Partida Rol por web

From the Ashes, We will Rise (Morituri Te Salutant)

Capítulo 4: The infame and the notorious

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08/01/2020, 14:01
Lance F. Okazaki

LOS CIELOS SE ABREN
LANCE Y GREYSTORM

6 de noviembre de 2000
16.00 aprox., Biblioteca de Hogwarts

Lance: Después de todo lo que ha llegado a sus oídos, de la no garantía de Remy Maddox a conseguir información y de la visión de Sigma Ward, Lance tiene que seguir moviéndose para encontrar algún hilo por el que tirar sin llamar demasiado la atención de Bagholland tal como le prometió a Cornelia. Eso le lleva a dos opciones, y las dos tienen el mismo apellido.

Descartando de primeras la, mejor en su opinión, opción del profesor LeFay, pues tendrá trabajo que poner al día, se ha pasado buscando por un buen rato al hermano pequeño, sin éxito. El último sitio que le falta por mirar sin irse a parajes recónditos ni meterse en el Bosque Prohibido es la biblioteca, a la que tenía que ir en cualquier caso, así que hacia allí que va.

En el atrio ya no está la retirada Señora Pince, sino que ahora les recibe el joven Nigel Greystorm, que a su vez es también el profesor de japonés de Hogwarts. El motivo de por qué se enseña japonés en Hogwarts es un misterio para Lance, pero está aquí para cosas más importantes que esa.

— Buenas tardes, señor Greystorm — modula mucho su voz porque no lo conoce, pero Pince se molestaba con cualquier sonido fuera de lugar en la biblioteca. No querría empezar con mal pie y tenerlo en contra lo que queda de curso.

[...]

Lance: El chico se levanta aún con los libros en brazos cuando el mayor le da la señal de que deben terminar su reunión, y deposita los libros con cuidado en el mismo sitio donde estaban, para acto seguido inclinarse en Teineirei.
— Le doy las gracias por hacerme este favor. Y en el improbable caso de que pudiera necesitar algo de mí en el futuro, le ruego que me lo haga saber. Estaré encantado de ayudarle en lo que esté en mi mano — acto seguido, ambos abandonan la sala y Lance se interna en la biblioteca. Tiene un problema menos, aunque no solucionado del todo, al menos es algo.

Ahora le toca buscar a LeFay, y cuando lo encuentra, se sienta a su lado depositando libros junto con él. Ahora tiene que afrontar un problema para el que no está preparado.

 

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08/01/2020, 14:02
Lance F. Okazaki

MALES NECESARIOS
LANCE Y DARIEL

6 de noviembre de 2000, 16.20
Sección Prohibida de la Biblioteca

Master: Cuando Lance entra en la sala principal de la biblioteca, hay varias mesas diseminadas entre las estanterias ocupadas de alumnos muy estudiosos, sentados en silencio. ¿Todos? Bueno, casi todos. Mientras el bibliotecario retorna a sus tareas, entre ellas asegurarse de que los libros siguen a salvo de las manazas de los alumnos, Lance localiza a su siguiente objetivo y se sienta a su lado sin pedir permiso. Dariel Lefay está enfrascado (y algo aburrido) leyendo en la única mesa que hay en la Sección Prohibida, sólo apta para estudiantes de los últimos cursos.

 

Dariel: Aquella búsqueda estaba siendo básicamente una mierda. La libreria de B'n'B le daba mil vueltas a esta. Aunque claro que sea una tienda de recursos mágicos "poco convencionales" (menudo eufemismo familiar) ayuda, supongo. Me quedo atascado en una línea especialmente densa y aburrida cuando noto una "presencia"... Me giro a mi izquierda y me quedo mirando, sospechosamente, a la "presencia".
-Y tú, ¿de quien eres?

[...]

Lance: Todas esas respuestas que recibe se le hacen una bola difícil de tragar.
— Para empezar, ¿esperabas que ante un perigro que puede ser inminente Ward no me informase?  — contesta Lance, intentando comprender la situación, porque la verdad es que no sabe si lo acaba de entender —. Para seguir, ¿en serio crees que teniendo argo tan potenciarmente perigroso entreras manos yo voy a ponerme a preguntar aregremente? — si hay algo que le gusta menos que ser apartado de algo que le podría afectar directamente es que le tomen por idiota —. Yo no estoy muy bien dera cabeza, peroro tuyo es de enciero — no, definitivamente no va a poder llevarse bien con este elemento por más que lo intente. Además ha conseguido más de lo que esperaba conseguir, así que no tiene mucho más que hacer —. Y que sepas que hasta ahora se me ha dado bastante bien eso de pasar inadvertido — contesta antes de que se vaya.

Con su energía para socializar drenada por este último encuentro, Lance no tiene ninguna gana de cruzarse de nuevo con LeFay, así que con un movimiento de varita. Hace que sus cosas vengan a él y espera a que se vaya para tomar él el mismo camino. Ni siquiera sabe qué hora es pero, aunque le pese, prefiere llegar tarde al entrenamiento que verle la cara a ese imbécil.


 

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08/01/2020, 14:04
Sigma Ward

[Sigma+Dariel, en la Sala de Música, con el candelabro (17:00)]

 

Sigma: Mis dedos acarician las cuerdas del arpa con cuidado y delicadeza, aunque me noto tensa. Pero es raro, porque donde noto presión es en mi cabeza, como si algo estuviera empujando contra los huesos que delimitan mi cráneo. Por eso toco con la cabeza agachada y los ojos cerrados, muy concentrada en no concentrarme en nada. Paradójico.

Tarareo muy bajo la letra de la canción, por inercia. Puedo hacer eso y tocar sin apenas pensarlo, de manera autómata. Así es cómo me llena la música, fluyendo dentro de mí, como si navegara por mi sangre surcando mis venas.

Sí, ya noto bajar la presión de mi cabeza. La echo ahora para atrás y suspiro suave, más relajada. Toda esa energía que presionaba mi cabeza, se convierte en un pequeño dolor conforme me dejo llevar. Con suerte, cuando termine de tocar me quedaré como nueva.

Desde luego, ha sido buena idea venir a la Sala de Música después de las clases.

[...]

Dariel: Afirmo con la cabeza, repetidas veces.

- Esta noche, después de la cena. Estará más receptiva y soltará menos tonterías de falsa vidente. ¿Es un plan, Ward?- digo, muy serio.

 

Sigma:Es un plan, Lefay — confirmo seria también y me acerco a él para ponerle una mano en la cabeza — Ahora toquemos algo; vuelvo a necesitar relajarme — le pido, dejándole una caricia antes de separarme.

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08/01/2020, 22:37
April Glackstone
Sólo para el director

[Gran Comedor - Hora de la comida]

Master: April busca con la mirada en el Gran Comedor, aún quedan bastantes alumnos comiendo en la mesa de Slytherin. De entre las cabezas asoma la melena rubia de Reed que parece estar disponiendo bien de la bandeja de pescado y patatas. Un par de compañeros de clase parece intentar darle conversación, pero éste sólo asiente con la cabeza y les mira. De vez en cuando sonríe, mas nada detiene la maquinaria de engullir comida.

 

April: Es difícil no ver al grandullón de la melena rubia, así que me acerco y me siento a su lado sin ningún pudor.
— ¡Hola! —exclamo con una amplia sonrisa. Mientras voy cogiendo algo de comida (puré de calabaza y un plátano de postre), dirijo una mirada fulminante a los dos compañeros que hay en frente, instándoles a acabar de una p... vez con su comida y largarse. Miro a Reed, después a su plato y de nuevo a Reed, arqueando una ceja y esbozando una sonrisita. "No me extraña que sea tan grande con todo lo que come".

 

Master: Los dos alumnos enarcan sendas cejas y se quedan mirando a April con cara de "estás estorbando bitch!". Y no sólo no se mueven del sitio si no que continuan con la conversación como si la chica no estuviera.
-Y yo le dije... así no es...

Mientras, Reed desvía momentaneamente su mirada hacia April.
-¿Tú no eress la chicka de hace un rrato? ¿No puedess vivirr sin mi? -dice con frialdad y continua comiendo.

 

April: Viendo que esas ratas no se largan, les miro con una falsa sonrisa:
— Chicos, además de que vuestra conversación es tan interesante como un excremento de hipógrifo y me hacéis perder el apetito con vuestros caretos, el profesor Slughorn os estaba buscando por algo relacionado a su club.

Mi sonrisa se borra en cuanto habla y deja de hacerme gracia la cantidad que come Reed y paso a desear más bien en que se atragante.
— Ja. No te lo tienes tú creído, chaval.

 

Master: Los dos chicos miran con mala cara a April pero acaban marchándose, en busca de Slughorn. Reed hace una mueca burlona ante el comentario de ésta.
-Los hechoss hablann. Erres tú la que me perrsigue a mi. Dos veces. En una mañana -sonríe de forma burlona y fría.

 

April: Miro con desprecio a los chicos irse y me contengo para no sacarles el dedo del medio y decirles “idiotas, os lo habéis creído”. En cambio, uso toda mi fuerza de voluntad para responderle a Reed con una sonrisa amistosa de me-cago-en-tu-puta-madre, chaval.
— Vaya, ¿en Durmstrang si una chica se te acerca dos veces en un día es que quiere acostarse contigo? Qué… curioso, la verdad.

“No debimos haber ido a BB, Cassia”.

— Mira, ya que sacas el tema de haber hablado por la mañana. Qué curioso que tú y yo tenemos una… interesante conversación… y horas después mi padre me dice que “te ayude en todo lo que necesites, que eres un chico de bien”. —apoyo mi codo en la mesa y mi barbilla en la palma de mi mano, mirando fijamente a Reed. — Un chico de bien. Tú. —ladeo la cabeza, con una sonrisita burlona.

— Ah, pero me interesa más… ¿te suena? —le enseño el broche.

 

Reed: Enarca una ceja ante el lenguaje tan directo de la chica. Y casi se atraganta cuando ve la aguja de ropa. Deja de comer de golpe.
-Guarda eso, idiota. No puedes ir enseñando eso en público- dice en voz baja, con frialdad. Está descolocado aunque intenta disimularlo. Se pinza la nariz con exasperación.

-Vamos -la insta a levantarse.

 

April: Esperaba esta reacción, así que guardo el broche rápidamente y finjo que no ha pasado nada, aunque a él se le nota más que nervioso. “Tadá~” canturreo mentalmente, cuando me invita a seguirle.

“Lo siento papá, pero quieras o no, esta vez me quiero enterar de todo. Ya está bien de sobreprotegerme”.
Dejo el puré sin apenas probar y me llevo el plátano para al menos comer algo y sigo al grandullón de melena al viento.

 

Reed: El joven nórdico cruza el Gran Comedor a paso firme y decidido hasta salir de este. Se dirige hacia el hall, hacia el exterior.
-Demos un paseo. Eso si ese bonito escote te lo permite y no se te congelan, claro.

 

April:
— Pffft —le respondo, soltando el aire con una mueca. Me dan ganas de decirle “pero qué hablas, chaval” pero me lo pienso mejor y... no es plan de hablar sobre mi vida sexual con él, que igual se piensa que es una indirecta (y yo siempre soy muy directa). Con toda la dignidad del mundo, salgo a los Jardines la primera… aunque me cierro la capa.

 

Reed: El joven conduce a April hacia los jardines. Cuando considera que hay suficiente distancia de seguridad y no hay ojos ni oídos cotillas se para.
-¿Quién es tu padre y por qué te ha dado la aguja?

 

April: Me enciendo un cigarrillo, que en todo el día sólo he fumado uno y ya lo necesito. Exhalo el humo y cierro los ojos un segundo, saboreando la nicotina y el “oxígeno” para mis pulmones. Casi me choco con el nórdico cuando se detiene de golpe, pero logro esquivarle y detenerme frente a él.
— Hmm… en la carta decía que el broche me sería de utilidad… y que hiciera buenas migas contigo, lo cual es sorprendente, ya que nunca me ha alentado a acercarme a un chico. Por lo demás, él es un trabajador del Ministerio de Magia y un padre excesivamente preocupado por cómo el Mundo Mágico está perdiendo su esencia.

Le sonrío amistosamente. Lo habrá entendido, ¿no?
— Te toca. ¿Qué este broche y quién eres tú realmente?

 

Reed: Hace una mueca de disgusto al llegarle el humo del cigarrillo de April. Hace un pequeño aspaviento con la mano para apartar el humo de su cara.  Tras oír la explicación de la chica, ésta puede leer en su rostro la contradicción y al mismo tiempo, cierto entendimiento, aunque intente parecer una estatua de mármol.
-El broche es un símbolo de Hermandad. Tenerlo te hace miembro o afín a la causa -responde éste finalmente, no sin cierto tono de orgullo, oculto, en su voz, al pronunciar "hermandad".

- Yo sólo soy un instrumento -se encoge de hombros, con indiferencia fingida. Pero lo que April ve es un orgullo visceral y peligroso. Es un creyente 100%.

 

April: Al darme cuenta de que le molesta el humo del tabaco, me cambio el cigarro de mano y me pongo de manera que no le vaya el humo con el aire. Pero no voy a dejar de fumar, claro.
— Perdón. —le digo.

Le escucho atentamente, fijándome sobre todo en sus reacciones. Si lo que dice es cierto, mi padre conoce dicha “causa” y cree en ella o, como mínimo, lo suficiente como para ser un activo desde las sombras, como siempre.

Miro a nuestro alrededor y bajo la voz:

— ¿Es como la marca del Señor Oscuro, pero en broche? —me quedo un rato pensativa, antes de alzar los ojos y mirarle con seriedad: — Entonces es un distintivo… ¿Qué Hermandad? ¿Los mortífagos? Reed, quiero que me lo expliques. Estoy harta de que todos me dejéis siempre en la ignorancia, ya no soy una niña pequeña que necesita ser cuidada y puedo ayudar. Soy útil, ¿sabes? Es más: no decirme nada puede provocar que meta la pata. ¿Qué hubiera pasado si el broche se lo enseño a otro que no seas tú, eh?

 

Reed: El chico bufa exasperado al principio, pero es sólo una estratagema para esconder su sonrisa maliciosa.
-Algo así, pero los mortifagos están obsoletos, acabados. Eran cortos de miras, igual que su líder. La Orden de la Serpiente Blanca tiene unos objetivos mucho más allá de la mera ansiedad de poder de un par de magos avariciosos -acaba contestando éste.

-Me alegro de que tomaras esa decisión juiciosa -clava su mirada en April, que puede ver en su brillo que menos mal que ha sido a él, porque probablemente ella y la persona "equivocada" no habrían visto un nuevo amanecer.

 

April: Por instinto, miro a todos lados con pánico al escuchar a Reed criticar a los mortífagos. Quizá es un acto reflejo después de haber pasado toda mi vida sabiendo que tenía que tener cuidado con lo que decía, y aunque como él mismo dice ya están obsoletos, ¿quién dice que no hay ningún pro mortífago cerca que puede traernos problemas por menospreciar al Señor Oscuro?

Al escucharle sobre mi “decisión juiciosa”, me lo quedo mirando con una ceja alzada y pongo la mano que no sujeta el cigarrillo en mi cintura.
— ¿Perdona? ¿Es eso una amenaza? —sonrío, para nada ofendida, sino que le sigo el juego: — Uy, Reed, ¿no te lo tienes muy creído? Igual te hubieras sorprendido tú al comerte mi maldición y acabar arrodillado en el suelo lamiendo mis botas. —bromeo, dándole un golpecito con la cadera en plan amistoso. Incluso le guiño un ojo.

— ¿Y cuáles son estos objetivos? ¿Debería mantenerme al margen o… puedo ayudarte?

 

Reed: Observa cómo April mira para los lados, con pánico. Éste sonríe complacido.
-¿Amenaza? Para nada. Sólo un hecho. Además, sería una pena tener que eliminar una chica tan... predispuesta a la causa -sonríe maliciosamente mientras sus ojos devoran las curvas de April como un hambriento a un delicioso pollo asado.

-¿Es eso lo que te va, que te laman las botas? -casi le susurra, en tono burlón. -Eso explica lo de las mazmorras.

Se queda pensativo ante la propuesta.
-Puedes ayudar. Yo te diré cuándo -le guiña un ojo cómplice -Y ahora, mejorr volvemoss a la esskuela -recupera su acento habitual, como burla personal y vuelve a guiñarle el ojo - sufisientr amisstadt porr hoy.

 

April: Vuelvo a poner los ojos en blanco. “De verdad se cree que no me sé defender” pienso, apurando lo que queda de cigarrillo antes de tirarlo al suelo y chafarlo con el tacón de la bota. Tampoco me pasa por alto la forma en que me mira, pero claro, eso es lo normal y no lo que hacía antes de ignorarme por completo (por favor, bitch). Suelto un bufido y me aparto el pelo con un gesto comedido, sin responderle a “lo que me va”, aunque le dedico una sonrisa pícara y un guiño.

Me río cuando comienza a hablar de nuevo con su acento de norteño.
— Bien, vamos. ¡Ah! Por cierto, se me olvidaba. Quienes van detrás de ti, además de James, es un chico de Hufflepuff llamado Alvin. Deberías tener cuidado con él, parece que no es un simple tejón sin más ni un mero traficante. Parecía hablar muy en serio cuando hablaba de ocuparse de ti.

Cuando llegamos a las puertas de Hogwarts, me giro para mirarle.
— Que sepas que te lo digo como muestra de buena voluntad para ser amigos. Aunque creo que habría sido interesante no decirte nada para ver cómo te las apañas. —le guiño un ojo y con una sonrisita, me adelanto a él y entro en el castillo.

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11/01/2020, 18:50
April Glackstone

[Después de la cena]

April: Después de cenar, mientras salimos del Gran Comedor y vamos hacia la Sala Común, agarro la muñeca de Cassia y tiro de ella hacia una de las mazmorras vacías y lejanas de la zona de paso.

— Cassia, tengo algo que contarte. Pero... ¿estás bien? Pareces enferma...

 

Cassia: Joder, ¡pero si he comido! ¿Ahora de qué tengo mala cara? Aunque bueno, la verdad es que April ha tirado de mí como ha querido y nos acaba de meter en una mazmorra; es evidente que mi cuerpo no está en condiciones de oponer resistencia a nada ni nadie. Ni siquiera a alguien pequeñito y sin fuerza como Ap.

— Estoy bien, he cenado —le aseguro. Aunque tengo el estómago pesado, no siento ganas de potar. — ¿De verdad estoy tan fea? —me preocupo, acariciándome las mejillas.

 

April: Enarco una ceja al oír cómo dice lo de "he cenado". Por un momento guardo silencio, preguntándome a qué ha venido eso.

— No me digas que vuelves a... Espera. ¿QUIÉN TE HA LLAMADO FEA? —gruño, sacando fuego por la boca. A Cassia (y a mí) nos pueden llamar muchas cosas: desde abusonas, malas personas, interesadas, chismosas y arpías. ¿¡Pero feas!?

— Es sólo que pareces no encontrarte bien. No sé... ¿como cuando se acerca el último partido de ese "jueguecito de las escobas" y decís que es casi imposible ganar?

 

Cassia: Ay, qué alivio; ella no me ve fea. Entonces no estoy tan mal.

— Sí, sé lo que dices —me aprieto la cintura un poco. — Creo que me he quedado sin energía ya a media tarde, con lo mal que he dormido... No te preocupes: mañana se me pasa si me acuesto pronto. ¿Qué querías contarme? —le sonrío.

 

April: Siento una punzada de culpabilidad, ya que fue culpa mía que llegáramos tan tarde ayer. La abrazo para darle un poco de mi energía, y es que no he parado quieta en todo el día y aun así estoy llena de vitalidad.

— No me hagas volver a vigilarte como en cuarto, ¿eh? Vaaa, si es asqueroso vomitar, ¡no me seas! —exclamo, con un amago de berrinche de los míos.

Suspiro. Me aseguro que no se escuche nada fuera y bajo la voz.

— He hablado con Reed durante el desayuno y la comida… —empiezo a contarle, con seriedad. — Tía, ¿sabes que huele de maravilla?

 

Cassia: Me quedo mirándola, perpleja; ¿tan obvio es? Joder... Yo no lo veo para tanto.

— No me vigiles y ya, tranquila —declaro, aunque no lo niego. Prefiero dejarla fuera de esto. — ¿Has estado persiguiendo a Reed? —enarco una ceja. Cuando empieza a mencionar el olor de algun chico suele ser porque le interesa revolcarse en su cama, si me explico con claridad. — A ti es que cuando te dicen que uno es un poco malote te enciendes enseguida, baby.

 

April: No puedo evitar reírme.

— En realidad no es así. Osea, sí, jolín, el tío está bueno, —admito, con un claro gesto de “pero es bastante obvio, ¿no?” — pero está claro que hay algo raro en él y creo que hay que tener cuidado porque es peligroso. Esta mañana, fui a intentar ganarme su favor advirtiéndole que había alguien que va a por él y, ¿sabes qué hizo? Me acorraló contra la pared en plan “no te amenazo, pero te estoy amenazando”, ¿sabes?

— Total, que pienso en no acercarme mucho a él y advertiros de que tengáis cuidado, cuando me llega una carta de mi padre que me dice que haga buenas migas con él y con un broche de regalo.

Le enseño el broche de la serpiente que se come a sí misma.

 

Cassia: Me quedo con la cabeza torcida y la expresión de "mi mejor amiga está loca" hasta que me pone dicho broche frente a los morros. Lo reconozco deprisa, ya que de no estar segura de que sigue guardado en mi baúl podría creer que ha robado el mío. ¿Y dice que su padre se lo ha mandado?

— ¿Qué significa? ¿Te lo ha dicho? —pregunto con insistencia.

 

April: Me sorprende la reacción de Cassia. Esperaba que hiciera algún comentario sobre lo horripilante y de mal gusto que es, incluso cuando se trata de una serpiente.

— ¡Qué va! Ya sabes cómo es mi padre, que nunca me cuenta nada no vaya a ser que me traumatice o algo. —gruño, soltando un bufido molesta. — Peeeero… he imaginado que ambas cosas tenían relación y he ido a preguntar a Reed. Me ha dicho que tenerlo significa ser miembro de la Hermandad o ser afín a la causa. Además, mi padre me decía en la carta: “en el futuro le verás utilidad”, como si fuese a ser el sustituto de la Marca del Señor Oscuro.

 

Cassia: — La Orden de la Serpiente Blanca... —susurro, sintiendo cómo se me vuelve a helar la sangre. También puede ser que la mazmorra es especialmente fría y que a mí me faltan calorías, pero joder, el mal rollo que siento es importante.

Pongo las manos sobre los hombros de April, poniéndome seria. Las sospechas de Julian, que "imagino" le transmitió Werd, eran ciertas: son los nuevos mortífagos. Y van a por él, y Reed es de ellos (o al menos afín); ahora Julian está perdiendo el control de sí mismo por una posesión... Y la nota en mi Corazón de Bruja, de ese tal "CLB", advirtiéndome que me aleje de la Serpiente. ¡¿Cómo me voy a alejar ahora que todo empieza a tener un sentido?!

— Tenemos que sacar a Reed de esa habitación. ¿No te llama la atención que tirase a James por las escaleras y que se cambiasen de habitación? ¿Eso fue antes o después? Porque... mira, desde Samhain algo tiene poseído a Julian. Lo notó. Y la puta de Werd le advirtió que la Orden iba detrás de él; ¿y me cuentas ahora que Reed es de ellos? —me llevo la mano a la cabeza, un poco mareada. Me empieza a ir la lengua más deprisa que la mente. — ¡Tía, que por fin sé por dónde empezar! No puedo fallarle, no después de que me haya dicho que me quiere, hostia...

 

April: Por un momento pensaba que Cassia me iba a besar al agarrarme los hombros y quedarse mirándome intensamente varios segundos sin decir nada. “¿¡P-por qué coño iba a besarme!?”. Estoy muy susceptible desde Halloween.

—…¿qué? ¿Cómo que poseído? Espera, ¿Werd ha vuelto? ¿Esa puta no había muerto o algo así?

No estoy entendiendo nada, muchos frentes abiertos con poquísima información. Me pinzo el puente de la nariz con dos dedos y saco dos cigarrillos, que lo necesitamos. Lo enciendo, le doy una calada y al exhalar el humo le pido explicaciones más detalladas.

— Y lo más importante. ¿Qué es eso de que te ha dicho que te quiere? —me acerco a ella para no darle escapatoria, sonriendo de oreja a oreja con picardía. — ¿Así que musculitos al fin se ha vuelto un hombre y se ha confesado? ¿Y qué le has dicho tú?

 

Cassia: Acabo aceptando en cigarrillo por pura ansiedad, bajo la impresión de que podría contar como comida. Mientras no nos pillen y nos lo fumemos deprisa...

— Werd fue a la fiesta de los Swann. Con Ashley —le resumo, y me deja el mismo mal sabor de boca que aquella misma noche. — Al menos parece que no ha vuelto al país, pero se encargó de dejarle ese bonito aviso a Jules y nos ha tenido dándole vueltas al tema desde entonces.

De pronto me siento tope acorralada contra el muro. April acaba de cortarme la salida, y puedo deducir perfectamente que no es por el tema de la Orden.

— ¡Nada! Le he recordado que no entiendo muchos de mis propios sentimientos, y él lo sabe. No puedo responderle más que quiero protegerle porque sería como mentirle. Y dice que no le importa, que sabe que no "soy de esas", pero que quiere que lo sepa por si lo de su posesión se vuelve más grave —le resumo, aunque angustiada. — ¿Lo del puñetazo a Levi? Fue eso. Hay algo o alguien que intenta controlarle, y la presencia de Reed en su habitación me llama mucho la atención.

 

April: Me apunto mentalmente que debemos seguir hablando sobre Julian y Cassia, pero es evidente que es un tema sin importancia en comparación con la posesión. No sé mucho sobre fantasmas ni nada de esto, pero…

— Nunca he creído mucho en las casualidades, la verdad. Es evidente que Reed tiene algo que ver en el tema… él mismo me ha mencionado que es meramente una herramienta y… ¿sabes? Cuando lo decía… él parecía esforzarse en ocultarlo, pero se le notaba orgulloso y convencido de sus palabras. Exactamente igual que los mortífagos y el tema de la pureza de sangre.

Vamos, yo misma soy una creyente de que los sangre pura somos mejores, pero no por ello mataría a los no puros. Ni siquiera a los muggles y eso que me parece una sociedad muy inferior.

— Pero no podemos hacerlo. No podemos echarle de repente. Se daría cuenta de que algo va mal y probablemente nos saldría mal la jugada. En cambio… —sonrío. —Sabemos a quién vigilar. No te preocupes por él, yo me ocuparé de Reed. Le he convencido para que piense que puedo estar de su parte. Averiguaré qué trama y te lo diré.

 

Cassia: El plan no es malo, pero yo soy impaciente y este asunto me tiene muy intranquila. De hecho me viene perfecto que April me tenga pegada a la pared, porque me podría caer.

— ¿Estás segura, nena? Cada vez tengo más claro que esto es gordísimo, y puede ser peligroso... —frunzo los labios. — Encontré un broche de estos en la Casa de los Gritos cuando estuvimos castigados; ¿crees que pudiera ser de él?

 

April: Me aparto de Cassia, cogiéndola de las manos y acariciándoselas para tranquilizarla. Ahora entiendo por qué tenía tan mala cara. ¡Como para no! ¿Julian poseído?

— No, si fuera de él ya lo habría recuperado. Le daba mucha importancia a la causa, incluso le pregunté qué habría pasado si le hubiera enseñado el broche a otra persona y literalmente me dijo que si se lo enseñaba a la persona equivocada nos haría desaparecer a los dos. No es suyo, pero debe ser de alguien más. Tú quédatelo, no se lo enseñes a nadie y ya veremos si podemos usarlo. Como mínimo nos servirá para no ser sus objetivos.

Suelto un fuerte suspiro.

—Papá, ¿en qué te has metido esta vez? —murmuro, incapaz de verle sentido a que mi padre apoye una causa así. ¿Qué buscan? ¿Por qué Julian? ¿Es por su cuerpo?

— No te preocupes, Cassia. Salvaremos a tu novio. Sea lo que sea lo que trame Reed y la Hermandad, lo descubriremos. Intentaré averiguar qué hace Reed y también trataré de sonsacarle algo a mi padre. Además, le pediré a Ivy que le pregunte a mi hermano, porque fijo que el muy idiota también está en la Hermandad.

— Así que si me acabo acostando con Reed, quiero que sepas que es meramente por ganarme su confianza. —añado como una “broma”, para aligerar el ambiente.

 

Cassia: Vale, de momento seguiré con el plan inicial y guardaré el broche. Ya no lo necesito para saber qué es, pero igual lo necesito para hacerme pasar por una aliada. Vamos, para salvar mi trasero.

— ¡¡Que no es mi novio, cállate!! —la regaño. Esto me pasa por bocazas. La empujo con la mano que no sostiene el cigarrillo y me muevo, pero sin apartarme de la estabilidad que me da la pared. — Mira, a mí me da igual con quién te des el homenaje siempre que seas cautelosa, y más sabiendo que ese tío es un sospechoso principal que además hace cosas raras como tirar a gente por las escaleras. Mis abuelos me dijeron que han fabricado trece de estas piezas y ya sabemos dónde están dos —le informo. — No es un grupo pequeño, pero tampoco una horda. Los grupos pequeños siempre son más peligrosos, creo yo.

 

April: Aw, se pone tímida la chica. Me río cuando me empuja y finjo que no la escucho mientras me advierte de que vaya con cuidado. Al final, doy por terminada la conversación sobre conspiraciones. Me agarro a su brazo y nos llevo hacia la Sala Común, sonriendo como si no pasara nada.

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11/01/2020, 19:28
Cassiopea O'Bhrendel
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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12/01/2020, 14:07
Ivy Pont-du-lac

[Desayuno - Después de las clases - Comida - Dormitorio]

Bajé al desayuno dándole vueltas a lo que Cassia y April me habían comentado. Quizás no estaría de más hablar con James, tendría que encontrar el momento. Pero no sería ahora, había demasiada gente alrededor.

Cuando llegó el correo no pude evitar mostrar la sorpresa en mi rostro. Frank no solía escribirme mucho y yo tampoco lo esperaba. Estaba bastante segura de que era un esfuerzo mental más que sobrehumano para él, así que cuando recibía una carta suya, siempre me pillaba por sorprensa.

- ¿Cambió de equipo? -Volví a releer la carta que me había enviado a mi.- No me ha dicho nada. Ni aquí. -Agité la carta en el aire, extrañada.- Sólo me habla de un concierto de las Brujas de Macbeth.

Volví a revisar la carta por si se me había traspapelado algún pergamino o algo. No es como si Frank me contase todo lo que hacía pero no perdía oportunidad ninguna para fardar sobre sus méritos en el Quidditch así que eso es algo que estaba bastante segura de que me contaría.
Nada. Ni un pergamino más. Entonces fue cuando me percaté de que el sobre ni siquiera estaba lacrado. Y las palabras de Ashley empezaron a resonar en mi mente.

...

Durante las clases intenté concentrarme en lo que decían los profesores para no quemarme mentalmente con los temas de Frank y Ashley, aunque en Historia de la Magia mis esfuerzos fueron inútiles y mi mente volvió a darle vueltas a ambos temas.

...

La comida fue rápida porque tanto pensar en las palabras de Ashley me hizo recordar que no había leído aún las cartas que le había robado, así que comí de manera un poco menos elegante pero más rápida de lo habitual para salir como un rayo en dirección a los dormitorios. A esa hora no habría nadie, justo lo que necesitaba.

Al llegar a la habitación, saqué las cartas del sujetador que me había puesto ayer, me senté en la cama y corrí las cortinas del dosel.

- Tiradas (1)
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13/01/2020, 21:58
Master 1

“Querida y encantadora Ivy,

Hace días que no sé nada de ti. ¿Cómo va la escuela? ¿Y Tus primos? ¿Estáis todos bien?

Me han ofrecido unos pases para ir al concierto exclusivo de las Brujas de MacBeth en el Albert Hall, por si te interesan. Si es así, por favor, no dudes en pedírmelas. Estaría encantado de ir a verlas contigo y con tu familia.

Nos vemos pronto, amor. Siempre tuyo,

Frank Glackstone

 

Claramente, esa carta no está bien. Recordando anteriores misivas intercambiadas con tu fiancée, eso no puede haber sido escrito por él. Primero, apenas han pasado un par de días desde el día en casa del abuelo Lefay. No tiene sentido que diga que “hace días que no sé nada de ti”. Segundo, te llama “amor”. Te ha llamado muchas cosas, pero nunca Amor. Es… demasiado azucarado para él. No tiene tantos sentimientos en su interior. No nos engañemos, está muy bueno, pero está más hueco por dentro que una nuez bastarda. Y tercero y último punto, ¿¿pregunta por tu familia?? Venga ya.

 

Llega el turno de las cartas robadas. La primera que sale a la luz de entre el montón de papeles que te metiste en el bolsillo universal femenino que es el canalillo de toda la vida: la dirigida a Cassia. A primera vista se ve que es un borrador que nunca terminó. La letra es de tu primo Ashley, la reconoces en seguida. Lo siguiente es… no sabes si es raro, perturbador o ¿raro? Empieza como una misiva personal normal de disculpas.

“Querida Cassia,

Me afectó dejó sorprendido tu reacción en la cocina de casa. Está claro que mi presencia con la Srta. Blackwood en la fiesta de los Swann te causó algún tipo de disgusto. Nunca fue mi intención. Aprecio… [tachón] no entiendo el disgusto siento que eso te disgustara, nada más lejos de lo que querría…”

 

La segunda carta robada tiene una letra diferente, pero que también reconoces fácilmente, es la de tu tío Galahad. Va dirigida a su hijo mayor, Ashley. No es una misiva larga precisamente, de hecho, es bastante escueta. Tu tío le deja bien claro, en un tono imperativo, que debe llevar a la hija de Blackwood a la fiesta porque ciertos negocios familiares dependían totalmente de ello. Si no lo hacía, perjudicaría seriamente a la familia, cosa impensable.

 

La última misiva no es exactamente una carta, es más bien un boceto de discurso. La letra es de Ashley y es básicamente un texto donde éste intenta explicar que renuncia a su candidatura al Ministerio de Magia para poder continuar con su carrera profesional como profesor en Hogwarts.

He tenido la gran suerte de encontrar mi verdadera vocación, enseñar. Y es por ello, que anuncio mi…” Y ahí acaba la narración porque no la ha terminado, probablemente por las prisas de irse en mitad de la noche, con su hermano pequeño. Probablemente eso era lo último que estaba haciendo antes de irse en su roadtrip.

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18/01/2020, 16:32
Julian Crautchin

Levi y Julian. Sobre las 15:30/16 horas.

 

Julian: No sé qué hora era cuando Cassia me dejó en la habitación tras bajar juntos de la Torre de Astronomía y tras poner un aviso cancelando el entrenamiento de Quidditch. No estoy en condiciones de liderar un entrenamiento, y me encuentro cansado física y animícamente. Además, aún voy borracho así que le pedí a ella que me acompañara y avisara por si alguno de los equipos quería aprovechar el campo.

El caso es que por comodidad, me quite el uniforme y me metí en la cama en gayumbos y con una camiseta interior de manga corta. Ninguno de mis compañeros estaba en el cuarto en ese momento, y mejor, porque necesitaba un rato de tranquilidad a solas. 

 

[...]

 

Levi: Vuelve a asentir, de nuevo mordiéndose el labio. - No diré nada. - murmura, decidido, palmeándose las piernas y poniéndose de pie. - Yo iré a buscar a Dariel. Si llegas a verlo avísale. - le pide, agitando la mano como despedida y pensando en dónde diablos estaría ese endemoniado muchacho.

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24/01/2020, 19:06
Levi Montblanc

[Levi + Dariel: aclarando conceptos]

Dariel: Tras un par de horas tocando la guitarra al compás del arpa de Sigma, nos acabamos despidiendo con la promesa de la post-cena. Ya no me noto la cabeza tan pesada y la pierna, aunque se queja todavía un poco, no es impedimento para llegar a la Sala Común de Sly sin necesitar ayuda. Cargado con mi guitarra a la espalda, cruzo las mazmorras y penetro en nuestro santuario a.k.a. nido confortable de serpientes. Veo a Pierce y los demás compañeros de equipo merodeando, aburridos y quejándose, por la Sala. Les miro extrañado.

-Oe, ¿no tendríais que estar entrenando o algo así?- que me lo salte yo, vale, tengo excusa, pero y ¿el resto?

Levi: Sale de la habitación de Dariel, todavía preocupado por su charla con Julian. Decide entonces preguntarle a la gente de la Sala Común, a ver si alguno lo vio y justo lo ve llegar, preguntando a sus compañeros de Quidditch por el entrenamiento.

- Se suspendió. – responde, sucinto. - Oye, necesito hablar contigo. - dice en voz baja. Con todo lo sucedido con el Capitán casi se había olvidado que lo había dejado plantado durante la mañana.

[...]

Al cabo de un buen rato, ambos salimos de la Sala de Música de la escuela, en dirección a las estancias de Slytherin a hacer deberes o lo que sea.

Notas de juego

Aviso a navegantes: sólo apto para golos@s, prohibido a los diabéticos.

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27/01/2020, 18:05
Cronista anónima

[ 6 DE NOVIEMBRE: TARDE-NOCHE]

Y llegó la hora esperada, el retorno de los entrenamientos oficiales de quidditch. Este fin de semana iba a ser el primer partido del torneo anual escolar. Para decepción de unos cuantos, el capitán del equipo de Slytherin, Julian Crautchin, ha suspendido el entrenamiento en el campo de quidditch, perdiendo claramente la oportunidad de esta semana de hacerlo ahí. El capitán del equipo Gryffindor, raudo como un halcón, tomó ese turno para sí mismo, aprovechando la apertura dada por las Serpientes. Los tejones, en cambio, en su modo habitual, ni se dieron cuenta y entrenaron donde estaba previsto, en los jardines.

 

Al llegar la cena, los rumores acerca de porque el Capitán Crautchin había anulado el entrenamiento fueron agrandándose a cada minuto más.

-Por lo visto, le han encontrado borracho bajando por las escaleras…

-No, que va, ha tenido una indigestión con el plato de macarrones con tomate, por lo visto ha cabreado a algún…

-Para nada, Crautchin es Perfecto, seguro que es una gripe muggle de esas infecciosas…

 

La gente se fue agolpando en sus sitios, en sus mesas respectivas, entre el cuchicheo y el hambre. No había sido un mal día del todo, algunas y algunos incluso lo consideraban un gran día, especialmente por el alumnado perteneciente al club de fans del profesor Lefay, que había vuelto a sus clases. También el club de fans del Cassiel parecían estar un poco alborotados, unos aliviados porque su shippeo volvía a estar en la escuela, vivito y coleando, y otros indignados, con la actitud poco “cariñosa” de la Reina de las Fiestas. Todos esperaban más de una Queen como ella y no había estado a la altura, claramente.

Y, por último, estaba todo el numerito del novato extranjero en la enfermería. Que se había creído el americanito ese pegando gritos y echando a todo el mundo de allí. Algo raro tiene que tener, seguro que sí…

Notas de juego

Slytherin tendrá una penalización de -1 en su primer partido por estar en desventaja de entrenamiento respecto a los demás equipos, sea quien sea que le toque.

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27/01/2020, 18:05
Descartes

-Ohohohohoho, niño malo, te me has escapado. Y yo que quería darte abrazos y mucho azúcar- hace pucheros, tristón, el oso de peluche de color rosa que flota al lado de Ian.

-¿Por qué no me quieres?- llora algodón de azúcar que cae en lagrimones sólidos y esponjosos de sus ojos.

-Seré muy bueno. Soy muy buen amigo, haré todo lo que tu corazón desee. Seré… tu hada madrina en forma de oso adorable- suelta un montón de corazoncitos flotantes que chocan y explotan contra la cara de Ian, como si fueran pompas de jabón.

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27/01/2020, 18:06
Alvin Stuart Saint-James

-Ah, por fin te encuentro- oye Nissa a sus espaldas. Un joven bien formado, de piel cobriza y rastas, le mira con una sonrisa atractiva. Su uniforme le delata como miembro del grupo tejón, el mismo que ella misma.

-Me ha dicho un pajarraco que buscas… ciertas cosas- vuelve a sonreír el muchacho.

-Por cierto, por si no nos han presentado, soy Alvin. Tu amable vecino, proveedor y hombre de negocios- dice en tono de broma.

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05/02/2020, 19:15
Ivy Pont-du-lac
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Broche de April.

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05/02/2020, 19:43
April Glackstone
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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05/02/2020, 22:58
Ivy Pont-du-lac

April & Ivy
6 de Noviembre
[Habitación femenina de Slytherin - Después de la cena]

April: Al llegar a la Sala Común después de la interesante charla con Cassia, me acerco a Ivy.
¿Podemos hablar un momento... cuñada? —le sonrío ladeando la cabeza en un gesto amistoso, dejando evidente con ese "cuñada" que es un tema importante, porque vamos, aunque ya no nos tiremos de los pelos, que la trate como de la familia es tan raro que me siento sucia.

Vamos a la habitación, donde por suerte aún no hay ninguna de las compañeras, ni siquiera las sosas que se van a dormir justo a la hora designada. Cierro la puerta con la varita y me siento en su cama. Le doy unas palmaditas para que se siente a mi lado.

A ver... realmente no sé cómo decirte esto... nunca nos hemos llevado bien, pero tampoco te deseo mal, así que creo que lo mejor es que te lo diga y ya tú harás lo que quieras. —comienzo, un poco agresiva por tantas disputas pasadas. Suspiro. — No te fíes de Reed. No te juntes con él. Y obviamente, no te quedes a solas con él. Es peligroso. Él es... parte de alguna banda organizada, en la cual alguien que conozco... no, mi padre más concretamente, también forma parte... creo. Y seguramente no lo sabrás, pero mi padre era mortífago. Así que seguro que no traman nada bueno.

Me la quedo mirando muy seriamente. Supongo que no hace falta decir que si dice algo, la maldeciré para que su perfecta cabellera rojiza se caiga. Le enseño el broche.

Esto me lo entregó mi padre. Y al enseñárselo a Reed, parece que ahora cree que soy una aliada a su causa. Y así seguirá la cosa por el momento, ya que tengo que vigilarlo. Pero él es peligroso, así que mantente alejada de él... por tu bien.

Ivy: Cuando terminé de leer los documentos que había encontrado los volví a guardar en lugar seguro y salí de la habitación hacia la Sala Común. Lo de Cassia y Ashley me había sorprendido. No porque no pudiera imaginármelos juntos si no por el tono en el que parecía dirigirse mi primo a ella.

Me senté en una de las butacas, y ahí me disponía a comenzar a darle vueltas a todo cuando apareció April. Y muy amistosa. Enarqué una ceja.
- Claro. -Contesté aún sin saber muy bien qué esperar de aquello. Algo había, ¿pero el qué?

Cuando veo que cierra la puerta del dormitorio, entiendo que la cosa se va a poner seria. Me cruzo de brazos y espero de pie, hasta que me indica que me siente junto a ella, lo cual hago.
Sentada en mi propia cama con April. Quién me lo iba a decir.

- Bueno a ver, tranqui... -Iba a pedirle que relajase un poco el asunto íntimo al ver los humos con los que comenzaba a hablarme, pero según avanzó en la frase, me callé y le presté atención. Tanta como jamás le había prestado. Nunca habría pensado que en algún momento April diría algo que fuese útil para mi y sin embargo allí estaba, dejándome boquiabierta.

- Técnicamente estamos investigando juntos, en algún momento querrá juntarse... -miro a la cama y luego a ella.- Algo se me ocurrirá, pero si no, y desaparezco, ya sabes quién anda detrás. -Sonrío, pero iba completamente en serio. Todo aquello empezaba a darme escalofríos.- ¿Sabes el nombre de esa banda? -La conversación con Ashley apareció en mi mente a modo de recordatorio.- ¿Y sabes... si tu hermano está implicado? -En parte lo dudaba, porque Frank era demasiado tonto, pero no estaba de más descartar. Cogí el broche y lo miré, memorizándolo.- Hoy me llegó una carta supuestamente de él, era una invitación para ver a las Brujas de Macbeth en el Albert Hall. Estoy bastante segura de que no fue él quien la envió. -Tras asegurarme de que memoricé todos los detalles del broche se lo devolví y me levanté de la cama. Busqué entre mis cosas hasta dar con la carta de Frank y se la tendí.- Es esta. -Luego volví a sentarme junto a ella.

- ¿Por qué vas contra tu padre? -Se me hacía difícil de imaginar al haberla visto siempre como una niñita barriobajera de papá. Es cierto que nunca me había molestado en conocerla, pero aquella era la imagen que tenía de ella y que vaya en contra de lo que es su padre... parecía chocarme. Aunque todo parecía encajar con lo que había ido descubriendo poco a poco. Ashley me había dicho que no me fiara de nadie. Pero entre ella y Reed, la creía a ella.  

April:
La Orden de la Serpiente Blanca. —respondo con un tono lúgubre y una expresión acorde a la gravedad del asunto. Más ahora que sé lo que está pasando con Crautchin y mi deducción de que todo está ligado. — Ivy —insisto—, no estés a solas con él. Usa tu maldita labia para humillarme en buscar excusas para no quedarte a solas con él. Incluso... uff... incluso puedes llamarme a mí, si quieres. Pero hazme caso: te usará para hacer daño al estúp... a Dariel y a Julian. Él se ha metido en la habitación de ambos con un motivo. Y estoy segura de que quiere "investigar" contigo para usarte... probablemente como rehén o moneda de cambio. Por una vez en tu vida, confía en mí y haz lo que te digo.

En cuanto al idiota de mi hermano... no lo sé. Él también era un mortífago, ¿sabes? Aprovechaba su influencia como jugador de Quidditch para pasar información al Señor Oscuro, así que si esta vez mi padre está en el ajo... él puede estarlo. De hecho, quería pedirte que lo averiguaras y me lo dijeras, ya que el muy imbécil nunca me cuenta nada a mí. —bufo, poniendo los ojos en blanco.

¿Una carta? —repito, sorprendida. ¿Mi hermano sabe escribir? — ¿Puedo verla? —pregunto, aunque Ivy ya se está levantando para buscarla y dármela. Al leerla, me quedan claro dos cosas. — Definitivamente es la letra de mi hermano, pero esto no es propio de él. No es su forma de expresarse. Algo no encaja.

Saco la varita y le doy un par de toques a la carta, murmurando un “revelio” y espero. Levanto los ojos de la carta cuando me pregunta Ivy por qué “traiciono” a mi padre y me tomo mi tiempo en pensarlo. En realidad, ¿por qué lo hago? ¿Es por ética y moralidad? ¿Por amistad?

Pues… no lo sé seguro. Supongo que porque no comulgo con las ideas de esa Orden, aunque a decir verdad ni siquiera sé qué quieren, y tampoco puedo soportar que le pase nada malo a Cassia, Julian ni… Dariel. Y porque mi padre es lo suficientemente inteligente como para que nadie sepa que él fue un mortífago, sabrá esquivar esto también. Y si no es el caso y acaba juzgado… él se lo habrá buscado. —comento con dureza, aunque en realidad no quiero que eso pase.
Vuelvo a centrar mi atención en la carta, pestañeando un par de veces seguidas para alejar las lágrimas ante la idea de ver a mi padre encerrado.

Un momento… aquí hay algo que… —digo, arrastrando las palabras. Me levanto y alzo la carta sobre mi cabeza. Luego me acerco a uno de los candelabros y enciendo una vela, entregándosela a Ivy para que la sujete y acerco la carta. Entrecierro los ojos un par de veces, con toda la atención en las letras. — Mira, fíjate. —le señalo toda la frase donde le menciona las entradas y que se las pida. — Se nota que Frank no lo ha escrito todo del tirón, sino que ha tenido un momento de duda… pero aún así, no hay ningún borrón. Ninguna corrección. Y aquí, ¿ves el final de estas palabras? Observa cómo el trazado es un pelín distinto a las mismas letras en otras frases. No tienen la misma “fuerza”, es como si lo escribiera a desgana. ¿Sabes qué significa eso? Que lo ha escrito él… pero que alguien le ha dicho qué escribir.

De repente noto cómo pierdo el color de mi cara. ¿Significa eso que mi hermano puede estar en peligro? ¿Un chantaje? ¿O es de hecho un miembro de la Hermandad y le han dado órdenes? Por muy imbécil que sea… es mi hermano.

Ivy: Y ahí estaba el nombre que estaba segura que pronunciaría April, el mismo que me había mencionado Ashley. Me dio un vuelco al corazón, y mis niveles de nerviosismo aumentaron al ver el miedo de April porque me quedara a solas con Reed.
- Vale, tendré cuidado y haré lo que sea por no quedarme a solas con él. -Tomé aire.- ¿Sabes que a Dariel y Ashley los atacaron, verdad? Fueron ellos. No parece que fuesen su objetivo pero si parecían estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Para variar. -Me cruzo de brazos.- Sobre Frank, puedo intentarlo pero... ¿sinceramente? no creo que pueda sacarle gran cosa. ¿Te crees que hablamos mucho? Si casi ni follamos, es pura fachada todo. ¿Por qué te crees que sospeché que la carta no era suya?

Sonrío al escuchar que April había asumido al igual que yo que a Frank le debía de costar bastante unir más de dos letras con algún sentido detrás.

- Pensaba que no era de él justamente por cómo se expresaba, pero claro, tampoco es que me conozca tanto su letra, así que la sospecha más normal es pensar que directamente no era suya.

Así que a April realmente si le importaba otra gente que no fuera ella, ¿eh? La miré fijamente, pensando que quizás por tontería mía habíamos perdido muchos años de algo que podría haber estado condenadamente bien. Aunque insultarla era muy divertido y gratificante, eso no podía negarlo.

Cuando me da la vela dejo mis pensamientos de lado y observo lo que dice. Tras escuchar atenta lo que opina, sonrío.
- Si es que era imposible que ambos fueseis igual de tontos. Tu te llevaste la parte que le tocaba a Frank y un buen pedacito más. -La elogio, pero bajito.- Si alguien simplemente le ha dicho qué escribir pero no ha usado un Imperius pudiendo hacerlo... -Miré la carta. Había pocas posibilidades allí, y ninguna era bonita.

- Oye tú... -Dejo la vela en el candelabro y me vuelvo a sentar, esta vez mirando el broche. Había algunas cosas que parecían querer encajar con ciertos recuerdos que tenía en mi cabeza.- ¿Estuviste cuando el castigo de San Mungo? Había un par de pacientes que decían cosas que... -Señalé el broche con la cabeza.- Algo de una sierpe que lo devoraría todo, un Rey Oscuro que volvería... -tragué saliva- Y algo de comerse el ojo de Merlín. -Esto último era lo más raro de todo, pero si algo de aquello tenía algo de sentido para April, bienvenido era contarlo.

April: Me la quedo mirando cuando me dice que fueron atacados y siento algo de culpabilidad por haberle quitado importancia al tema pensando que habría sido alguna estupidez de accidente por Dariel.

No... no sabía nada… Como ya sabes, él me odia y yo tampoco quiero ni verlo, así que no hablamos mucho, que digamos.
Lo que sí es una total sorpresa es su confesión sobre la relación con Frank. O sea, ¿qué? ¿Ni sexo? A ver, ya imaginaba que era imposible que se amaran, si apenas se conocen, ¿pero ni sexo? ¿Frank es gilipollas o qué? Suelto un largo suspiro.
¿Y qué haces con él? —murmuro, muy flojito, más para mí que para ella. Vamos a dejar las cosas claras: Frank es mi hermano, pero su única virtud es ser guapo. Si ni siquiera follan, ¿qué sentido tiene? Vale que es famosete por el Quidditch, pero ni de coña es rico. ¿No hay mejores partidos para una sangre azul como Ivy? No me lo creo.
Ah, ¿decía que me había sorprendido su confesión sobre su relación con mi hermano? Pues eso no es nada cuando la escucho halagarme. Me la quedo mirando con los ojos bien abiertos, la mandíbula inferior caída y casi sin respirar. Hasta siento el impulso de llevar mi mano a su frente para ver si tiene fiebre.
Creo que me acaba de dar un escalofrío al oírte decirme algo que no sea un insulto. Espera, era ironía, ¿verdad? ¿O es que no eres Ivy Pont-du-lac? ¡Entre la vez que me pediste que volviera con Dariel y lo que acabas de decir, comienzo a sospechar que eres alguien usando poción multijugos!
Niego con la cabeza cuando me pregunta si estuve castigada en San Mungo y una sonrisita de superioridad ilumina mi cara cuando le voy a decir que fui la única en librarme de la redada, pero entonces me explica lo que dijeron los pacientes y me quedo callada unos segundos preguntándome sobre la validez de lo que digan unos enfermos mentales. Y de repente, es como si algo hiciera “CLICK” en mi cabeza y dejo escapar un ligero gritito. Me llevo las dos manos a la boca y siento un escalofrío por todo mi cuerpo.
¡Oh, no! ¡Ivy! —exclamo de golpe, agarrándola fuerte de la muñeca. Noto lágrimas en mis ojos y… tengo miedo. — No, no, no, no. Esto es muy malo, Ivy. ¡Vamos! ¡Tenemos que ir a hablar con Julian y los demás!
Me levanto de la cama y tiro de ella sin pedir permiso ni dar explicaciones. No hay tiempo. Saco la varita y abro la puerta de un movimiento brusco, haciendo que la madera de la puerta choque contra un lado con tanta fuerza que hace un ruido espantoso. Bajo hacia la Sala Común tirando de Ivy, esperando encontrar a Cassia o Crautchin.

Ivy: - No creo que te odie. Es un crío. -Hago un ademán con la mano, restándole importancia al asunto. Eran un poco tontos, pero es posible que juntos se hicieran más mal que bien.
Noto que murmura algo, pero no me entero muy bien de lo que dice. Quizás sea el acento de barriobajera.
- Reconocer que eres mucho más inteligente que Frank tampoco es que signifique la gran cosa. Tu hermano es más tonto que un troll y eso es decir mucho cuando ningún magizoologista ha encontrado ser vivo alguno con menos luces que un troll. -Miré al techo, evitando el contacto visual.- En cuanto a lo de que volvieras con Dariel, era interés propio. Había hecho una apuesta de que volveríais en menos de dos meses. Siempre estábais tan subidos el uno por el otro que era una apuesta segura. Supongo que como vidente no tengo mucho futuro.

La veo sonreir ante el tema del castigo. Se había librado la muy cerda y estaba orgullosa de ello por lo que pude notar en su sonrisa. Sonrisa que no duró mucho porque de repente me agarró y me arrastró fuera de allí mientras musitaba cosas que no auguraban nada bueno.

Cuando cruzamos la puerta me aseguré de cerrarla con un toque de varita.

Cargando editor
07/02/2020, 17:30
Julian Crautchin
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
07/02/2020, 17:31
April Glackstone
Sólo para el director

[De la conjunta con Julian + Cassia + Ivy + April]

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/02/2020, 17:34
Ivy Pont-du-lac
Sólo para el director
- Tiradas (1)
Cargando editor
07/02/2020, 18:36
Julian Crautchin
Sólo para el director

Tirada de Percepción Cassia.

- Tiradas (1)