Partida Rol por web

- La sangre que corre por sus venas será su invitación señor, se nota a leguas que es de sangre noble. El Marqués lo detectará enseguida. Además al Marqués le gusta conocer a las personas notables que llegan a la zona. -  luego te pregunta - ¿Quiere recoger algo en su habitación? O prefiere ir tal cual está ahora mismo.

Llegáis al coche y puedes ver que es un modelo bien cuidado y sobre todo potente por si hay que salir a toda velocidad.

- Suba, le llevaré hasta el hotel por si quiere recoger algo y luego hasta la mansión del Marqués.

 Miré mi aspecto y asentí, antes de responder:

 - Así está bien. Por curiosidad, ¿tiene algún arma?. Si me acompaña, aunque solo sea como chofer, es posible que nos metamos en algún lío, como me pasó en el bar, y prefiero que pueda defenderse, en caso de que sea necesario.

 Si el pobre hombre me iba a acompañar, prefería contarle la verdad, sin paños calientes, y que no se metiera en la boca del lobo a ciegas, ya que era posible que se acabara convirtiendo mi compañero en esta aventura y prefería que estuviera preparado. Asimismo, si él quería irse y dejarme el coche, lo entendería, pero al menos no tendría su muerte en mi conciencia pr no haberle avisado.

- No señor, no tengo ningún arma aunque guardo una porra bajo el asiento por si algún malhecho quiere intentar robarme mi preciado Hispano Suiza. No soy un hombre que le guste la bronca, pero he estado en más de una pelea de taberna. Fui campeón de chimpas en mi pueblo durante muchos años. - comenta orgulloso mientras te acerca al hotel donde podrás recoger el equipo que necesitarás. - Le acompañaré y le esperaré en el coche, así si algo saliera mal podría ayudarle. Mientras sube a por lo que necesite aprovecharé para comprobar que los faros están listos y que hay agua suficientemente en el motor. El depósito de gasolina está lleno así que eso no debería preocuparnos.

 Después de recoger todo lo que necesito del hotel. Llevaré casi todas mis armas bajo el abrigo, pero tendré que llevar mi Rifle Mauser y mi Escopeta postas del 12 camuflados, ya que resultaría sospechoso hacer una visita cargando con ellos. Por suerte ya tenía algo pensando en ello, al tener las dos armas ocultas camufladas en un estuche de aparejos de pesca, como si me dirigiera luego a probar suerte con los peces.

 Una ve preparado, indiqué a mi chofer que estaba listo y que me llevara a la mansión.

El viaje comienza de día pero poco a poco va oscureciendo, y cuando llegáis al pazo del Marqués es ya noche cerrada. El pazo es inmenso, de líneas clásicas y sobre la puerta preside el blasón familiar del marquesado.

Las puertas de la cancilla están abiertas de par en par y podéis llegar con el coche hasta casi la puerta principal. Allí solo queda llamar a la puerta, que el chófer lo hace para evitar a un noble tener que hacerlo. Quedando claro para los de dentro que el chófer te sirve, lo que es lo lógico en estos tiempos.

Un mayordomo vestido con la típica levita negra abre la puerta y solemnemente pregunta quién es.

- Buenos noches caballero, quién es usted y cuáles son los motivos de su visita.

En su mano derecha porta una bandeja de plata para que deposites tu tarjeta de presentación que le será entregada al marqués sin lugar a dudas.

 Con una sonrisa amistosa, le entrego mi tarjeta al mayordomo, en la que viene impresa mi nombre y mi título noble. No es que me guste presumir, pero, en casos como estos, me sirve para abrir puertas:

 - Dígale a su señor que, si no es mal momento, Don Drac Nomdedeu, Conde de Vasconcellos, querría pasar a saludarlo y conocerlo, por favor. - Le dije amablemente.

El hombre al escuchar tu nombre y rango nobiliario asiente y te pide que aguardes un minuto, da un par de órdenes y al momento un mozo te pide que le entregues tu sombrero y abrigo para colgarlos.

El mayordomo va camino del salón, y al momento viene para indicar que su señor lo recibirá en breve.

 - Conde de Vasconcellos, mi señor lo recibirá. Por favor, tenga en placer de acompañarme al salón.

Acompañas al mayordomo, mientras tu chófer queda esperándote en el coche a pesar de que le habían ofrecido juntarse con el resto de criados y lacayos.

El pazo es grande, y finamente decorado con alfombras, tapetes y muchos animales disecados. Además casi todo el pasillo que da acceso al salón principal posee armas colgadas; desde mosquetones, a alabardas pasando por sabes, alfanjes e incluso algún gladio romano.

En el salón el marques te espera de pie a la puerta para darte la bienvenida a su hogar. Es un hombre de metro ochenta, delgado y de complexión atlética.

Notas que no parece muy contento de tu visita, pero intenta disimularlo con una gran sonrisa. Pero en sus ojos puedes ver que existe el mal en él, y un mal muy grande. 

- Bienvenido a mi humilde hogar. Soy Gonzalo Soutomaior y Ulloa, marqués de Soutomaior y conde de Noia.

Realiza una leve reverencia y luego te pregunta.

- ¿Qué motivos le han traído a mis tierras en esta noche?

Le devuelvo el gesto de la reverencia y le respondo, con una amplia sonrisa, llena de cortesía:

 - Saludos, os pido disculpas si he llegado en mal momento. Solo quería pasar a saludar y presentar mis respetos, de un noble a otro. Estoy viajando, pasando unas agradables vacaciones por vuestra hermosa tierra, y he decidido quedarme unos días en Portozás, a visitar la zona y probar suerte con la pesca.

 Hice un gesto, como si lanzara una caña de pescar imaginaria, sin perder mi sonrisa.

Notas el examen visual que te hace el marqués, está estudiándote sin lugar a dudas. Parece que tras unos segundos acepta tu presencia y su gesto hacia ti cambia, se endulza un poco.

- No se disculpe Drac, puedo tutearlo ¿no? Puede llamarme Gonzalo, entre nobles nos está permitido. - te hace un gesto para que lo sigas, mientras el mayordomo abandona la estancia - Estaba a punto de iniciar una reunión con un grupo de conocidos de alta cuna, espero que se quede porque tras la cena solemos celebrar un pequeño divertimento. Y hoy usted creo que será el que nos alegre la velada.

Lo sigues y puedes ver como un grupo de personas se disponen a tomar un pequeño ágape, todos visten impecablemente pero de color negro. Es como si fuera un entierro aunque sus gestos son menos sombríos, todos clavan sus miradas en ti. Alguno notas que se pone nervioso y casi derrama el contenido de las copas que sostienen. Tu presencia los está poniendo nerviosos sin duda y no todos tienen el aplomo del anfitrión que no tarda en presentarte.

- Caballeros, con nosotros esta noche estará el conde de Vasconcellos, Drac Nomdedeu. Compartirá la velada con nosotros, y será nuestro invitado en la celebración posterior.

Tienes la extraña sensación de que alguno sonríe con la última frase. Sin duda te tienen preparado algo, aunque no era lo que contaban parece que no es la primera vez que alguien les interrumpe en una de sus "celebraciones". Puede que el último fuera el compañero del Terra Arcanum que apareció muerto. 

La velada es tranquila. Tras unos canapés apetitosos y de buen sabor, pasáis a otra sala anexa al jardín para disfrutar de unas bebidas espirituosas. Puedes ver que hay antorchas encendidas en el extenso jardín. Parece que la celebración se celebrará allí.

El Marqués ha estado pendiente de ti de manera amable toda la noche, como un buen anfitrión de alta cuna. 

- ¿Cuál es su veneno favorito? - te pregunta para servirte una copa, ves que él se sirve un coñac.

 - Un buen coñac siempre viene después de una buena cena, par hacer más llevadera la digestión, si me hace el favor. - Respondí, con una sonrisa amable, mientras observaba lo que hacía con su copa, disimuladamente, y si me daba mi bebida de la misma botella o por el contrario usaba otra. También estaba al tanto, por si echaba algo a mi copa, porque tenía la sensación que lo que tenían planeado para mi no era nada bueno.

El Marques te sirve del mismo decantador que utilizó para servirse él, no parece querer envenenarte al menos. Tras disfrutar de la copa ves que comenta algo en privado con el mayordomo y este asiente. A continuación os invita a salir al jardín, donde disfrutaréis del final de velada. Son cerca de las 12 de la noche.

- Y ahora caballeros, celebraremos nuestra costumbre. La caza de una doncella.

Dos lacayos acercan una jaula con una mujer pelirroja dentro vestida con una túnica blanca, en sus ojos puedes ver el miedo reflejado. Los lacayos no son europeos, son africanos por el color oscuro de su piel y sus ropajes. Seguramente de Berbería pero no lo puedes saber sin escucharles hablar. En sus cinturas llevan sables curvos y parecen estar instruidos en el uso de la espada.

El Marqués se dirige a ti y te pregunta directamente con cierta voz socarrona:

- Conde de Vasconcellos, ahora tiene que tomar una decisión. O se une a nosotros y disfruta con esta joven o tendremos que acabar con usted. - hace una señal y seis lacayos más armados con lanzas entran en escena. - Su chófer está ahora mismo siendo custodiado, aún no le hicimos nada pero podemos matarle en cuestión de minutos. Puede que incluso juguemos con él, y bueno con usted si no se une a nosotros. Sepa que el último que nos investigó fue un miembro del Terra Arcanum que decidió quitarse la vida tras participar en nuestro juego. Seguramente consumido por los recuerdos de lo que tuvo que hacerle a la doncella, usted parece más maduro que él. Y bien, ¿Qué me dice? Se une a nosotros o se convierte en nuestro postre...

El resto de personas allí presentes ves que están cogiendo armas que le ofrece el mayordomo que ha salido con una caja llena de dagas ceremoniales. Parece que practican alguna perversa tradición de algún oscuro culto.

 Haciendo como si considerase su propuesta, de repente saqué un cartucho de dinamita y, tras encenderlo con el cigarro que estaba fumando, lo lancé en medio del grupo de aspirantes a cultistas, para a continuación sacar mi escopeta recortada y correr hasta donde estaba la chica, para a continuación disparar a la cerradura de la jaula y liberarla, provechando el miedo y la confusión causado por la explosión.

En los segundos que lanzas el cartucho de dinamita puedes ver que no contaban que aceptaras ya que se estaban acercando a ti con malas intenciones. El cartucho cae al suelo y crea una desbandada entre los nobles, pero uno de los lacayos se lanza sobre el cartucho y con su muerte evita que el resto salgan heridos. Tras esa explosión, escuchas una detonación de una pistola, suena lejos y apagado. Seguramente hayan disparado al chófer, no van a dejar cabos sueltos.

Sacas una recortada, lo que es digno de ver ya que has pasado varias horas con ella a cuestas sin que nadie la hubiera detectado ni te molestara durante la velada. El Marqués parece querer decir algo pero está más preocupado en esconderse por si decides dispararle. 

Revientas la cerradura y coges a la chica, pero ahora te encuentras que el resto de nobles quieren pincharos con sus dagas y que están saliendo lacayos de la casa y puede que alguno sí que traiga armas de fuego lo que dificultaría vuestra huida. Al menos la joven está en una forma decente y puede andar o correr sin problemas. Eso es un golpe de suerte, ya que si tuvieras que llevarla en brazos o a caballito seguramente la cosa se complicaría.

Tras sacar a la joven examinas la situación, tienes un jardín extenso en el que podríais esconderos y tener alguna posibilidad o podrías enfrentarlos pero seguramente su número provocaría que os matasen tarde o temprano. Son más de veinte personas y no sabes cuántos hombres quedan dentro o están al servicio de los nobles. Si han traído a sus guardaespaldas podrían ser hombres entrenados y que saben pelear o disparar. 

El oscuro jardín o una tarea épica digna de Hércules...es el momento de decidir.

 Luchar contra un montón de cultistas locos a pecho descubierto es imposible, sobre todo con la chica a mi lado, así que opto por la ruta de escapar por el jardín. Una vez allí, podré ir pensando en el siguiente paso, ya sea una tratar de hallar una ruta de escape o encontrar una manera de contraatacar. Tal vez la chica, si puede hablar, puede decirme algo sobre lo que ha visto o lo que ha oído en su cautiverio.

El jardín es extenso, y puedes ver que deciden no seguirte mientras se preparan. Mientras te alejas ves antorchas que se encienden para salir en vuestra búsqueda. Seguís corriendo alejándoos de la casa, veis que os persiguen pero están todavía lejos. Una niebla espesa se levanta en la zona para vuestro consuelo. Torcéis al sur por suerte y llegáis a un muro que delimita la finca. Al otro lado hay bosque espeso que intuyes más que ves y seguramente no cuenten que habéis escapado por ahí. 

La joven apenas comenta datos de tu interés, la secuestraron hace unas semanas cuando asistía a una feria de ganado en Compostela. Desde aquella estuvo encerrada en el pazo y la alimentaban bien, comenta que el Marqués solía bajar a hacerle "compañía" pero prefiere no contarte las cosas horrendas que le hacía.

Sigues caminando con la chica usando el muro como referencia en dirección a la carretera, ya que es lo más sensato por si pasa un coche o una calesa con caballos. A través del bosque y en estas condiciones, más si usan perros en vuestra búsqueda lo tendríais difícil. Además el Marqués es el señor de estas tierras y seguramente la autoridad esté a su favor, por lo que no puedes jugártela así y más con una inocente a tu cargo.

En silencio y al abrigo de la niebla llegas hasta donde el chófer dejó el coche tras que tu entraras en la casa. Puedes ver su cuerpo al lado del coche, inmóvil pero desde donde estás no sabes si está vivo o ya le hace compañía a la Estadea en su eterno vagar. Pero el coche está ahí y solo ves a un par de criados que vigilan con faroles la zona y están en la puerta del pazo, no al lado del coche.

 Tratando de no ser detectado, tratado de llegar hasta el coche, para ver el estado de mi compañero, y tratar de escapar en él...

En una rápida carrera aunque no sigilosa logras llegar hasta el coche, el chófer está herido de bala pero parece que todavía hay un hilo de vida en su cuerpo. Lo metes en el coche, en el asiento trasero del Hispano Suiza. 

En el momento que arrancas el coche los criados de la puerta alertan a su señor por lo que tendrás que hacer una conducción temeraria para salir allí, ya que ves que salen con escopetas para disparar al coche. Fuera de la finca te espera la doncella para subirse en el vehículo y escapar del pazo.

 Después de subir la chica al coche, llevo a todos a Portozás, esperando encontrar ayuda médica para el hombre y denunciar las acciones del marqués a los habitantes del pueblo, por si las autoridades estuvieran compradas. Con suerte el testimonio de a chica servirá para apoyar mis palabras y también podré enviar un telegrama al Terra Arcanun avisando de lo sucedido.