Partida Rol por web

Gritos en el desierto

Prologo: Reunión de destinos

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17/11/2012, 18:42
Director

Las gestas de los grandes héroes del imperio de Akkad apenas se recuerdan, solo en las bibliotecas mejor abastecidas en legajos mohosos o en piedras carcomidas por el tiempo. Ahora en un mundo lleno de maldad y corrupción, cuentos sobre justicia y honor que ahora son considerados poco más que ofensas a la civilización, son considerados malas bromas de otros tiempos cuando Sumer era una civilización bajo el yugo de los dioses que crearon a los Awilu.  Pero a veces todavía se pueden ver destellos de heroicidad en la vida del imperio, hay todavía héroes naciendo como cuentagotas entre las arenas del desierto que han dejado los dioses de las estrellas, a pesar de que ellos no se consideren uno de ellos e incluso se rían de los valores anticuados...

Ehh aquí, que nos encontramos en un lugar tan emponzoñado como hermoso, puede que sea una muestra de lo que depara cada lugar del imperio donde la corrupción se esconde en una hermosa cobertura, he aqui que un grupo de gente unida por el destino ha llegado a las puertas del pueblo naciente de Ish-Natar, donde un enorme Wardu de pelo blanco con los colores distintivos de la familia Shunia, con un ojo cerrado para siempre por la herida de un arma y cuerno quebrado, pero por la manera que sujeta el arma tuvo que vengar la afrenta con rapidez, acompañado de un pequeño grupo de soldado Muskhenu esperan ociosos a que de las ordenes el gigante, el Wardu brama:- ¿A que habéis venido al pueblo de mi amo? Sino podéis decirlo enfrente suya, tendréis que pagar el precio de 100 monedas de oro, pues los secretos son caros de pagar en nuestra pueblo.- Al parecer es una forma simple y llana de decir, si queréis guardar vuestros asuntos tendréis que pagar un soborno, aunque os vigilaremos mientras sigáis por aquí. En tanto veis como dejan pasar a unos Muskhenu que vienen de pescar en el oasis que rodea el pueblo como una especie de foso de aguas límpidas.

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17/11/2012, 19:24
Iridile

Iridile que acompaña en ese momento a Asenet y Anu-Barak se adelantó un par de pasos hacia los guardias.

- Somos viajeros que atraviesan el mas devastador de los desiertos de este mundo, y ahora casi llegada la noche y sin querer helarnos en sus arenas, deseamos el descanso y confor que aqui sabemos que podemos encontrar. Soy la guia de esta señora, junto con su guardia. Y seguro que en la ciudad de tu amo encontramos las posadas mas acojedoras de todo el reino. 

Su voz aterciopelada y sus ojos intrigantes le daban a sus palabras un exotismo innato. Sabía camelarse a los varones, y éste no sería dificil de engatusar.

- Dejenos pasar, pues como bien os digo simplemente estamos de paso hacia otro lugar, que no quisiera aburriros con la larga historia que esto acaece. Pues teneis mejores cosas que hacer ¿Verdad...inmenso Wardu? - uno de los dedos de Iridile ya habia conseguido llegar ala piel desnuda del torso de aquel inmenso ser, y una dulce sonrisa aparecía en su rostro.

Notas de juego

Utilizo mi rasgo de carácter "astuta" de forma positiva

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17/11/2012, 19:31
Director

Notas de juego

Haz una tirada contra 16 a ver si los convences ^^ (tira 3d6+6(4 de tu carisma y 2 de tu profesión, que como bailarina saber ser muy insinuante)

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17/11/2012, 19:58
Shutruk Nahunté

La huída de la concubina de su hermano no habría sido un problema tan grave como justificar una persecución. Solo al enterarse de su posible destino, Ish-Natar, pensó que podría aprovechar para matar dos pájaros de un tiro. Antiguos textos de su biblioteca señalaban al desierto de los gritos como el lugar donde se ocultaba un arma poderosa, y el propio pueblo era gobernado por un mago poderoso.

Compartió esta información con su hermana, y con el pretexto de perseguir a la concubina fugada dejaron la administración de la casa en su hermano, bajo supervisión del secretario, y prepararon el viaje junto a sus guardias-mushkenu y un par de criados. Lideraba la marcha aquel soldado tan competente, Sinhue, con el que su hermana a veces mostraba cierta dulzura que le desagradaba. Sin embargo, nada podía nacer de unión semejante, y que el que su hermana pudiera tener amantes entre los esclavos no era algo que le molestara, siempre y cuando no hiciera ninguna locura "por amor".

La comitiva marchaba a lomos de camellos, caballos y onagros que transportaban la carga, como una suerte de caravana de comerciantes. Él mismo había decidido vestir a la moda elamita, más fresca para el desierto, y protegía su cabeza de los rayos del sol con un estilizado sombrero de hojas de palma. Su hermana era transportada en un palanquín por dos porteadores a los que había contratado en el mercado de la última ciudad por la que habían pasado. Sabía que debía agajasar al poderoso mago que controlaba Ish-Natar, y a la familia Shunia. Después de todo, estarían entre awilu. Y él sabía como manejar a sus semejantes.

Se acercaron a las murallas del pueblo cuando vieron la silueta del wardu en la entrada, y un grupo de viajeros. Ya casi habían llegado. Miró en dirección a su hermana, que se abanicaba dentro de la silla de manos, protegida del sol por unas telas.

Notas de juego

Lo dejo así si el máster le viene bien. Mayormente porque Asenet se suponía que huía de mi casa y a lo mejor este grupo quiere, inicialmente, esconderse de nosotros, o algo así.

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17/11/2012, 20:21
Iridile
Sólo para el director

6+4+2= 12+6= 18

- Tiradas (1)

Motivo: convencer

Tirada: 4d6

Resultado: 6, 4, 2, 2

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17/11/2012, 21:09
Khadiha Nahunté

Después de la huida de aquella mujer, mi hermano había decidido ir hacia la ciudad de Ish-natar. Imaginaba que no era solamente producto de ella, sino producto de algo mas. Se encargo de la organización de la casa, mientras yo me ocupaba de los preparativos para el viaje.

 

En el tiempo que habíamos pasado juntos, había aprendido a que cuando algo se le metí en la cabeza era muy difícil quitar esa idea, y no tenia intenciones de hacer algo así. Cuando todo estuvo en condiciones de marchar salimos. A pesar de que hubiese preferido caminar mi hermano insistió en aquel palanquín. Accedí a sus caprichos a pesar de que eso me mantenía lejos de Sinuhe.

Una exquisita seda blanca bordada con hilos dorados, cubría mi cabeza de cabellos oscuros con una delicada tiara dorada. Sostenía en mi mano pintada un abanico para que el calor no fuese tan agobiante. Un vestido blanco, de hombros descubiertos cubría mi cuerpo, y llevaba sandalias en mis pies pintados. Observo unos momentos a mi esclavo, dedicándole una sonrisa que quedaba cubierta por el velo y el abanico, antes de desviar la vista hacia mi hermano.

 

-Hermano mio... ¿ Es aquí a donde deseabas venir...?-

Le pregunto con voz suave y cariñosa al dirigirme a el, echándole una ojeada al guardia que se veía mas adelante, antes de volver la vista a Shutruk.

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17/11/2012, 21:22
Asenet

Me mantengo un paso por detrás de Iridile mientras ella intenta seducir al guardia para que nos deje pasar gratis

Espero que lo consiga, con las prisas por huir no tengo ni una moneda... Si no, tendremos que pasar la noche en el desierto. Y el nombre de Desierto de los Gritos debe tenerlo por algún motivo...

Me giro hacia Anu-Barak, el guardián gigante que se nos unió en la travesía y en voz muy baja le susurro: - Es un wardu como tú, ¿no podrías hablar con él para que nos deje pasar?

Al darme la vuelta después de hablar con él veo movimiento en la lejanía. Intuyo aún de lejos los colores y emblemas de la casa Nahunté.

Mierda, ¿cómo han podido alcanzarnos tan rápido?

Me echo la capucha de la capa por encima de la cabeza y acercándome a Iridile le digo al oído: - Iridile, vienen los Nahunté, tenemos que escondernos o entrar muy rápido. - Mientras, no quito ojo de la comitiva que se acerca.

No esperaba que me consideraran tan importante como para seguirme a esta velocidad. ¡Y vaya comitiva! No pensé que fuera para tanto...

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18/11/2012, 04:49
Sinuhe

Ese desierto, solo algunos astutos o dementes decidían dar una paseo para estas brillantes arenas, no se si llamarnos astutos, pero por algún motivo siempre había logrado sobrevivir a la adversidad de esta clase de lugares.
Al principio del viaje tuvimos que soportar el calor del suelo bajo nuestros pies, pero la sed y el calor que sentíamos, pronto se fue mimetizando con algunos de nosotros, ignorábamos los efectos que esas desventajas nos traian, pero mas de una vez tuve que levantar a un esclavo que casi cae al suelo del cansancio y darle de beber de mi agua para restablecerlo y que vuelva al trabajo, no podía permitir que fueran castigados, pero en cuanto a mi... no había probado un sorbo de agua y ya no tenia mas, viajaba con los labios resecos, tragando saliva a cada rato si es que me quedaba algo y sintiendo mis cabellos humedecerse por la transpiracion.
Llegando a nuestro destino algunos de nosotros fantaseabamos con un descanso, aunque poco probable sea hasta que las necesidades de nuestros amos sean satisfechas, No tengo derecho a quejarme, volvi a ser esclavo por estar enamorado de una mujer, por suerte ella siente lo mismo y me da la fuerza para mantenerme vivo y hacer este esfuerzo por ella es lo mínimo que tengo que hacer.
Sabia que Shutruk era exigente, el era todo un Awilu hecho y derecho, así que detrás de todo esto estábamos los esclavos ayudándonos entre nosotros a poder seguir esforzándonos, era morir en servicio o ser maltratado de la peor manera, algunos preferiamos morir en servicio obviamente.
A pesar de que sabia que mi cuerpo ahora contaba con la fatiga del ambiente, yo seguía atento a mis alrededores, la mínima paranoia que había obtenido por aquella emboscada en el desierto hacia que quisiera estar al tanto de lo que sucedía, después de todo tenia que proteger a Shutruk y Khadiha, era mi misión, mi deber y lo que yo quería hacer, era mi destino.
Las murallas parecien estar cerca, al igual que nuestro aleno de descanso, de darles a nuestros pies la oportunidad de evitar el sufrimiento y relajarse. A los lejos podia observar a un grupo de viajeros y aun guardia bastante fuerte, para estar seguro tantee mis armas para saber si estaban en posicion y afine mis sentidos, un ultimo esfuerzo Sinuhe y todos podremos descansar.

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19/11/2012, 02:15
Shutruk Nahunté

La marcha estaba resultando agotadora para los mushkenu y el agua escaseaba. Tenían que llegar al pueblo y beber del pozo, o perderían a alguno. No deseaba perder esclavos, pues eran caros, al menos los que valían la pena. Miró a su hermana refrenando un poco el camello en el que iba montado, sonriendo.

-Sí, estamos llegando. Es el único poblado importante de la región, en una encrucijada comercial. Descansaremos allí, tenemos que presentar nuestros respetos al señor local.

Bebió un poco de su odre, y luego se acercó a Sinuhe, que tenía los labios entrecortados. Después de todo, era de Assur, y él trataba bien a sus sirvientes.

-Soldado, necesitas esto más que yo.

Le lanzó el odre cerrado para que lo cazara al vuelo mientras el resto de la columna avanzaba poco a poco. Luego, señaló con el mentón la entrada donde estaba el wardu.

-Vamos a ver a que se debe tanta guardia. Tal vez nos pidan peaje, si es así, déjame hablar a mi.

Obviamente, esperaba que él fuera delante.

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19/11/2012, 16:09
Director

El destino era una cosa caprichosa sin duda, como los granos del desierto que son arrastrados por el viento y son unidos en una de sus majestuosas dunas. Así ocurrió que mientras Iridile, la hermosa e insinuante Uridimmu hablaba con el Wardu, se acercaba la pequeña comitiva de los Nahunté, pero no en la misma puerta, pues el Wardu que la guarda, sonríe ante las palabras de la mujer y haciendo un gesto aun Muskhenu de su guardia, este abre la puerta, no sin antes decir:- Pronto tendré el descanso de mi guardia, espero que la hermosa... Uridimmu me haga el favor de acompañarla.- La cabeza de toro parece tener cierta sonrisa, picara con destellos de lujuria, al resto os dice:- Si vais con alguien que pelea tan bien con las palabras, merece la pena que paséis sin pagar el peaje, pero tener en cuenta, que es mejor no soliviantar a mi amo.- Entonces la comitiva llega a vuestro lado, pronto os reconocéis, ahora el grupo de Asenat podría escapar o dejar las cosas claras con los Nahunté...

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19/11/2012, 16:12
Asenet

Al verlos tan cerca doy un salto hacia atrás, saco un cuchillo de los pliegues de mi vestido y lo coloco apuntando a mi cuello.

- ¡No os acerquéis a mí! ¡Antes acabaré con mi vida que ser la concubina de ese ser ruin, fratricida y parricida! - Me dirijo directamente a Khadiha a la que diviso en el palanquín.- Khadiha, eres mujer y siempre fuiste buena conmigo. Entiende que no puedo acudir al lecho del asesino de mi señor, al que adoré siempre. Sabes que soy una esclava fiel, pero ninguna mujer podría soportar tal desatino.

Me quedo desafiante, sin alejar el cuchillo de mi cuello, esperando su respuesta y sin dejar que se me acerquen.

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19/11/2012, 16:21
Sinuhe

Entre las olas de calor que los esclavamos aguantabamos noto la misericordia de mi señor al lanzarme una orbe de agua que agarro en el aire y agradezco como corresponde a mi amo, algunos esclavos me miraron, deseosos de probar y remojar sus labios, tan solo un sorbo de agua me bastaba para recordar que estaba vivo, a pesar de que fue un sorbo profundo aun quedaba agua para refrescar a uno y quizas dos esclavos mas, llevaba la idea de cuanto habia bebido cada uno, asi que despues de cruzar las murallas le daria de beber al que lo necesitara, cuesta creer que yo fui libre alguna vez, aunque tuve que cargar con la muerte a mis espaldas. Cuando nos acercabamos a la ciudad observe a cierta figura conocida, recordaba bien esa silueta encantadora que me habia salvado la vida alguna vez, pero mis ojos cansados tan solo podian fijar su atencion unos dos segundos y volver a mirar la arena que no parecia cambiar nunca, aburrida y monotona. Ahora no recuerdo bien su nombre, pero se que su raza es... Uridimmu y una en particular, me adelante unos pasos para estar cerca de Shutruk, si necesitaba algo me tendria cerca para recibir las ordenes rapido y eficaz como siempre. Aun asi no le quitaba el puesto de adelante, el representaria a toda la comitiva, yo tan solo estaba distante para obedecer a cualquier cosa que sucediera, para que no nos agarren por sorpresa y poder defender su vida, una vez mas... Esta familia tiene muchos problemas con los asesinos, deberia estar mas atento.
Los problemas no tardaron en llegar, y los problemas de la familia Nahuente se hicieron notar en una ciudad a la que no perteneciamos, aliste mi arco pero no puse flecha alguna en el, tan solo era por si las dudas, ¿Señor?, era una peticion para actuar oculta en la subordinacion de las palabras de un esclavo, cualquier peticion debia ser tomada en serio y no podia fallar si mi señor ordenaba la ejecución de alguno de los que ocasionaba problemas, sabia lo que valia la vida de un esclavo para los Awilu, nada en sentimientos, pero algo de dinero, y ella sin amo, dudo que valor tuviese para alguien como Shutruk.

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19/11/2012, 16:41
Iridile

Iridile rio pocamente ante las palabra del Wardu y luego miró atrás al escuchar a Asenet. Y miró a un joven que parecía demasiado cansado y agotado. Lo conocía ...era Sinuhe. Jamás olvidaría el brillo de sus ojos, que ahora parecía apagado y cansado.

Se quitó la capucha y dejó ver sus ojos azul electrico, sus orejas alzadas y su morro delgado, a la vez que su pelaje grisaceo. Puso una mano en el hombro de Asenet.

- Tranquila Asenet. Seguro que esta gente no quiere ningún problema. Y menos en la entrada de esta ciudad, dejando por los suelos la bondad y reputacion de su señor. Adentremonos y hablemos dentro, con un buen vaso de agua fria y algo caliente en el estomago.

Luego se percató de la presencia de Shutruk.

- Mas de uno de esta comitiva, me debe algo mas que un favor.

Sonrió ampliamente mostrando sus colmillos y movía su cola juguetona.

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19/11/2012, 18:30
Shutruk Nahunté

El pretexto del viaje se presentó casi por arte de magia. Habían confluido junto al pozo de la plaza de aquel pueblo, ya que todos necesitaban beber. Asenet, la esclava de su primo, habló con aquella amenaza de quitarse la vida. No le hubiera importado que lo hiciera, pues el imperio estaba lleno de concubinas. Sin embargo, lo que dijo le puso sobre aviso. ¿Su primo había envenanado a su tio? Aquello cambiaba muchas cosas.

Luego, miró a sus compañeros, los conocía bien. Iridile, su guía uridimmu en el gran desierto y aquel wardu... Sonrió entonces, despacio.

-Los dioses no juegan a los dados, ni creen en el azar -dijo- Aparta ese cuchillo de tu garganta, mujer, y hablemos. ¿Tienes pruebas de lo que dices, de la traición de mi primo? Si es así, perdonaré tu huida públicamente, y podrás seguir tu propio destino.

Luego miró a sus acompañantes, y sonrió.

-Veo que sabes escoger tus compañías. Iridile... Barak. Un placer volveros a ver.

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19/11/2012, 23:23
Khadiha Nahunté

Observo como mi hermano le entrega un odre a Sinuhe antes de que yo pueda hacerlo, y no puedo evitar sonreírme con eso. Pero antes de que pudiéramos hablar de algo con mi hermano llegamos a la entrada de la ciudad.

Me bajo del palanquín, con movimientos suaves, antes de apoyar mis sandalias en el piso y acercarme a Asenet que estaba atentando contra su vida.

-Vamos Asenet... Dame el cuchillo... - Le digo acercándome a ella, extendiéndole una mano pintada en rojo y plateado. Mirando de reojo a mi hermano para que no se metiera en la conversación – Si soy mujer, y siempre fui buena contigo, por eso te doy mi palabra de que nadie te va a herir, ahora dame el cuchillo y hablemos de manera civilizada una vez que podamos entrar... Mi gente esta cansada y sedienta así que por favor...-

Aun mantengo la mano extendida hacia ella mirándola fijamente mientras aguardaba a que bajara el arma y me la entregara.

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19/11/2012, 23:26
Asenet

Bajo el cuchillo y se lo entrego a Khadiha.

- Acepto vuestra palabra, pues sé que sois una buena mujer. Está bien, entremos y hablemos tranquilamente mientras descansáis. Os contaré lo que sé. Lamentablemente no tengo pruebas más allá de mis sospechas y algunos testimonios, pero no hay ninguna duda. Vuestro primo es el responsable, pues lleva planeándolo desde que era tan sólo un muchacho. 

No me separo de Iridile, mi nueva protectora, y Anu-Barak. Y me dispongo a entrar en la ciudad con los demás.

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20/11/2012, 01:17
Sinuhe

Aquellos que tenian cosas para hablar, hablaban, aquellos que teniamos que beber, bebiamos. Nos acercamos al pozo de agua que estaba en la plaza, guié a los esclavos hasta un borde de aquella fuente y bebimos hasta que sintiéramos que no podíamos mas. Junte entre mis manos un poco de agua y moje mi rostro al igual que mi pelo. De los cabellos largos que cubrían mi cabeza, recorrían gotas de agua que golpeaban contra la armadura, se sentía bien, me sentía sobre todo vivo de vuelta. Ya estábamos listos de vuelta y acomode a los esclavos para que se formen y se dispongan a las ordenes de los amo, no dejaría que fuéramos una perdida de tiempo para ellos, a uno de ellos en especial le ordene que recagara las orbes de agua por si las necesitaramos, y todos parecian estar de acuerdo ya que sabiamos que no podiamos ser una molestia para los Awilu si queriamos que nos tratasen bien. Una vez preparador que fue con total rapidez y eficacia esperamos a que estuviesen listos y la charla entre los viajeros y nuestros amos terminasen, debiamos guardar los camellos y alimentar los camellos, preparar las cosas para los Nahuente como el baño o el alimento.
Me acerque a mis amos y me arrodille, Amos, lamento interrumpir, pero deben estar cansados y con hambre... sus sirvientes estamos listos para lo que ordenen. Las gotas caian al suelo desde mi cabello, parte de mi cuerpo estaba transpirado y otra parte mojada por el agua que descendía de mi cabeza.

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20/11/2012, 11:46
Anu-Barak

 

Anu-Barak había viajado con las 2 féminas hasta alcanzar aquel lugar donde podrían reposar, pero un Guardián Wardu hacia de Inquisidor al preguntar los motivos y al sugerir que si necesitábamos privacidad debíamos pagar por ella. Los movimientos impulsivos y a la vez muy reveladores de Iridile les habían dado la oportunidad de entrar sin tener que hablar con su “hermano” como Asenet le había sugerido.

Pero las cosas se precipitaron cuando otro grupo llego a la puerta justo cuando les habían granjeado la entrada. Pertenecían a la casa Nahunté, era extraño que tras tanto tiempo se cruzara con miembros de la casa que habían sido sus dueños al principio. Al escuchar y ver actuar a Asenet, se dio cuenta de que su primer amo había sido asesinado. Y ahora sus descendientes y familiares estaban allí. Al ver al varón Nahunté, ligeramente le recordó de su tiempo como soldado en la casa, pero fue aun mas la sorpresa cuando vio al Mushkenu que había combatido con el y que a su vez daba por muerto debido al veneno. Inclinando la cabeza saludo a Sinuhe. Pero la situación no se había calmado del todo sus paso le llevaron a la cercanía de Asenet al ver los movimientos de aquel Mushkenu, preparado para lo que fueran las instrucciones de su señor. Su posición al lado de Asenet dejaba claro que cualquier ataque contra esta se vería primero con el. Sus manos posadas en sus armas, previniendo cualquier enfrentamiento.

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20/11/2012, 13:19
Director

La puerta del pueblo estaba empezando a estar colapsada, ante tanta gente intentando entrar, los Mushkenu del pueblo al ver una comitiva Awilu se arrodillan humildemente, esperando a que estos entren antes para poder retomar su trabajo, pues el látigo de su amo clamara si no las realizan pronto, pero sino tienen la debida cortesía puede que acaben muertos, por lo que se permiten temer al mal cercano que al que llegara después. El enorme Wardu, al ver la pequeña comitiva de la familia Nahunté y como conversan con el grupo de Iridile, parece complacido y hace un gesto para que abran el enorme portón en vez la puerta pequeña por donde pasan los esclavos:- Podéis entrar y ser bienvenidos, reconozco a una noble familia Awilu cuando la veo, mi amo estará complacido de hablar con ustedes en cuanto encuentren hospedaje en el pueblo.- En cuanto pasa al lado iridile le susurra:- Pero usted mi señora, seguro que tendrá un momento para este humilde Wardu, la posada es famosa por sus bebidas y su comida, también por sus mujeres, pero ninguna es como usted.-

Enfrente vuestra podéis ver una plaza de pueblo rodeada de casas de barro de los esclavos y algunas tiendas que rodean a una fuente de la que mana límpida agua, al final del paseo se ven dos enormes mansiones a las que preceden otras mansiones más modestas, aunque ricas, al parecer el pueblo esta en pleno auge. En una de las mayores, podéis ver los balcones que están a rebosar de  hermosas mujeres que asoman su  exhuberantes pechos, buscando la carnada de hombres dispuestos a pagarles por sus servicios, la otra es mas siniestra y grande, debe de ser la del hombre que gobierna este pueblo.

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20/11/2012, 14:46
Khadiha Nahunté

Le sonrío a Asenet, guardando su daga en los pliegues de mi vestido, mientras avanzo para entrar a la ciudad. No quería volver al palanquín y cansar aun mas a los esclavos que me habían cargado por capricho de mi hermano.

Al entrar observo todo con una sonrisa en mi rostro, quitándome el velo para dejar al descubierto mi cabello negro, cubierto por flores blancas.

El lugar era increíble. No salia demasiado de la casa, así que aquello era todo un regalo para mi. Miro por sobre mi hombro a los demás.

-Asenet, quédate cerca mio... - Le digo en tono tranquilo, antes de posar la mirada en mi guardia – Sinuhe ven...-

Comienzo a caminar, en busca de alguna posada confortable para nosotros. Prefería hablar con aquella mujer sola y tranquila, pero como sabia que no me permitirían estar sola, prefería que mi guardia personal viniera con nosotras.

-Ahora... cuéntame que es lo que sabes... Quiero saber que ocurrió y como te enteraste...-

Le pregunto en tono bajo y suave.