Partida Rol por web

Yo... Señora Van de Kamp... en... entiendo que no quiera venir si... te dice con cara de tristeza mientras se monta en el coche...

Espero ... que su hijo este bien... y no le haya pasado nada... haya donde este.

Una sensacion de tristeza inunda el cuerpo y alma de la mujer. Espere le acompañare.... pero yo llevare el coche, usted sientese en el asiento del copiloto. Conilia se sube en el coche y lo pone en marcha, pero antes de salir manda un mensaje a la señorita  Lidia MacFall. Lidia voy de camino al hospital, llevo a un niño muy enfermo es el hijo de una de nuestras vecinas, esperame en la entrada de urgencias para poder atenderlo. Gracias.

Tras mandar el mensaje guarda su móvil de nuevo y sale en dirección al hospital. Sera mejor que no toque a su hijo de momento no sabemos muy bien que le pasa.

Recibes un sms mientras corres hacia la habitacion del señor Kwan

Lidia voy de camino al hospital, llevo a un niño muy enfermo es el hijo de una de nuestras vecinas, esperame en la entrada de urgencias para poder atenderlo. Gracias.

Es de Conilia

Meteis al niño detras, bien sujeto por el cinturon de seguridad y con una bolsita colocada al lado por si echa mas vomito.

La madre se sienta a tu lado, sin dejar de mirar atras todo el viaje.

Arrancas el coche y sales a toda velocidad hacia el hospital... pero no sera un viaje tranquilo.

Mientras conduces, ves numerosas ambulancias que te pasan muy cerca de camino hacia el Hospital, asi como coches patrulla y de bomberos... ¿Que esta pasando?

Hay un coche ardiendo en el arcen y ves a un tipo echado encima de otro en el suelo... tal vez lo este reanimando mientras llegan los paramedicos.

Giras una calle hacia la derecha demasiado rapido, a punto de chocar pero consigues mantener recto el coche... jurarias que has visto un convoy militar... varios camiones y dos vehiculos blindados BMR... con los soldados apostados. ¿¡Que demonios!?

Dios mio pero que esta pasando aquí..... Conilia mira todo lo que puede pero sin dejar de mirar la carretera. Conilia mira de reojo a la mujer. Sabe usted lo que pasa, hoy no tube tiempo de encender el televisor...estaba ocupada probando nuevos platos... mierda........... Exclama Conilia al esquivar un coche en mitad de la carretera.

Correis por los pasillos del hospital, no sois los unicos.

En la ultima hora han llegado casi cien pacientes. Ha habido una enorme explosion de gas en un bloque de apartamentos, causados por los disparos de un loco; un hombre ha perdido la cabeza y ha atacado a toda su familia a mordiscos, casi todos heridas mortales; una pelea de bandas ha terminado con 13 heridos de bala... ¿que mas puede pasar?

Pero, para el futuro del hospital, el Señor Kwan tiene vuestra preferencia y llegais casi a la vez a su habitacion.

Yace en la camilla de la UCI, donde 2 internistas se turnan para darle descargas, tratando de reanimarlo.

La piel grisacea y las venas negras de su cuerpo os preparan para lo peor... el Encefalograma esta plano... ¿ha muerto?

Gunnar se abalanza sobre el señor Kwon. Le pasa casi al vuelo las dos bolsas de sangre a uno de los internistas. Entre descarga y descarga el científico chequea los signos vitales típicos:

Frecuencia cardiaca: 0
Frecuencia respiratoria: 0
Encefalograma: 0
Respuesta pupilar: 0

Vamos Sr. Kwon. A Gunnar le llama poderosamente la atención el tono oscuro de la sangre del paciente. Intoxicación? Septicemia?

Vamos chicos, intentadlo un poco más. Hay que recuperarlo!

Gunnar mira a la Dra MacFall en busca de consejo, ayuda o cualquier otra idea.

El resto de noticias referentes a peleas, mordiscos y explosiones de gas pasan desapercibidas para la mente del sueco en un momento como éste. Ahora no, después...
 

Me revuelvo un poco en la silla, estas sillas para los profesores son incómodas, siempre lo he pensado, pero luego me olvido de decírselo al rector. Me lo voy a apuntar por si acaso. Saco la agenda electrónica y apunto:

Recordar lo de las sillas para la reunión de esta tarde, aver si ahora te acuerdas...

El político sube al estrado y conversa con los presentes, miro a las personas en el público charlando en sus cómodas sillas de tela, y no en estas bazofias con eje que no hacen más que girar, es molesto. El tal Finney bebe un poco de agua y se prepara para soltar su discurso, prometo esto, juro por mi honor lo otro, me embolso aquello, yo no vi nada. Todos iguales...

Los grandes políticos deben su reputación, cuando no a la pura casualidad, a circunstancias que ellos mismos no podían prever

Qué gran pensador era Bismarck, lástima que le gustara gasear a los prisioneros, sino hubiera quedado en mejor hueco en la Historia...en fin, escuchemos a este hombre.

No miro por las ventanillas del precioso coche según nos acercamos a la universidad, ya que la he visitado más de una vez y tampoco se me ha perdido nada ahí fuera. Voy repasando mi discurso mentalmente: pese a que repito una y otra vez las palabras en mi cabeza siempre acabo diciendo cosas de más en mis discursos, fruto de la iluminación divina o de una nueva idea que surje súbitamente en mi cabeza. Una vez el vehículo ha parado, salen dos de mis hombres y una vez me han dejado el camino libre, salgo cuidadosamente del vehículo y pongo mi mejor sonrisa ante todos aquellos jóvenes (y no tan jóvenes) que me miran esperando su discurso. Sin darme prisa, saludo a todo aquel que se cruza en mi camino y al público, subiéndome a la palestra tras saludar también a los profesores y resto de autoridades. Cojo mi vasito de agua de rigor y le doy un pequeño sorbo para despejar la garganta antes del gran momento.

¡Americanos! ¡Estudiantes, ciudadanos... amigos! En primer lugar, muchísimas gracias. Tengo el honor de venir otra vez a esta gran universidad, a esta gran ciudad... y con inmejorables noticias para todos. Hemos entrado en un nuevo año, compatriotas, y pese a que podría decirse que el mundo no pasa una buena situación... ¡déjame decirte una cosa, Tierra: los Estados Unidos están en su mejor momento, digan lo que digan!. ¿Alguien quiere más pruebas de ello? Pues aquí estoy yo para terminar de demostrarlo.

¿Cómo? Muy sencillo. Hemos pensado que ahora más que nunca necesitamos gente capacitada, gente preparada para hoy y gente preparada para el mañana, que sea capaz de participar en el incansable avance de América... por eso creemos que es la ocasión de apoyar a las universidades, empezando por la de Allentown. ¡Más y mejores infraestructuras, más posibilidad de becas y más calidad de estudios para todos!

Sonrío más ampliamente, callando durante unos segundos para dejar pasar el fervor de los aplausos que van surgiendo.

Y, como siempre, debemos dar gracias a nuestro gobierno, el cual nos brinda la posibilidad de ayudar a América con mejoras como ésta y muchas otras... ¡Y agradeceros también a vosotros vuestra colaboración, aquella que nos dáis por el mero hecho de vivir aquí, en América!

Son como ovejas... siguiendo continuamente el camino que marca el pastor y su perro labrador...

El acto avanza estupendamente.

Todo el publico se muestra atento y optimista con la informacion que el señor Finley les da. Nada podria ir mejor.

Pero... ¿que demonios?

Estais en el patio de la universidad, el unico lugar donde entraria el estrado para el discurso.

Ves... ves un grupo de personas que se acercan por detras del estrado. Tienen paso lento y tambaleante. Casi todos van de chaqueta, como si hubieran salido de una fiesta de la alta sociedad. Te fijas, y mas alla localizas uno de los restaurantes mas caros de la ciudad... ¡sale humo de él!

Lentamente se acercan por detras del escenario...

Me giro extrañado, debe ser algo muy especial para que alguien me interrumpa en mi discurso... Tapo el micrófono con la mano y miro disimuladamente hacia donde mi señala mi guarda espaldas. Mi mente empieza a trabajar a gran velocidad, sin poder olvidar el hecho de que aquellas personas estaban pendientes de lo que estaba haciendo.

Intenta... reducirlos. Sácalos de aquí lo más disimuladamente posible si no reaccionan como es debido. No quiero problemas ni interrupciones aquí, ¿de acuerdo? Y si necesitáis ayuda, llamad a quien sea.

Me doy la vuelta, dejando a mi guarda espaldas frente a aquello que debe protejer y vuelvo a sonreir. Mis disculpas por la interrupción, amigos, ha sido un simple contratiempo sin consecuencias. Continúo... por ello, con el nuevo plan de presupuestos para las universidades no solo serán las promesas del deporte y los grandes estudiantes quienes tengan acceso a becas, si no que todos, con el esfuerzo necesario, podrán acceder a ellas.

¡Vaya! Creo que algo se quema...¿qué hace esta gente aquí? El perro guardián ya les ha visto y va a buscarles, imagino que también habrán llamado a los bomberos. Con un poco de suerte la gente mostrará atención y podré largarme de aquí.

Me giro hacia George Johnson, profesor de Iconografía.

Johnson, hey Johnson...

No se entera muy bien, se ha puesto unos cascos de música, a él tampoco le debe interesar el patriótico discurso del político éste. Miro a Harry Oswald, profesor de Prehistoria y le digo que avise a Johnson. Me hace caso y le da un golpe en el hombro. Se gira hacia mí. Le señalo el restaurante del que sale humo y le susurro:

Creo que tendremos que buscar otro sitio para lo de esta tarde, le digo.

Ya lo he visto, luego llamo al griego para que avise a los demás-me contesta

Sigo atendiendo al discurso del tan Finley o Finney, sin mucha atención, y procurando parecer serio.

Aunque esté pensando que tengo que comprar sal y...¿qué era lo otro? ¿Mante...? Ah, no, huevos...sí, huevos. Tres docenas.

Llego corriendo y le pregunto a los internos qué ha ocurrido, mientras observo los síntomas y trato de buscar en mi mente una solución, tiene que haber una forma de salvar a este hombre que se nos está muriendo entre las manos.Considero estimularlo directamente en el corazón, pero recién salido de un trasplante es lo mismo que si lo dejara morir ahora, tiene que haber otra forma...

Trato de reanimarlo de la mejor manera que pueda pensar, mientras me pregunto qué pudo haber ido mal.¿Será incompatibilidad con los órganos? No, no debe ser. ¿Alguna enfermedad o condición que pasamos por alto?¿Donde estuvo mi error en este caso? Me desfilan por la mente las posibles causas para ese ennegrecimiento tan rápido de las venas, la piel grisácea, algo que ayude en este momento.

Allí estaba yo, un hombre de campo rondando los cuarenta y con un matrimonio fracasado en el campus de la Muhlenber University de Allentown, prácticamente era el más viejo de cuantos se hallaban por allí, si no contaba algunos profesores y el maldito politico que estaba dando el típico discurso patriotico americano --"Dios... cada vez tengo más seguro que en cuanto pueda me iré a Canadá..."-- sin embargo me había propuesto conseguir una mejora salarial que pudiese costear la maldita pensión que le pasaba a mi ex-mujer --"Maldita zorra..."-- para lo cual necesitaba una nueva diplomatura online que me permitiese mejorar mi curriculum. No estaba prestando demasiada atención, una de las cosas que suele ocurrir cuando alguién padece insomnio, es que nunca estas del todo despierto, y nunca estas del todo dormido, siempre entre medias, medio drogado, desde luego el soporifero discurso no estaba ayudando y comenzaba a dar cabezadas sin llegar a dormirme. Intentando desperezarme un poco intenté fijarme si había algo que ver por los alrededores, desde luego no estaban mal cuidados los jardines de la zona, pero no eran gran cosa, mi interes comenzaba a desvanecerse de nuevo cuando reparé en algo.

--"¿Quien demonios son esos trajeados borrachos de allí,y de donde carajo salen?"-- Fijando mi vista algo más lejos me doy cuenta de que hay una extensa humareda procedente de un caro restaurante de la ciudad --"Demonios,algo caro se esta quemando... estos tipos salen de allí, ¿pero que les pasa?¿Acaso un grupo de yuppies adinerados se emborracharon y le pegaron fuego al local para luego venir a fastidiar la escena de Finley?"-- sin embargo algo andaba mal, Finney interrumpio el discurso y mandó a sus gorilas a lidiar con los yuppies, pero los extraños, no parecían inmutarse al ver acercarse al guardaespaldas y con tinuaban con su extraño caminar tambaleante --"Eso no es una borrachera normal, ¿algun tipo nuevo de droga?uhm..."--Me levante y me fui hacia una zona desde la que pudiese ver mejor la escena que se desarrollaba desde cierta distancia --"Sea lo que sea, desde luego parece más interesante que el discurso del pesado este..."-- 

Tratais en vano de reanimarlo... pero finalmente fallece.

Todos os mirais consternados, ¿que ha podido pasar?

No brillaba por su estado de salud pero el corazon parecia sano... parecia ...

Os encontrais ensimismados cuando de repente un grito os hace despertar del falso sopor.

¡Es el Mike! ¡El internista! ¡¡EL SEÑOR KWON SE HA LEVANTADO Y LE ESTA DESTROZANDO LA YUGULAR!!

¡Socorro! Ayudaggghhh grita Mike mientras echa sangre a borbotones....

Os quedais estupefactos al ver a Kwon, con todo conectado todavia ... sus ojos... no parpadean, no se mueven... ¡sigue sin pulso! ¿que esta pasando?

¡¡AAAAAAAAAAAAGHHHHH!! ¡Sueltame mamaaaaa!  Escuchais gritar fuera la voz de un joven... en Urgencias...