Partida Rol por web

Planeta Akiton. Tercer día del mes de Gozran.
Ciudad independiente de Ferra.

El polvo levantado por los vehículos en ese tórrido planeta dispersa las pocas esperanzas de encontrar algo interesante, por lo menos durante los próximos cien años. Mirais sin interés a una banda de nómadas ysoki a través de la nube de polvo que dejan a su paso mientras os tomais un líquido espeso, azul y frío, que no sabeis ni como se llama, aunque está bueno.

El pitido de un nuevo mensaje en vuestras unidades de comunicación os saca del aburrimiento y llama vuestra atención. Abrís el mensaje encontrándoos una oferta de trabajo de la sociedad Starfinder. Un grupo de idealistas exploradores que desean conocer todos los secretos y paradojas del universo. Os registrásteis en su página web para que os avisaran de posibles trabajos que pudieran interesaros. Durante los veinte días que llevási en el planeta no recibísteis nada hasta ahora. El mensaje trata sobre una tarea de vigilancia fuera del planeta de incorporación inmediata. Aparte de eso solo viene la dirección del contratante; hangar ciento trece del espacio puerto de ciudad Ferra.

Cierras el mensaje mirando como la nube de polvo vuelve a cubrir la calle al paso de otra caravana de nómadas conformada por varias razas. La verdad es que no tenéis ganas de abadonar el local, dejando la fresquita sombra proporcionada por la corriente de aire de los dos grandes ventiladores que hay a los extremos, pero necesitáis los créditos para vivir después de gastarlo casi todo en el nuevo equipamiento.

Volvéis a mirar el mensaje y pulsáis el botón de "más info" que hay debajo. El mismo mensaje se ha mandado a un total de 103 terminales en la ciudad. Debajo un "Aceptar Entrevista" parpadea esperando que aceptéis o no.

Dave al llegar a Akiton se había gastado casi todo su dinero en adquirir nuevo equipamiento y algo de ropa que le permitiera ocultar su aspecto. Los primeros días fueron alegres pues la sensación de libertad le invadía de nuevo, hasta que recordaba que quizás aún quisieran matarlo, momento en el cúal se decía a él mismo que debía averiguar si eso era así o jamás podría vivir en paz.

Cuando ya llevaban cerca de un mes en el planeta y las horas se empezaban a alargar, pues tampoco tenían apenas dinero ni nda que hacer, al grupo le llegó un aviso de un posible trabajo que realizar. 

-¡Al fin parece que vamos a poder hacer algo! -comentó el androide sin poder ocultar la emoción en sus palabras- Será mejor que nos demos prisa, esta misión se ha concedido a un centenar de personas más... -dijo mientras se levantaba y cogía sus pertenencias-.

Edariel había aprovechado la estancia en Akiton para aprender algo más sobre esos pequeños seres de aspecto de roedor; los Ysoki.
Stuart había sido el único ejemplar de su especie que había conocido, y según dijo nunca había estado en su planeta de origen.
Así que se preguntaba cómo eran esos roedores, si bien pronto le confirmaron que Stuart tampoco era tan distinto a ellos; curiosos, simpáticos y siempre con una carta escondida.

Eso hizo pensar a Edariel si no era él después de todo un elfo más, y trataba de engañarse a sí mismo pensando que no era tan corto de miras ni altivo como ellos.
Sea como fuera, se percató de que los Ysoki sabían fabricar todo tipo de cosas, y especialmente armamento, de una gran calidad.
Así que no dudó en hacerse con una armadura fabricada por estos.
Pese a su aparatosa apariencia, tal como si de una coraza se tratara, era realmente ligera y flexible, sin duda de algún material que el elfo desconocía.
El tono dorado en el que estaba pintado el material le daba una apariencia majestuosa, y ya temía que se la ensuciaran con cortes y disparos.

También se hizo con ropas nuevas, principalmente de color granate y azul marino.
Y se dejó embaucar por un vendedor Ysoki que le ofreció “el Cristal definitivo”, el cual podía provocar heridas no letales para cuando deseara atrapar a alguien con vida.

Con todo ello, los créditos habían descendido de forma considerable, y lo que era peor, el aburrimiento empezaba a hacer que se acostumbrara a los juegos de cartas Ysoki y a esa bebida azul cuyos ingredientes prefería no conocer.
Pero por fin parecía que había una oferta para una misión, ni más ni menos que para la conocida sociedad Starfinder.
Edariel rápidamente le dió al botón de “Aceptar Entrevista”, sonriendo ante lo que dijo Dave.
Sí, trabajar para la sociedad Starfinder sería un honor.
Es hora de marcharnos.
Además de que... esa Ysoki está empezando a inquietarme. ¿Qué creéis que quiere mirando todo el rato? dijo, refiriéndose a una roedora de grandes mofletes que no dejaba de mirarle.

la estancia en Akiton era bastante aburrida, pero habían conseguido escapar de las garras de Moroh, por lo que algo era algo, y enciman tenían equipo nuevo, tras muchas practicas se había acostumbrado al eyector con la pistola y a su nuevo fusil de dardos ácidos, así como a la nueva armadura de corsario que había optenido por "cortesía" de los hombres de Goro, pero de repente me saca de mi pensamientos el mensaje de trabajo de sociedad starfinder, por lo que tras ver el logo, ya acepto el contrato, había estado investigando y estaba mas que encantado de participar con ellos al ver su ideales, pero al ver que era una misión de vigilancia "mierda, tenía que haberla leido antes" maldigo por voz baja y aunque también había estado mirando si había algo sobre su pasado, pero parecía que no, por lo que me levanto de la mesa del bar en el que estábamos y pago mi parte, y al ver que Edariel también se había levantado, "vamos, ya hemos aceptado, no lleguemos tarde, que como tardemos la próxima misión va a ser nunca y hay que ganarse la vida" le digo a mis compañeros mientras compruebo mi equipo.

El planeta Akiton podría haber parecido una mierda para cualquier persona con ojos para ver y nariz con la que olfatear. El polvo que corre y el calor hacen de él un lugar muy poco grato para permanecer pero, para mí, es un lugar muy especial. Desde el primer momento en que descendí del transporte y mis pies tocaron el suelo, sabía que era diferente. Nacido y criado a bordo de una estación espacial, esa fue la primera vez que mis pies tocaron un planeta de verdad. Un mundo hecho de piedra y metal, de tierra real, es algo nuevo y fascinante para mí.

Claro, después del suficiente tiempo en él, pierde un poco de novedad y te empiezas a aburrir de las pellejerías que conlleva su inhóspita superficie, pero aun así le guardo un cariño especial. Es el primero de mi lista y eso es algo que no se olvida.

"Ahora que he pisado un nuevo planeta, sueño con pisar todos los que existen. ¿Habrá alguien viajado a todos los rincones del universo? ¡Siempre podría ser el primero!"

Ahora, sentado junto a mis compañeros, recibo el mismo mensaje que ellos. Leo y una sonrisa se dibuja en mi boca inmediatamente. Aprieto el botón de "Aceptar entrevista" y sé que lo conseguiré. Guardo el aparato mientras el resto habla y, sin mediar palabra, salgo al exterior del local mientras me saco los guantes. Una vez en la puerta, pongo una rodilla en el suelo y con mi mano derecha, tomo un puñado de tierra y la froto en mis manos.

Siento la textura de la tierra, la temperatura, su falta de humedad y el tacto que me deja. La conozco y ya no es nueva para mí. Una vez concluido el rito de comunión con el elemento que forma este mundo, lo dejo caer y me sacudo las manos mientras me asomo nuevamente al interior. Desde ahí miro al resto y les grito:

 - "¿Y que están esperando? ¡Yo ya estoy listo para partir!"

Les sonrío, feliz por la idea de viajar nuevamente y sin saber el lugar al que me llevará este trabajo. La idea de no conocer mi destino y disfrutar de cada lugar al que voy es una forma de vida que me encanta. Fuera de Absalom, habiendo olvidado a las Serpientes y toda esa vida decadente y limitada, he conocido la verdadera libertad. Ya no tengo que fingir ser rudo para que me respeten ni tengo que tomar decisiones despiadadas para obtener una posición que me mantenga seguro. Acá fuera, entre las estrellas, puedo ser realmente ser yo mismo y ser feliz.

Os encamináis hacia el espaciopuerto de la decadente ciudad-estado de Ferra. Situado en la zona más industrial de la ciudad, el espaciopuerto está rodeado de una ingente cantidad de chiringuitos, puestos ambulantes, mercaderes que exponen sus productos en sus vehículos o bajo una improvisada lona de plástico sacada de la chatarra.

El hangar ciento trece está situado en la zona más meridional del espaciopuerto donde se concentra una actividad menor. Es un hangar de tamaño moderado donde hay una nave pequeña de exploración, la STF-11 Cadros. Un Lashunta varón sin pelo en la cabeza y un Enano con cara de científico esperan vuestra llegada entre cajas de suministros, cables, planchas de duracero y cinco robots de mantenimiento nuevecitos a los que les están reprogramando los parámetros completamente.

Al entrar al hangar, los dos levantan la mirada de la pantalla y lo mismo hacen los cinco robots, incluso el conectado, siguiéndoos con la mirada.

Tras recorrer el espaciopuerto de Ferra, llegaron al hangar indicado en la oferta.
Era un lugar más bien pequeño, pero eso restaba de importancia.
Enseguida vieron una nave aparcada, delante de la cual un Lashunta y un Enano los observaron como esperando a que dijeran el motivo de su visita.
Buenos días, mi nombre es Edariel Telfalas. Estoy... estamos aquí para la entrevista sobre una misión de escolta para la sociedad Starfinder. explicó en un tono amable.

Una vez llegamos al lugar indicado, vemos que al parecer somos los primeros en aceptar ese contrato. Edariel, se acerca y saluda a los dos tipos que parecen estar esperándonos tras lo que CT se adeltanta un paso y tambien se presenta como Dave mirando a los tipos a los ojos pero sin quitarse la capucha que lleva ocultándole el rostro durante varias semanas.

Tras saludar, no puede evitar fijarse en los robots y en su reprogramación, intentando ver qué nuevos parámetros les estan programando. 

- Veo que están reprogramando a esos cinco, que nuevas funciones les dan? -dijo el androide con curiosidad-.

-Ah, claro, por supuesto.- Soltó el lashunta. -Disculpadnos estábamos esperando un encargo que viene tarde. Yo soy Yax, y este es mi compañero Guideon.- Dice señalando al enano gafotas que saluda con un gesto de la mano y continúa tecleando en el ordenador. -El problema es que tenemos una de nuestras naves científicas estropeada debido a un ataque de piratas. Estamos comprando el material necesario para repararla, como podéis ver.- El lashunta abre los brazos abarcando las cajas, palés, cables, bidones y trozos de duracero que hay a su alrrededor. -Pero nuestra pequeña nave de exploración -dice señalando a la nave -no es muy grande y necesitaremos varios viajes para transportarlo todo.

Al acercarse CT y preguntar por los droides, el enano levantó la vista de la pantalla holográfica generada por su ordenador. Parecía incríble que, con esas gafas, necesitara estar a dos dedos de la pantalla. O tal vez ese era el motivo. Sin embargo su sonrisa jovial contrastaba con el aspecto del lashunta, más apropiado de una tasca cualquiera Akitoniana.

-Hola. ¿Te interesa la informática?. Oh... ya lo creo que te interesa la informática. Eres un droide y es parte de tu biometabolismo.- Su directa descripción de los echos parecía fluir directamente de sus pensamientos. Un carácter poco habitual en Akiton que podía acarrear muchos problemas. -No te preocupes son robots no compatriotas tuyos.- Dijo mientras se ajustaba las gafas. -Aparte claro que es mucho más difícil borrar la memoria y reprogramar la de un droide que la de un robot, claro, ¿por dónde iba?, sin mencionar el hecho de que sois criaturas sorprendentes y "mixbio".- Guideon sonrió al decir la última palabra como si realmente fuera una revelación. -Mixbio. ¿Lo coges?. Es una palabra de mi invención para desiganr un cuerpo mixto biológico como vosotros. Se me ocurrió la idea... -la prerorata del enano fue detenida por el lashunta.

-Guideon, por favor, estoy hablando con estos señores de asuntos importantes. Durante el viaje podrás contarles tus chismes y anécdotas heroicas.- El lashunta se dió la vuelta hacia vosotros. -Si aceptan claro.

-De acuerdo.- El enano continuó tecleando a la pantalla mientras el último robot recopilaba los datos introducidos.
 

Todos los demás robots, puestos en fila, os observaban sin inmutarse.

Ya habíamos llegado al hangar donde nos iban a entrevistar para la misión, pero al ver que eso podía tardar mas de la cuenta por causa del enano científico, me dirijo a su compañero, ignorando el comentario sobre los robots, esos temas les podían interesar a Stuart o a Cynical, pero a mi no, "he.. señor Yax, nos gustaría saber que necesitan conocer de nosotros para la misión" le digo al Lashunta adelantándome un poco del grupo, no quería aparentar ser un ingrato delante de nuestro nuevo patrón y menos cuando estaba muy interesado en la sociedad starfinder.

-Su tarea consistirá en vigilar la nave mientras la reparamos. No queremos que otro ataque de piratas o chatarreros nos pille desprevenidos y con las manos en las tuercas.- Guideon comienza a reir.

-Muy buena Yax. Esa me la apunto y ...