Partida Rol por web

La niña finalmente les ha contado una historia, Loranda quiere creerla, es posible que el dueño del carro donde se escondio tuviera malas pulgas y la denunciara. Sin pensar demasiado en que puede no ser verdad lo que ha contado se propone devolverla a su casa.

-Te llevaremos a tu casa, pero tienes que portarte bien. Si los hombres que te seguian nos descubren tendremos problemas todos. Ahora trazaremos un plan y pronto estaras con tu familia- Al acabar de hablar mira a sus compañeros esperando que tengan alguna idea para salir de la ciudad sin llamar la atencion sobre la niña.

-Bien caballeros- con una sonrisa burlona se dirige a los demas- Espero que esto se nos de mejor que cazar cerdos. Tenemos una niña que necesita volver a su casa. Es hora de actuar.

El sol sale por el horizonte y toda la ciudad se despereza. Los primeros comerciantes salen ya con todas sus cosas preparadas y comienzan a formarse atascos en las calles de salida de Bindle. Los guardias de la ciudad tratan de poner orden entre tanto caos y evitar que la partida de los mercaderes y visitantes se prolongue más de lo debido. Aprovechando la confusión, conducís vuestro carro entre las calles en dirección a la salida del Sur, que os conducirá a la carretera de Worion.

Mientras en el suelo la multitud se mueve como una colonia de hormigas, una enorme Nave Lunar se eleva en la zona alta de la ciudad. Estas enormes embarcaciones voladoras son el medio de transporte de las personalidades venidas del imperio; tienen la apariencia de grandes embarcaciones a vela, pero son capaces de volar impulsadas por la poderosa magia lunar y cruzan el cielo envueltas en un resplandor carmesí. Todo el mundo se para a contemplar el espectáculo de ver una de ellas alejandose en el firmamento.

Entre unas cosas y otras, los guardias no prestan demasiada atención a quienes dejan la ciudad, dejandoos via libre para salir.

Por fin conseguimos pasar la frontera.

Se ven todas las cordilleras, y el pasto verde por todos lados, eso me encanta.

-Je je je je je, parece que jhemos salido ilesos de todo esto.

-Vamos hacia Brolia!!!

Salto del carro, y saco la procedencia de los malos olores, le digo a la niña que ella permanezca un ratito mas escondida, no sea que nos siga alguien.

Voy pajareando por el camino , mirando animales, plantas, y todo lo que se pone a mi alcance.

Veo un charco y me asomo en el.

-Por cierto, ¿como me quito la pintura de la cara?

Al salir por las puertas vuelvo a subir a mi carro para llevarlo por los caminos que se abren ante nosotros llevo una marcha tranquila, hay que disfrutar estos momentos de tranquilidad quien sabe cuando volveremos a tenerlos...

-Que sabeis acerca de las tierras de los barbaros-pregunto a mis camaradas intentando dar algo de conversacion durante el viaje

Suspiro aliviado cuando pasamos el último obstáculo que nos impedía salir de la ciudad: la distraída guardia. Musito en voz baja una plegaria a Durbadath, el Dios León, por habernos ocultado de las miradas indiscretas y sólo cuando termino me permito disfrutar del prodigioso espectáculo del barco elevándose. Me deja con la boca abierta... son el tipo de cosas por las que merece dejar los bosques para ir a la hedionda ciudad.

Cuando me repongo, medito sobre la manera de ser útil a la expedición.

- Si os parece bien, me adelantaré un poco para explorar el camino y los alrededores, tal vez encuentre algo de comer. No sabemos cuánto tiempo vamos a estar viajando y es mejor ahorrar todas las provisiones posibles.

Lentamente vais alejandoos de la muralla de la ciudad y avanzais por una ancha carretera que conduce directamente a Worion. Al principio os moveis en caravana con muchos otros comerciantes y viajeros, pero a medida que os topais con pequeñas aldeas y caminos, éstos se van dispersando. Durante los primeros kilometros hay una fuerte presencia de guardias e incluso algún grupo de caballeros que se mueven entre vosotros, pero a medida que os alejais, tanta vigilancia desaparece.

Ninguno a excepción de Aldar lo nota, pero lo cierto es que los guardias vigilan especialmente a los niños que viajan con los mercaderes, fijando su atención en ellos pero sin llegar a parar a ninguno. Parece que saben lo que buscan pero se mueven con total discreción.

El sol comienza a ponerse y dentro de poco estará oscuro. Algunos viajeros deciden acampar al lado del camino; No hay vigilancia pero confian en su numero para ahuyentar posibles peligros. Otros, mas adinerados quizás, aceleran el paso para llegar a la siguiente aldea y dormir en una cama medio decente.

Aprovecho unos instantes en los que el carro viaja a solas y vuelvo a informar a mis compañeros.

- Creo que nuestra pequeña amiga debería permaneces oculta. Los soldados están prestando una especial atención a todos los niños que encuentran, así que no hay que ser un lince para darse cuenta de que la están buscando. Es muy importante para alguien -me giro hacia Erikand- Nadie sabe mucho sobre los bárbaros de Brolia, más allá de que adoran a los dioses de las Tormentas y que no le merecen al Imperio el gasto en hombres y recursos que necesitarían para conquistarlos. Son criaturas indómitas y salvajes, al menos eso es lo que se cuenta en las hogueras de los cazadores.

Me froto la barbilla, pensativo... ¿qué habrá detrás de todo este asunto? ¿la oportunidad de presionar a un khan de las montañas?

- De todas maneras, es hora de preocuparse por temas más cercanos y prácticos. El sol está cayendo y no tenemos muchas opciones: o forzamos la marcha buscando una aldea donde descansar o nos unimos a alguno de los grupos que está acampando al margen del camino.

Señalo hacia el carro.

- Llevando a nuestra pequeña amiga no deberíamos rodearnos de demasiada gente, así que yo descartaría la aldea. Pero no sé si es buena idea acampar solos al raso, aunque somos bastantes y tenemos el carro, donde puede dormir la niña... ¿qué pensáis?

Me quedo mirando a los compañeros, y les digo:

-Hay una forma de estar medio seguros, y poder dormir al resguardo de los otros comerciantes o en la aldea. Como habeis visto, no somos muy altos, y algo de nuestra ropa podría servir a la niña. ¿y si la disfrazamos de niño, y le manchamos un poco la cara de barro?, jejeje, asi no dará mucho el cante, con que no hable tendremos suficiente, y estaremos mas seguros.

-¿qué te parece pequeña? Vosotros decidiis.

Miro a los demas escuchando sus ideas y reflexiono yo mismo, al final me giro hacia los demas y digo

-Yo creo que deberiamos unirnos a la caravana si algun soldado nos descubre en la aldea no habra nada que hacer pero si estamos con los mercaderes podremos ocultar a la niña en el bosque antes de que revisen nuestro carro

Miro a mis compañeros y digo - Yo creo que tenemos que quedarnos con la carabana y esperar hasta mañana.Igualmente,es unicamente mi opinion si aun asi quieren ir al pueblo con gusto los acompañare.

La salida de la ciudad transcurre sin incidentes, de momento nadie ha reparado en la niña. A pesar de eso Aldar se da cuenta de que los guardias prestan atencion a los niños que viajan con los mercaderes. Loranda escucha a los demas y da su opinion. 

-Me parece buena idea pasar la noche en el carro junto a los demas mercaderes, entre ellos sera mas facil pasar inadvertidos. Me parece aun mejor la idea de disfrazar de niño a la pequeña, si alguien pregunta dire que es mi hermano pequeño. Espero que el plan funcione- ​ Suspirando mira a su alrededor- Nos queda mucho camino aun por recorrer, acampemos y descansemos por turnos. Lo mas razonable es que alguien haga guardia durante la noche por si se acercan demasiado los guardias.