarto. Aquel lugar no le gustaba, y si no era suficiente aquello para motivarle a que aquella misión terminase lo antes posible, las noticias que le dieron nada más dar los buenos días terminaron de decidirlo.

- Buenos días a todos. Creo que ahora mismo nuestra principal virtud es la sorpresa. No va a durar y debemos utilizarla mientras la tengamos. -miró a sus anfitriones- ¿De cuantas maneras se puede entrar en el castillo? Además de la puerta principal, quiero decir ¿Saneamientos? ¿Suministro de viveres? ¿Cocinas? ¿Caballerizas?

Si acabamos con una momia, pero mato a mucha gente en el proceso de regenerarse y un vampiro, en el caso de que sea un vampiro. Eso, es harina de otro costal.

En cuanto me desperte y me decente, las buenas noticias no tardaron en llegarnos. Traidores entre los habitantes del pueblo, casi hubiera esperado que las tropas del Duque llamaran a la puerta al amanecer para que nos entregaramos. 

-Creo que si Vernak tuviera un mapa del interior del castillo, nos seria de utilidad. Sino, tendremos que hacer algo a mano y rezar por no perderlo. - me giro a Ardeth con un ojo un poco critico, algo pensativa por una de sus preguntas. - Todos los castillos tienen un sistema de saneamiento, la cuestión es como esta construido. Imagino que tendra un pozo para sacar agua, pero no estara conectado al exterior o tal vez si. Si fuera parte de un rio cercano, con seguirlo podríamos entrar. 

Se notaba la satisfacción de aquella gente en cuanto le dijimos que iríamos, y es que como siempre, esto de ser héroes estaba muy bien visto, aunque a la hora de la verdad, yo le dejaba mi puesto a los que de verdad les gustaba arriesgarse, como Rick. Él sí que sabía desenvolverse bien en esas situaciones.

Por lo pronto, pudimos comer y beber lo que quisiéramos y dormir a pierna suelta. Cuando me desperté, tardé en darme cuenta de que alguien estaba zarandeándome.

-Eh, ah, qué ocurrmagfsisgladd... -dije, cayendo otra vez en coma unos segundos, hasta que por fin logré abrir los ojos y despertarme. Y por si no fuese suficiente, el párroco solo nos ofreció pan, chorizo y un vaso de leche con achicoria, que no era ni por asomo un café.

En cuanto tuve las viandas delante, me decidí por el pan y el chorizo. Al menos si había un vampiro cerca, quizás podría ahuyentarlos.

-¿No tendría un poquito de ajo para acompañar? Ya sabe, por si acaso -le pregunté al párroco, mientras terminaba de comer.

Cuando salimos, ya teníamos a nuestros guías preparados. No parecían haber dormido mucho, al contrario que nosotros, que yo al menos, así que me estiré unos momentos, antes de unirme al grupo y escuchar las advertencias de ese Davdak.

-Bueno, a veces huir es la mejor opción. Yo personalmente pienso que... -iba terminar de decir como me sentía cuando vi la mirada que me echaban, así que cambié de estrategia -... qué eeees una cosa horrible, muy mal, está muy mal. Deberían cortarles la cabeza por traidores.

Mientras tanto, nuestro amigo Ardeth empezó a elaborar planes.

-Por la puerta principal, mi querido amigo. Es siempre la mejor manera. Y con Rick abriendo la marcha, ¿verdad? Pero eso sí, nos darán unos caballos para llegar, ¿verdad?

Mi hermana en cambio prefería entrar por el sitio más sucio. Esa idea no me gustaba absolutamente nada.

-Eeeeh... hermanita, mira. Eso no. Me gusta mi ropa; no es que sea muy lujosa pero me gustaría llegar con ella limpia y no oliendo a camello.

 Ignorando las payasadas de Jonathan, di la razón a su hermana, asintiendo en tono aprobador:

 - Evelyn tiene razón, necesitamos un mapa, así que deberíamos de hablar con ese hombre que trabajó en el castillo para ver si nos puede ayudar a trazar uno. Tampoco estaría de más averiguar que sabe sobre las defensas del castillo y cuantos hombres, o algo más, componen las fuerzas que lo protegen.

 Tampoco estaría de más averiguar que mata realmente un vampiro y armarse hasta las cejas de ello, porque tenía la sensación de que los métodos tradicionales no serían demasiado eficaces.

El párroco le ofrece unas cabezas de ajo a Jonathan, podéis ver que es un alimento que abunda en la aldea. Mientras el padre de Vardak y Grisha os responde:

- Es de fiarr, su hijo fue mandado a las mazmorrras del castillo hace tiempo. Odia al Duque como la mayorría de morrdavos. - sobre la pregunta de Rick de si sospecha de alguien del pueblo afirma - De varrios la verdad. Porr eso vigilarremos bien esta noche.  - acerca de dejaros caballos para llegar os dice que sí - Os prestarremos caballos para llegarr, no contéis con animales veloces, son animales de tirro.

Os lleva hasta la choza de Vernak para que podáis hablar con él, lo encontráis en la puerta esperándoos. Está afilando un trozo de madera y podéis observar que tiene pinta de estaca. A su lado hay varias más como esa. Os mira y os saluda levantando la cabeza. Davdak habla con él en mordavo, podéis entender algunas palabras sueltas y entender que quiere acompañaros al castillo. Davdak se gira hacia vosotros y os comenta:

- Vernak insiste en guiarros hasta el mismo castillo. Os dibujarrá un mapa para llegarr a la sala del trrono y a la torre donde tienen a la prisionerra. También os indicarrá como salirr de allí, a cambio quierre irr hasta el castillo y bajarr a las mazmorrras para rrescatar a su hijo. Lo acompañarrán sus herrmanos...no os estorrbarrán.

Iréis acompañados, y parece que tienen sus propios planes, lo que puede gustaros o no. El hombre empieza a dibujaros un plano tosco. La forma más directa de llegar a la torre donde tienen cautiva a la dama inglesa:

El acceso está en la zona de cocinas, os comenta que hay un pasadizo desde un cementerio cercano. El pasadizo estaba taponado por escombros, pero durante los trabajos que hicieron poco a poco lo fueron abriendo porque tenían pensado intentar liberar a los suyos en cuanto el Duque se ausentara del castillo.

Verdak os cuenta que el castillo tiene una guardia relativamente escasa, solo una treintena de guardias. Eso sí, a un par de millas hay una guarnición de caballería compuesta por cien ulanos bien pertrechados (la guardia del Ducado). Si las cosas se complicara mucho, desde la capital del ducado (Karnstein) situada a unos diez millas al sur del castillo podrían llegar en cuestión de un par de horas, al menos entre policías y soldados, unos doscientos hombres.

Cementerio. Túnel. Muertos. Treinta guardias. Joder. bueno, son menos de lo que imaginaba. Pero cien soldados a dos millas. 

-Entrada, rescate, cortar la cabeza del tipo ese y hundir una estaca en su putrefacto corazón. Cristalino como el agua. 

Un nuevo gruñido de disgusto emergió de mi garganta. 

-Debemos ser sigilosos, ¿me comprendes, Jonathan? Feroces, letales, rápidos. Sin dudas ni ambigüedades. -la cosa pintaba peliaguda, pero para eso ya estábamos preparados. O casi. Nunca se está listo del todo. Aunque hay que aparentar. 

-Una pregunta, ¿tiene idea de aparte de la guardia, de los "bichos" que nos podemos encontrar? No me creo que solo una guarnición de treinta hombres se nos oponga a nuestros planes. Y...Si es un vampiro...¿con todos esos poderes de los que se rumorea?

Ya nos habíamos enfrentado a la momia de un hechicero y es un asco.

Miré a Eve. No me sentía bien con ella de nuevo en peligro. Pero sabía que no podría apartarla de la acción. 

Mientras el hombre habla, simplemente observo el dibujo que va haciendo para ir memorizandolo. Es una maldición y una bendición para segun que cosas. 
Los guardias del castillo son un problema, por que estaran entrenados para pelear en esos pasillos y los conoceran muchisimo mejor que nosotros. La caballeria, si dejamos las puertas cerradas seria el menor de los problemas y si vienen acompañados. Que nos asedien. 

-No sera tan facil, primero clavale la estaca y luego decapitalo - recorro con la punta de mi indice el mapa hasta la torre y estoy segura que tendra a alguien vigilandola, la puerta con una cerradura. - Creo que voy a necesitar el vestido de una criada para poder llegar a nuestra secuestrada, no levantare tantas sospechas. La preparo para lo que venga, si no esta subyugada por el Duque y vosotros os encargais de los guardias. 

Miro a Rick y sonrio levemente, esto no es nada. Hemos acabado con momias y tenemos a buenos compañeros para esta misión.

-Si las leyendas son correctas, los poderes del vampiro durante el día estan menguados.