Partida Rol por web

Al hablar Volug con Morgana entendeis que habla en lenguaje de los Hombres-Bestias aunque es estremdamente arcaico y apenas entendeis lo que dice, os ha parecido decir algo así como " No estan preparados......candidatos" y poco más

Sonreí con un poco de furia en la sonrisa ante lo que Volug dijo, pero aguanté y seguí escuchandole durante todo el rato viendo lo que traian y la idea que tenían. Mi sonrisa calló a una mueca de antes de poder expresar mi opinión al ver que no cuadraba lo que pensaba con su idea - Estás diciendo que tenemos que ponernos... "esto" - decía haciendo referencia al uniforme que no pensaba que tuviera que ponerme - ¿Es que no podemos hacernos pasar por paisanos algunos? O prisioneros, una distracción daría más tiempo al resto a conseguir el dichoso libro al resto. No me malinterpretes no me importa que me insulten y humillen, es que no entraba en mis planes tener que ponerme... "esto"

No sabía si llamarlo asqueroso uniforme humano o asqueroso uniforme del imperio... en cualquiera de los casos a mi me parecía una cosa repulsiva que para nada entraba ni en mi cabeza ni en mi estilo. Esperaba que hubiera una tercera forma de hacer esto mejor pero en caso contrario... ojala tardaramos poco.

No pude evitar una sonrisa de incredulidad al escuchar los pormenores del plan. Había entendido mal algunos de los datos anteriores y esperaba haber repetido mi error de nuevo. Suspiré cansinamente, esperando que el hombre bestia finalizara su intervención.

- Si no he entendido mal, debemos alistarnos en el ejército enemigo. Eso incluyendo que debemos alistarnos con dos hombres bestia, cuyo pueblo está siendo masacrado, y una pobre niña. A continuación, debemos luchar contra nuestros propios hombres para entrar en la ciudad e internarnos en una batalla en la que posiblemente acabemos siendo atacados por ambos bandos. Luego, infiltrarnos en la biblioteca, robar el libro y huír usando los anillos. - comenté con severidad. No me importaba arriesgar mi vida. Estaba acostumbrado al combate aunque fueran simples escaramuzas en lugar de amplias batallas pero internar en la guerra a una joven inocente me parecía demasiado. - ¿Es ese el grueso del plan?

Miré extrañado a Volug y Renji a la espera de alguna corrección

El plan me parecía bastante sólido excepto por la niña y el hecho de tener que zurrar a los nuestros tendría que hacerlo sin pasarme pero a la vez lo suficientemente fuerte como para convencerlos lo cual podría ser un problema.

-Por mi podríamos empezar ya pero al igual que a mis compañeros me sigue sin encajar que una niña nos acompañe.

Lo único que realmente me echaba para atrás era si tendríamos que hacer de niñeras durante la misión no veía ningún sentido a que una niña se hiciera pasar por soldado del Imperio.

Me quedé escondida lejos de todos. Empecé luego a oír planes de infiltración y cosas raras que no entiendo, y me siento todavía más espantada que cuando estaba fuera.
Me están enviando a una misión suicida? Se piensan que soy tonta? Yo no firmé ningún contrato. Me están usando.

-...

Abro la boca para intentar decir algo, pero titubeo demasiado y otro de los presentes habla antes que yo, así que guardo silencio de nuevo.
La oportunidad de expresarme nunca me llega, así que prefiero no hacerlo. De todos modos qué iba a hacer? Igual me envían a algún calabozo por desertora... mejor lo dejo pasar.
Pero aún así...
Miro de reojo a los que me acompañan. Me dijeron que me iban a proteger... Aún no confío en ellos. Los hombres nunca se traen nada bueno, una vez asaltaron el convento unos bandidos y ...

Agacho la cabeza y les sigo la corriente. Tomo uno de los anillos y el uniforme, y aunque opino igual que Zeral, decido callarme y ver qué le responden.

Volug levanta una ceja ante el comentario de Fenris y luego mira a Morgana  haciendo un gesto como diciendo " ¿ves?".Morgana hace un gesto negativo a Volug y luego mira a Fenris:

---Claro... dices que estas dispuesto a humillarte e insultarte pero...¿estas dispuesto a que te deshollen vivo  para que sufras lo indecible y luego te maten? Eso estan haciendo los del Imperio a los Hombres-Bestia que se encuentran, los guerreros son exterminados  de inmediato y luego sus pieles vendidas, pocos se unen al Imperio pero aquellos que lo hacen  son los más sanguinarios que hemos visto, que yo sepa, una minoria son convertidos en exclavos, es tan pequeña la posibilidad que no vamos a arriesgarnos, aparte de que los exclavos solo sirven a los altos señores,así que olvidadlo.

La mujer asisnte a Erik

---Si, aseguraros de que sea el libro verdadero, no me extrañaria nada que hubiesen copias falsas en la biblioteca, lo reconocereis por que está escrito en el antiguo Jenei...y aquí es donde entra en parte nuestra tímida anfitriona- dice sonriendo a Niah- Del lugar de donde viene le han enseñado desde pequeña las antiguas escrituras, aparte de eso, necesitareis alguien que sane vuestras heridas y los Adeptos de Mercurio son los mejores...

Gruñí levemente entre mis colmillos ante la insinuación de Morgana, ante lo cual miré para otro lado y agarré un unifome y lo olisquee para hacerme a la idea un poco. - Está bien... no me gusta nada... pero lo haré. - Había cedido ante esto simplemente al volver a oir la palabra "exclavo".

Pero luego más información se nos concedió a todos. Ya sabiamos que tenía de especial Niah, una sanadora adepta de mercurio que sabe leer las antiguas lenguas... puede que, aunque timida y poco habladora, sea la más inteligente de todos nosotros.

En mi mente ya no había más palabras, ni más preguntas, una vez cogido el uniforme y el anillo, la misión estaba clara y tenía ganas de terminarla sin siquiera haberla empezado. - Por mi vamos andando ya. - dije al resto del grupo para acelerar el hecho de tener que llevar el uniforme horrible del imperio

Asentí en silencio manteniendo la compostura. Al menos ahora entendía la razón por la que teníamos que llevar a la chica. De hecho, nuestra misión podría decirse que era escoltarla puesto que no podríamos completarla sin ella.

- De acuerdo entonces. - respondí con serenidad - Cuanto antes salgamos, mejor. No me gustaría llegar tarde al asedio.

Suspiré pesadamente. Hacía tiempo que no tenía a nadie por lo que luchar que pudiera arrebatarme el imperio. Sin embargo, me había unido a la causa para que la gente inocente no se viera obligada a pelear por sus vidas. Ahora tenía que escoltar a uno de ellos a lo más profundo de las líneas enemigas. No era algo que me gustara lo más mínimo pero me negaba a abandonarles a su suerte.

- Necesitaremos provisiones para el viaje y sería prudente que avanzáramos dando un rodeo. Si algún explorador nor viera venir desde el campamento de la resistencia, estaríamos automáticamente muertos.

Comencé a redactar una lista mental de lo que necesitaríamos para el viaje mientras miraba de reojo a Pira. Se había mantenido callada todo el tiempo, algo raro en ella. Aunque, normalmente no se metía en "asuntos de humanos" y prefería dejarme a mí esos temas.

Al parecer la niña va a ser mas útil de lo que pensaba aún así tenemos que escoltarla hasta la biblioteca y si se va a encargar de curarnos pues seguramente pase mucho rato con ella tengo un imán para los problemas menos mal que mi cuerpo es absurdamente resistente.

-Espero que tengáis uno de mi talla -dije bromeando con una gran sonrisa mientras cogía un uniforme- Entonces parimos cuando queráis.

Ante las palabras de Erik me gire hacía el y le dije:

-Tranquilo, si nos encontramos con algún explorador lo notaría yo antes que el a nosotros ,no es por nada pero los humanos tenéis unos sentidos nefastos, tendría que escapar de nosotros. No creo que al Imperio le extrañe que un explorador desaparezca en territorio enemigo. 

---Bien, entonces  con esto ya  estaria todo- Morgana y los cuatro Generales se levantan de sus asientos al igual que los sabios que han  permanecido como mudos espectadores- Os dejaremos que os cambies y os esperaremos a la salida.

La mujer os deja tiempo para que os cambies tranquilamente, vosotros aprovechais la ropa mejor y os fijais que más que ropa son Gabardinas de color ceniza con el símbolo del imperio* vordado a la altura del corazón no huelen a nada por lo que os hace suponer que son nuevas aunque no tenis ni idea de como deben de haberlas conseguido.

Una vez cambiados bajais y os encontrais solo con Morgana que le da a Erik un pergamino  lacrado.

---Ten, deberas darselo al encargado y él os asignará un pelotón en el cual estareis a las ordenes de alguien pero sí os preguntan debeis decir que habeis sido reclutados recientemente y que debido a que la invasión de Kolima es muy importante os han mandado alli hasta nuevo aviso, seguramente os trataran como escoria, la élite suele tomarse muy a guasa a los novatos y más sí saben que no deberian estar ahí, así que tened paciencia por el bien de la misión...-os dice sin más  y luego se aparta- No tengo nada más que deciros, solamente buena suerte....espero que regreseis con vida....

Y así el grupo de aventureros parte hacia el norte, rumbo a una misión que no han elegido, una misión que quizas les cueste la vida sí no andan con pies de plomo pero que sí lo consiguen, saben que marcarán un nuevo rumbo para esta guerra...

Vuestros pasos os llevan hacia el norte, lejos del ardiente desierto y llegais a un paraje lleno de praderas y bosques, reconoceis al instante que os estais acercando a Kolima puesto que sabeis que las condiciones que la rodeaan son de frondosos bosques, rios y praderas, de hecho, existe un bosque muy famoso al norte de esta ciudad muy cerca de alli, poco más de media hora conocido como el Bosque Kolima.

Pero vuestro objetivo es otro bien distinto y ese es enrolaros en el ejercito del Imperio para poder llegar a la biblioteca, algo que en principio debia de ser "facil", conforme os acercais  empezais a distinguir un mar de tiendas de color negro, algunas más gande que otras pero muchas de ellas hondean la bandera del Imperio.

Con suma precaución os acercais al perímetro del campamento cuando podeis ver como los soldados de guardia os detienen con un gesto.

---¿Pero que tenemos aqui? ¿ Cuatro soldados haciendo pellas ?- los tios se rien entre ellos- La habeis cagado mucho, chicos ¿cual es vuestra escuadra? Así me pasearé para ver que clase de castigo recibiis 

Tras disfrutar de varias jornadas al aire libre por zonas tan frescas y frondosas, la marabunta de soldado que se atisba en el horizonte me hace tensar mis facciones en gesto de desagrado. Aquella horda de salvajes que se hacían llamar soldados no tardaría en deforestar medio bosque para contruir torres de asedio y hacer hogueras para los soldados. Para evitar llamar la atención, oculto mi desagrado a los símbolos imperiales que pueblan el campamento y preparo la nota que nos dio Morgana.

En cuanto nos acercamos, un indeseable nos dio el alto. Le echo una rápida mirada a Pira para advertirle que esté preparada y me coloco frente al grupo. Me mantengo firme, sin dejarme impresionar por la palabrería y las amenazas del hombre. En el seno del ejército imperial, mostrarse débil podría ser nuestra perdición. Especialmente, si queríamos mantener a Niah a salvo.

- Lamento informarle de que no nos encontramos faltando a nuestros deberes, señor. - le respondo con desdén, especialmente la última palabra. Los altos cargos no montan guardia, de forma que es un soldado raso. Un igual, en teoría, sin autoridad sobre mí. - Somos nuevos reclutas. Nos han enviado para el asalto de última hora. Parece ser que el Emperador en su sabiduría ha decidido que no disponíais de suficiente gente competente como para culminar el asalto.

Con una media sonrisa le muestro la nota lacrada sin permitirle que la coja. Vuelvo a guardarla en uno de los bolsillos interiores del uniforme a buen recaudo.

- Tenemos que hablar con el oficial al mando. Tenemos una nota para él.

Le dedico una sonrisa de suficiencia mientras coloco bien la espada ancha a mi espalda de forma ausente. No quiero que piense que somos unos simples novatos que no saben blandir un arma.

Durante los días de viaje permanezco siempre a unos pasos por delante del grupo. Niah no necesitaba que estuviera cerca teniendo al humano y al gato. En las noches siempre dormía alejado en contradirección del grupo procurando estar atento por si venían peligros a por nosotros. Realmente, hacer esto, no era nada agradable para mi, pero tendría que apechugar hasta que me librara de ellos y del yugo de los demás así que traté de no exaltarme durante el viaje.

Realmente esto me recordaba a los viajes que hacía viendo el mundo por mi propio pie, aunque ahora estoy más acompañado de lo que me gustaría. En una de las noches probé el agua que cogí de la fuente, solo un poco por si acaso tenía algún efecto extraño, o solo era agua.

Cuando llegamos a la linde con el ejercito, señalé al ejercito antes de que siguieran, esta vez iba más por detras hasta que algunos soldados nos sorprendieron y Erik respondió. Cansado de tanta palabrería como estaban diciendo y tanta tontería que sin duda tendriamos que aguantar me acerqué a Erik por la espalda con cara de pocos amigos y mirando a los soldados me dirijo a Erik - ¿Algún problema... compañero? - La última palabra me resultó difícil decirla, pero si no actuaba estariamos perdidos.

En cuanto llegamos a zonas mas verdes me sentí mucho mas cómodo, durante las noches siempre era el último en dormirme por que me quedaba mirando el cielo estrellado. El viaje no fue nada duro para mi dado que ya habían sido muchos mis viajes por el mundo pero era diferente ahora que iba a acompañado. Cuando empezamos a acercarnos a Kolima me quede atrás pero en cuanto vi a Erik y Fenris hablando con unos soldados me acerque corriendo y sonreí como cuando conocí a Erik pero esta vez puso especial énfasis en dar miedo mostrando a posta uno de mis colmillos por fuera del labio.

-¿Pasa algo?

Creo que Pira me ha salvado la vida en esta situación, si no fuera por ella el viaje habría sido un completo martirio. Permanecí con ella todo el tiempo, alejándome lo más posible de esos tipos, solo interactuando a la hora de comer, y no mucho más.

Finalmente llegamos, y ya nos detienen más tipos... y yo no sé dónde meterme... Temblando de arriba a abajo quedo detrás con la djinn observando el diálogo entre los guardias y mis compañeros, que parece que quieren intimidar, pero intimidar a un soldado disciplinado no es sencillo, a menos que sea tonto. _{-Son unos bobos...-} Le comento a Pira.

---Mocoso, eso  lo decediremos nosotros, que uno de tus perros traiga la nota y nosotros veremos si es autentica- dice señalando a Fenris y Zeral, ellos no parecen inmutarse ante vuestra "chuleria" ,ni siquiera han bajado la guardia- Ya uqe parecen que ambos estan ansiosos de obedecer a su Amo.

Los dos  hombres se rien ante ese comentario y esperan a que digais algo, mientras tanto, Pira permanece junto a Niah como gran parte del viaje.

_{---Son hombres...deben demostrar su hombria, sino se sienten inferiores....}- le susurra a Niah  mientras pone los ojos en blanco ante la escena que se desarolla ante ellas

Se acerca el momento de entregar la nota y sin poder evitarlo me asaltan las dudas. Hay un ejército enorme frente a nosotros y esos hombre parece lo suficientemente curtidos como para no dejarse impresionar por simples bravatas. Tomo una buena bocanada de aire e intento sobreponerme. Al menos, que no noten como una gota de sudor comienza a resbalar por mi espalda.

Coloco sutilmente una mano frente a Fenris, puesto que dudo que aguante el impulso de arrancarles la cabeza a estos insensatos. Para cuando llegaran el resto de miembros del batallón, posiblemente uno estuviera muerto. El hombre bestia no parece desde luego inofensivo.

- No son míos ni denadie me temo. - sin dar más explicaciones en lo que podría terminar siendo una conversación complicada, descarto el tema con un ademán con la mano. Doy un par de pasos al frente y le tiendo el mensaje  tranquilamente. Me fuerzo a mostrar la sonrisa más fría y carente de simpatía que puedo. - Claro, toma. Veo que pretendes abrir una carta lacrada destinada a tus superiores. Normalmente eso sólo se considera alta traición. Por cierto, ¿cuál es vuestra escuadra? Así me pasearé para ver que clase de castigo recibiis. 

---Creo que son renegados, he visto algunos por el campamento- dice el otro guardia mientras  coge la cartas, ves que  uno de ellos vacila un momento, pero el otro rompe el sello y abre la misiva, por un momento sus ojos recorren el papel y luego se centra en la parte de abajo donde se estrechan un poco más- Parece autentico...- comenta cerrando el sobre y devolviendoselo a Erik- Bien, nuevos reclutas, escuchadme atentamente, atravesad el campamento y buscad una tienda de color Granate y enseñarle el pergamino a Ignacio, él os pondrá  bajo las órdenes de alguien, sí os asignan en la escuadra Meida Luna ya nos veremos...

Ambos soldados se apartan para dejaros pasar permitiendoos entrar en el mar de de tiendas

--- Seguid todo recto hasta llegar a la "plaza", se reconoce facilmente, e ir buscando desde ahí la tienda...

Mi primer impulso fue adelantarme hacia ellos, pero viendo que Erik me había hecho una señal para que me quedase atras casi le incluyo en el computo también. Si no fuera por la criaja que nos acompañaba, hubiera hecho cosas indecibles. Simplemente con cara de mal gusto me aparté del resto mirando a otro lado esperando que el señor humano del djinn lo resuelva todo.

Mi cara podía mostrar la ira que sentía al oir a esos asquerosos humanos del imperio llamandonos perros y si no hubiera dicho algo Erik ahora también lo tendría en cuenta, parece que prefiere defendernos antes de que saque mi parte de ira. Miré a Niah que era la única que tenía en mi punto de visión aún con la cara de enfado viendo que hacía y sacandole la lengua cuando me viera a modo de que no se preocupara por mi enfado.

Una vez los soldados nos dijeran el camino al que ir, me volvería, abriría paso y comenzaría a dar grandes zancadas para alejarme de allí lo antes posible y olvidad a esos gusanos recordando el nombre de su escadruón para intentar evitar que nos pusieran con ellos a menos que quisieran quedarse sin cabeza. - Vamos pues. - dije con un tono de rabia mostrando mi prisa

La sonrisa maliciosa que lucía se volvió algo más sincera cuando vi titubear a uno de esos indeseables. No obstante, cuando dieron el visto bueno a nuestra falsificación fue el momento en el que pude sentirme algo tranquilo. Me cuidé de no mostrar emoción alguna cuando recogí la nota.

Dejé que tanto Fenris, que ya se adelantaba, como Zeral comenzaran a caminar frente a mí. No quería que los guardias pensaran que eran como dos perritos que caminan tras su amo sino que eran hombres libres a los que respetaba. Al menos, eso les daría algo que pensar sobre lo peligrosos que podían llegar a ser.

Me acerqué lentamente a Niah y Pira. Evité la tentación de ofrecerle la mano a la chica puesto que eso solo haría que resaltara aún más y diera mayor sensación de debilidad. Nada le perjudicaría más que eso en estos momentos, rodeados por un millar de hombres sanguinarios.

- Quédate cerca de mí y no te alejes, Niah. Ya sabes que no voy a hacerte daño. No puedo decir lo mismo de todos ellos. Mientras yo esté contigo, no dejaré que te pase nada. - comento a la jovencita en un tono casi inaudible. - ¡Vamos!

Con un corto asentimiento a modo de despedida me alejo de los guardias en la dirección que nos han indicado.