Partida Rol por web

Grupo Luna Negra

Cementerio

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29/08/2009, 22:34

Alan tiene una voluntad férrea, que hace que el ser de niebla se sienta intimidado, al menos por ahora. Lo mira nuevamente, antes de hacer el movimiento de inflarse como un globo para intentar otra posesión. Entonces se arroja para adelante pero choca contra el cuco, como si una barrera lo deteniese. Frustrado e iracundo retrocede, abre su boca en una mueca indescriptible y grita con furia.

Desde unos cuantos metros, Eva mira todo con incertidumbre. Ha cogido el móvil y, afortunadamente, comprueba que todavía tiene batería y que funciona. Puede llamar a quien desee. Los niños se han escondido cerca de ella, incapaces siquiera de mirar lo que sucede.

De pronto el ser de niebla pega un grito ahogado y desaparece, ante los ojos sorprendidos de todo el mundo. El cementerio con sus lápidas y mausoleos, con sus estatuas de ángeles y guardianes, con las flores frescas que se ha llevado a algún ser querido recientemente es el único testigo de que alguna vez estuvo allí.

Eva y Alan miran al unísono su relojes: son las 3:33 en punto.
 

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31/08/2009, 12:43
Eva Lesnie

Ante el grito furioso del ser, Eva se inclina sobre los niños cubriéndolos con su propio cuerpo, entrecerrando un poco los ojos ante el molesto alarido hasta que éste cesa y lentamente se aparta de nuevo, con las pulsaciones realmente aceleradas. No quiere ni imaginarse como deben sentirse los pequeños, pero espera fervientemente que su protección les alivie un poco.

Mira nuevamente el teléfono y contiene la respiración por un instante. ¡Ya está!, ¡ha pasado! Sonríe amplia y triunfalmente y se incorpora enérgicamente hasta quedarse de pie, mirando alrededor con insistencia. No puede evitar seguir sintiéndose algo paranoica después de todo lo sucedido.

-¡Alan!, ¡Alan vuelve ya ha pasado la hora!- espeta esperando que el cuco se acerque a su posición para recibirle, cómo mínimo, con un buen abrazo.

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01/09/2009, 14:12
Alan Méndez

Pronto, mis ojos se llenaron de lágrimas, tenía frente a mi a una horrible imagen, algo que nunca había podido imaginar. Tenia miedo. Un leve chispeteo de lluvia se veía interrumpido por el estruendoso sonido de un rayo cayendo cerca del cementerio, muy cerca. Esto fue lo que me despertó del trance en el que me encontraba, sólo escuchando el estruendo sonido que estaba enfrente de mí. Traté de cerrar los ojos para así poder olvidar aquella imagen. No pude.

Lo único que se me ocurrió en ese momento fue comenzar a correr para escapar de quien había hecho ese infame acto, esperando que no volviera, por ella. Pero lo sabía, sabía que en poco tiempo regresaría por ella; tenía poco tiempo, así que sólo pensé en entrar al lugar que hasta hace algunos segundos lo habría considerado como una habitación más en mi casa y que ahora me causaba un terror inimaginable, una sensación de frío que me calaba todo el cuerpo, desde mis pies hasta mi cabello enmarañado. Un lugar oscuro y tétrico, donde parecía que la luz nunca se acercaba por ahí, incluso de día.

Aunque me esforzaba en no pensar en ello, sabía bien que ahí era donde todo había terminado. El sonido se deshizo, y el tiempo había sido el único vencedor, nuestro úncio aliado. Me giré y el ser había desaparecido, aunque deseé con todas mis fuerzas que haya sido consumido.

Escuchaba una voz conocida y hermosa a mis espaldas, me giré y allí estaba junto a los niños. Lo habíamos conseguido. Juntos. Me dirijí a paso lento hacia allí y tenía las mismas ganas o más de sentir su contacto, de desear que todo esto fuera real. Así que no quería arriesgarme a que esto fuera un sueño y la besé, la besé con fuerza, pasando un de mis manos tras su cintura para atraear mas su labios contra los mios. Me separé. -Ya está, ha terminado..- Susurro, rozando mi nariz con la suya.

Si era un sueño ya podía despertar.