Partida Rol por web

GELUS VIRICA

[FLASHBACK]

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31/07/2008, 02:39
Director

En ésta escena podremos ubicar tanto las visiones de Taylor como las escenas flashback de vuestras historias personales, que, si os apetece, podéis escribirme a modo de relato cuantas queráis (dentro de un orden, claro, no me saquéis X-MEN en vuestras historias cuando en la inicial que me mandasteis no estaba XDDD).

Ya sabéis, rienda suelta ;D

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31/07/2008, 02:44
Director

Otra fiesta de postín en casa... Hacía tiempo que el abuelo se había ido de éste mundo... Donovan tenía tres años, y la perla de la casa, Jolene, dormía en su cuna en los pisos de arriba, cuya habitación estaba custodiada por un par de guardias y una niñera.

Ésta vez era una reunión con inversores, y como siempre, había pocos niños en esas fiestas... Pero los que había estaban todos sentados en sofás, hablando muy formalmente y comiendo galletas con una educación exquisita.
Con tres añitos, Donovan estaba, como de costumbre, ensayando monerías enternecedoras desde los brazos de su madre. Elisabeth Dryden parecía que en lugar de dos hijos pequeños tuviese medallones, siempre a cuestas y abrazados a su cuello...

De nuevo llevabas aquel traje de pajarita, de nuevo el pelo engominado hacia atrás...
Y Anselm, el mayordomo, te llevaba continuamente de la mano al salón de la fiesta cuando intentabas escaparte...

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31/07/2008, 02:55
John R. Dryden
Sólo para el director

Otra vez... Otra aburrida fiesta en lo que lo único que se puede hacer para divertirse es... Nada. Los niños pijos esos deberían ir a comprar huevos, como decía el abuelo, porque no los tienen. Supongo que se refería a los huevos que hay entre las patas, aunque no imaginaba que pudieran comprarse. No me gustan esas estúpidas galletas de menta, son asquerosas... No me gusta este traje, la cosa esta del cuello me aprieta. Aprovecho un momento en que pienso que nadie me ve para aflojarla como puedo, contrayendo el rostro, para ganar un poco en comodidad. Si pudiera librarme de ese estirado de Anselm para ir a ver a Jolie molaría. Igual mamá me deja hacerlo, o jugar un poco con Donnie. Sí, eso sería genial. Voy escurriéndome como puedo entre la gentuza para alcanzar el lugar donde se sientan ambos y, al llegar, me coloco a un lado. Estando sentada casi le llego al hombro. Le doy dos golpecitos en él, con dos dedos, tras lo que hablo, con voz aguda:
-Liz -el abuelo siempre la llamaba así-. ¿Puedo jugar con Donnie? Esos niños son unos estirados y me aburro mucho... Quería ver a Jolie, ¿puedo?

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31/07/2008, 03:08
Elisabeth

Donovan miró con cierta esperanza a Rewell. Él también quería subir a ver a su nueva hermanita, y de paso jugar un poco con sus juguetes, pero Elisabeth se puso completamente roja y miró a las mujeres con las que conversaba con una sonrisa encantadora. La que ponía Donovan cuando rompía algo. Cogió a John del hombro con el brazo con el que no sostenía las rechonchas piernecitas de su angelito rubio.

- Pero hijo... ¿Cómo puedes decir algo así de los hijos de éstas señoritas? Y ya sabes que me tienes que llamar "mamá", tesoro... - miró a sus amigas - Su abuelo me llamaba así, lo echa de menos, el pobre... - se excusó. Miró de nuevo a Rewell y puso cara de "pregúntale a tu padre", pero no sucedió.

- ¿A quién llamas estirado, pijo de mierda? - aquel niño apareció como una exhalación dándole un empujón a Rewell. ¿De dónde había salido...?

Tendría unos ocho años y llevaba la camisa por fuera del pantalón, la corbatita floja y el pelo algo revuelto. Era bastante más bajo que él, pero eso no impedía que tuviese una mirada fiera y enérgica. Elisabeth y el resto de mujeres miraron al niño. Por una vez, Rewell no era "el niño malo" en la fiesta.

- ¿Daniel...? - preguntó Elisabeth insegura mientras Donovan se le abrazaba al cuello y escondía la cara en la clavícula. Era lo que hacía siempre que había algo parecido a problemas: Esconderse detrás de Rewell o de su mamá.

- - respondió el niño, ceñudo, señalando descaradamente a Rewell - ¡Su hijo me ha llamado estirado! ¡Ustedes son todos unos... ingleses, pero yo no! ¡Que lo retire!

- Daniel... Eso no se hace... Y no hay nada de malo en ser inglés- intentó decir Elisabeth, mirando a todas partes en busca de los padres de Daniel...

El niño hablaba raro... ¿Irlandés? ¿Escocés...?

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31/07/2008, 03:20
John R. Dryden
Sólo para el director

Nada más reponerme del empujón, taladro a mi agresor con la mirada. ¿De qué va este? Ya he tenido algunas peleas en el colegio... No me gustan. El abuelo siempre decía que hay formas mucho mejores de solucionar un problema que con los puños... De hecho, por norma general me hubiera ido, pasando de él, o hubiera pedido perdón... Pero este crío ha asustado a Donnie, y eso me hace enfurecer mucho. No hace falta que mamá le intente sacar las castañas del fuego. Desde que ha asustado a Donnie se ha metido en problemas. Nadie asusta a mi hermanito. Aprieto los puños, empezando a sentir ganas de darle un tortazo...
-Has asustado a mi hermano, tontolaba -ni siquiera sé lo que significa eso, pero sé que es un insulto-. Pide perdón o te parto la cara aquí mismo... uhm... Capullo -sí, eso también es un insulto. Mola ir al colegio, aprendes cosas curiosas. Y realmente creo que tengo ganas de pegarle... Pero me da un poco de miedo. No me gustan nada las peleas... Pero es que Donnie... Nada, no voy a dejarle pasar eso. O pide perdón o se la lleva.

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31/07/2008, 03:53
Director

- Id a jugar al jardín, ¿eh chicos? ¡Anselm! ¡Lleva a Daniel y a Rewell al jardín! - pidió la adorable y bella Elisabeth Dryden, inmediatamente obedecida por su mayordomo, que cogió de los antebrazos a ambos niños y los llevó al jardín.

Una vez ahí, el mayordomo se marchó tras intercambiar palabras con uno de los de seguridad, de los que parecían estatuas que no hablaban ni decían nada.
Nada más irse, el niño rubio escrutó a Rewell.

- Siento haber asustado a tu hermano pequeño... ¡Pero el capullo lo serás tú! - se lanzó sobre él, cogiéndole el cuello. El maldito tenía fuerza y era más arrojado que un toro.

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31/07/2008, 03:58
John R. Dryden
Sólo para el director

¡Toma ya! ¡Por fin algo diferente en una mierda de fiesta como esta! Aunque sea con el imbécil este... Al final ha habido suerte y me he podido librar de la peor parte. Una vez fuera haré que el chaval se disculpe y luego me iré a cavar un hoyo al jardín o a hacer cualquier otra cosa. Y, nada más salir al jardín, desde luego la cosa empieza bastante bien... Pide perdón por su cuenta, sin más problemas. Ufff... Me alegro de no tener una pelea, la verdad es que no me hacía ninguna gra... -¡¡Gagh!! -exclamo, al sentir mi cuello siendo aprisionado por las manos del peligroso Daniel. Caigo al suelo, con el sujetándome, debido al impulso y al inesperado agarre. ¿¿Qué hago?? ¿¿¿Mierda, abuelo, qué puedo hacer??? ¡¡Me está haciendo daño, pero ya ha pedido perdón, y no quiero pegar a nadie!! ¡¡No está bien, no...!! -¡¡Gaaaaah!! ¡¡Suéltame, por favor!! -consigo decir, aún con el cuello aprisionado. No soy un bestia, no me gusta esto... Si sólo pudiera haber alguien que me ayudara...

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31/07/2008, 04:22
Director

- ¡Dan! - la voz de un muchacho sonó en seguida, se le había oído acercarse corriendo. Éste chico si iba bien vestido, llevaba el pelo bien, aunque largo, y cogió a su idéntico hermano por debajo de las axilas, apartándolo y haciéndolo a un lado.

Inmediatamente el adolescente cogió la mano de Rewell y le ayudó a levantarse, sacudiéndole la chaqueta de la hierba...

- ¿Está usted bien, Rewell? Perdone a mi hermano... Nuestra madre murió hace un año hoy y... No está de humor, lo sentimos mucho... - se excusó el muchacho.

- ¡Me ha llamado capullo, David, no le ayudes! - masculló Dan.

Entonces apareció un primor. Una cosa pequeñita, con coletas llenas de tirabuzones, de unos cinco años, con las manos detrás de la espalda...

Sonreía, tenía unos ojos azules preciosos, y bastante cara de bicho travieso y gracioso.

- ¿Qué has hecho, Dani? - preguntó, pizpireta y resuelta, hablando de la extraña manera en que hablaban sus hermanos.

- Pegarle a éste inglesito capullo - le sacó la lengua a Rewell.

- ¿Porqué?

- ¡Me ha llamado "estirado"! ¡A mí, que soy más duro que un clavo! ¡¡ODIO EL TRABAJO DE PAPÁ!! ¡Me quiero ir, pienso escaparme! ¿Dónde está la puerta, capullo?

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31/07/2008, 04:32
John R. Dryden
Sólo para el director

El alivio que siento al dejar de notar la presión en torno a mi cuello es inmenso pero, sin poder siquiera reparar en mi salvador, ya me ha ayudado a ponerme en pie. Le observo, con gran sorpresa y no menos agradecimiento en mi estupefacto rostro, respirando rápidamente por los nervios y llevándome la mano al cuello. Voy mirando de uno en uno a los tres hermanos, sorprendido. También son tres, dos hermanos y una hermana... Es una extraña coincidencia... No sé, creo que es la primera vez que les veo por aquí. Me cuesta, de hecho, un poco reaccionar. Además no estoy acostumbrado a que me hablen así, como si fuera un señor...
-Eh... Hola, ¿David, no? Gracias por ayudarme, yo... Bueno, siento haberte llamado capullo, Daniel, pero es que no me gusta que asusten a mi hermano... -agacho la cabeza-. Y no te decía a ti estirado, sino a los otros... perdona. Salir solo puede ser peligroso, no deberías hacerlo... -es curioso cómo, en cuestión de segundos, me estoy preocupando por la seguridad del mismo tío que hace un momento me estaba pegando-. Siento lo de vuestra madre... Mi abuelo murió hace poco también... -digo, con la mirada gacha.

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31/07/2008, 04:49
Director

Daniel fué inmediatamente a cogerle la mano a su hermana. Al recibir las disculpas, el niño apretó los labios. Como si otro le hubiese cortado un tiro de pelota y ya no hubiese más juego. Miró a su hermano mayor, que alzó las cejas a modo aleccionador.

- ¡Vale...! ¡Te perdono! - cogió a su hermanita como si no pesara nada. Era un niño fuerte, sin duda - ¿Se murió tu abuelo en un hospital inglés? Mi madre se murió en un hospital inglés... No la curaron, los muy cabrones... - la niña bajó los ojos un poco, ladeando la boca.

- Eso da igual, Dan - intentó calmar David - . Mamá tenía cáncer. Se habría muerto igual en cualquier sitio...

- ¡NO! - rugió de nuevo Dan, mientras la niña se tapaba los oídos para no oirle gritar tan cerca - ¡Alguien tiene que tener la culpa...!

Torció entonces el gesto. Parecía que iba a ponerse a llorar, pero la niña tuvo una reacción rápida:

- Oye, Dan... Rewell es como tú: Llama estirados a los otros, y echa de menos a su abuelito... - miró a Rewell con una encantadora sonrisa - ¿Verdad...? ¡Podríais ser amigos y pelearos con los pijos! - rió.

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31/07/2008, 05:08
John R. Dryden
Sólo para el director

Jolín... Este Daniel es pequeño, pero tiene mucha fuerza y, ¿cómo diría el abuelo? "Los tiene bien puestos", pero la pregunta sobre su muerte me pilla totalmente desprevenido y me hace recordar cosas dolorosas... El abuelo estuvo mucho tiempo en su camilla del hospital, y me llamaba todos los días, como si no estuviera en este mundo, sólo para cogerme la mano. Aún sólo de acordarme me dan ganas de llorar. Absorbo por la nariz algunos mocos que, de pronto, han surgido, y paso el antebrazo por los ojos, por si acaso.
-Mi abuelo... Sí, murió en un hospital inglés. Murió porque había vivido mucho ya, eso me dijo. Eso tampoco se puede curar, ¿no? -ladeo una sonrisa inocente. Está claro que no se puede... Tal vez si alguien bebiera del Santo Grial de Arturo se podría... Algún día tendré que buscar ese Grial y podré curar los años y las vidas largas. Alzo la vista de nuevo con la discusión que surge, centrando finalmente la vista sobre la pequeña y preciosa hermana de Daniel y David, que me arranca una enorme sonrisa. Es muy maja... Podría ser amiga de Jolene cuando crezca.
-Pues... no tengo muchos amigos... pero sí, esos pijos son unos estirados y me caen mal... -miro a Daniel por el rabillo del ojo, moqueando una vez más, y sonrío con picardía y algo de complicidad. Me gustaría tener un amigo, la verdad.

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31/07/2008, 05:57
Director

Dan, escuchando serio cómo Rewell habla de su abuelo, supira y sonríe cuando dice su última frase.

- Pues eres guay. Seguro que es porque siempre has sido pijo. Nosotros no lo éramos hasta hace poco. Si conocieras colegas no-pijos... Seguro que tendrías un puñado grande de amigos, con lo duro que pareces. Nunca había visto a un inglesito decir tacos - levantó la mano con la que no sujetaba a la niña y le chocó los cinco a Rewell.

El mayor de los hermanos sonrió y alzó las cejas.

- En fin... Os dejo jugar, no os peleeis, ¿eh, chicos? - le chocó la mano a su hermano - ¿Te quedas tú con ella? - Dan asintió, y después David le tendió la mano a Rewell.

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31/07/2008, 06:04
John R. Dryden
Sólo para el director

¡Nos hemos chocado los cinco! ¡Mola, tío, mola mucho! Me emociono por dentro como pocas veces me había pasado y estrecho la mano de David, sonriente, despidiéndome de él para, después, centrarme en mi nuevo amigo y en su hermana. -¡Venid por aquí! Tengo un refugio en el jardín para que nadie me toque las bolas -una nueva expresión del abuelo, como la mayoría. Voy caminando por el jardín en busca del "refugio antiaéreo" que me sirve de reducto de soledad cuando no quiero ser molestado. Lo construimos el abuelo y yo poco antes de que muriera...-. Tengo bolas de barro ahí dentro... Cuando salgan los pijos les bombardeamos -propongo, muy animado-. La verdad es que creo que siempre he sido pijo... Liz sólo me da ropa "pichi", que no me gusta nada... ¡A mí me mola cómo viste el cantante de Mötorhead! ¿Los has escuchado? Molan un montón... -miro entonces a la pequeña-. ¿Y tú cómo te llamas, princesa? ¿Sabes?, mi hermanita Jolene ha nacido hace poco, pero es tan guapa como tú. Cuando crezca podríais ser amigas...

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31/07/2008, 06:16
Director

- ¡No jodas...! - Dan traslada de sus brazos a los tuyos a la niña y entra entusiasmado en el refugio, viendo las bolas de barro, riéndose - ¡Qué cojonudo, men! - reía con las mencionadas armas en las manos, poniéndose perdido - ¿Mötorhead? ¿El que lleva un chaleco de cuero? Me mola pero... No sé, sí, mejor que éstas putas - se la arrancó del cuello, reordenando las bolas que había movido de su sitio - ...corbatas. Mi hermana y yo también tenemos un refugio. Son unas ruinas chulísimas, parecen sacadas de Mad Max, tronco, ese sí que es duro y guay... Pero van muchas putas por ahí. ¿Sabes lo que son putas?

Miró a su hermana cuando Rewell habló de la suya propia.

- ¿Y me podría casar contigo? - preguntó poniéndose colorada y llevándose el dedo índice a la boca.

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31/07/2008, 06:24
John R. Dryden
Sólo para el director

Me siento en el suelo del refugio colocando a la pequeña sobre mi pierna, quitándome también la pajarita de un tirón, así como la chaqueta del traje, tras lo que me remango bien la camisa. -¿En serio, también tenéis uno? Eh, es la leche, macho. ¿Cómo de Mad Max, dices? ¡Waka! ¡Esa peli mola un huevo! Pero... uhm... No, no sé lo que son las putas... Bueno, se usa mucho esa palabra, ¿no? La dice la gente cuando está cabreada... Pero no sé qué siguinifica* -después desvío la atención hacia su hermana de nombre desconocido, sintiendo de pronto cómo me atraganto con la saliva-. ¿E... eh? -farfullo, nervioso de nuevo-. ¿Ca... casarte con... conmigo? Pu... pues no lo sé... No lo había pensado... No... no sé... -me llevo la mano al cogote, sin saber bien qué responder a eso. Mi mente, de forma sorprendente, decide trabajar más rápido de lo normal-. Ehm... ¿Y sois irlandeses? Está claro que inglesitos no. Hubiera sido genial veros antes por aquí... Estas fiestas son una mierda asquerosa...

Notas de juego

*Está puesto así a idea, xDDDDDD

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31/07/2008, 06:38
Director

- Ir... lan... ¿Qué? - se extraña Dan, torciendo el gesto y negando con la cabeza - Somos de Perth - escoceses entonces, hasta ahí sí llegaba tu geografía - Y éstas fiestas son un asco. Las fiestas a las que íbamos antes de morirse mamá eran un pasote: Todos nos tirábamos en piscinas de goma cutres... ¡Pero con la ropa puesta! Y había tarta, piñatas, gusanitos y chocolate. No pasaba nada por ponerte hasta las cejas de arena, y podíamos correr lo que quisiéramos... Era tan guay... - suspira, para mirar a su hermana, que parecía haberse puesto seria.

- ¿No te gusto? ¿No soy guapa...? Yo creo que tú eres super guapo... - murmuró, colorada y balanceándose de un lado a otro, aparentemente entristecida. Su hermano reaccionó en seguida al verla así.

- ¡Eh, pero sería guay! Mi hermana es súper guay, y cuando os casarais podríamos hacer una fiesta con gusanitos, chocolate y columpios, en vez de ésta birria! - reía - ¡Y de mayores los tres nos iríamos a tomar cervezas en motos grandes como las de Mad Max!

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31/07/2008, 06:51
John R. Dryden
Sólo para el director

-¡Joder, eso sí que es una fiesta y no esta gilipollez! -exclamo, riendo... empezaba a pegárseme algo de esa peculiar forma de hablar del escocés. Cosa que, seguramente, ni a Liz ni a Art les iba a gustar ni un pelo. Pero bien poco me importa-. Algún día tenemos que montar una fiesta así, sería la leche -y, nuevamente, me asalta la dulce hermanita de Dan. Mierda, se ha puesto triste... ¿Soy idiota? Además, eso que dicen de hacer cuando nos casemos sería increíble... Una fiesta como esas, cervezas, motos de Mad Max... Sí, creo que está decidido-. ¿Estás de coña? ¡Si tú eres guapísima! -le digo, totalmente convencido-. ¡Vale, nos casamos! Luego tendré que decírselo a Liz y a Art para que lo sepan y vayan preparando una fiesta como esa... ¡Puede ser cojonudo, ¿no?! -pregunto a mi "prometida", con una gran sonrisa-. Oye, venid los tres mañana otra vez. Podemos jugar a un montón de cosas, sería genial.

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31/07/2008, 06:58
Director

La niña se echó a los brazos de Rewell, dejándose caer. No pesaba nada y le cubrió de besitos, era un encanto, y muy cariñosa al parecer. Dan se rió, contento al considerar "cuñado" a Rewell. Para un niño como él era una lotería encontrar a alguien como Rewell en su nuevo entorno...

- ¡Claro, será guay! ¡Ya verás cuando se lo diga a David! ¡Va a flipar! ¡Y claro que vendremos mañana, choca, tío! - de nuevo aquel gesto tan casual y divertido... Pero entonces, la pequeña vislumbró algo fuera y se levantó de los brazos de Rewell, cogiendo una de las bolas de barro, acechando al exterior.

Su hermano la observó con curiosidad... Fuera no parecía haber nadie ni nada... Pero la niña lanzó una bola, y entonces se oyó un grito y un llanto de niña consentida. Una de las pijas de la fiesta.
Ambos hermanos empezaron a reirse a mandíbula batiente al ver a la pijita corriendo como un repollo lleno de lazos hacia la fiesta, con su vestidito rosa con mil puntillas manchado de barro.

- ¿Ves, tío? ¡Te dije que mi hermana es guay! - le revolvió el pelo a la pequeña, riéndose todavía, orgulloso.

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31/07/2008, 07:07
John R. Dryden
Sólo para el director

Caigo al suelo, riendo alegremente y emitiendo pequeños: "¡Ay, ay, vale, vale!" con los cariños de la pequeña. He encontrado unos amigos geniales... A partir de ahora las cosas seguro que serán muy diferentes por aquí, mucho más divertidas. Y cuando Donovan crezca un poco también podrá ser amigo suyo... ¡Es genial! Observo, igual que Dan, la reacción de la pequeña. No... ahí fuera no hay nadie... ¿O tal vez...? ¡Bingo! Me uno gustoso y de forma espontánea a las carcajadas de los hermanos. A nadie le hace daño un poco de barro, así que no me siento mal por la pequeña fechoría. Esos niños pijos deberían aprender a disfrutar de los pequeños placeres de la vida... Seguro que así serían más felices. -¡Es verdad! ¡Jajajajaja! ¡Es la caña! ¡Va a molar lo de ser familia! ¡Podríamos comprar una caravana y vivir todos juntos dentro, moviéndonos sin parar y viendo el mundo! La de pijos asquerosos que tendrían que correr de nosotros para no comer barro... -vuelvo a reír, soñador.

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31/07/2008, 07:16
Director

- ¡Yo vivía en una caravana! ¡Vivíamos todos! ¡Era guay! ¿Te acuerdas cuando dormíamos en la misma cama con David? - le preguntaba a su hermana, que asentía con la cabeza, sonriendo orgullosa por protagonizar la hazaña - Me parece súper, tío. Las familias parecen más familias cuando viven apretadas, te lo digo yo...

Las carcajadas y los juegos siguieron un rato más... El tiempo que tardó aquella niña pija en chivarse, y a consecuencia de ello, varias figuras se acercaron al refugio, concretamente Arthur, Elisabeth con Donovan a cuestas (cómo no), una mujer que llevaba de la mano a la niña manchada de barro, debía ser su madre, vestía con un un abrigo de bisón blanco y un bolso negro en el que ponía Dior. Su pelo parecía un cucurucho, y la niña manchada lloriqueaba, más haciendo teatro que otra cosa. El último de los que le acompañaban era un hombre, de la edad de Arthur aproximadamente, quizás algo más mayor... Tenía cara de sentirse algo comprometido por la situación...

Todos los adultos miraban escrutadores a los niños. Sobre todo Arthur.

- John. Sal de ahí. Ahora.

El otro hombre suspiró, se agachó y alargó los brazos, cogiendo a la niña y haciéndole a Dan un gesto para que saliera, mucho más cándido y comprensivo que Arthur. Cuando sus dos hijos salieron, Dan miraba a Rewell con cara de circunstancias. Siendo un poco más mayores se habrían hecho un comentario del tipo "la cagamos, ¿eh?".

- Siento mucho éste desagradable incidente, señor Dryden... Mi hijo Dan... Hoy hace un año que mi mujer falleció y...

David estaba unos pasos más atrás, en silencio, compungido...

- Ahórrese la excusa. ¿Se da cuénta de que ésta señorita es hija de Marcus Glover...? - era uno de los mandamás en la libra, jugaba al golf habitualmente con Arthur - Preferiría que dieran por concluida la fiesta, señor Lantana... Mañana tienen un viaje muy largo que hacer...

Donovan miró a la niña en los brazos del señor Lantana...

- Parece una princesa... - observó - ¿Eres Cenicienta?

- No, Donovan - replicó Arthur - sólo es una niña manchada de barro - clavó los ojos en los del señor Lantana, y la pequeña lo miró con desdén... Dan le dedicó una mirada furibunda...

- Ella no es una princesa... Pero usted es un cabrón - sentenció, para escándalo de los presentes. Su padre lo cogió de la mano, David negaba con la cabeza, avergonzado... Pero Dan sólo se adelantó para darle un abrazo a Rewell... lo cual no pudo ser, pues Arthur empujó por el pecho a John para alejarlo del niño.

- ¿No va a reprender a su hijo, Lantana...?

- Sólo dice la verdad, señor Dryden... No los castigo por eso - cogió a Dan de la mano y se dió la vuelta - Vamos, David.

David no parecía conforme con la actitud de su padre. Miró con disculpa a Arthur, quien asintió con la cabeza aceptándolas, y mientras se alejaban, la niña saludaba con la manita a Rewell, triste... Y Dan se giraba hacia atrás mientras caminaba de la mano de su padre:

- ¡Nos volveremos a ver! ¡Ven a Perth cuando seamos mayores! ¡Te prometo que haremos una fiesta en mi caravana, Rewell...!

No era Perth de Escocia, como siempre creíste... Era la otra Perth. Y habías tardado dieciséis años en saber el nombre de la niña de cinco años... Dale Lantana. Esos ojos sólo podían ser suyos...

Notas de juego