Partida Rol por web

En el abrigo de la Noche Álvar se preparaba para asistir a una reunión en la que no había sido invitado, La torre del ala este era donde se le había dado alojamiento al capitán de la guardia allí en el nido, El lugar estaba debajo de parte de las barracas por lo que tenia un rápido acceso a las tropas por si, llegado el caso, Tuviera que disponer de las mismas.

 Llegando a la hora del lobo un hombre vestido de negro y con una clara actitud sospechosa salino en dirección a las barracas, donde se encontraba la puerta de acceso a la torre. Eso fue para el espía como el sonido de las trompetas para la caballería, era hora de entrar en acción.

Nunca antes había visto yo menos sutilidad. Mi buena visión en la oscuridad me iba a dar una gran ventaja en este asunto.

"Si me la vas a dejar tan fácil..."

Una mirada a mis alrededores antes de partir y listo... estaba de camino, de sombra en sombra a veces, otras pasando inadvertido entre recovecos y pertrechos. El muchacho me llevaría directamente al lugar de la reunión y una vez allí tendría que resolver todo el asunto... a ver que era lo que se traía Tregar entre manos.

Álvar logro pasar por la puerta de la torre sin ser detectado por la guardia que rondaba la zona y que se encargaba de la protección de esa área del castillo. Tal vez en un futuro el espía pudiera hablar con Lord Owen y remarcarle las falencias en la seguridad del lugar que en una situación complicada podría traer problemas al castillo.

 La puerta conducía inmediatamente a una escalera de piedra bastante oscura para los ojos normales, cualquier otra persona hubiera tenido que llevar una antorcha o conocer muy bien los peldaños si no quería resbalar y fracturarse algún hueso.

 Al final de la escalera había una gran puerta de madera que conducía a  un pasillo en donde se encontraba la habitación de Tregar. Cuando Álvar llegó a dicho pasillo pudo ver que la puerta de la habitación de Tregar se abría para dar paso a al sujeto que estaba persiguiendo.

 La puerta estaba custodiada por un guardia que vestía una coraza negra y tenia una Alabarda. El espía sabia que como se hacían las cosas en el castillo. Ningún lugar era vigilado por una sola persona, si había un guardia en la puerta seguramente habría otro haciendo la ronda por la torre.

"Mierda... ¿Por donde diablos estará el otro guardia?"

La idea de que en cualquier momento me pudiera caer encima otro de estos guardias por la espalda no me daba buena espina. Encima, ya tenía uno en la puerta de mi objetivo que iba a ser bastante difícil de lidiar.

Di marcha atrás y busque otras puertas en la torre. Ya tenía un plan pero necesitaba un lugar tranquilo para llevarlo a cabo. Necesitaba una habitación vacía para atraer a alguno de los dos guardias y conseguir un disfraz. Tendría que ver cual de los dos era más parecido a mi físicamente. Si podía deshacerme del guardia que estaba en la puerta sería lo mejor.

Si bien la torre no era una de las mas grandes del castillo poseia mas de una puerta a la que Álvar podia acudir en caso de necesitar refugio o para utilizarla en el plan que estaba urdiendo.

 El problema estaba en que dichas puertas podian estar cerradas con llave y Álvar no tendira acceso a aquellas que no estubieran abiertas.
 

¿Por que se empeñarían en poner cerraduras en lugares como estos? No pude evitar mirar con un poco de desgana al hueco de la cerradura. Saque a toda velocidad las herramientas y la ganzúa. Sería un trabajo rápido y limpio.

Una rápida mirada a los costados por puro reflejo y enseguida mis manos se pusieron a trabajar, sensibles a la menor vibración en el artefacto, coloque rápido pieza por pieza del mecanismo en donde me permitirían abrirlo y acceder al interior.

Una vez la puerta cediera a mis deseos vendría la parte más difícil del plan...

La puerta del castillo era de aquellas que poseían un pesado y viejo mecanismo que Álvar ya conocía bien. Mientras trabajaba con su ganzúa el Espía hoyo el tintineos de los mecanismos que le indicaban que estaba haciendo bien su trabajo.

Tras unos minutos de trabajo la puerta cedió y se abrió sin emitir ni un solo ruido. Lo que Alvar encontró allí fueron antiguas decoraciones raídas que otrora decoraron el castillo de rocacuervo. Viejos tapetes con imágenes de guerras pasadas, estandartes hechos jirones con sus astas astilladas, escudos con esmaltes saltados por el tiempo con dibujos que eran imposibles de descifrar. Además de eso Álvar se encontró con un buen espacio libre como para poder maniobrar si así lo deseaba.
 

¿Por que irían a guardar tanta basura bajo llave? Lord Owen no parecía de los sentimentales que guardaban cosas viejas solo por los recuerdos... pero a fin de cuenta eso era irrelevante y mi misión era otra.

Ahora tenía que moverme. Guarde la ganzúa con un rápido movimiento en su estucho, que se perdio en un bolsillo de mi ropa como si nada. Luego me asome al pasillo para ver si podía ubicar al menos por el ruido de las pisadas al segundo guardia.

Fuera como fuese, cuando fuera propicio tendría que actuar. Era el plan más básico de la historia, pero siempre eficaz: Atraer al guardia que vigilaba la puerta de Tregar a la habitación, incapacitarlo, tomar el disfraz que necesitaba y oír todo tranquilo desde ese lado de la puerta.

Era el momento. Busque un buen lugar dentro de la habitación para esconderme cuando atrajera al guardia teniendo en cuenta la luz de la entrada y tener un buen ángulo para noquearlo cuando entrara.

Luego prosegui con mi plan. Tome un par de trastos de la habitación y me dirigi hasta el recodo donde estaba el guardia. Hice un poco de ruido con los objetos y me movi rápidamente hasta la habitación que tenía preparada sin ocultar el ruido de mis botas, para que el guardia me siguiera. Deje la puerta de la habitación entreabierta, seguro de que si había caído hasta este punto, entraría a inspeccionar...

Me oculte en mi lugar preparado, con las armas en las manos para noquear al pobre diablo con un doble golpe de las empuñaduras... 

El guardia hoyo el ruido que hizo Álvar y se dirigio a la habitacion en la que el espia se esperaba para emboscarlo.
-¿Quien va? pregunto con tono firme mientras ingresaba en la habitacion sin tener idea de donde podria porvenir el golpe

"...¿Quién va?..."

Esa frase era como mi señal de partida. Sujete con fuerza los pomos de mis armas y di un ágil salto fuera de la oscuridad justo detras de él. Con un doble arco opuesto, mis armas viajaron una por cada lado para encontrarse al fin en las sienes del guardia con un golpe fuerte y seco.

Un segundo de misterio y... paf, el guardia cayo en mis manos sin rastro alguno de conciencia. Tras dejarlo en el piso cerré la puerta con cuidado y me dedique a despojar de su uniforme al pobre diablo. La cereza sería dejarlo muy bien atado y amordazado en un rincón oscuro de la habitación.

El espia se encontró vestido como un hombre de la guardia y para su suerte el otro guardia no habia hecho su aparicion, por lo que ahora disponia de una importante posibilidad de oir lo que sucedia tras la puerta de Tregar

Pase la puerta y la cerre, para luego dirigirme a buen paso a "tomar mi puesto" como el orgulloso y valiente miembro de la guardia a cargo de vigilar la puerta de Tregar.... Y si oía algo era pura casualidad.

Arrime bien la oreja a la madera y espere a ver si podía captar algo de la conversación.

Dentro de la habitación se escucho la voz de dos hombres, una debía de ser el sujeto que había estado siguiendo y la otra era sin lugar a duda la de Tregar.

-Seguramente aquí pondrán la caballería.- Hoyo decir a Tregar. Al parecer estaban trabajando sobre un mapa.
-Mis fuerzas estarán aquí y las tuyas aquí.- Siguió hablando mientras indicaba sobre el pergamino. -En cuando empiece el ataque cargaremos directamente contra las fuerzas de Lord Owen, ellos no esperan eso y eso nos dará la ventaja, si no lo acabamos a la primera podremos volver a cargar y destruirlo a la segunda.-

Luego de unos segundos la otra voz hablo. -Bien, por mi parte encontré a unos 10 arquero dispuestos a liquidar al pichón de cuervo, cuando el caos estalle dispararan contra el y solo contra el.-

-Espero que tus arqueros sean buenos.- Dijo Tregar, ¿Ahora bien como nos liquidamos al cerdo del hermano de Owen?

Alvar no pudo oír lo que siguió por que el otro guardia apareció. Había terminado de hacer la ronda y se dirigía hacia donde estaba el espía.

-Listo, ronda terminada.- Le dijo al llegar. -Ya te lo dije una vez, estas cosas son entupidas, nunca pasa nada.-

"Oh mi buen Tregar, si te hubieras portado bien tendrías un futuro más largo, pero por lo visto te queda poco tiempo de vida."

Y así era como el leal guardián de los Nightwing cometía su primer y último error. Owen no era de los que perdonaban algo así y la verdad no tenía por que hacerlo tampoco. Tregar podía darse por muerto.

Bueno, el trabajo estaba hecho... Solo quedaba salir de esta bien parado. Tras ver al guardia que se me acercaba trate de relajarme lo más posible. Apenas había escuchado un par de palabras del guardia al que le había pedido prestado el disfraz, pero con un poco de suerte podría imitar su acento lo suficientemente bien para no levantar sospechas.

Me encogí de hombros para responder al guardia, pero justo entonces solté un falso estornudo. -Perdón por eso.- Dije con tono apenas nasal pero intentando imitar el acento correcto. -Ya, no pasa nada, pero si nos saltamos una guardia Tregar nos dará una que ni te cuento. En unos minutos salgo yo a hacer otra solo para ser precavidos.-

-Si, eso no te lo niego. Ese viejo esta muy cascarrabias en estos días. Espero que pronto se vaya a la guerra así tendremos un poco de paz.- Dijo el guardia poniéndose en su lugar.

 Puso la espalda contra la pared y agarro con firmeza la alabarda en una preparación que le llevo varios minutos.

-Avisame cuando salgas de ronda, yo voy a tratar de descansar un poco.- No llegaron a pasar 5 minutos que el guardia quedo semi dormido, algo que llamo la atención a Álvar que nunca había visto a una persona que tuviera la facultad de poder dormir de pie.

Asentí a mi "compañero con una sonrisa torcida. Se iba a dormir el muy maldito... Era bueno para mi y mis planes, pero pensaba que los guardias de Tregar serían mucho mejores que esto.

Al menos el vago no me hizo esperar mucho, con una habilidad sobrehumana, probablemente adquirida en años de practica, quedo semidormido en un precario equilibrio entre la pared y la alabarda, que lo mantenían en una posición parecida a la de firmes de la soldadesca. Era impresionante y algo chistoso.

Espere que estuviera otros diez minutos dormitando, como para que perdiera un poco la noción del tiempo y lo levante suavemente, con cuidado de no hacerlo volver a la realidad de golpe. -Salgo a caminar o me quedare tieso para siempre. Nos vemos en un rato.-

Era momento de volver a mi rol y a mis pertenencias. Tenía que avisarle a Lord Owen y sobre todo, al maese Ezio porque este asunto iba a ser prioritario y urgente.