Partida Rol por web

Gozushi!

Jaque a la reina (Escena 3)

Cargando editor
09/02/2016, 02:04
Wu Gao

Ella vigilaba. El más mínimo movimiento raro, intentar coger algo de su chaqueta, parpadeo o gilipollez, y el próximo tiro le reventaría la puta cabeza. No sabía por que se estaba esperando para matarle. Quizá se cercioraba de que era él, o se quería tomar las molestias necesarias para que tuviera un fin horroroso y doloroso. A decir verdad, allí tirado, con la sangre saliéndole de la pierna y su expresión melancólica, pegado a la pared y con las manos manchadas por su propia sangre, no parecía tan peligroso. Daba hasta lástima.

No obstante, ese análisis no resistió ni un minuto. Le bastó abrir la boca.

-¿Era tan difícil, hacerme caso? Ahora tendrás que apretar ese gatillo, y ambos sabemos lo que pasará después...

Tosió, señalándola con un dedo mientras sonreía.

-Mi padre vengará ésta afrenta de sangre, hasta las últimas consecuencias. No quedará un Choi con vida... Vuestro linaje se extinguirá definitivamente.

Señaló a Golan, que quedaba a tan solo metro y medio de él.

-Y todo por... tus sueños estúpidos. Sueños americanos. Casarte con un árabe, tener un negocio legal, ser feliz...

Escupió al suelo, como si todo eso no fueran más que gilipolleces para mentecatos.

-Si fueras un hombre te llamaría cobarde, y pelearíamos a mano desnuda. Pero eres una mujer, y una mujer no entiende nada sobre el honor... NADA.

Como si creyera que vacilaba a la hora de disparar, se intentó arrastrar para recuperar su pistola.

Cargando editor
09/02/2016, 02:22
Queen Choi

Bendito sea el entrenamiento militar y su sentido arácnido, gracias a ello la cosa fue miel sobre hojuelas, mucho más que eso, ni de coña esperaba noquear a Gao tan fácilmente. En el fondo quería partirse la cara a ostias con él, pero a caballo regalado…
Que Golan sufriera los efectos de la granada, aunque doloroso para ambos, era un mal menor, así no tendría que presenciar la carnicería, porque al principito lo iba a cortar en juliana.


En pie observaba como el lagarto por fin estaba donde le correspondía, en el suelo reptando bajo su larga sombra. Al contraluz la expresión de Queen era enigmática… serena? terrible? muy budista. Le dejó hablar, la ópera llegaba al momento álgido, cuando el malo revelaba su verdadero rostro y el héroe rescataba a su amada matando al dragón, aunque… lo del paladín y la princesa en este caso tenía una revuelta cuanto menos curiosa.

Habría deseado una escena más… poética, honrosa, un duelo entre iguales, pero como el cuento del escorpión que quiere cruzar el río nadie puede escapar de su naturaleza y Gao, en esos últimos momentos en los que cada uno somos 100% nosotros mismos, se mostró como la alimaña que siempre fue. Le pareció patético y, tras el último insulto, cuando estiró el brazo intentando alcanzar un arma, Queen sin pensarlo dos veces desenfundó el machete y cercenó de un tajo la mano derecha de su contrincante. Acto seguido le clavó la rodilla presionándolo contra el suelo.
Negó chasqueando con la lengua.
-No ofende quien quiere si no quien puede- de un solo movimiento lanzó mano y pistola lejos de él dejando un surco de sangre. Suspiró –¿Sueños estúpidos? ¿Sabes con que he soñado desde que regresé?- giró la hoja para verse juntos reflejados en ella -Contigo. Con matarte, con matar a tu padre y hundir el imperio de los Wu- le hizo cosquillas al oido con la respiración –Y aquí estoy. Todos mis sueños se están cumpliendo así que  he venido por ti, deberías sentirte halagado…- Queen parecía una autentica psicópata hablando de un modo melodioso y tranquilo -siempre has tenido mi atención- se miraban fijamente a través del reflejo –No seré un hombre, pero a mi padre nunca le faltará una ofrenda en su tumba, tendrá nietos que lleven su apellido, su legado empresarial prosperará, todos respetaran el apellido Choi y yo viviré con el recuerdo de que mi padre me amaba y me dio sus bendiciones ¿Puedes decir lo mismo?- echó el machete al cinto, tomó una de sus pistolas checas y le giró para tenerle cara a cara –Mi pobre Gao- la forma de decirlo sonó a veneno puro, con gesto afectado y acompañado de una inquietante caricia con la mejilla, tal parecía una fiera oliendo una presa -te creías un señor del crimen y lo cierto es que solo has sido lo que yo te he dejado ser ¿Porque crees que me llaman Queen? San Fierro es mío, más te hubiera valido no haber demandado mi atención nunca. Quien sabe, tal vez hoy las cosas fueran distintas... pero has fracasado, una y otra vez, tus aliados te han abandonado… y te has convertido en la ruina de tu familia. Todo por una mujer, por subestimarme…- clavó sus ojos en el como si fuera Medusa que quisiera convertirlo en piedra -has caído en mi trampa y te he vencido-  ¡ZAS! el karma cargado de ironía le estaba devolviendo la jugada que había intentado con Min-Soon. Hombres... todos tenían la misma debilidad.
Escuchó a Golan musitar de fondo, no podía demorarse mucho -nadie os echará de menos, todo cuanto habeis hecho se convertirá en polvo y cuando se nombre el apellido Wu será solo para recordar que Queen Choi os humilló y borró de la faz de la tierra- se detuvo a observar los finos rasgos de Gao, a memorizarlos. De pronto sus ojos expresaron pena, compasión… deslizó una mano por una de sus mejillas. Había llegado el final, la despedida -¿Sabes que?- le temblaron los labios peligrosamente cerca de los suyos, sonrojada, entonces sonriendo le estrujó la mandíbula –¡Vete al infierno!-
Y apretó el gatillo contra el pecho de Wu, justo en el corazón.

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/02/2016, 21:14
Director

Silencio, sonido del machete a lo suyo. El arma valía su peso en oro. No le extrañaba que en África, a falta de pistolas, se mataran a machetazos. Es un arma efectiva, muy personal y fácil de manejar. Bajas la mano, chop, chop. Lo mismo te corta una rama que un miembro. Útil de cojones.

Sonaban disparos en la planta de arriba, como a lo lejos. Pero ella seguía a lo suyo, profesional, con los guantes que había preparado a tal efecto. Finalmente, con un tirón, el resto de la cabeza salió, y la dejó sangrando un rato, por que no le apetecía llevar una bolsa llena de sangre.

Mary había bajado, y la vió allí, con la cabeza cogida por la mata de pelos lacios, los ojos vueltos hacia arriba y la boca abierta. Y luego se fijó en que Golan se estaba despertando, y acudió a desatarlo. No dijo nada sobre lo de la cabeza, aunque le parecía un poco raro. Un poco... en fin. Sádico.

Finalmente, la metió dentro de la bolsa de plástico y la cerró bien.

Cargando editor
09/02/2016, 21:20
Mary Vialpando

Ella no lo habría hecho así. Para ella lo primero habría sido Hwo, y no cortarle la cabeza a su torturador. Pero ella era latina, y la sangre le podía. Así que podía entender que los asiáticos tuvieran otras prioridades. Tampoco tenía ganas de seguir allí, arriesgando el pellejo con los chinos. Para eso estaban los soldados coreanos, que se habían derramado dentro del edificio repartiendo amor al estilo Pol Pot. Mientras, Trevor se entretenía en robar armas, carteras y tarjetas de crédito. No se iba a ir con las manos vacías, joder...

Cortó las ataduras de Golan, y lo arrastró hasta la pared para que se incorporara. Examinó las heridas, que no eran pocas. Le habían clavado un destornillador en las palmas de las manos, arrancado un par de dientes y dado una buena paliza. Eso, exceptuando la tortura con electrodos y batería de coche. Estaba hecho un Cristo, así que pensó en la pregunta. No le iba a decir "¿Estás bien?", por que evidentemente, no lo estaba.

-Ha venido la caballería, cuñado mío. Tenemos que salir de acá. ¿Puedes caminar o te llevamos?

 

Cargando editor
09/02/2016, 21:32
Golan Fehr

Cuando había abierto los ojos, o la rendija hinchada por la que podía ver un poco, creyó ver a Queen agachada haciendo algo que sonaba como un carnicero dedicado a su trabajo. La granada lo había dejado un poco desorientado, así que no le dió importancia.

Lo siguiente que vió fue la cara de alguien familiar, algo borrosa. Alguien con tetas y acento mexicano. Si, debía ser "la prima" Mary. Le arrastró hasta la pared, y se incorporó. Estaba magullado. De hecho, hubo un momento, más de uno, en el que creyó que había llegado el final. Que no iban a esperar al intercambio, y se lo iban a cargar. Posiblemente así fuera. Pero ellos habían sido previsores.

Tenía sentimientos encontrados, claro. Por un lado, sabía que aquello era culpa de haberse metido en los problemas de la familia Choi, de haber querido formar parte de ellos activamente. Pero también era culpa suya. Él había ido a aquella primera carrera, casi desafiando a aquellos cabrones. Así que, por otra parte, no podía ni debía echar las culpas a nadie, y menos a su esposa.

Lo único que sabía en aquel momento es que sentía dolor, mareo y ganas de terminar con todo aquello. Ganas de volver a casa, con su gato, su sofá y su cama. Y recuperarse de aquella experiencia que posiblemente le marcaría de por vida.

-Creo que...

Intentó levantarse, pero no pudo. Le habían estado torturando durante horas, y su cuerpo estaba exhausto.

-¿Y Queen? -preguntó.

Estaba al lado pero no le veía. Quizá hasta tuviera desprendimiento de retina. No sería de extrañar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
09/02/2016, 21:39
Radio

La radio se activó. Era Michael.

-Ésto está visto para sentencia, chicos. Hemos encontrado unos maletines llenos de pasta, por cierto. Iban a hacer un intercambio de drogas, o algo así. Calculo que son unos seis o siete millones de pavos.

Se escuchó a Trevor.

-Cada vez me gusta más éste trabajo.

-Lo repartiremos como buen hermanos. Queen, dile algo a tus chicos, por que se están perdiendo un poco. Si vieras como están tratando a los chinos, incluso a los que se rinden... Ésto parece Abou Graib.

Cargando editor
10/02/2016, 04:33
Queen Choi

No sintió placer en ello, pero debía hacerse.
Realizó la tarea de un modo preciso y pulcro, criarte entre fogones te hace preciso con los cuchillos, ya se trate de trocear ternera, pollo, perro o… humanos. Carne al fin y al cabo. Aunque el crujido de las vértebras cervicales le erizó los pelos y a punto estuvo de vomitar, no lo olvidaría jamás, puede que hasta se hiciera vegetariana. Puede. No obstante mantuvo el tipo porque la cosa iba de imagen, de propaganda, de lanzar un mensaje alto y claro “Tocale los huevos a los Choi y te joderé en esta vida y la siguiente”.
Se quedó con el móvil de Gao podía tener información de interés.
Las bolsas de plástico que había preparado le trajeron recuerdos, eran bolsas con el logo de la empresa, muy chulas, de distintos colores, fue ella quien en su día insistió a su padre para que encargara las más caras del catálogo, para que fueran resistentes y a la gente le gustara reutilizarlas. Y no se equivocó, no se escapó ni una gota ni se apreciaba mancha alguna.
Cerró los ojos un segundo interiorizando la valiosa lección que desprendía de aquel acto “Finis gloriae mundi”. Hecho esto corrió hacia Golan.
-Estoy aquí mi amor- dijo estrechándole suavemente entre sus brazos temiendo hacerle más daño. Le besó varias veces a la par que le acariciaba peinándole un poco. Extendió una mano hacia Mary, necesitaba permanecer fuerte, pero ver el estado de su esposo le rompía el corazón. Al ver las heridas de las manos tembló de rabia, aguantó las lágrimas y volvió a besarle  -nos vamos a casa…-. Sonó la radio.
-Bien hecho ¿Estais todos bien? Estoy con Mary y Golan, Gao ha caído. Necesitamos un médico. Salgamos de aquí cuanto antes...- parpadeó y volvió a hablar, esta vez en coreano “seguid así, que no quede ni uno”.
La suerte quiso que al ladear la mirada hablando diera con los dientes que andaban por allí tirados, esperaba que fueran los de su marido y no los de cualquier otro pobre desgraciado.
–Vamos cariño…- entre las dos sostuvieron a Golan por las axilas ayudándole a incorporarse, con la mano que le quedaba libre sacó otra granada, esta vez de las incendiarias, había que borrar todos los rastros posibles.

Cargando editor
11/02/2016, 01:55
Director

Carretera y manta.

Había que rematar aquello. La poli no aparecía, y eso era sin duda gracias a los desvelos de Ladlow, que se demostraba hombre de palabra. Los últimos chinos fueron pasados a cuchillo o granada, si es que habían decidido atrincherarse. Luego, registraron rápidamente el lugar, haciendo redada. Cogieron un par de ordenadores, dinero en metálico, droga procesada (que venderían a los rusos), armas y pertenencias personales, como cadenas, relojes de oro y similar.

Y mientras hacían ésto, metían a Golan en el coche, y Luis se entretenía poniendo unas cargas de C4. Había estado en los marines, y sabía de demoliciones. Así que supo donde colocar las cargas para que toda la estructura se fuera a la misma mierda. Además, los laboratorios donde hacían meta eran altamente volátiles, así como los químicos para procesar la cocaína. Aquello iba a reventar y arder. La combinación perfecta.

Los últimos en marcharse fueron los coreanos, con Trevor. Luis esperaba con el radiocontrol para la voladura, y cuando los coches enfilaron la carretera, y, finalmente, se escuchaban algunas sirenas de la poli, el edificio explotó. No solo explotó, con unas bolas de fuego de la leche, si no que se derrumbó como si aquello fuera otro 11-S. Cayó como un castillo de naipes, con gran estrépito, levantando mogollón de polvo y escombros.

Como habían acordado, los vehículos se separaron, tomando rutas y carreteras diferentes para dar esquinazo a la poli. Aunque, a decir verdad, la poli no sabía muy bien a quien buscaba. Acudía al tiroteo, y ahora al derrumbe, sin saber que los que habían perpetrado aquello estaban escapando.

Habían hecho buena ganancia. De hecho, el balance del trabajo sería positivo, aún dando a cada uno su sueldo más un extra que se acordó, por los bienes que se habían saqueado. Trevor no quiso renunciar al botín personal, y nada se dijo de eso. Tenía un montón de anillos, relojes, cadenas y armas que valdrían unos 50.000 pavos, si no más. No obstante, Lester dijo que los coreanos, al haber "organizado" aquello se merecían quedarse con el resto. Mientras se cubrieran los gastos de la misión y hubiera ganancia, parecían satisfechos. Y más, habida cuenta de que se preparaba un golpe contra el oro de Wu Zi Mu, donde, ésta vez si, cada uno ganaría varios millones de pavos que irían a sus bolsillos. Y para hacer ese golpe, había que mantener contentos a los coreanos.

El dinero que sacaran con las drogas y demás iba a venir bien. Para pagar los funerales de los dos chicos que habían caído en el combate, así como los médicos que debían atender a Golan. Lester conocía a gente que trabajaba discretamente, a domicilio o en clínicas pequeñas pero bien acondicionadas. Pero por su silencio, pedían dinero. Era obvio.

Una vez más, sus caminos se separaron. Al final, regresaron a casa solo acompañados por Mary, que insistió en echar una mano, y la hermana de Golan, que había sobrevivido a la ocasión y, de hecho, según decían no lo había hecho nada mal matando chinos.

Cargando editor
11/02/2016, 02:16
Director

Pasaron unos días y varias visitas a especialistas. Biggs le llamó, aplazando lo de la policía, por que con lo de la voladura corrían peligro de volver a la situación del toque de queda. La llamaría cuando se calmara un poco el asunto, y pudieran seguir con el plan establecido. De hecho, le echó la bronca por haber hecho aquello antes de tiempo. Pero cuando le dijo lo de su esposo, se calló. Nunca sabes cuando le tocas la fibra sensible a alguien, y en realidad, Biggs estaba casado. Así que sabía perfectamente que él habría hecho lo mismo en su situación.

Al final, no fue tanto como parecía. Los hematomas tardarían en curar, y no hubo desprendimiento de retina. Las heridas de las manos iban a cicatrizar, aunque dejarían marca, y los dientes fueron reemplazados por otros "de imitación". Ya no se llevaba el empaste de oro, si un sucedáneo de diente que imitaba al resto de la dentadura con más armonía y eficacia.

Las heridas psicológicas, sin embargo, tardarían un poco más en sanar. Fue por eso que, aprovechando que estaban así las cosas, Queen pidió el jet privado a su tío, y se plantearon el viaje a París. La vida seguía, y había un Gozushi que inaugurar en el Viejo Continente. Golan todavía mostraba algunas secuelas de la cruel tortura, como las manos vendadas o los moratones en la última fase de remisión. Al principio, se había opuesto, ya que quería descansar a su bola. Ella le prometió "unas vacaciones tranquilas" en París. Tenían dinero para eso y para más, por que la droga que habían capturado iba a dar a la empresa la friolera de 2 millones de pavos. Incluso contando con los generosos entierros para sus hombres y las pensiones prometidas a sus familias, seguían teniendo suficiente para el viaje. El tío Gun insistió en ello, por supuesto.

Podía acostumbrarse a aquella vida de ricachona. No por que fuera una sibarita, por que todo era mejor si tenías a alguien con quien compartirlo. Disfrutaban durante unos días de aquella ciudad en el viejo continente, donde pasaban casi desapercibidos. A ella le gustaba mucho Europa, desde siempre. Le parecía un lugar infinitamente más progresista que los Estados Unidos, y gastando dinero en sitios chic casi se le olvidó algo muy importante. Algo que compró en una farmacia, solo por estar segura, y que probó sin decir nada a Golan, una mañana en el hotel.

El análisis era concluyente, y le dió cierto vértigo. Sabía que París era la ciudad del amor, pero ella posiblemente ya viniera con el bollo en el horno desde San Fierro. Desde antes del ataque a Gao. ¿Acaso se estaba comportando así por alguna clase de instinto maternal chungo? Defendiendo a su cría no-nata con uñas y dientes.

Y allí estaban, en Le Coq Rico, restaurante de comida francesa caro como él solo, en lo alto de la colina de Montmartre, cuando ella dijo "no quiero vino", y él se quedó un poco extrañado, pero no le dió importancia. Hablaron de sus cosas, recuperaban el ritmo, se mimaban. Pero había que dar LA GRAN NOTICIA.

Cargando editor
11/02/2016, 02:32
Golan Fehr

Poco a poco, su Golan iba regresando.

El viaje había venido bien para dar esquinazo a los papás, a los que se dijo que había tenido un pequeño accidente con el coche, y que pasaron a acompañarles a una de las visitas a la clínica privada. Salvaron el expediente, aunque obviamente, se quedaron preocupados y recelaron. Sarit les cubrió las espaldas muy bien, y como ellos iban a hacer ese pequeño viaje, quedaron en que volverían a Israel, y ellos les pagarían el billete de vuelta a Estados Unidos, invitándoles cuando celebraran "la segunda boda", la ceremonia pública.

A pesar de que la hermana se quedó con ganas de permanecer en Estados Unidos, su compromiso con el ejército israelí y su visado de turista la obligaba a volver. Así, cada mochuelo se fue a su olivo, y Golan se sintió aliviado, como si se quitara un peso de encima. Por un momento, todos temieron que se armará una bronca de la hostia con sus padres y su hermana, debido al secuestro. Pero al final resultó que su hermana era más decente de lo que parecía, y entendió perfectamente las razones de ambos para "sacar de allí a su familia". En Israel estaban fuera del alcance de aquellos chinos, y hasta que la situación no se calmara, seguir por allí equivalía a pintarse una diana en la frente. Así que discutieron mucho, en privado, pero aceptaron marcharse, al menos de momento. Admitieron, de paso, que la visita sorpresa no había sido el modo más deseable de acercarse a su nuera. El poderío económico hizo el resto.

Y allí estaba, como decíamos, el apuesto israelí, cenando con su copita de vino en el aquel restaurante de cinco tenedores, probando lo mejor de la gastronomía gala. A veces se sumía en largos silencios, como si reflexionara. Otras veces, mantenía con ella las charlas de siempre. Hasta se habían animado a volver a hacer el amor, asunto que habían dejado de lado mientras estuvo "de médicos", por que con tanta pastilla no funcionaba muy bien, ni había ganas.

-Te veo... rara. ¿Te ha llamado tu tío, o pasa algo?

El camarero acababa de servir el Coq au vin y el bœuf à la Bourguignonne tras los entrantes de paté y la quiche lorraine, y se retiraba en aquel momento.

Cargando editor
12/02/2016, 04:18
Queen Choi

Queen sabía desde siempre que poseía un gran talento para la guerra y cuando ponía el chip destructor era la mejor con diferencia. Mientras se alejaban vio colapsar el edificio dividida entre la satisfacción y la certeza de que lo más duro estaba por venir, acababa de hacer cruzar a todos el Rubicón.
Mensajes de agradecimiento para los que se dispersaron, incluido Ladlow, y abrazos para los que la acompañaron hasta casa. 
Mientras los médicos atendían a Golan, Queen, aprovechó para enterrar bien profundo la cabeza de Gao, hecho lo cual corrió junto a su esposo y no se separó de él en días. Gracias a los dioses que estaban allí los Gupta, quienes les ayudaron en todo lo relativo a la casa, compras, limpieza, comida… con una delicadeza encomiable, también les pagaba generosamente, pero se notaba que no lo hacían por la pasta, alguien a quien le importas un pepino no se marca tantos detalles.

Por imperativo de seguridad el clan de los Choi se atrincheró, no hubo visitas pero si un intenso mensajeo, la abuela se empeñó en mandar mensajeros con sopas y platos varios especiales para la recuperación de su “yerno-nieto” todos los días durante al menos una semana, por otro lado se insistió a Huan y a Wook que adelantaran el viaje a Corea.
Queen se mostró amantísima con Golan brindándole todas las atenciones que necesitara ya fuera haciendo las curas, ayudándole a comer, a ducharse o recordándole el horario de las pastillas pero sobre todo permaneciendo a su lado día y noche haciendo team con Shirkan.

Que los suegros regresaran a Israel fue un alivio, para todos al parecer. Queen no sentía aprecio por ellos pero le entristeció la marcha de Sarit, aunque no estaba segura de que ella sintiera lo mismo. Mary siguió portándose como una hermana y fue la única visita que admitieron estando más que a la altura.

Golan no estaba para zarandajas, a veces se mostraba un poco hosco, de modo que se desconvocó la barbacoa y no acudieron al desafío del perrito. A ratos quería estar solo, se encerraba en sí mismo y a Queen le preocupaba enormemente que pasaba por su cabeza. Por las noches sabía que tenía pesadillas, normal con lo que le habían hecho. Ella sonreía pero la procesión iba por dentro ¿Qué pasaría a partir de ahora? ¿Qué pasaría con su familia, sus amigos, sus actividades…? ¿Ya no querría volver a verlos? ¿Y a ella? No sabía muy bien que hacer y cuando le daba por quedarse callado mirando al infinito a ella solo le quedaba agachar la cabeza y sentirse una inútil. Le dio por llorar, cuando nadie la veía por supuesto, y vomitar bastante, lo cual empezaba a ser preocupante...

El viaje a París se planteó como una magnífica terapia, cambio de aires, de gente, de paisaje, nada que les pudiera recordar ninguno de sus problemas.
La inauguración del restaurante fue un acto divertido y un poco extravagante, la elección del quartier Latin para su ubicación, pese a la competencia, pintaba bien, pero eso solo lo sabrían una vez pasado el primer mes. Por lo pronto fue una pequeña gran sensación en la prensa americana, se ve que Huan movió sus hilos filtrando la info adecuada para hacer gotear el colmillo de la prensa del corazón. "Gola Fehr reaparece en París convertido en empresario y casado!", eso, la ruptura con Pipa y el "accidente" fueron un cocktel molotov que indirectamente promocionó a la empresa familiar e hizo que Golan volviera a estar en el candelero y se hablara de sus futuros proyectos. "¿Who´s that girl?" fue el titular con el que Queen se convirtió en una pequeña celebrity, ver para creer, ella se meaba de la risa.

Después de cumplir con la obligación vino la dolce vita, pasear acarameladamente por los jardines del Luxemburgo, comprar en la Place Vendome y las galerías Lafayette, visitar el museo Guimet  y el centro George Pompidou o cenar en un bateau mouche. Y de paso recuperar las buenas costumbres… a Queen los días sin sexo se le hicieron cuesta arriba y ver que poco a poco Golan recuperaba el apetito la animó. Todo era distinto desde el secuestro incluida la manera de hacer el amor, ya no por las remanente secuelas físicas (que en algún momento pasarían y ya está) si no por… no sabría describirlo, la forma de besarse, de mirarse, de tocarse… debían reconciliarse consigo mismos. Lo bueno es que le ponían voluntad, había deseo, amor, y eso era lo que importaba.
Un día al fin pudo escaparse para comprar no uno, si no tres tests de embarazo, no podía más con la intriga (tanto lloro y tanto estómago revuelto) y los tres dieron el mismo resultado, dos rayitas rosas, estaba preñadisssima. Se quedó blanca. También era cierto que se portaban como temerarios y demasiado a menudo nada interrumpia la pasión, “Tanto fue el cantaro a la fuente…”  –Ay Madre…- repetía cada vez que pensaba en ello ¡¿Preñada!? Joder… sintió que un abismo se abría bajo sus pies ¿Qué se hace con un chiquillo? ¿Cómo… se cría? ¿Dónde se estudia eso? ¿Nacería sano? Había estado bebiendo y no cuidaba nada la dieta ¿Le influiría el karma de la muerte de Gao? Y lo peor de todo ¿Sobreviviría a toda la familia con la baba caída, diciendo “Ohhhh” al recibir la noticia? Odiaba esas ñoñerías, que ni esperaran por un segundo que le pusiera ropita mona a su bebe, toda azul o toda rosa, subiera a instaframe las ecos ni esas cursiladas que hace la gente ¡Un momento! ¿Estaba pensando en que ropa le iba a poner? ¡Oh Dios! Cuando volvieran tenía un casino que robar, una mafia a la que destruir y ella pensaba en ropita de bebe?… Tenía que contárselo a Golan cuanto antes, no podría disimular la montaña rusa hormonal mucho tiempo. “Wu estas jodido, riete de los jinetes del apocalipsis, no hay nada más peligroso que una embarazada cabreada”.

La cuestión era como decirlo, era un notición… y ya que cuando le pidió matrimonio (ella a él) fue tan chapucera… tocaba hacer algo bonito ¿No? Se pasó el día dándole vueltas, pensando mil discursos, al final llegó a la conclusión de que siempre que abría la boca para cosas importantes la cagaba así que optó por un método diferente. Recordó cuando él le pidió a ella y eso encendió la bombilla, a veces menos es más.
Estaba sumida en sus pensamientos atusándose la patilla como acostumbraba cuando estaba nerviosa –Em… no no… bueno sí, quiero decir…- ya se estaba liando y acababa de empezar –sí, mi tío ha llamado pero para saber como estamos, mandar saludos y tal…- agitó las manos negando. Peor interpretación ever. Meneó la cabeza pizpiretilla ante la visión del plato de ternera, Golan la miraba con cara de “No cuela” y ella acabó por encogerse de hombros y suspirar, le hubiera gustado hacerlo a los postres. Levantó el índice en señal de pedir “un momento”, dudó por un segundo girándose –em… cierra los ojos- Golan replicó no entendiendo nada y ella insistió. Metió entonces la mano en el bolso y sacó una cajita alargada de regalo, como para una pulsera o un reloj, con una tarjetita que ponía “Adivina qué?” (dentro estaba uno de los tests positivos). Lo puso delante de él –Ale, ya puedes abrirlos- parpadeó de ese modo suyo tan gracioso. Había llegado la hora, se le iba a salir el corazón del pecho “Ay Dios, Ay Dios, Ay Dios…”

Notas de juego

Modelito para la inauguración del GOZUSHI!-Paris

Modelito para la cena

Cargando editor
13/02/2016, 04:17
Golan Fehr

La cajita. La miró un momento, extrañado. ¿Otro reloj? Madre mía, le faltaban muñecas para tanto reloj de regalo. No sabía cual ponerse cada día, y eso que él había sido un tío sencillo a al hora de vestir: llevaba el mismo reloj para casi todo, y otro para cuando se arreglaba. Abrió la caja, y se encontró aquello. Vale que había crecido en un pueblo pequeño, y que no le había visto esas cosas a su hermana. Pero tampoco se había introducido en el fascinante mundo del predictor con otras parejas, así que hombre varón con pene desconocía el artefacto, aunque había oído hablar de él.

La nota lo dejaba más claro, si. Entonces comprendió lo de las rallas rosas, un detalle bastante girly y que él no comprendía del todo. Luego dió la vuelta al artefacto y vió que era de la marca homónima, que se llamaba PREDICTOR, y él sintió que había sido un poco gilipollas al no darse cuenta antes.

Se pasó la mano por la cara, en un primer momento de manera un poco críptica, como si no se supiera muy bien si estaba feliz, triste o que cojones. Pero cuando la mano pasó finalmente por la barbilla, descubriendo su boca, sonreía de oreja a oreja. Y es que a pesar del peligro, la incertidumbre y todas esas cosas malas, iba a ser papá. Y eso era algo, que ella sabía, lo emocionaba como a una colegiala.

-Ésto es...

Le dió como una risa tonta, de la emoción.

-Vamos a ser padres.

La miró con infinita ilusión. Ella, que no se había planteado la paternidad, veía en sus ojos un amor infinito, cálido y firme, del padrazo que no le cabía duda iba a ser.

-Gracias... ésto es...

Parpadeó, dándose cuenta de lo que estaba diciendo. No debía darle las gracias, ya que no era ningún favor. Era algo natural, y así lo entendía ahora.

-¿Sabes? Se que tienes tus dudas, y todo eso. Pero no confiaría a nadie más que tú compartir un hijo, un vida. Después de todo, me has salvado como si fuera la princesa de un cuento... Vale que no exactamente como en un cuento, pero tu me entiendes.

Sonrió.

-Y déjame decirte, que en ésto mundo de narcisistas y egocéntricos, el mayor acto de amor posible, imaginable... es la manera en la que me miras. La manera en la que quieres, y la manera en la que me has cuidado.

Tomó su mano, estaba emocionado.

-Te pido perdón si he estado sombrío. Ha sido duro, ya te imaginas. Pero siempre llego a la misma conclusión, cuando reflexiono. Lo nuestro es tan intenso, tan bonito, tan cariñoso... tan sano y normal. Que, demonios. París bien vale una misa. O unas cuantas explosiones.

Cargando editor
17/02/2016, 01:39
Queen Choi

Golan trasteaba el predictor como los monos golpeaban huesos alrededor del monolito sin darse cuenta de que, esos segundos en los que tardó en entender que pasaba, a Queen se le hacían eternos. Cualquiera diría “Menuda estupidez” ¿Pero que sabe de lógica un cerebro atiborrado de hormonas?
¿Cuánto había pasado? ¿Dos meses a lo sumo? Practicamente era ayer cuando estaba bajando las escalerillas del avión la rebelde cabeza loca de siempre, una chica un poco egoista con padres, una amiga fiestera, y un carácter explosivo, dispuesta a seguir haciendo su santa voluntad sin tener ni puta idea de que hacer con el futuro ¿Qué había sido de ella? Sexo, tortitas y una bonita sonrisa la habían convertido en alguien que hacía planes familiares para el finde, le preocupaban sus suegros, guassupeaba sobre que hacía falta comprar en el super y (ahora) se preguntaba si sería una buena madre ¿Lo sería? La suya desde luego le había enseñado que NO hacer pero… lo querría? Es decir… a las chicas normalmente les gustan los bebés, les hacen cucamonas y parecen saber que hacer, a ella no. A Queen le parecían feas e incompresibles máquinas de cagar, potar y emitir berridos y para nada se veía teniendo uno en brazos chupándole la teta o perdiendo el culo cada vez que le escuchara el más mínimo hipido ¿Qué clase de madre sería una mujer capaz de disparar a un hombre al corazón, decapitarlo y enterrar su cabeza en el jardín?
 
Una tras otra las dudas la golpeaban , entonces Golan le acarició la mano con la suya aún vendada y se lio de forma encantadora diciendo todas esas cosas. Queen parpadeó estupefacta, tantas ideas le daban vueltas en la cabeza que no podía pensar (paradójico, eh?) ¿Cómo podría cuidar de algo tan pequeño y frágil si tratando de proteger a los suyos lo único que había conseguido era que les hicieran daño?
Alzó la vista y vio como su marido sonreía iluminando el universo entero, tan feliz, cariñoso e ilusionado, a pesar de todo (las heridas, los moretones, las pesadillas…) y entendio. Había sido él, él obraba la magia que la mantenía cuerda, la había transformado en algo mejor y seguía haciéndolo. Le había enseñado un camino acorde a su corazón apasionado, la respuesta definitiva. De pronto sintió un cosquilleo en su interior, una secreta alegría.
Apretó su mano entrelazando los dedos, empezaron a temblarle los labios, los arrugó en un puchero adorable y empezó a llorar y a llorar, a llorar y a llorar… se les venía el mundo encima pero  eran felices, iban a ser padres.

Cargando editor
19/02/2016, 00:25
Director

No hacía falta mirar las noticias en Internet para saber que las cosas no iban muy bien. Nadie le molestó con mensajes urgentes de "tienes que volver". Más bien, la bombardeaban diciendo que se quedara por allí un tiempo. El gobernador estaba con los cojones tocados, por que el toque de queda no había servido para nada. Ahora estaba comenzando a destaparse la verdad, que no había nada de terrorismo en aquello, que eran ajustes de cuentas de las mafias locales. La gente dejó de crear alarma, aunque la policía quería "tenerlo todo bajo control". De todos es sabido que no hay nada que cause más indiferencia al norteamericano medio que los ajustes de cuentas entre las mafias: "Que se maten entre ellos. ¿Que más me da?".

No había mal que por bien no viniera. No tenía que preocuparse más de las carreras, aunque ahora en su mente estaba el hecho de querer esponsorizarlas. Posiblemente, el richachón rubio se le adelantara, por que como él mismo dijo "para mi lo más importante son las carreras". Raúl se mantenía en silencio, incluso su LifeInvader era una puta lápida. Una sola entrada, tomando un helado en Chichén Itzá, le situaba en su México natal, posiblemente visitando a su familia. Quitándose de en medio que te cagas, por si las moscas.

El idilio parisino continuó unos días más. El único mensaje, de Lester, indicaba que el golpe contra el oro de Wu Zi estaba en fase final de preparativos, y que se acercara a Los Santos para los detalles. La batalla final estaba preparándose, y ella iba a jugar hasta la última de sus cartas.

Faltaba el asunto de la poli, que se estaba retrasando. Pero pronto no le iba a hacer falta trato con la poli, más allá de procurar que no le tocaran excesivamente el coño, o les haría blanco prioritario de "ataques personales", al más puro estilo mafioso.

Wu Zi rabiaba por aquel revés. Rabiaba por la muerte de su hijo, aunque los bomberos tardaron días en sacar e identificar todos los restos. De hecho, el cadáver de Gao era historia, pues su cercanía al laboratorio de droga había consumido la carne y el hueso en una explosión brutal de calor y químicos. El viejo chino ciego estaba lleno de rabia, y había dado orden de iniciar ataques sistemáticos contra todos los negocios coreanos en San Fierro: o pagaban un impuesto sometiéndose a la tríada o les reventaban el local. Los asesinatos salían en los periódicos, y la mala prensa comenzaba a hacer mella en el imperio de Wu Zi. Algunos políticos le estaban dando la espalda, y posiblemente Hooker acabara haciéndolo. Con éste hecho supo que, finalmente, debía volver y poner a aquel tipo fuera de la circulación. Quitarse de encima el último escollo, aprovechando la inercia de aquellos sucesos.

Aunque el tío Gun no dijera nada, sabía que dos gozushis habían sido atacados, y él tenía a su gente en pie de guerra. Que trataran de destruir la fábrica o matarle por enésima vez era solo cuestión de tiempo. Y ella había perdido ya a demasiada gente.

Antes de coger el avión, se aseguró de que el resto estaba bien. La abuela "de vacaciones" con su hermano pequeño, Hwan publicando chorradas desde Seúl, encantado con su ahora prometida y dejándose ver en K-Pop cafés, sitios turísticos y restaurantes cuquis. A salvo.

Había que terminar con todo aquello, de una vez por todas. La familia, su tranquilidad, el futuro, lo exigían.