Partida Rol por web

"No importa lo rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando"

Terry Pratchett

Despertando mientras el sol se oculta de nuevo, puedes ver por la única parte dela ventana que has dejado sin tapar la entrad de los últimos rayos naranjas del sol. Sin ganas para levantarte te mantienes despierta hasta que la luz se desvanece.

La casa da un olor a desinfectante y aromatizante artificial, con un toque de polvo y madera. Mientras los rayos del sol se ocultan una mota de polvo llega  a tu nariz y te produce un estornudo. Usad parte de tu espera para recordar los planes de esta noche.

Buscar a Aniketos y contactar de nuevo con Sven, esperas que Arne cumpla su objetivo de raptar a la toreador. No necesitas alguien que te estorbe ni que conozca de tu presencia.

Me quedo sentada esperando, viendo como el sol termina de ocultarse, y en ese preciso momento me pongo de en pie de una manera lenta y elegante. Inhalo para absorber el olor a desinfectante, sintiendo los aromatizantes naturales, un poco de polvo y el olor de la madera, arqueo una ceja y estiro los brazos. Miro con un aire de melancolía a mi alrededor. 

-Tanto que hacer, esta odiosa… repugnante humanidad esta en todos lados, no se como han sobrevivido estos… estos… odiosos primates sin cerebro tantos años – Suspiro – Bueno, en fin, ya les llegara su hora tarde o temprano, debería llamar antes que nada al inútil de Sven.

Con este ultimo razonamiento camino lentamente hacia el teléfono, y sostengo en mis manos el auricular unos instantes, pensativa y un tanto durativa.

-¡Todo sea por encontrar a mi sire! – Estas palabras resuenan en mi mente con eco – ¡Si tengo que manipular a medio planeta que así sea!

Comienzo a marcar el número, y una vez terminado me llevo el auricular a la oreja, esperando pacientemente a que conteste.

Esperando que del otro lado de la línea telefónica contesten, escuchas cuatro veces el tono de marcar, el sonido interrumpido del quinto tono hace obvio que han contestado.

Una voz femenina te contesta en voz baja mientras de fondo un zumbido eléctrico se deja escuchar a través del teléfono.

- Faculté de Théologie Protestante, buenas noches.

Hablando en francés sin acento la mujer tiene un tono casi automático, como alguien que lleva mucho tiempo haciendo lo mismo.

Recordando las instrucciones de contacto de Sven, en la facultad de teología preguntar por su alumna Ester Esmeé.

-Bonne nuit, avec Mlle Esther Esmeé s'il vous plaît – Se escucha mi melodiosa voz a través del auricular, sonrío para mi misma - est urgent, s'il vous plaît

Espero a que me contesten del otro lado del teléfono, entiendo bien porque Sven tiene tanto misterio, y entiendo mejor aun que por eso mismo lo necesito, es una pieza del tablero… útil.

- Dame un minuto cielo, ¿es alumna?

Cambiando el tono a uno más jovial, la señorita te habla conforme a tu tono de voz, te trata como a una niña pequeña. De ruido de fondo se escucha una conversación y el sonido de teclas te llega a través del teléfono.

-Si, es alumna de esta Facultad de Teología Protestante - Me tomo una pausa y medito lo que digo - Si fuese tan amable de darme con ella por favor.

Suspiro, y mientras sostengo el auricular con una mano miro por la ventana como ahora todo esta oscuro afuera, siento un regocijo.

-Al fin puedo salir, pero no se si hay luna hoy, tendré que asegurarme después de que termine con esta llamada - La sonrisa se incrementa en mi rostro.
 

- Muy bien, permíteme buscarla en la base de datos.

Tras unos cuantos segundos en los cuales el sonido del teclado es dominante, la chica te contesta de nuevo.

- Aquí lo tengo, Esmeé Esther, ahora esta por entrar a una clase, ¿necesitas que deje un mensaje?

Preguntando  de nuevo el ruido de fondo se llena de nuevo con un zumbido eléctrico.

- Pero me parece que debería estar libre en una hora aproximadamente.

-Solo dígale que la llamaron, ella debería saber quien la llamo - Suspiro - Perdone por quitarle su tiempo y que tenga buenas noches.

Tras colgar el teléfono, me siento nuevamente en mi cama. Miro hacia un espejo que esta en un extremo de la habitación, el espejo allí solo como adorno.

-Que incomodo puede ser esto algunas veces, mejor que salga a dar una vuelta a la calle, talvez vea algo que me llame la atención, talvez, pero lo mas probable que no, a fin y al cabo este es un mundo conocido, ya perdió, como decirlo, su toque desde ya unos mil años - Reflexiono un poco con mis pensamientos - En fin, la noche pasa muy rápido.

Camino hacia la ventana y miro para comprobar si hay luna.

Con cuidado haciendo hacia aun lado la gruesa cortina que tapa la ventana, ves como la oscuridad es interrumpida por el reflejo de la luna.

Sin poder dejar que tu piel sea tocada por esa luz, te parece mejor hacerla desaparecer. Sin poder hacer más que lamentarte por la presencia de la luz, recuerdas vagamente el arma contra esto. Condenada a la oscuridad entre las sombras ni la luna es tu amiga ni tu guía, solo tu voluntad.

Sin dudarlo te concentras en desaparecer de tu vista a ese satélite natural que tantos problemas te causa, atrayendo a otra fuerza de la naturaleza, las nubes. Negras como tu elemento llegas tapando en unos segundos la luz  de la luna dejando a Francia con tan solo sus luces eléctricas.

Sin peligro alguno a la vista, un rápido vistazo a la calle te muestra una cuidad con vida. De las pocas casas llega la luz de los focos y el rocío de las nubes cargadas con agua tapa la ciudad. Entre los charcos vez a un grupo de estudiantes locales caminar a paso rápido intentando huir de la amenazante lluvia

Sonrío plenamente complacida, la hermosa fuerza letal de la luna se había esfumado, la noche, literalmente era mía. Me saco el blanco pijama y me pongo un vestido color azul y un cuello blanco como un toque de elegancia, me paro frente al espejo burlonamente.

- Pues te ves bien pequeña Asdís – Giro en frente al espejo mientras suelto una carcajada, ni un solo reflejo – Aquí voy…

Avanzo dando brincos por la sala, me detengo en seco en la puerta, y bajo corriendo por las escaleras, ahora la sonrisa era algo… maquiavélica.

-Con que tienes clases ¿eh? – Suelto otra carcajada – Pues te haré una visita personal, en fin y al cabo nunca esta de más aprender algo nuevo.

Contemplo segura la casa en la que habito, ha sido una fortaleza de seguridad, y con un par de brincos llego a la puerta de salida, la abro y parto corriendo por el patio hasta el portón de la entrada, sentía como caían las gotas, pero en vez de molestar me alegraba mas de lo que les alegraba a los otros que corrían para no mojarse.

-¡A la carga! – Con este último pensamiento emprendo la carrera hacia la facultad de teología protestante de la condenada universidad, recuerdo por unos momentos como los jóvenes aceleraban el paso y me saboreo – Humanos estupidos, le temen hasta a la inofensiva lluvia.

Caminando tranquilamente y emocionada ante la misión de esta noche, no puedes evitar mirar como pequeños grupos de jóvenes con uniforme escolar formas pequeños círculos y otros caminan charlando entre si sin dar importancia al rocío que comienza en la ciudad.

Siguiendo por entre las calles cada vez estas mas cerca de la facultad, intuyendo lo que encontraras el mundo se mueve por entre las calles ajeno a ti y tu ajena a él.

Eludiendo en el ultimo momento el agua que levanta un autobús al pasar por un charco de las lluvias de los días anteriores  casi todas causadas por ti.

En la intersección de Boulevard Saint-Jacques y Rue de la Santé, te detienes después de una larga caminata, a tan solo unos 200 metros de la Facultad ves los apartamentos de los estudiantes y a estos últimos de regreso a sus dormitorios.

Contemplo la facultad, con tranquilidad, el agua simplemente me ayudaba a pensar con la cabeza libre de distracciones. Miro a mí alrededor para ver gente, de regreso a sus hogares, camino a fiestas, a lo que hagan, a una vida normal. Observo seguido a los estudiantes que van al parecer de vuelta a sus dormitorios.

-Pude haber tenido una vida normal que hubiese acabado ya hace mucho, pero en fin, esa vida era una basura, ser basureada por los hombres ni hablar – Miro a mi alrededor fríamente, me dan hasta un punto asco las personas, pero oculto ese pensamiento bajo una sonrisa y cordialidad – Ciertamente en el pasado he matado a muchos, pero no veo el caso de matar a alguno ahora.

Camino lentamente y complacida hacia la facultad de teología, con un aire de triunfo y con la ropa mojada.

Caminando junto a los dormitorios de los estudiantes, con el rocio todavía callendo en la ciudad, caminas por la avenida intentando dejar de lado a los humanos que te miran, una par de chicas te miran y sonríen al verte caminar sola por la calle.

En la acera opuesta a tu camino comercios siguen abiertos y un café que alberga a mas  estudiantes llena el ambiente del olor a canela, café recién hecho y azúcar, además del de pan recién hecho. Separando los sentidos de esta calle, una hilera de arboles de tamaño medio dan un efecto de seguridad y riqueza del barrio. Sin embargo, la facultad es mas pequeña de lo esperado, con tan solo una manzana como área de la escuela, supones que los estudiantes de los dormitorios deben pertenecer a otros colegios la mayoría.

Sin más contemplaciones llegas a las puertas rodeando la valla de metal forjado que rodea al edificio principal. Con las puertas abiertas alcanzas a ver un guardia apostado en la entrada, leyendo una revista, y a algunos estudiantes saliendo de la escuela.

Llego a la puerta y simplemente paso sonriente con total seguridad de mi misma, una vez adentro me detengo para mirar a todos los estudiantes que salían de clases, esperando ver a Sven, simplemente esperando pacientemente mirando a cada uno de los estudiantes que salían, analizándolos con detalle.

-Sven si no sale tendré que entrar a buscarlo, el edificio es pequeño de por si, supongo que no me costara encontrarlo – Observo al guardia que lee – Perfecta seguridad, es  todo un honor para este recinto.

Tras mirar al guardia volteo y miro al cielo tapado por nubes, solo durante unos instantes, porque vuelvo a mirar hacia la puerta para ver a los que salen.

Tras esperar el tiempo que consideras suficiente ningún rostro conocido  pasa por la puerta tu paciencia se comienza a terminar, mientras decides el curso de acción, escuchas una voz llamándote.

- Niña, ¿a quien esperas?, algún hermano tuyo estudia aquí.

Hablando con voz gruesa el guardia te ira desde su puesto con curiosidad. Mas como una afirmación que como una pregunta, el final de la frase te da una idea.

Me acerco al guardia totalmente empapada, restregándome los hombros con las manos.

-Busco a Ester Esmeé – Digo con la melodiosa voz mirándolo a los ojos – Esque aun no ha salido… ¿estará adentro? – Lo miro mientras sonrió intrépidamente – Parezco una perdedora totalmente mojada.

Asintiendo satisfecho ante tu explicación apunta son un dedo el edificio principal mirándote.

- Esmeé, el apellido me parece familiar, pero puedes preguntar en el edificio, entra y pregunta por ella. Vamos, rápido para que no te mojes demasiado.

Con un movimiento de cabeza te indica la dirección del edificio blanco con un estilo moderno y geométrico. A travez de las puertas automáticas de cristal puedes ver la recepción con dos señoritas charlando entre si y dos hileras de sillas de plástico azul.

Avanzo al edificio, estilando claramente por toda el agua que recibí. Miro a mí alrededor antes de entrar, suspiro y avanzo directo a la recepción, en cierta manera incomoda por la altura que no me deja ver absolutamente bien.

-Ejem – Me aclaro la garganta – Disculpe… una consulta – finjo un grado de timidez para lograr el objetivo – ¿Se encuentra la señorita Ester Esmeé? – Quedo mirando, pacientemente esperando la respuesta por parte de alguna de las señoritas que hablaban alegremente entre si.

-Entrar hasta este lugar ha sido muy fácil, pero simplemente tampoco nunca fue ni un desafió ni una obligación.

Interrumpiendo brevemente su conversación las dos chicas te miran, una con el cabello corto y pelirrojo gracias a los nuevos tintes te mira y se acerca al mostrador, dejando a su amiga de cabello negro y largo.

- Si querías saber donde esta, déjame ver pequeña.

Sonriéndote abiertamente mira hacia su derecha y teclea por debajo del mostrador a un ordenador oculto tras este.

- Según el horario debe de estar saliendo de clases en unos 5 minutos, debe de pasar pora qui no tardara.

Guiñándote un ojo espera por si le quieres hacer otra consulta.