Partida Rol por web

Intentar lidiar con ellos es como lidiar con una manada de crios de guarderia.
Saldremos mañana nada mas anochecer, nos esperaran hasta la media noche.
Vete a dormir si quieres, ahora tenemos cosas mas importantes que hacer.

Decididamente a Albert le voy a tener que decir algo en privado, no se por que se piensa que voy a decirle algo por que se vaya con esa cria.

me giro al Lasombra y le miro a los ojos Por supuesto, ven a tomar esa cerveza con nosotros. Luego tenemos que hablar los dos sobre tu gran trabajo Aunque te voy a cortar la lengua como sigas asi.

Una mirada de reojo a Hunter, que extraño que no haya hablado aun o que se haya revuelto. Tendre que ocuparme de que se preocupes un poco mas.
Mientras Luigi sube las cosas con Danny nosotros tendremos que ir a tomar esa copa, seguro que hay algun bar cerca que aun este abierto para nosotros y sino puedes ocuparte que si lo este. 

Hunter había hecho todo el trayecto hasta el parque sumido en un hosco silencio, manteniendo una actitud distante. Con un asentimiento y un vago gruñido habia reconocido la presencia del señor Koldolak y del Lasombra.

Estar junto al rio consiguió arrancar una sonrisa acerada del adusto rostro del cazador, mientras esperaban a sus hermanos.

La llegada del taxi y de los demás miembros de la Cofradia animó a Hunter, que se irguió para recibirles, desde su habitual posición de protector de la Ductus. En ese momento, Hunter ve acercarse al pálido y melenudo motorista que parecía seguirles a horcajadas de una maquina de gran cilindrada.

El cazador dió un paso lateral y rodeó a Steff, situandose hombro con hombro con ella, en silencio, alerta. Sus ojos formulan una silenciosa pregunta, que queda sin respuesta...

"¿Quien es este?"

Hunter acompaña a sus compañeros y toma posiciones en silencio, escrutando sin tapujos a su improvisado "invitado"...

"Es un vástago... Brujah o Gangrel a juzgar por su olor y aspecto general... Huelo la sangre en él... Es un luchador, pero... ¿de los nuestros?"

El antitribu Gangrel asiste al intercambio forzado de frases más o menos amistosas en silencio, notando como una creciente animadversión hacia el recién llegado cala entre algunos de sus hermanos... y en él mismo.

"Enhorabuena amigo... Acabas de llegar y ya estas a un paso de superar a Albret..."

La falta de respeto del tal Jules hacia el señor Koldolak colma el vaso de la paciencia de Hunter...

"Esperad" El cazador alza la voz para evitar que el grupo se disperse antes de tiempo... "Aunque habla como uno de nuestros hermanos de armas..." Hunter dió un paso para acercarse al recién llegado y situarse frente a él... "...no sabemos si realmente lo es"

Con un sonrisa, Hunter hizo un gesto con su mano izquierda, mientras que con la derecha extrajó su encendedor. Los ojos del antitribu Gangrel no perdieron de vista los de Jules, sopesando sus movimientos...

"Bien..." Hunter encendió su zippo con un chasquido experto. Sostuvó el encendedor ante sí, entre él y Jules. La llama tremolaba entre ambos vástagos... "Ya sabes lo que tienes que hacer, Jules"

Dioses, como echaba de menos llegar a un sitio nuevo y tener que escuchar a todos los wannabe alphas tratar de mear más alto que el resto. - pienso mientras me giro para observar al que se había mantenido callado hasta ahora.

Sonrío a Peludo mientras vuelve a poner en duda mi integridad y mi pertenencia a la Secta. ¿Realmente alguno cae en una trampa tan burda?

Sonrío aún más, ahora de forma sincera, cuando le veo sacar el encendedor, ahora estamos hablando el idioma que me gusta, y hasta se ha atrevido a prender la mecha.

En un movimiento rápido, mi mano derecha agarra la muñeca de la mano que sujeta el encendedor, mientras mi mano izquierda agarra su hombro derecho.

Veo que quieres bailar, handsome. - le digo mientras comienzo a acercar mi rostro hacia la llama mientras mi mano empuja su hombro, invitandole a hacer lo mismo.

Y el baile comienza.

Mi rostro iluminado por la llama del encendedor muestra una expresión casi lujuriosa mientras acerco mi rostro hacia el de mi ¿oponente? sin dejar de mirarle ni un segundo.

Mis labios se mueven ligeramente, parecen murmurar algo, seguramente tararean una silenciosa canción.

Mis pies se mueven despacio, primero uno y luego el otro, haciendo balancear todo mi cuerpo rítmicamente.

Casi se podría jurar que estoy bailando en la íntima oscuridad de una pista de baile en vez de exponiéndome al letal contacto del fuego.

Noto el brillo, noto el calor, pero no detengo mi baile mientras mis ojos no se apartan de los de Peludito.

Ni tampoco detengo nuestra aproximación hacia el encendedor.

Hunter entrecerró los ojos al notar el rápido movimiento de Jules y la presión sobre su hombro... Un rictus afloró en los labios del cazador, mientras respondia el gesto alzando la mano y aferrando el cuello de su contrincante para evitar que se retirase de la confrontación...

"Parece que vamos a jugar... Bien"

Hunter sostuvo la mirada de Jules con la misma firmeza que el encendedor frente a sí. Compensó la tensión del apretón del desconocido afianzando su presa sobre la nuca de aquel, mientras se aproximaba lentamente al beso de la llama. No pudo evitar arrugar la nariz...

"El olor... La gasolina convertida en humo... La luz en calor. El calor en dolor. El dolor en placer. El placer en luz..."

Un finisimo hilo sanguinolento se deslizó sobre la ceja derecha de Hunter, hacia las arrugas de su rostro barbudo...

La tensión entre los dos vampiros aumenta, las Bestias rugen ante la cercanía de la llama. Jules permanece impasible ante ella, mientras que Hunter la sostiene con tanto esfuerzo como entereza.

Los presentes asisten incómodos al enfrentamiento, sabedores de que está en juego mucho más de lo que parece...

Sigo mirando a mi compañero de baile.

Mi lengua asoma por la comisura de mis labios, casi recordando a esos documentales de la BBC donde se ve a un áspid asomarse lentamente a la entrada de su cueva.

Se asoma y juguetea con la comisura de mi boca, casi lujuriosamente, mientras mi cuerpo sigue acompañando el baile del fuego, mientras la luna nos ilumina desde arriba y el encendedor desde abajo.

Si siguiese siendo mortal, seguramente mi respiración se hubiese alterado pero la ceniza que ahora sustituye mis pulmones sigue inerte.