Partida Rol por web

Me giro hacia Libis preocupado por el estado de Libis. Era muy sospechoso que tras haber usado la Psinergia  le viene el dolor.¿estaran ambos relacionados? Comienzo a caminar  rapidamente  y  le cojo por los hombros mientras le miro a los ojos.

---Trata de tranquilizarte,Libis- digo preocupado- ¿Que clase de dolor sientes?

Mientras tanto pienso en alguna posible enfermedad que pueda causar los sintomas que estoy viendo y me diga.

Kraden observó la escena, su mirada era seria, se le notaba preocupado pero no se puso nervioso ni se movilizó. Suspiró y habló con calma

- Es un efecto secundario de una mala sincronización con vuestra psinergía. Ivan, uno de los guerreros de Tale me comentó que estaba viendo casos parecidos a los nuevos adeptos que surgieron tras el sol dorado, lo único que debes hacer es mantener la compostura y relajarte, al parecer es una sensación dolorosa pero tu vida no corre peligro - puso su envejecida mano sobre el hombro de Libis y después miró al resto

- Esta ha sido una de las desventajas de la rotura del sello alquímico a escala global, sin embargo no hay nada de qué preocuparse, lamento si os habéis llevado un susto -

Haciendo caso a las palabras de Kraden, intentó relajarse. Se estiró sobre el suelo y miró al cielo, creyendo que eso le ayudaría a tranquilizarse.

Recordó uno de sus placenteros paseos nocturnos, con la brisa jugando con sus cabellos, durante unos segundos se centró en ese recuerdo, y el dolor disminuyo. Pero la terquedad de Libis también trajo unas palabras a su mente.

Hay caídos que no se levantan para no volver a caer.

Recordó las palabras de su madre y las muchas veces que se las había dicho; cuando se daño el pie al resbalar jugando con los charcos, cuando se cayó de un árbol y se llenó el trasero de moratones, cuando murió su padre...

Se levantó como un resorte. Todavía le dolía un poco la cabeza, pero su determinación era más fuerte.

Miró a sus compañeros y les dedicó una leve sonrisa, de nuevo se encamino al centro del patio. Bajó la cabeza y volvió a concentrarse, ignorando el leve dolor y el miedo a fallar otra vez

Volvía a insistir en el uso de la psinergía.

De nuevo se levantó una tenue brisa y un remolino empezó a formarse a sus pies. El dolor quedó atrás, tan solo una lejana estrella, Libis se sincronizó y canalizó sin problemas esta vez la psinergía.

Y de pronto, desapareció. Solo quedó una leve remolino que desplazaba granos de arena allí donde ella había estado. El viento movía las hojas de las enredaderas de la pequeña muralla. Pasaron unos segundos y el remolino se deshizo, dejando en el suelo la arena que había levantado. Pero ni rastro de Libis.

Su voz se oyó a la espalda de Hao y Attem. Libis dio un juguetón capón en la cabeza a ambos muchachos.

Esto es lo que el viento me enseño. La forma de permanecer oculta a los ojos de los demás. - sonrío traviesa, se volvía a encontrar perfectamente.

Gracias por preocuparos antes por mi, chicos. Y gracias a ti también maestro.

- Sí no se ni para qué me preocupo... - digo en tono de broma, mientras me rasco en el punto donde Libis me había dado el capón. - Tenemos suerte de tenerla con nosotros, aún no se ha inventado nada que pueda con Libis.

Aun así y a pesar de todo seguía preocupado por lo que había pasado. Eso no había sido nada, y por mucho que Kraden dijera lo contrario, si el uso de la psinergía radicaba en utilizara para emergencias y para proteger a las personas, no podíamos permitirnos quedar paralizado. Aunque fuera por unos segundos. Esos segundos podrían suponer la vida o la muerte de alguna persona. Además, eran unos segundos en un ambiente seguro donde había podido relajarse y meditar sobre su dolor. A la hora de verdad no existiría esa seguridad y tranquilidad.

- ¿Y qué se puede hacer para evitarlo? No me lo digas, estudiar y entrenar duro... - digo suspirando.

--- Entiendo, me alegro que no fuera nada- digo mientras me toco la cabeza en el lado golpeado. Despues saco un pequeño cuaderno de color azul  y un lapiz y añado una anotación-"una mala sincronización de la Psinergia provoca dolor de cabeza, al parecer solo afectas a aquellos adeptos que  surjeron despues de la ruptura del sello"

Despues de anotar eso, cierro el cuadorneo y vuelvo a guardarmelo.

---¿Algun dia tendremos la ocasión de  conocer a los guerreros de Tale,Maestro Kraden?- pregunto con curiosidad

Kraden sonrió

- A mi no tenéis que darme ningún tipo de gratitud, me conformo con saber que no haréis locuras el día de mañana con vuestras capacidades - después dedicó una mirada a Attem

- Pues me encantaría que pudierais conocerlos, son todos unos chicos estupendos, sin embargo desde que se desató el sol dorado han estado viajando por todo Weyard buscando viejas civilizaciones, de hecho creo que ahor... - de repente Kraden cambió el gesto de su rostro. Inclinó una de sus rodillas en el suelo y posó sus manos sobre la sien, no entendíais que estaba pasando ¿también sufría el dolor de cabeza? no era posible, Kraden no era ningún adepto.

Aquellos instantes se volvieron muy tensos, el viejo seguía ahí clavado en el suelo, con los ojos cerrados mientras presionaba sus manos sobre las sienes.

Satisfecha tras el éxito de su demostración, sonreía mientras atendía las palabras de Kraden. Y de pronto el maestro se arrodillo en el suelo y se echó las manos a la sien. Le pilló de sorpresa, nunca antes había visto debilidad en él. Su sonrisa se disipó y su corazón se aceleró.

Maestro, ¿que le sucede? ¿se encuentra bien? - Se arrodilló junto a él y alargó el brazo para apoyarlo en su hombro y darle consuelo, pero un gesto del maestro le indicó que aguardase.

Se quedó inmóvil, atenta, mirando preocupada sus reacciones, con su rostro contrariado.

Sonrío pensando que ya por fin todo había salido bien y podría irme a casa cuando el maestro se arrodilla en el suelo. Mierda, ahora tendré que quedarme un rato más... digo... ¡el Maestro! Voy rápido hacia él, aunque al ver cómo respondía a Libis dándole tranquilidad pienso que quizás no le pasase nada malo. Aún así toda la situación me llena de frustración. ¿para qué me sirve la psinergía si cuando parece que alguien necesita mi ayuda no puedo hacer nada? Ni siquiera sabemos qué estaba pasando. Era lo mismo que con Libis un minuto antes, pero esto no parecía lo mismo  ¿qué podría ser?.

- Chicos, ¿pensáis que está recibiendo algo parecido a una comunicación por psinergía? - susurro a mis compañeros, intentando no importunar al maestro. - Es decir... si está bien, tiene las manos en la cabeza, y está concentrado... ¿Qué otra cosa podría ser?

Comunicarse con tierras lejanas por psinergía... ese debía ser un gran poder... Quizás un día conociese a quién lo utilizaba y podría pedirle que me lo enseñase.

Me quedo un poco paralizado al ver al maestro en ese estado. pero finalmente  me recompongo. Vuelvo a sacar la libreta y la pluma y la abro.

---Ni idea, tal vez lo sea,  aunque me tiene preocupado- digo en un susurro.

Kraden estuvo en esa situación un minuto aproximadamente, aunque parecía que aquel tiempo fue mucho más extenso. La tez del anciano estaba pálida, como si acabase de ver un fantasma. Cuando apartó la mano de su sien estaba aún arrodillado en el suelo, miró hacia arriba para teneros a visión y negó lentamente

- Niños... tenemos un grave problema - dijo mientras se reincorporaba lentamente

- No... no sé por donde empezar... no pensé que podía ocurrir algo así... - comentó mientras se movía de un lado para otro, estaba visiblemente muy nervioso

- No estáis preparados aún, pero no hay otro remedio, espero que sepáis perdonarme - no entendíais qué era lo que estaba ocurriendo pero por la actitud de Kraden parecía que era algo realmente serio.

Libis se relajó al ver que Kraden al fin parecía reponerse. A pesar de no ser muy propicia a mostrar sus sentimientos, le había tomado bastante cariño al anciano y le apenaría mucho si algo le ocurriese.

Seguía arrodillada, y vio en su rostro el reflejo de la preocupación. Se levantó junto a él y se sobresalto cuando el maestro empezó a hablar de un grave problema, parecía que le costase hablar del asunto, ella permanecía en silencio, tratando de entender sus palabras.

Tal vez tuviera razón y no estuviesen preparados. Libis lo había sentido en su cuerpo cuando falló en la demostración. Pero sabía que cualquier cosa que le mandase Kraden sería por un bien mayor, nunca los pondría en peligro sin necesidad.

No tema maestro. Tan solo díganos de que se trata y que debemos hacer. Confié en nosotros, nos ha enseñado bien.- dijo con voz firme, aunque inquieta.

¿Misión? ¡Misión! ¡Por fín! Y peligrosa... Intento disimular la sonrisa en mi cara al pensar en las aventuras, en salir de allí, no más libros, ni más Maestro... Por fin pondríamos en práctica todo lo que habíamos estudiado todos estos años. Todas esas clases encerrados en un aula habían merecido la pena. Aunque bien pensado... puede que estuviera sobrerreaccionando... quizás ésa misión sí estuviera fuera de nuestro alcance, el maestro había dicho que no estábamos preparados... 

- Nosotros haremos lo que usted ordene, por supuesto. - digo intentando parecer seguro de mí mismo, aunque la verdad es que la emoción inicial había pasado en pocos segundos a convertirse en una especie de miedo. Nosotros nunca habíamos peleado, es decir, en serio. ¿Y mandarnos a una misión en la que el destino del mundo quedara sobre nuestras manos? - Y si no hay otra opción no hay nada que perdonarle. 

Miro a Kraden bastante preocupado por su expresión.

---Tranquilicese,Maestro Kraden- digo tratando de mantener la calma- Cuentenos que ha pasado, quizas asi logremos sacar algo claro que estamos en ascuas.

Mi rostro muestras arrugas de preocupación, sin duda debe de ser algo muy grabe  como para que tenga que enviarnos a nosotros, unos niños, aunque bueno, los guerreros de Tale eran mas jovenes que nosotros cuando rompieron el sello...

Kraden seguía negando

- Se trata de algo grave, no no no, gravísimo - aquella incertidumbre os sacaba de quicio, no sabíais si era por su elevada edad o porque realmente estaba en su naturaleza, pero daba demasiadas vueltas para decir algo concreto

- Acabo de recibir un mensaje telepático de Ivan, lo que... lo que me ha contado es horrible, y para colmo no podemos contar con su ayuda... esto no debería haber sucedido así ¡pero porqué tendremos tan mala suerte! - siguió dando vueltas de un lado para otro, cada vez estaba más nervioso

- Esas fábulas, esas leyendas, ahora son una realidad y estarán al alcance de cualquier lunático ¿sabéis lo que es eso? - lógicamente no teníais ni idea de qué estaba hablando

- La alquimia tal y como la conocemos sigue en pié gracias al sol dorado y al poder de los faros elementales... ¿pero cómo no me di cuenta de que había algo más? - parecía que hablaba para el solo

- A los pocos días de que se desatara el sol dorado, los cuatro faros elementales se derrumbaron ante tanto poder, sin embargo la alquimia ya estaba desatada, estaba ya ligada a este mundo sin necesidad de intermediarios pero... eso solo era lo que creíamos antes... por todos los ancestros, debo revisar mis libros... - después os miró

- ¡Se trata de los medallones del sol y la luna!, ¡esos objetos son los verdaderos guardianes de la alquimia!, tienen que estar escondidos en algún lugar de Weyard, a salvo, o al menos así debió ser siempre, pero Ivan me ha dicho que alguien les ha tendido una trampa allá en las ruinas de la ciudad flotante, eso no es bueno, nada bueno ¿me seguís? - era difícil captar lo que estaba sucediendo, aunque una cosa estaba clara, no sonaba nada bien.

- Los héroes de Tale han encontrado en las ruinas unas runas justifican la existencia de de dichos medallones, rompiendo así la leyenda... pero no es una mala noticia, lo malo es saber que antes que ellos hubo una persona que vio también esa información y les preparó una trampa para dejarlos atrapados... ¿sabéis lo que significa? alguien que no conocemos conoce la existencia de esos medallones ¿y si decide robarlos?¡o venderlos!¡o romperlos! se desataría un caos incontrolable, la alquimia no tendría control y no sabemos que consecuencias podría tener... creo que me va a dar algo... - se sentó en el suelo con las piernas temblorosas mientras os miró

Escuchó atenta las palabras de Kraden, al principio sin comprender muy bien de que hablaba. Permanecía quieta, cruzada de brazos, observando las vueltas de un lado a otro del maestro.

Los medallones del sol y la luna. ¿Habían estudiado esa leyenda en clase? Suponía que sí, pues parecían tremendamente importantes, pero no recordaba cuando hablaron de ellos. ¿Y quien querría hacerse con los medallones y poner en peligro el equilibro de la alquimia? ¿Como obtuvo la información de su existencia? Eran tantas preguntas que se quedó pensativa largo rato.

Entonces maestro - dijo finalmente - ¿los héroes de Tale están atrapados?. ¿Que debemos hacer? ¿Ir a las ruinas de la ciudad flotante para tratar de rescatarlos o intentar encontrar los medallones y ponerlos a salvo, antes que lo haga el culpable de todo esto? - miró a sus compañeros y luego a Kraden - Guíanos una vez más maestro, hablanos mas sobre esos medallones y pon la dirección correcta a nuestros siguientes pasos.

¿Medallones del Sol y de la Luna? ¿Y esos tenían todo el poder de la alquimia dentro? Que un faro mantenga el poder de la alquimia es lógico, es decir, es grande, es poderoso... ¿pero un medallón? Mierda, seguro que era otra cosa que habíamos estudiado y que no sabía. 

Así que teníamos que encontrar dichos artefactos, pero además hacerlo antes de que lo hicieran "los malos", que no tenían por qué serlo, pero claro, para qué fiarse. 

- Perdone la impertinencia maestro, pero ¿cómo se supone que vamos a encontrarlos? Es decir, un medallón tiene un tamaño bastante pequeño, y Weyard es muy grande.

---Entonces no podemos tiempo que perder- digo cerrando mi cuaderno de golpe.- deberíamos  dividir el trabajo para salir cuanto antes.

---Hao o Libis, id a la cocina para que nos preparen raciones de viaje para varios dias, no sabemos dónde vamos a ir a parar. También  necesitaremos antorchas, mantas, armas, etc. Así que también deberíamos ir a por ellas.

---Maestro Kraden, si nos das mas información  acerca de todo esto, lugar donde podrían estar los medallones, la civilización, etc. lo agradecería, yo iré a la biblioteca a informarme- Tras esto suelto un gran suspiro debido a la reta illa de órdenes que he dado nada propio de mi.