Partida Rol por web

El salón principal era una habitación de gran tamaño. Tanto Ser Bastian como Lady Constance tenían en sus castillos esta clase de salones y de hecho eran mas grandes pero este no estaba mal, podía albergar a 300 invitados que podrían están en sus anchas de comodidad si la situación lo requiriese.

 Pero en esta noche solo una mesa estaba ocupada y no era otra que la principal en la que se serviría un delicioso pato al Limón. Lady Larra se encontraba en la cabecera de la mesa esperando al resto de sus invitados que no se hicieron esperar en lo mas mínimo. La joven norteña que constance había conocido llego escoltada por 3 hombres de Armadura Blanca, uno de ellos se quedo en la puerta sin entrar al salón los otros dos se pusieron uno a cada lado de la chica. Balaquo se sentó frente a uno de dichos guardias al que saludo previamente con un fuerte apretón de manos. Quienes lo vieron llegar notaron que arrastraba una de las piernas, como si hubiera tenido una herida reciente.

Tras enviar el cuervo a La Sidra, tras la charla con Constance y tras el ansiado baño que le permitió limpiarse de tanta arena que casi crea un oasis en la zona de baños, al fin Bastian pudo vestirse con ropas cómodas y elegantes que no fueran aquellas sucias que había llevado durante todo el camino y que servían solo para proteger del sol y el viento. Estaba realmente agradecido a su anfitriona que le hubiese prestado aquellas telas, si bien por un momento había temido lo peor teniendo en cuenta que no había hombres en el castillo que pudieran prestarle ropa para la ocasión.

Sin embargo, allí estaban, Constance y él, ambos, aunque cansados, lindos y preparados para entrar en el salón donde se serviría la cena. El Fossoway había ofrecido a la Nightwing su brazo para aparecer ante los demás como lo que debían aparentar: un feliz matrimonio. Más hubiese querido él que aquella apariencia tuviese más de real.

Tras mirarlo con curiosidad, Bastian saludó escuetamente al soldado de blanca armadura que se había quedado haciendo guardia en la puerta del salón. A continuación, se acercó hasta Lady Blackmont aún con Constance del brazo. En el trayecto saludó con la mirada al braavosi y a Shandi.

-Disculpad la demora, Lady Blackmont -dijo cuando llegaron hasta ella, liberando a Constance para que hiciera su voluntad-. Y pido perdón también al resto...

Paseó la mirada por los demás y se quedó esperando a que le presentaran a aquella joven desconocida al menos para él, pues la Nightwing la miraba con cierta confianza, como si ya se hubiesen presentado. La cojera de Balaquo tampoco le pasó desapercibida. Ya le preguntaría en qué se había metido...

Constance se alistò tan ràpido como pudo, la verdad es que entre el largo viaje y el baño, se habrìa quedado a dormir de buena gana pero no era menester dejar a su anfitriona esperando, no habrìa estado bien. Saludò a Shandi y al hombre que habìa venido con ellos con apenas un gesto de cabeza. Seguìa colgada del brazo de Bastian cuando este se disculpò y ella hizo lo propio.

-La tardanza ha sido por mi culpa pero seguro que mi lady entiende.

Entonces volviò su rostro a la Stark y le sonriò.

-Es un placer volver a veros.Os presento a mi esposo, lord Grey*

La joven sonreìa còmo si minutos antes no hubiera estado màs que enojada con el joven Bastian. Por suerte, ella sabìa bien disimular aquello.

-Ya estamos todos así que podemos comenzar.- dijo al ver a Shandi ingresar al comedor. La mujer vestía una túnica roja de seda que realzaba un poco mas su belleza.
-Espero que les guste la comida, si no es de su agrado haré que les cocinen lo que quieran. Bebida hay de sobra vino y cerveza por igual.- La sonrisa de Lady Larra estaba presente en cada palabra pero su mirada se mantenía casi firme en su invitada de lujo.

-Yo hoy beberé, mis hermanos pueden cumplir la tarea que se nos encomendó y además el vino me ayudara a aguantar las magulladuras que me dejo mi nuevo amigo Braavosi.- El hombre de capa blanca miro a Bastian y a Constance antes de seguir.- Lord Grey tiene allí a un guerrero de temer.- Agregó haciendo referencia a Balaquo.

"Lord Grey"... Ya casi le hacía gracia aquello. Sin embargo, el pesar que le causaba ir embaucando a otros Lores y Sires contrarrestaba e impidió que dibujara una sonrisa divertida ante su presentación. En lugar de eso, inclinó su cabeza en una reverencia para saludar a la mujer de cabellos oscuros y tez clara. ¿Quién sería para ir protegida con semejantes ejemplares de guardias? Aquellas capas blancas...

-Un placer conoceros, Mylady... -dijo esperando conocer su identidad.

Una vez lo supiera, meditaría al respecto. Agradeció igualmente a Lady Larra el permiso y dedicó una mirada a Balaquo cuando el caballero mencionó las heridas sufridas. Ese zorro...

-Desde luego... Tan temible con la espada como con la lengua. Solo debería aprender quizá a orientar su... belicismo y elegir a sus oponentes -dijo con cierto tono de broma para que el braavosi supiera a lo que se refería-. Aunque, a pesar de su habilidad, él tampoco parece haber salido indemne, Sir... -cayó en que tampoco sabía su nombre.

Constance intentaba seguir lo que acontecía a su alrededor pero estaba nerviosa. Finalmente podía ser que alguien los reconociera, no eran unos cualquiera pero bueno, si alguien los reconocía, sería hora de coger camino de nuevo.

-Un placer conoceros...

Fue todo lo que dijo y tomó asiento donde le indicaron. Lo cierto es que a pesar del cansancio, se alegraba de estar ahí pero aún tenía algo que hacer, así que se refirió a su anfitriona en voz baja.

-Mi señora, cuando lo juzguéis conveniente podríais enviar un cuervo a mi familia diciéndole que estoy bien... ¿Por favor?

A veces se preguntaba hasta dónde se había ido sólo por aprender y hasta dónde para olvidar a su hermano.

-No se preocupe ser Arthur también es de los que piensan antes con la espada que con la cabeza.- Dijo amistosamente Lady Lyanna, -no me extraña que se haya hecho amigo de su acompañante, además si La espada del amanecer dice que alguien es bueno es porque realmente lo es, no hay mejor espada en los siete reinos que la de este hombre.- Agregó alagando a su  guardián.

-Me olvide de presentarme, mi nombre es Lyanna Stark, Quienes me acompañan en la mesa son Ser Arthur Dayne y Gerold Hightower, y el que está en la puerta es el valiente Oswell Whent.

Si mi querida Dai, en cuanto terminemos de comer enviare un cuervo a su hogar para avisar que llego bien y que no tienen que preocuparse.- Dijo Lady Larra tomando todas las precauciones debidas para conservar la identidad de su invitada.

-Lady Lyanna Stark y sus acompañantes  están de viaje y me han honrado con su visita, mañana teníamos planeado pasear por los alrededores a caballo así que quienes quieran están invitados a acompañaros.

Sir Arthur Dayne... "La Espada del Amanecer"... Y "El Toro Blanco", Sir Gerold Hightower... Y por último Sir Oswell Whent, pero, ¡por el amor de los Siete! ¿Qué hacían allí los mejores guerreros de la Guardia Real? Custodiando a... una Stark. Lady Lyanna, la hermana de Eddard Stark... Por un momento, el heredero Fossoway se puso algo nervioso. Aquellos hombres eran héroes. Héroes no solo para aquellos entregados a la caballería y las armas, como podía ser Bastian, sino héroes para cualquiera leal al reino. ¿Cómo podía no haberlos reconocido...?

-Es todo un honor conoceros, Sires. Y a vos, Mylady -quería preguntarles qué les llevaba por esos lares, pero era el primero que no quería hablar del tema, así que prefería no llevar la conversación por allí-. Será un placer acompañaros mañana en la cabalgada -hizo una pausa para empezar a comer y mirar al Dayne con cierto brillo en los ojos. Siempre había sido un referente para Bastian, y más cuando su padre le dio en heredad a Misio-. Sir Arthur, me alegro que os haya complacido el combate con Balaquo. Vuestra arma era "Albor", ¿no es así? -siempre había adorado ese mandoble-. Yo también lucho con un arma a dos manos, podría enseñárosla mañana...

Parecía un joven escudero novato admirando a su Señor. Sin duda esperaba poder medirse con él en algún momento como había hecho el braavosi.

Constance estaba atenta a todo lo que acontecìa, tenìa ganas de estar ahì y ademàs, con Shandi iba a aprender cosas aunque pareciera que se habìa olvidado de eso desde que hubieron llegado pero lo cierto es que no lo habìa hecho sòlo que estaba algo cansada. La conversaciòn en la mesa iba de una cosa a otra y ella comiò animadamente, algo que hacìa dìas que no hacìa y que ahora parecìa que el hambre y el cansancio se hubieran encontrado en un cuerpo tan menudo.

-Esto està delicioso, mi lady. Gracias por vuestra hospitalidad.

Le gustaba ver a Bastian de mucho mejor humor del que lo habìa visto en la alcoba y ya estando ahì junto a todo el mundo comprendiò que estaba presionando al muchacho demasiado, que ya era bastante haberlo orillado a irse con ella como para encima tener que pretender ser esposo. Se dijo a sì misma que no volverìa a hacer aquello, no era sòlo una niña caprichosa, tenìa que empezar a crecer.

-Ya tuve el honor de conocer a Lady Stark, serà un placer cabalgar con vosotras.

La pelirroja sonriò amablemente y bebiò un poco màs de vino. Realmente no le encantaba pero con lo cansada que estaba, no se daba cuenta que estaba bebiendo màs de la cuenta.

-Mañana por la mañana saldremos juntos con Lady Stark a cabalgar, pero por la tarde puedes enseñarme tu acero y si quieres puedes medirlo con Albor.- Dijo con una cortés sonrisa ser Arthur Dayne

-Le digo que su amigo es bueno para practicar también, posee un estilo único y su velocidad es ciertamente muy peligrosa, de no haber tenido protección seguramente seria yo el que este rengueando.-

Yo no podré cabalgar  mañana, tengo cosas que hacer pero les deseo un buen paseo y que se diviertan mucho.- El tono de voz puesto por la meretriz hacia parecer que sus palabras no eran del todo sinceras. La joven Shandi se quedo mirando a Lady Larra que le mantuvo la vista unos segundos y luego la bajo para mirar su plato.

-Entonces haré que preparen los caballos para que mañana podamos salir a pasear.- dijo al resto de sus acompañantes esquivando la mirada de Shandi. –Debo advertirles que los corceles de la arena son increíblemente rápidos así que tengan cuidado una vez que piquen espuelas.- Agrego mientras sus mejillas comenzaban a tomar un leve tono rozado por el rubor.

La perspectiva de entrenar con Sir Arthur Dayne le pareció magnífica al joven de La Sidra. Ésto casi consiguió hacerle perderse el sonrojo de Lady Larra. ¿Era por Shandi? Varias ideas se le pasaron por la cabeza. Viniendo de la placentera joven no le sorprendía... ¿pero de la noble Blackmont? Sacudió levemente la cabeza y apartó esas imágenes de su mente. Se giró hacia Constance para preguntarle en voz baja, cerca del oído, si estaba todo a su gusto, si estaba bien. No solo es que tuviera que simular ser su esposo, es que además le importaba ese punto...

Bastian sabía que no debía hablar mucho del tema, pero le picaba la curiosidad sobre lo que hacía allí aquella comitiva. Así pues, cuando hubo recibido respuesta de Lady Nightwing, se giró de nuevo hacia la Stark:

-Y contadme, Mylady, ¿estáis solo de paso por aquí u os alojaréis un tiempo con la magnífica anfitriona que es Lady Blackmont? -como parecía que iban a hacer ellos. Era una pregunta que podría haberle hecho igualmente a la Señora del castillo, pero deseaba saber un poco más de la norteña.

-Si, estaremos aquí un tiempo pero no mucho.- Contesto Lady Lyanna -Viajamos de camino a la torre de la alegría y nos detuvimos aquí, cansados del calor y la arena y ahora que estamos aquí con todas las comodidades que nos da Lady Blackmont le confieso que nos cuesta partir.- Agregó con mucha simpatía.

-¿Ustedes estarán aquí por algún tiempo mas? ¿Hacia donde se dirigen? Pregunto la Norteña devolviéndole la cortesía por el interés del destino de ella.

Constance escuchò con paciencia las conversaciones y cuando èl se acercò a ella, asintiò brevemente.

-Todo està en orden pero no tengo mucha hambre.

Fue breve y conciso lo que le contestò pero luego se volviò a la Stark.

-Mi lady, estamos de paso... Yendo a visitar a un familiar de mi esposo pero cierto es que podrìa permanecer aquì màs tiempo del necesario si lady Blackmont nos lo permitiera.

Bajo la mesa sujetò la mano de Bastian y la apretò suavemente, a veces tenìa ganas de decir la verdad.

-Aunque...

No tengo problemas con tenerlos de visita todo el tiempo que ustedes necesiten.- Contesto Lady Larra -No suelo tener muchas visitas y por eso me gusta cuando vienen a mi castillo asi que por mi no tendran problema en quedarse lo que necesiten.-

La señora de la casa Blackmont hizo una pausa al escuchar el "Aunque" de Lady Constance
 

Constance sintió que estaba en un buen sitio, que podía aprender muchas cosas ahí pero sentía pena por Bastian.

-Aunque todo depende, mi lady de la respuesta que tengamos.

Sonrió a su anfitriona y soltó rápidamente la mano de Bastian. Había estado a punto de decirlo todo sin importar las consecuencias.

Bastian notó el nerviosismo en Lady Constance y se apresuró a acudir en su ayuda. Lamentó perder la mano de la joven Nightwing. Le echó una mirada de reojo y luego miró a Sir Dayne y a Lady Stark:

-Así es... Esta rebelión que ha estallado... -el tiempo que se habían llevado fuera, de viaje, no le había permitido enterarse bien de los movimientos que se realizaban. Sin duda aquellos otros invitados sabrían más-. Estábamos de viaje en Essos -lo cual no dejaba de ser cierto- y la noticia nos ha tomado por sorpresa. Sería de gran ayuda, si podéis hablarnos de ello... ¿qué se dice en Desembarco del Rey?

Le daba igual quien de los presentes le respondiera. Tanto Lady Lyanna como los Capas Blancas tendrían noticias frescas e importantes al respecto...