-¿Cómo que no es de la región? ¿De más allá del mar? ¿Qué hacía allí un pequeño campamento, cerca de ellos?- esas eran las preguntas que venían a la mente de Max cuando volvía agotado a la ciudad tras hablar con Darío sobre la cacerola, la cual se llevó a casa para guardarla. Descansó lo que pudo por la noche y a la mañana siguiente mandó una batida por la parte exterior del bosque para ver si había algún campamento más, para seguir con el registro de ganado del que disponían y todas las tareas asignadas un tiempo atrás.
Luego de tus palabras la reunión se dió por terminada, te llevarían a ver al prisionero. Al menos desde la distancia.
Lejos de estar en una prisión el hombre se encuentra encadenado a un poste con fuertes y toscos grilletes de hierro. No hay nadie vigilándole ya que no se espera que logre escapar, al menos no sin ayuda y en la ciudad no tiene amigos.
Es alguien alto pero delgado y tostado por el sol. La noche pasada encadenado y la golpiza que le dieron al atraparlo lo tienen muy debilitado.
Parecia que habia convencido al viejo, solo quedaba ver si podria hacerlo con el ladron.
Se acerco al sujeto sin decir una palabra, cuando estuvo cerca reviso a ambos lados buscando a cualquier guardia. Pero parecia que el viejo se la habi dejado demasiado facil. Aun estas vivo? pregunto con una sonrisa al prisionero, enpujandolo con el pie.
El hombre levanta su rostro para mirarte, se lo ve vencido. De seguro espera su muerte.
- Aún
Eso es bueno... dijo examinando las heridas que tenia para ver si seria facil moverlo. No me servirias si estuvieras muerto.
Veo que no te han tratado amablemente, como te sentis?
- Como mierda - responde volviendo a bajar la cabeza y apoyando nuevamente la espalda en el poste. - Quién pregunta y por qué?
Lorenzo y porque me parece que no vas a llegar a mañana. le respondio sin delicadesa como cuando hablaba con el viejo.
Aunque yo desearia que lo hicieras o aun mejor que salieras de aca para entregar un mensaje. le molestaba hablar con tanta cautel pero debia si no podia sonar como una trampa.
El hombre vuelve a mirarte y parece estudiarte por un momento. Luego mira a su alrededor asegurándose de que nadie escuche.
- Y por qué debería creerte? No conozco ningún Lorenzo y sin duda no te conozco a ti.
Y yo no te conosco a vos, pero igual te hablo. le respondio casi como un gruñido
Porque he venido personalmente a hablar, prefiero que ninguna persona hable por mi y agradesco cuando la demas gente hace lo mismo. le comento volviendo a un tono mas calmado Por eso debere liberarte y pedirte que me lleves con tu jefe, por un asunto que puede llegar a interesarle. dijo sonriendo
- Muy bien, sácame de la ciudad y te llevaré con él
El hombre no dice más, y aunque no puedes estar seguro de si te creyó o no seguramente su situación actual le lleve a da aceptar tu ayuda.
Sera a la noche. comenta bajo Estate listo para corre. responde con una sonrisa.
Sin decir nada mas se marcho y diriguio con el viejo para terminar los detalles finales. Necesitaria unas telas para taparlo a él y a algunos de ellos. Debia apostar guardias en la entrada que sepan que deben dejarnos pasar, luego de un soborno que pagara el anciano. De ahi en mas dependeria de Lorenzo y sus acompañantes (5 hombres)
Jovu habló con 2 hombres que estarían haciendo guardia esa noche, no era necesario ningún soborno ya que su palabra era ley. Los hombres debían hacerse los dormidos mientras ustedes sacan la tranca y salen de la ciudad.
Me dices lo que precises, si no es nada demasiado estrafalario te lo darán sin problema.
Le insisto al viejo que ponga dos guardias que acepten el supuesto soborno. Mi razon es que si parecera demasiado facil y puede que tus hombres sean asesinados por el bandido que podria tratar de aprovecharse de guardias dormidos. Ademas me va ayudar a convenserlos mejor.
Una manta para tenerlos tapado mientras lo saco
7 caballos que puedo ofrecer yo desde mi propio ejercito, junto a 5 hombre tambien de mi ejercito. (Todos irian armados.)
Provisiones y si tiene recursos para un mapa junto a un pedazo de carbon.
El mapa es bastante malo, dibujado sobre una piel bastante maltratada apenas tiene los accidentes geográficos más grandes. De seguro cualquier arroyo o incluso algún río no estarían en el mapa, sin embargo al menos serviría para ubicarte y ubicar el sitio de los bandidos. Junto con ello un trozo de carbón.
Ante la posibilidad de que el bandido intente matar a los guardias Jovu acepta la idea del soborno, aunque no le resulta del todo convincente.
Tú dirás.
Una noche más y otro día que llega. Aún sin noticias de Lorenzo ni de los bandidos.
Al despertar se encuentran con que un grupo de comerciantes llegó a la ciudad. Al parecer llegan desde la Ciudad del Alba como ellos mismos la llaman, no muy lejos de Albidón. Son 40 hombres armados, al parecer la mayoría son simplemente escolta pero hay 4 que se han presentado como comerciantes.
Se encuentran fuera del límite de la ciudad, respetando una muralla invisible, esperando no tener problemas.
-Enviad a un emisario y decidles que esperen una hora, tenemos que hablar.- dijo a un hombre a caballo.
- Bien señores, propongo que me dejen hablar a mi con ellos, tengo experiencia en la negociación. Deberíamos dejarles entrar a ellos y a dos hombres por cada uno, el resto que acampen fuera, no deberíamos dejar entrar a toda una tropilla en nuestra ciudad, que os parece?
Le recuerdo que podra recuperar el dinero mas tarde, a menos que no pueda controlar a sus soldados. Salgo y recojo a los 5 hombres leales que esperaban por mi, había tomado hombres de varios rango que tuviera l seguridad que obedecerían. Cuando terminamos los seis individuos junto al prisionero. Saque la llave que habia pedido al viejo para abrir sus cadenas, ordenando a uno de mis hombres para que ayude a subir al caballo nos encaminamos a la salida que estaba arreglada.
Salude a los guardias con naturalidad y di las monedas para nos dejarar irnos. Una vez fuera empezamos a galopar con ganas hasta quedar muy lejos de la ciudad. Paramos cuando hubo suficiente distancia y mire al prisionero Bueno es hora de que hablemos con tu jefe. dije esperando que empiece a indicar el camino.
El prisionero deja que lo liberes sin decir palabra aunque no te cuesta darte cuenta que la presencia de los otros hombres le sorprende, sin duda no se los esperaba.
Ya fuera y lejos de la ciudad te responde.
- Hablamos de ti, no de ellos. Me matarían si llego con tanta gente.
Hablamos que me llevarias a hablar personalmente con tu lider. le corrigio Nunca hablas si vendria o no con compania. dijo casi riendo y acompañdo de la risas de sus hombres.
A mi parecer si voy solo el que morira sere yo, asi que ponte a guiarnos antes que me enoje. no es que cinco guardias aseguraba su seguridad, pero al menos desangraaria mas rapido a los bandidos.
Por si acaso que quede claro que estan armados.
Unos cuantos minutos más tarde los 3 se encuentran frente a frente con los comerciantes. 4 hombres rodeados de otros 8, 12 en total, de los cuales a simple vista no podría distinguir un soldado de un comerciante. Todos llevan armas de bronce y van protegidos con petos de cuero.
- Buenos días - se presenta el primero, el más bajo pero más corpulento - Gracias por recibirnos. Venimos desde lejos, buscamos ampliar nuestras redes de comercio.
El hombre habla con un extraño acento que no logran discernir, no debe ser de la región aunque maneja excepcionalmente bien el idioma.