Partida Rol por web

 "Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido."

Sun Tzu
 

El taxi avanza rápidamente por las calles sin mucha gente, es Lunes por la noche y la gente comienza de nuevo la semana, por lo que la ciudad de noche no tiene muchos visitantes. El taxista sigue sin decir palabra por la noche y atraviesa entra en la Plaze du Carrusell, dejándote entre el arco y la pirámide del Louvre.

Con el aire oliendo a humedad se siente en estática en el ambiente. A pesar de ser lunes por la noche el museo recibe muchas visitas, con la pirámide central iluminada de manera llamativa, los turistas toman fotos y tan solo el taxista se fija en ti esperando a que le pagues.

Sin poder darte una idea clara de donde se pueden alojar los cainitas en tal lugar, un vistazo no estaría mal.

Volgo paga al taxista, evitando dar una propina demasiado generosa. Sale del coche y se acomoda el abrigo. Parece una noche tranquila, o al menos más tranquila que la anterior.

Una vez fuera, el cainita echa un vistazo a su alrededor.

Mezclándote entre la gente, sientes que tu búsqueda es infructuosa, hasta que te llega el pensamiento – En el museo, pero no por esta entrada -  prestando atención rodeas el museo en busca de otra entrada.

Al terminara de rodear el museo llegar a la Place du Louvre, teniendo una linda vista de la construcción fuera de las luces y el estúpido lujo comercial, otra entrada de estilo gótico se encuentra vigilada por un guardia sin uniforme.

Sin saber como ni de donde ves atravesando la puerta a un rostro conocido. EL tipo que se presento como un arconte sale de la mansión saludando levemente al guardia y sin verte se adelanta caminando. Con su gabardina ondeando Sven se adelanta caminando a travez de la plaza solo mirando hacia delante

Volgo se refugia en una cabina de teléfonos bastante solitaria que hay junto a la plaza. Desde allí pega un silbido a Sven, procurando llamar su atención.

Una vez captada su atención, le hace una señal para reunirse con él. No era un tipo de fiar precisamente, pero por su posición tal vez le interesara saber algunas de las cosas que sucedían en la ciudad.

Tras escuchar la llamada te mira con una mueca de inocencia, al parecer no esperaba encontrarse con alguien. Pero al reconocerte se acerca a paso rápido manteniendo una sonrisa.

- Pero mira quien tenemos aquí, ha ha ha– levantando la voz todavía lejos de tu lugar el cainita sigue caminando, pero algo te hace desconfiar en su risa – sabes que han causado un alboroto.

Acercándose cada vez mas se detiene a un metro de tu posición, con las manos en los bolsillos de su gabardina oscura.

- Si vienes a presentarte ante el príncipe te recomiendo que no lo hagas, te buscan y no precisamente para una felicitación, no es mi asunto pero mas te vale que no te acerques.

Enseñando los dientes en una sonrisa burlona, el tono contrasta contra su gesto, con cada palabra calculada el tono sin emoción de su voz es distinto al usado la última vez que se conocieron.

-Sabes - dice Volgo devolviéndole la sonrisa - me parece estupendo que todo esto te parezca gracioso. Muchos cainitas están y han estado en peligro y en esta ciudad todos parecéis jodidamente locos.

Volgo se coloca frente al tipo. No es la primera vez que mantiene la mirada a un figura de estos. El Nosferatu mantiene la calma, aunque se esfuerza por utilizar palabras menos adecuadas.

- No sé de que me alboroto me hablas... y tampoco sé porqué me buscan. - comenta Volgo - y si me buscan, creo que se lo estoy poniéndo muy fácil ... aunque dado como hacen las cosas en esta ciudad, no me extrañaría que ese edificio estuviera también plagado de chalados con pintas - dice mirando de arriba a abajo a su interlocutor.

-Ahora, ¿vas a decirme por qué me buscan, o también eres como ese amago de sherif y prefieres hacer como que mantienes el misterio cuando en realidad no tienes ni puta idea?

- Eres totalmente un cortesano sabes, pero en nada me interesa la situación. Asi que miralo por ti mismo.

Sosteniendo la sonrisa burlona, una chispa se refleja en los ojos del cainita que apunta por encima de tu hombro con un movimiento desenvuelto.

- No se tu, pero no me gustaría estar en tu lugar ahora.

Modifica el tono de su voz para hacerlo todavía mas molesta, arrastrando las silabas de su frase habla como si fueras un niño pequeño, cosa muy posible entre vampiros
 

Volgo se encoje de hombros.

- Pues muy bien.

Volgo se vuelve y se encamina pasando de largo de Sven. La gente tan atrezada le da naúseas. Perdiéndose siempre en frases hechas y haciendóse los interesantes. Sin duda París, era la ciudad de pirados más grande que había conocido. Ya que parece que Sven no le va a dar ninguna información útil, prefiere ahorrarse palabrería y marcharse de allí.

Volgo se detiene, antes de proseguir su camino.

- Si no vas a decir nada prefiero irme. Todavía tengo muchas cosas que hacer antes de dejar París. Hasta más ver, amigo.

- O vaya que tengo algo que decir….

Sin poder escuchar el final del comentario de Sven sientes que tu cuerpo se pone rigido y ningún musculo responde, cierras los ojos haciendo un esfuerzo para poder moverte. En cuanto los abres sigues con la rigidez pero el escenario ha cambiado.

Sin saber como te encuentras sentado en una silla de madera, teniendo frente a ti un escritorio de madera y sobre este, papeles.

- Y bien, entonces eso nos aclara un misterio mas..

Una voz suena frente a ti proveniente de un hombre que camina de izquierda a derecha obsesivamente con las manos por detrás. Llevando encima una camisa color vino y un pantalón de vestir negro habla rápidamente.

- Entonces me dices que este tipo los embosco y después se llevo  a otro mas, y no pudieron hacer nada para evitarlo, ¿he entendido bien?

Lanzándote una mirada rápida con sus ojos oscuros no tienes idea de quien es.

Volgo se despierta sorprendido, aunque imaginando fácilmente lo que ha pasado. Bueno, eso realmente tampoco tenía porque implicar un contratiempo.

- No.-dijo con firmeza. - Has captado la situación muy en general, pero para entenderlo hay que tener cierta perspectiva. - sonríe Volgo - Nadie se ha llevado a nadie. El muchacho se fue de buena gana, así que, ¿por qué iba a tener que evitarlo?

Volgo mira a un lado y a otro para ver donde se encuentra.

- Yo no cuestiono las decisiones de los demás, al contrario que hacen otros...

- ¿Me estas diciendo que ese tal Robert, se fue de buena gana con él?

Suspirando abiertamente cierra los ojos fijando su rostro en el escritorio, tras unos segundos que supones que necesita para reflexión el hombre te mira intensamente.

- Bien, eso no estaba contemplado al parecer, Sven tenia razón; bien ahora dejando ese tema de lado, te doy la bienvenida en nombre de las autoridades de París. Como siempre puedes acudir al principado para resolver cualquier problema que tengas.

Hablando sin inflexión en la voz, notas un acento español en su hablar.
 

- Sí. eso he dicho - dice Volgo de forma sobria. - El niño se fue de buena gana no sin antes unas "amables" palabras de despedida - pronuncia la palabra amable dejando notar la repugnancia que le provocaba Robert.

El Nosferatu intenta levantarse y localizar todas sus cosas, que por otro lado, tampoco son muchas.

- Gracias por la bienvenida - dice no sin cierta sorna - ¿Puedo saber con quien tengo el gusto? - pregunta mirando al hombre.

Desconcertado el desconocido te mira sin decir palabra, levantando la ceja. Tras unos segundos de silencio por fin vuelve a abrir la boca.

- Joshep Ryne…

Recobrando la compostura en un movimiento, da media vuelta alejándose dos pasos.

- .. soy el príncipe de esta ciudad, y la descripción que me has dado es lo mas útil que ha llegado hasta mi en estas noches.

Suspirando abiertamente vuelve a dar media vuelta desde esa distancia y cruza los brazos sobre su pecho.

- ¿Cómo fue que llegaste hasta aquí sin saber eso?

Volgo se intenta incorporar de la silla donde está sentado.

-Veréis majestad - dice en un tono cordial - lamentablemente, todo vástago con el que me he encontrado en esta ciudad no parecía tener a bien que me reuniera con vos para anunciaros mi presencia en vuestro dominio.

Volgo intenta mover sus dedos, y mira a Ryne, ciertamente sorprendido. Por su mente pasan las caras de todos los vástagos con los que se ha cruzado al llegar a esta ciudad. Casi todos unos patanes, o unos pintas. Tan sólo una cainita se había ganado su confianza siendo poseedora de un juicio muy a tener en cuenta.

- Quise buscaros para cumplir con las tradiciones... pero seguramente ya sabréis todas las desavenencias que me han ido sucediendo desde que puse un pie en París.

El nosferatu intenta caminar.

-Ahora majestad, me gustaría saber si queréis saber algo más sobre mí... o por el contrario si puedo preguntaros por el paradero de una cainita de vuestra ciudad, -su tono cambia un poco, elogiando sin duda, aunque con un lenguaje poco habitual - que tuvo los huevos de plantarle cara a Robert Blair cuando decidió repentinamente cambiarse de bando...

Esperando sin moverse de su lugar tuerce el gesto de su boca en cuanto hablas de las tradiciones, pero rápidamente desaparece. Acentuando el contraste de su cabello a su pálida piel, las planchas de cristal opaco tras el príncipe y las lámparas brillando tras los paneles dan un efecto de luz sobre su figura que supones que usa en ocasiones.

- Ya me has contado todo por lo que has pasado en la ciudad. Y pido perdón por cualquier mal entendido, pero, debes saber que pasamos por un momento peligroso. Tienes mi apoyo si llegas a necesitarlo, sin embargo, por lo que me cuentas no la necesitas.

Sonriendo para si mismo al terminar su frase, fija su mirada en el escritorio.

- ¿Sobre quien necesitas información?, si sigo tu historia probablemente hables de Katarina. Según mis informaciones han atacado su refugio mientras te acompañaba, así que esta bien, y debe venir en camino. Mande a llamar a su sire y ella debe de venir también hacia acá. – haciendo una pausa meditando sus palabras – O ¿te referías a otra persona?

Volgo observa la figura del Príncipe con detenimiento.

-Sí, es de ella de quien hablo. Si no os importa, majestad, me gustaría esperarla, ya que decís que se dirige hacia aquí.

Volgo se palpa el estómago. Parece que la herida va sanando, aunque algo de reposo no le vendría nada, nada mal. Sus movimientos son lentos y pausados, y con cada movimiento parece sonar un chasquido entre los huesos del Nosferatu. Definitivamente, algo de reposo sería ideal.

- No es necesaria ninguna disculpa. No ha habido ningún malentendido, majestad. - ciertamente en otras ciudades había tenido que apañárselas de formas mucho más violentas. - Me gustaría poder ayudarles, si hay algo que esté en mi mano...

Todo se detiene cuando los pensamientos de Volgo se congelan alrededor de la imagen de una sola persona. Acaba de recordar su cara y de pronto su gesto se torna por completo en una expresión completa de desconcierto.

-... por cierto. ¿Sabéis algo de vuestro sheriff?

Asintiendo con una sonrisa notas satisfacción en su expresión mientras camina para rodear el escritorio.

- Pues bien, esperemos que llegue pronto. Yo necesito saber mas detalles sobre los ataques. Al parecer y según me has contado, la misma persona es quien causa los problemas.

Junto al escritorio revuelve un poco los papelas y deja ver algo metálico de forma cilíndrica.

- Si puedes ayudarnos en algo, tendrás el agradecimiento de todos los cainitas de la ciudad. Buscamos a quien sea que te ataco, por lo que creo que te gustara venganza.

Terminando de hablar toma el objeto metálico y lo levanta. Reconociendo el objeto casi en el acto, ves como los papeles caen al suelo dejando ver una espada a dos manos. Sosteniendo su empuñadura con una mano hace un giro elegante, mas impresioannate que practico, dejando la punta contra el suelo.

- El cuerpo de Ulrich debe de estarse recuperando ahora, si la rata tiene dueño este debe de estar buscando ahora en la ubicación, el territorio nosferatu ha sido violado muchas veces por nuestro “huésped”

Mirándote a los ojos deja traslucir un tono entre orgullo y enojo a cada silaba.

- Pero ya veremos después que podremos hacer, ahora si lo deseas te invito a esperar al próximo movimiento.

Dejando de lado toda su antigua actuación sobre ser el príncipe, imaginas mas bien que actúa como si creyera que la espada es suficiente para resolver sus problemas

- No es venganza lo que busco, majestad, aunque no negaré que me cause cierta satisfacción devolver el golpe.

Volgo se arregla un poco la gabardina, y se coloca el sombrero.

- ¿Qué sucedió con Ulrich? ¿También fue atacado por el mismo tipo?

Esperaba con ansia la llegada de Katarina. Esperaba que se encontrara bien y no hubiera sufrido demasiados daños por todo lo que les había sucedido. Se sentía un poco estúpido al haber creído que ella regresaría al lugar dónde se separaron, pero a la vez temía que algo malo le hubiera sucedido. Katarina no parecía ser de las que mienten por que sí.

Manteniendo el porte mira al vacio durante un momento para después volver a su expresión anterior demostrando seguridad en su perfil.

- Según me lo describes es el mismo que han visto los demás testigos, siempre deja a un testigo de sus fechorías. Es fácil suponer que busca ser reconocido de una manera, y ahora no sabemos para quien trabaja, o si trabaja solo.

Comienza a mecer lentamente la espada sosteniéndola contra su hombro, pro detrás de él.