Partida Rol por web

Gotham, la oscura ciudad donde se decía que todo se podía conseguir si se acudía a las fuentes adecuadas para ello, una ciudad donde los grandes poderes de la sombra se movían a la luz del día, una ciudad en la que la muerte y la vida tienen el mismo valor, el suficiente como para poder pagarlo, un lugar donde la corrupción y donde la mancha lo inunda todo o casi todo, en medio de esta corrupción algunos lugares permanecían limpios, algunos lugares y algunas empresas.

En un ático de la ciudad, un lugar lujoso es donde Vivian dos personas, Anatoli y Yen, dos respetables personas, el líder empresarial, ella una prometedora chica que pronto subiría en la jerarquía de cualquier gran empresa que decidiera tomar como lugar de trabajo, sin embargo, incluso ellos guardaban un oscuro secreto, pero esa no era la noche, no era el momento de descubrir su secreto. Ambos estaban sentados cómodamente en el salón observando como atardecía, eran apenas las 7 de la tarde y el astro rey ya empezaba a dejar su lugar a la luna, como siempre con este hecho las sirenas de la policía comenzaban a sonar con más frecuencia, frente a ellos dos sobres, con una nota cada uno y ambos con idéntico escrito

Me complace invitarles a la fiesta que se dará en el auditorio de nuestra querida ciudad de Gotham, como respetables ciudadanos de la alta sociedad he de esperar que acudan a esta celebración.

Atentamente la oficina del Señor alcalde

Pero esa invitación escondía algo mas, ambos lo tenían realmente claro, tenían sus sospechas, según lo que pudieron averiguar la alcaldía estaba bajo la mano de un mafioso local, seria acaso esto cosa de esa mafia?

El joven activista había estado durante un tiempo trabajando en la ciudad, realmente aquello no terminaba de gustarle y se sentía. Caminaba por la calle hacia su trabajo, era por la tarde, más o menos las 8 de la tarde y ya era de noche, pronto llegarían los primeros clientes y querrían música, pero un chico se le acerco entonces caminando tranquilamente:

- Andree? parece que por fin doy contigo, dime me recuerdas?

Andree al principio no podía recordarlo, pero entonces cayó en la cuenta, se trataba de uno de los chicos que había estado con él en Greenpeace, tal vez el que mejor se movía entre las masas, siempre con buenas ideas y que parecía conocer a la persona adecuada en el momento adecuado, el chico había cambiado un poco, pero en esencia era el mismo chico que siempre

Un día de trabajo como otro cualquiera en la ciudad, asesinatos, secuestros, robos, extorsiones, en cierta forma lo normal en la ciudad, John acababa de cerrar un caso de un tipo que se dedicaba a violar mujeres, el tipo era un degenerado como otros tantos había en la ciudad y con un poco de suerte en la cárcel le quitarían las ganas de seguir con esas actividades.

Eran las 7 de la tarde y estaba atardeciendo, solo faltaba una hora para que el turno de John terminase y pudiera descansar del trabajo cuando le llego un aviso, Tom un chico novato, un buen chico que en las dos semanas que llevaba patrullando por el barrio chino se había ganado el cariño de muchos de sus habitantes había dado un aviso, habían encontrado un cuerpo y el caso era para John

Michael estaba en su oficina dejando pasar las horas muertas, eran las siete de la tarde y el sol cada vez estaba más bajo, los tonos rojizos eran los que dominaban sobre la ciudad, el lugar estaba realmente tranquilo hasta que el fax empezó a imprimir, aprecia que había recibido un documento

Señor Kelly debe disculparme por usar este método tan poco adecuado para comunicarme con usted, pero debe comprender que soy un hombre muy ocupado, me han hablado de sus habilidades y desearía contratar sus servicios para un trabajo realmente importante.

Si lo acepta tenga la amabilidad de dirigirse al restaurante Mia Italia, allí uno de mis hombres se pondrá en contacto con usted si cumple su trabajo estaré dispuesto a pagarle el doble de sus honorarios.

Firmado, M. Falcone

Resopló molesto, Falcone era un pez gordo en la ciudad y nadie le decía que no. No era una cuestión de interes, bueno salvando el interes de seguir vivo, simplemente todos sabían que a Falcone y su gente nadie le podía decir que no de frente. Tomó su .38 corto del cajón de su escritorio, se puso su gastada chaqueta de imitación de piel y tomó el metro. No recordaba inicialmente la linea que le dejaría mas cerca, pero las obras iniciadas por la familia Wayne habían simplificado esas nimiedades, todo estaba cerca de la torre.

Tras un breve paseo desde la estación llegó al restaurante. Ya había anochecido y algunas zonas de la ciudad eran poco aconsejables para las personas de bien, algo de lo que Gotham City no tenía abundancia. Se sentó en una mesa que no dejase su espalda desprotegida, pidió una Budweiser y se limitó a esperar con la preocupación habitual de alguien que se mueve en ámbitos poco aconsejables para la salud. Estaba casi convencido que su doctora le diria algo al respecto de juntarse con mafiosos, total ya le había dicho algo parecido del tabaco y el café.

Coches corriendo por las calles, sirenas sonando en algún lugar, y los pasos, pasos por aquí y por allá acompañados de golpes. Pasos por todas partes, arriba y abajo. Pasos y mas pasos.

Jade estaba sentada, y cualquiera que la hubiese visto, habría pensado que disfrutaba de un apacible momento de descanso. Cualquiera que no la conociese. La realidad es que Jade estaba muy lejos de estar tranquila. Se encontraba tensa. Los músculos de sus piernas estaban en tensión, igual que los de su espalda, preparada para levantarse como un resorte en cualquier momento. Sus manos sujetaban la nota con demasiada fuerza, y sus ojos parecían posados sobre el papel, pero en realidad apenas veía algo más que un borrón de tinta.

Había pasado su vida en la selva, luego casi un año en un campo de entrenamiento con Anatoli preparándose para venir a Gotham. No había sido suficiente entrenamiento. Nada podía prepararla para el caos urbano en el que se encontraba, un laberinto de cemento en el que todo parecía acelerado y sin sentido, lleno de gente, de humo y de ruido. Había tenido que recurrir a toda su fuerza de voluntad para lograr dormir, y se despertaba varias veces cada noche segura de que alguien había entrado en su habitación. Era una pesadilla.

Estar en Gotham era como estar en otro planeta, uno muy alejado de la familiar selva vietnamita. Las montañas habían sido sustituidas por edificios gigantescos, y el cielo había cambiado su color azul por un tinte grisáceo.

Y pese a todo tenia la sensación de que de alguna manera su vida volvía a comenzar.

Gracias a la labor de los agentes de Anatoli había aprendido el idioma, los rigores de la moda y la etiqueta social, y los conocimientos más importantes y básicos sobre este país y esta ciudad. Podía comportarse en sociedad, podía fingirse Yen Blaise, pero en el fondo sabía que era una extraña, y que jamás se sentiría parte de este mundo. Siempre sería algo ajeno a ella. Aun así, tenía la oportunidad de cambiar su vida, y no iba a desaprovecharla.

Levanto los ojos hacia Anatoli, volviéndolos un par de veces hacia la ventana cuando una sirena paso por la calle con un ruido ensordecedor que el ruso parecía no haber escuchado. Se quedo en silencio, mirándole, esperando a que dijese algo. Por lo poco que sabía sobre su misión, parecía evidente que era una buena oportunidad para ellos. Sin embargo el silencio de Anatoli le decía que no tenía toda la información.

Aguardo en silencio.

-Siempre pasan cosas en esta ciudad, sobre todo cuando mi turno se va a acabar- Pienso mientrás me dirijo al barrio chino tras una llamada de la central.

Al parecer habían encontrado un cuerpo allí, el responsable del aviso era un novato en el cuerpo pero con bastantes ganas. Aquello era normal en esa ciudad, un sitio tan grande y con tanta delicuencia como Gotham siempre tendría a esa clase de gente, aunque no me guste que todo esto pase al menos es una oportunidad excelente para ir ganando puntos de cara a un ascenso.

Cuando al fin llego a la escena del crimen me acerco al chico que dio el aviso. -Hola chaval, soy el inspector Miller ¿qué tenemos?-

Era otro día mas de trabajo para Will, realmente podría decirse que el trabajo en el ayuntamiento no era nada del otro mundo, arreglar ordenadores y en la mayoría de las ocasiones explicarle a los bastante inútiles funcionarios como hacer algunas cosas bastante básicas. Su turno estaba a punto de terminar cuando le avisaron que tenía que reparar un error en el ordenador del alcalde.

Rápidamente fue a la oficina del alcalde pero no había nadie, su secretaria le dijo que podía aprovechar para arreglar el problema con el ordenador ya que el alcalde había salido a una fiesta que tendría a las 9 de la noche y como eran casi las 8 de la tarde ya se había marchado.

El equipo lo había visto alguna vez, no era precisamente el más usado de la ciudad, más bien podría decirse que justo lo contrario, se notaba que el alcalde no era un amante de la informática y que el ordenador estaba prácticamente nuevo. Según iba mirando el equipo no encontró nada demasiado preocupante, principalmente eran algunos problemas provocados por apagar mal el equipo, por el mal mantenimiento y similares.

Revisando algunos protocolos entra en una carpeta con un nombre extraño, pensando que podría ser algún tipo de malware observa y puede ver varias carpetas con nombres que le llaman la atención

• Arkham
• Yakuza
• Triada
• Mafia Rusa
• Falcone
• Wayne

Yuri era un recién llegado a la ciudad, realmente la visión de la ciudad era en cierta forma inquietante, grandes edificios donde Vivian las elites sociales que se alzaban sobre apestosos barrios llenos de desperdicios humanos sobre los que se asentaba la sociedad de la ciudad, ya había descubierto que algunos barrios eran realmente peligrosos incluso para un hombre como él y que si tenía el dinero y los contactos suficientes podría conseguir cualquier cosa, por desgracia no tenía ni los unos ni los otros aunque sí que había escuchado algo, si sabía a un lugar donde podría dirigirse.

Había recibido noticias de un lugar donde se reunían rusos, estaba claro que un grupo de rusos en una ciudad como esa podrían llegar a llamar la atención, por lo que consiguió rápidamente una dirección y una hora, la licorería “Barrel House” a las 8 de la noche y ahí estaba de pie, frente al local sin invitación y no sabiendo realmente si era el lugar al que debía ir para encontrar a sus compatriotas

Cuando el inspector llega el policía de origen asiático ( sin duda un movimiento del comisario más que pensado colocarle en el barrio chino) se acerca y algo nervioso dice:

• Señor?... hace unos minutos la señora Meng llamo porque escucho unos disparos en el callejón de detrás de su casa

Los dos hombres caminaban hasta meterse en un callejón algo estrecho, húmedo y oscuro, allí había un cuerpo de un chico asiático, no debería ser mucho mayor que Tom, llevaba un pantalón vaquero, una camiseta roja y una chaqueta de cuero negra, el agente señala unos casquillos de bala y una pistola, mientras dice:

• Eso lo encontré justo ahí, parece que él fue el que hizo el disparo, pero inspector, mire la herida que tiene en el cuello

Señala una herida que claramente era demasiado grande para ser hecha por un arma de fuego, era un corte hecho con un arma blanca sin duda

Cuando Michael llega al restaurante este está cerrado extrañamente aunque no debería estarlo ya que era la hora de cenar y lo normal es que estuviese abierto a esas horas. En el interior podía ver que había luces encendidas y alguien había dentro, aunque realmente no se veía demasiada actividad.

El restaurante se encontraba en uno de los barrios más modestos de la ciudad, sin embargo, en ese barrio la delincuencia no era un problema, todos suponían que era porque estaba bajo el total control de Falcone, aunque nadie sabía realmente la razón por la que había decidido que ese barrio fuera seguro, lo que si estaba claro era que en él, el mafioso era especialmente popular y querido, por ellos algunos consideraban que era uno de los puntos fuertes del mafioso

Golpeó la persiana metálica del restaurante con los nudillos, como llamando a una puerta. Elevando la voz solo lo justo y necesario indicó:

¿Hay alguien? con una sonrisa continuó hablando tenía mesa para dos, junto a la ventana...fumador

Aqui es, espero que la informacion que recolecte sea acertada miro con cautela al local y sus alrrededores tiene una fachada tematica, bueno supongo que no puedes juzgar un libro por su portada... me dirijo hacia la puerta del local, rezo un momento y entro...

El chico parecía algo nervioso pero lo había hecho bien dandose cuenta de la herida del cuello.

-Buen trabajo chico, tienes razón, parece que la herida que acabo con su vida es la del cuello, lo cual me lleva a pensar que si su agresor se acerco tanto como para hacerle esta herida es raro que no le diera ningun disparo...-Me quedo pensando y empiezo a investigar la escena del crimen y la herida con detenimiento

Mientrás inspecciono su herida y el arma le vuelvo a preguntar al chico. -¿Has hablado ya con la testigo?-

Parecía que aquel iba a ser otro de esos aburridos días en su trabajo, donde ciertamente tampoco tenía que fingir demasiada mediocridad pues los problemas que se le planteaban eran tan sencillos que cualquier técnico menos calificado podría resolverlos sin problema. Los errores en el sistema operativo eran lo más frecuente, normalmente por la entrada de virus en algunos de los dispositivos que los funcionarios enchufaban en los pcs o por la visita de páginas "poco recomendables" en horarios de trabajo. Lo más lioso era cuando alguno de los programas cambiaba, ahí el caos solía ser más general mientras los funcionarios se hacían con las nuevas funciones.
Miró su reloj, eran casi las ocho y pronto tendría que volver a casa. Siguió escaneando el terminal que tenía frente a él en busca de virus, si no había ninguno limpiaría los registros y lo dejaría listo para su uso al día siguiente, el funcionario al que perteneciera tendría que buscarse otra excusa para no hacer bien su trabajo. Sonrió al pensarlo, no todos eran vagos o corruptos pero si la mayoría, claro que tampoco era de extrañar cuando el ambiente que allí reinaba invitaba a ello.
Comenzó a sonar teléfono interno de su pequeña oficina de reparaciones situada en el sótano, llena de pcs estropeados y partes que habían dejado de funcionar o que había guardado para poder instalarlas en otros equipos. Descolgó y escuchó el mensaje, se le necesitaba en el despacho del Alcalde.
A Will le cambió la cara, aquello era una buena noticia. Había tenido la oportunidad de ir alguna que otra vez allí pero por desgracia no había podido hacer nada, o estaba vigilado o simplemente la información guardada en el terminal era irrelevante, Aubrey James no era lo que se decía un amante de los avances informáticos y apenas utilizaba los ordenadores, pero la oportunidad de echar un vistazo ya era motivadora. Se levantó y se dirigió hacia allí mientras dejaba el escaner de virus actuando.

-Hola, buenas tardes. Me dijeron que me necesitaban en el despacho del Alcalde.

Le recibió la secretaria en la antesala, pero el despacho estaba vacío y el Alcalde no iba a volver, podría mirar con calma todo. Le dijo a la mujer que no se preocupara por él, que no sería una molestia y se marcharía en cuanto terminara.
Buscó la causa de los problemas, nada importante, solo los típicos desajustes provocados por alguien que no sabía utilizar muy bien el ordenador, como desenchufarlo directamente sin esperar que el S.O. se cerrara o parar procesos de actualización a lo bruto.

Sencillo, no me llevará mucho tiempo.

Puso todas las actualizaciones a descargar y mientras tanto, con un ojo siempre en la puerta comenzó a buscar entre las carpetas con la esperanza de que alguna contuviera información importante. Una llamó su atención por el extraño nombre, probablemente sería alguna carpeta con un script de algún malware que se había instalado así que decidió comprobarlo. Una vez dentro descubrió otras carpetas que llamaron poderosamente su atención. Abrió mucho los ojos con sorpresa, podía estar ante algo importante. Sacó del bolsillo sus llaves y tiró de una de ellas dejando al descubierto un usb que conectó al ordenador mientras copiaba el contendido de todas las carpetas en él. Debía hacerlo rápido y después borrar cualquier registro que el S.O. pudiera haber hecho de la operación, que el Alcalde no supiera de informática no era motivo suficiente para ser descuidado. En casa miraría el contenido tranquilamente y comprobaría si aquello era un buen hallazgo o simplemente una tontería en el ordenador del Alcalde. Cuando terminó guardó de nuevo el usb en el llavero y esperó a que finalizaran las actualizaciones y los procesos.

Cuando golpea la persiana metaliza no sucede nada, no escucha nada ni nadie, tuvieron que pasar un par de minutos para que un hombre trajeado apareciera por un callejón cercano, el hombre dice:

- Señor Michael S. Kelly acompáñeme

El hombre se gira y no espera a Michael y camina hacia el callejón del que había salido, el lugar es bastante oscuro y da muy mala impresión, terminan en una puerta lateral del local, al traspasarla pueden ver como en la barra sentado tomando un Whiskey esta Falcone, a escuchar cómo llegan hace un gesto para que se acerquen mientras dice:

- Señor Kelly? me alegra que haya acudido, por favor sírvase lo que desee y tome asiento.

El hombre que había guiado a Michael se marcha en ese momento y tras un trago Falcone habla:

- Me han hablado muy bien de sus habilidades señor Kelly y deseo usar sus habilidades en una pequeña cuestión que le reportara unos cuantiosos beneficios

Cuando Yuri entra puede ver que se trata de una licorería normal y corriente, salvo en un detalle y es que el encargado del lugar parece demasiado joven y demasiado fuerte físicamente como para ser un simple comerciante, más bien parece un ex militar

John examina la herida y el arma del chico, por lo que ve la pistola fue disparada en al menos dos ocasiones ya que los casquillos están ahí, no parece una pistola especialmente llamativa, es la típica pistola comprada en el mercado negro de la ciudad, en uno de los muchos puntos de venta de armas ilegales de la ciudad.

La herida era más llamativa, había sido un corte limpio, John estaba seguro que se trataba de un arma de gran calidad, y muy afilada, además el corte había sido certero golpeando el punto justo necesario para hacer que el chico se desangrara rápidamente. A la pregunta del inspector Tom responde:

- Si, la señora, Xuei no vio realmente nada, escucho a dos personas discutir según cuenta una de ellas tenía un acento extraño cuando hablaba con el chico asesinado, no está segura pero dice que estaba segura que no era un acento chino hablando en ingles, que después de unos gritos se escucharon los disparos y entonces llamo a la policía... también ha maldecido a los japoneses que viven en la ciudad, pero es una persona mayor y vivió la invasión japonesa de China, así que eso no creo que sea muy relevante señor inspector

El informático copio sin muchos problemas la información del ordenador mientras que terminaba de hacer el análisis dejando el equipo como nuevo. En el exterior observa como la secretaria estaba recogiendo, en esos momentos justo después de que terminase de copiar todos los archivos entra en el despacho y dice:

- He de irme, si no le importa cierre la puerta y apague las luces del despacho antes de salir. Ah sí, en unos 10 minutos vendrá la señora de la limpieza, le recomiendo que termine antes de que limpie el suelo porque como le pise el suelo mojado se enfada y mucho.

Termina con una sonrisa amable y se marcha

Will sonrió nervioso a la secretaria que acababa de entrar en el despacho. Por fortuna la información ya estaba en su poder y nadie le había visto, pero no podía evitar sentir cierta ansiedad.

-No se preocupe señorita, ya casi termino. Se trataba de unos errores fáciles de subsanar. Y gracias por el aviso, no quiero que la señora de la limpieza se enfade.

Hizo un tímido gesto con la mano para despedir a la secretaria y esperó a que todos los procesos del ordenador del Alcalde terminaran. Tras eso lo apagó y se dispuso a abandonar el despacho. Justo cuando salía se cruzó con la señora de la limpieza a la que sostuvo la puerta para que pudiera acceder al interior.

-Buenas noches, yo ya me marcho, no la molestaré. Le dijo antes de que la señora tuviera que advertirle nada sobre que no le gustaba que le pisaran el suelo mojado. Fiiiiuuuuuu, por los pelos.

Bajó hasta su "oficina", dejó las herramientas y recogió su abrigo antes de salir al exterior.
Tenía pensado ir a comprar algo para hacer la cena, algo sencillo pues cocinar no era lo suyo, pero con lo que había sacado del ordenador del Alcalde tenía tantas ganas de llegar a casa que desechó la idea.

Seguro que hay algo en la nevera, será mejor que aproveche y lo coma antes de que se estropee.

Fue directo a casa con la intención de ponerse a revisar el contenido del usb en cuanto cogiera algo en la nevera, estaba hambriento pues a mediodía apenas había comido medio sandwich esperando poder compensarlo a la cena. Daba igual, estaba tan emocionado que parecía que no tenía ni apetito.