Partida Rol por web

Felicity se lleva la mano a la cara, exasperada. Menuda cagada.

-Sólo digo que Cassia nunca va a ninguna parte sin Glackstone. Seguro que está por ahí, escondida. Y encima, estará la Bes… Carson. Fijo- responde Felicity, ya resignada a que va a tener que pedir un cambio de dormitorio si no quiere acabar tirándose de la torre más alta de la escuela.

-Y ¿qué? Nadie debería salirse tanto con la suya como lo hace ella. Los demás nos portamos bien y nos castigan. Ella hace lo que le da la gana y no le pasa absolutamente nada. ¡Estoy harta de sus abusos y lloriqueos cuando alguien le dice que no!- Alice parece haberse venido arriba, al estar al lado de Reed, que parece estar disfrutando del tema o pensando en algo (si es que es capaz de eso, porque de momento, nadie ha encontrado pruebas de ello).

Le molestó bastante la respuesta de Julian, pero lo disimuló con maestría. Además, el Capitán no mentía. Era verdad que Levi sabía bastante poco de Dariel. Y eso le tocaba la moral. Su relación con él, fuese cual fuese, era todavía demasiado reciente. - De acuerdo, de acuerdo. De todos modos, se lo creyó. - murmura, en tono indiferente. - ¿A dónde se supone que vamos? - pregunta, mirando alrededor. Mira que meterse en semejante lío por Okazaki, que le importaba un pimiento su destino mientras ellos saliesen bien librados de esa.

- Qué desagradecida. Lo importante es que funcionó. - le respondo riéndome y luego le saco la lengua. Todavía me divertía que los británicos fuesen tan mojigatos con ciertos temas. Además, ni siquiera yo sabía por qué mi cerebro tuvo tan genial idea y, puesto que la estratagema había dado tan buenos resultados, no pensaba cuestionárselo. - Vale, pues sigamos adelante. - anuncio triunfal, tomando la delantera y marchando contenta sin saber hacia dónde íbamos.

Supongo que no esperaba que Reed se librase tan fácil de la clase, y menos que viniera con la Blonde Squad, pero el caso es que nos pilla aún en preparaciones: tenía que ayudar a Steve a asegurarnos de que su encantamiento de insonorizador estaba bien colocado, y ya después le esperaríamos dentro. Me parece que como Team Bitch aún tenemos bastante que aprender, pero por suerte sólo me pilla a mí esperando.

— De verdad, no se puede tener una fama... —me pego a la puerta, no sea que a las otras inconscientes les de por abrirla mientras intento remediar esta situación de mierda. "Discretamente" le saludo con un par de dedos, pues los otros están sujetando el broche en mi mano para que lo vea. — Siento decepcionaros, preciosas. Ya sé que April puede ser un auténtico grano en el culo, y precisamente por eso pensaba que ya sabíais que ella y yo no estamos en buenos términos. Otra vez —pongo los ojos en blanco. — Lo que tengo que hablar con Reed no tiene que ver con ella, os lo aseguro. No quería ser muy obvia, Reed, pero has sido muy rápido —sonrío al nórdico.

Para sorpresa mia (y seguro que de todas) soy la única que logra no perderse entre los pasillos de las Mazmorras. Pero tio, qué sitio más rancio y húmedo, no era nada acogedor pero claro... a las serpientes les pegaba.

Nos topamos con un profe y esta vez para suerte nuestra, es Nissa la que consigue deshacerse de él.

- Era la excusa perfecta, reconócelo. -Sonrío, mirando a Sigma.- Para nuestra suerte (en este caso) a los tíos si se les habla de cuestiones de higiene -hago una pequeña pausa, pensando si añadir la siguiente palabra o si no- femenina, prefieren no saber más del tema. -Me encogí de hombros. A mi me hacía sentir poderosa. Salvo los días que tenía que estar tirada en la cama. Pero el resto era poderosísima.

- ¿Nada? -Pregunto a Sigma, haciendo alusión a si ve por algún sitio algo de lo que aparecía en su visión.- Pues yo la verdad es que prefiero que sean ellos quienes encuentren antes el sitio. Así al menos tienen un premio de consolación porque menuda paliza se van a comer en el partido del domingo.

[Aula vacía]

Había guardado unas cuantas hierbas y algún preparado en una pequeña riñonera de cuero que llevaba bien agarrada a la cintura. Aún no sabía cómo actuaría ni con qué. Tenía desde alguna cosilla para dejarlo KO hasta alguna otra que le haría sentirse lo suficiente mal para no querer tocarnos las narices pero ser capaz de hablar. Pero claro, ¿cómo actuaba? ¿Se lo hacía tragar por la fuerza, lo engañaba de algún modo para que lo ingiriese...? Al final me veía clavándole la varita en los huevos. Mucha menos clase, pero más rápido y eficaz.

Ya en el aula y con los hechizos que había dejado listos Stevie, solo quedaba esperar. Varita en mano, eso si.

- ¿Creéis que habrá ido bien? -Susurro refiriéndome a la nota de Cassia. Sabía que el hechizo de insonorización ya estaba (o debería estar) listo, pero prefería ser algo más precavida.

Los tres recién llegados escuchan la excusa de Cassia, sin perder cierto cinismo en sus miradas, especialmente Reed, que no parece “comprar” el concesionario que intenta venderle la irlandesa.

-Buenno, te tommasstte muschas molestias- responde a la insinuación de Cassia y sonríe torcidamente –Senttía curriosidadt.

-Oh, pero deberíamos ir a la enfermería, ¿no? - dice Alice.

-Sí, es cierto. Si no vamos, la profesora McKendrick se olerá la tostada si no aparecemos por allí- añade Felicity. Las dos gemelas no es que no se creyeran el discursito de Cassia, tampoco les importaba demasiado, pero es que tienen sus propios planes para Reed. Y ahora mismo, la irlandesa les estorba. Mucho.

Reed, sin perder la sonrisa, se encoge de hombros.

-Clarro. La prróxima vesz- vuelve a sonreír de ese modo tan frío y sexy –Sé más directa.

-Y no le hagas salir de clase- acaba la frase Alice por él, a lo que Reed afirma con la cabeza. Los tres se dan media vuelta y enfilan el pasillo para marcharse a la enfermería.

[MAZMORRAS]

Los dos grupos de pequeños “detectives” consiguen dejar atrás el primer obstáculo y continúan avanzando por las mazmorras, cada cual por su lado.

• EQUIPO JULIAN

Como respondiendo a la pregunta de Levi, los tres chicos caminan a paso rápido por los pasillos de piedra. A cada nuevo metro que avanzan, huele más a húmedo y hace más frío. No en vano, es principios de noviembre, al norte de Escocia. La temperatura primaveral lo que se dice, no es. Por suerte, están acostumbrados a ello, dos de ellos por llevar seis años conviviendo bajo tierra y el otro por ser de un país bastante más gélido. No supone gran cosa para ninguno de los tres.

-Este es el segundo sitio…- anuncia Dariel –Sólo hay dos sitios con los estandartes que me dijo Ward. Si el otro no era, tiene que ser éste.

• EQUIPO SIGMA

Las tres féminas continúan caminando por los pasillos húmedos y fríos que componen el laberinto de las mazmorras de la escuela. No tienen muy claro hacia dónde van, pero lo hacen a toda velocidad. O al menos lo más rápido que pueden. Ninguna tiene muy claro como lo está haciendo Mack, porque lo que se dice, conocerse las mazmorras no se las conoce ninguna de las tres. Pero debe tener un día brillante y parece un perro de caza. Encuentran una primera galería con estandarte similares a los que ha visto Sigma, pero en seguida lo descartan. No son esos. Y se ponen en marcha de nuevo.

Tardan un buen rato en oír unas voces unos metros más allá, al girar un recodo. Cuando se acercan para mirar, ven que son los chicos Sly. Han llegado antes que ellas al pasillo de las telas de la ensoñación de Sigma. Ese es el sitio.

Los chicos Sly escuchan pasos a unos metros más allá, es el trío de chicas Huffies, que también han llegado, aunque en segundo puesto. Bueno, lo importante es que eso confirma que ese es el lugar marcado con la X.

Llevas horas paralizado, entumecido y abandonado en aquel sitio solitario. Desde que intentó torturarte tu captor/@ y se marchó, no ha vuelto a aparecer nadie más. Es raro. Te quedaste dormido y fuiste entrando y saliendo del sueño. El frío te despertaba a ratos. Pero esta vez no son los tiritones lo que te hacen abrir los ojos (aunque no veas nada), es un ruido. Te parece oír pasos y voces. Alguien viene…