Partida Rol por web

Ramee se acerca a la ventana, paladeando el excelente coñac.

Nadie se pregunta porque los perros están sueltos ahora y no cuando llegamos

Movia la copa de coñac mientras hablaba.

Dio unos pequeños golpecitos a la ventana en la cara del perro

En fin creo que este retiro es una broma de mal gusto y que quizas vayamos a morir

Sonrio con la última parte

El salón está adornado con trofeos de caza... De alguna forma esos animales fueron cazados. En algún lugar de la casa puede haber armas de fuego... escopetas de caza, o algo. En el salón hay varios arcones donde cabrían armas de este tipo. Sin embargo, tener a los pacientes armados quizá no sea buena idea...

Los demás comenzaban a impacientarse. Williams se mostraba tranquilo, pero también le preocupaba que el decenlace no fuera tan feliz. La idea de envenenar a los perros le parecía la más piadosa, dado los recursos con los que contaban, pero tampoco tenía la certeza de que ello resultara bien. Mientras escuchaba las palabras de Kate, su vista se posó en el decorado de la habitación. Había unos cuantos trofeos de caza, al parecer a los dueños del lugar les agradaba ese deporte. Al ver los arcones que descansaban contra las paredes, la idea cobró fuerza en su mente.

-Tal vez la idea de la señorita Steel no sea tan descabellada. ¿Véis los trofeos que adornan la estancia? Tal vez los dueños de la finca tengan algunas armas guardadas por aquí. ¿Alguno tiene experiencia en la caza? queremos deshacernos de los perros, pero no permitiré que alguno de vosotros salga lastimado por andar trasteando con juguetes que nunca han usado.

Al tiempo que hablaba, se acercó al arcón más próximo, para probar suerte. Quizás estuviera abierto. Quizás allí hubiera algún rifle en condiciones de ser usado. Quizás...

El sonido de los perros peleando y las palabras de doc parecian ser el minimo de los catalizadores para qeu Adrian tenga ganas de hechar todo a la mierda e irse de ese lugar.

Se hacerca al Doctor y visiblemente mas tranquilo le dice.
Usted cre que seria buena udea usar un arma, o lo que es mas importante, municion que lleva mas de 10 años guardada en sabe dios que circustancias? No se mucho sobre armas, pero no me parece buena idea.

Te acercas al arcón de forma casi disimulada, con tu natural soltura. Lo abres cuidadosamente, sin que nadie se de cuenta realmente de lo que estás haciendo. ¡Bingo! Dentro hay dos escopetas de caza y cajas de municiones. Sólo las ves tu pero, si permaneces mucho tiempo mirándolas, será evidente para todos.

Max Thorwood (Chals Sheppard) es investigador privado. Algo acerca de armas sabe. Su mascarada no le permitirá demostrarlo, pero su opinión puede ser válida. Ahora es tu tarea descifrar cuánto de sus palabras es real y cuánto pose.

El perro que embiste contra el cristal lo está haciendo muy bien. Si no tomáis una decisión rápido, podría atravesar la ventana.

Menos buena idea me parece a mi esperar a que esos chuchos endemoniados averigüen cómo entrar en la casa....
Replica Kate notablemente alterada

Saeka puso un momento los ojos en blanco. Las cosas se estaban yendo de quicio completamente.

- Kate: No son velocirraptores, son perros enfermos. No te preocupes: No van a abrir la puerta. Dios... ¿Queréis parar? ¡Dejad de buscar armas! Lo más probable es que si lográis que esas cosas funcionen el cañón se abra como una florecilla -empezaba a alterarle toda la tontería que se estaba llevando a cabo- . ¡Nadie va a disparar a un perro, por Dios, ni a nada ni a nadie! ¡Basta! Además, ésto no es una finca, ¿cuándo habéis visto una así...?

Tenía la sensación de que no la escucharían, pero aún así lo intentó.

Chris sigue aislado de los demás pj, no se atreve a estar en una misma habitación con todos ellos, pero esa condición no evita que escuche todo lo que se esta diciendo en la habitación continua.

Ramee se acaba la botella y va por otra

Vuleves al salón. Ahí están Ramee, junto a la ventana, Williams Scotch, al lado de un arcón, Max Thorwood, Kate Steel, Saeka Mitarai y Adrian Lindermann. Los perros están haciendo un escándalo brutal. Se han soltado de sus jaulas. Hay uno aporreando la puerta y otro la ventana junto a la que se encuentra Ramee.

José entra en el comedor y ve a los perros:

-Doctor, disculpe, ¿no podemos salir?¿Sabe si estos perros podrían mordernos?

Verá, no me encuentro muy bien, y quisiera descansar en el bungalow.

Ramee se aleja de la ventana tambaleándose ligeramente. Está borracho. Se dirige hacia la cocina, apartando a quien encuentra a su paso. Entra José Cesar.

Mientras discutís, perdéis de vista a los perros por un momento, aunque siguen haciendo un ruido ensordecedor. El que golpeaba la ventana ha dejado de hacerlo. Parece que se ha calmado un poco. Un repentino estallido de cristales os da la pista: el perro ha cogido carrerilla y ha saltado a través de la ventana, que salta hecha añicos a vuestro alrededor. El perro aterriza ensangrentdo en el centro, mirándoos a todos con los ojos inyectados en sangre. Los otros perros han dejado de pelear; el olor de la carne que tiene Williams Scotch es demasiado para sus sentidos.

Me cagüen!!!

Al ver el espectáculo, José intenta buscar un lugar para esconderse y alguna arma que empuñar.

Mi pensamiento se centra en Max

Será estúpido, que se lo coma a él primero....

EL ARMA!!!! QUE ALGUIEN COJA EL ARMA!!!!

Kate corrió al cuerto de baño y se encerró allí.

Los cristales se rompieron dejando ver al perro todo ensangrentado, un leve escalofrio recorrio el cuerpo de Adrian y por dos segundos no supo que hacer mas que quedarse estatico ante tal amenazadora criatura. Polvo.... suciedad y ahora esto..... era demasiado....

Miro al doctor....

Mientras buscaba una silla con la cual resguardarse.

Ese instante de duda, ese pequeño segundo que Scotch se tomó para considerar las palabras de Max Thorwood fue sufuciente para que el perro reuniera el valor que necesitaba y se lanzara con todas sus fuerzas atravesando el cristal.

Pero la mente del doctor también era rápida. Arrojó el pedazo de carne cerca del chucho para ganar algo de tiempo y luego abrio el arcón, tomando una escopeta que allí se encontraba. Más no buscó munición. La tomó por el caño y la blandió como garrote. Su semblante estaba serio. Realmente dejaba traslucir su preocupación.

Mientras intentaba salvarse pensaba:

Mierda, maldito chucho. Cuando estoy tan cerca de vengarme, cuando tengo a tocar con la yema de los dedos el diario personal de un candidato se interpone.

Necesito llegar sólo al Bungalow lo antes posible. ¿Y si cambia de sitio su diario? No debía haber guardado las apariencias, en el momento en que fui al lavabo debría haber leído el diario, que me hubira descubierto, no pasa nada.