Partida Rol por web

 La pantera Ereban se escabulle de un intento de mordisco del lobo al que se estaba enfrentando para lanzarse contra el desprevenido arquero.

-Sera mejor que os rindais para ti y tus perros, prometo no ser sadico, sino... -dice Rhakarn mientras se le escapa una sonrisa picarona al chisporrotear su cuerpo canalizando su energia al cazador herido mientras su cuerpo se vuelve insustancial por momentos.

Ragstar se desplaza entre los dos lobos y vuelve a golpearle terriblemente al lobo que atacó antes, provocándole un dolor que expresó sin pudor aullando desesperadamente.

Mas dolido en su ego que por las magulladuras que le pudieran hacer esas bestias, se observa como el elfo Laitnus dirige su mirada llena de odio hacia el lobo enfrentado a Jigna. -Ahora me ha llegado mi turno maldita bestia.-  Laitnus comienza a gesticular con ambas manos y al alzar la izquierda hacia el cielo, se ve caer un rayo de un blanco intenso que ilumina la escena por un instante y que cae cerca del lobo de Jigna. Pero, en el momento del impacto, una de las heridas le da un pinchazo de dolor y pierde la concentración, perdiendo el rayo toda su fuerza.

El arquero aprovecha otro intento de embestida fallido para alejarse de Ereban y clavarle otra flecha.

El lobo herido hace una maniobra que pilla desprevenido a Ragstar y consigue morder su pierna, tirándolo al suelo de un movimiento brutal.

 Mientras tanto, el otro lobo intenta alcanzar a Jigna, que lo esquiva de una voltereta y cae con su dava venenosa en el cuello, acabando con la bestia.

 Ereban vuelve a avanzar contra el arquero y a atacarle con sus zarpas, pero se libra por poco.

El lobo, aprovechando que Ereban estaba concentrándose en el arquero, se coloca en posición flanqueante ante tras el druida y lo agarra del costado tirándolo al suelo con una fuerte sacudida.

El arquero vió la oportunidad para acabar con el molesto druida y le clavó una flecha precisa en el lomo. Ereban está herido de gravedad.

Jigna escuchó el terrible grito de dolor de su compañero y no dudó ni un instante. Corrió hacia el lobo que tenía preso a la pantera y saltó hacia él con su daga verde, clavándosela con un terrible efecto para el lobo.

-¿Eres resistente eh?-sorprendido se escapa la frase de boca de Rhakarn mientras se concentra de nuevo para neutralizar al arquero herido. -Veamos a ver cuanto eres capaz de aguantar.-Mientras tanto canaliza las energias diabolicas de su cuerpo para acabar con la existencia de tal personaje lanzandole un rayo , no antes de maldecirle haciendo una serie de movimientos con los dedos en el aire. El rayo impacta de lleno en el objetivo, que estaba distraido esquivando a la pantera.

<<No me gusta tener que enfrentarme con lo que prodrían haber sido parientes míos de alguna forma, pero si no hacen más que seguir órdenes de un loco, tengo que pensar que ellos tambien lo están.>> Piensa Ragstar.

-Vamos chiquitín, terminemos con ésto de una vez.- Ragstar levanta el hacha para asestar otro nuevo golpe al lobo que impacta de lleno.

- Debo olvidar mis heridas y concentrarme en lo que quiero hacer.- Laitnus, debido al dolor, con la mano diestra se sujeta el brazo izquierdo y con dos dedos de la mano de este, inscribe en el vacio lo que se puede intuir una runa la cual se ilumina un istante para luego desaparecer, saliendo de ambos dedos una ligera capa de vapor muy pulverizado que al chascar los dedos se inflama violentamente. La flama envuelve al lobo que entre aullidos queda carbonizado en el suelo.

Svana y aempezaba a estar un poco harta de tanto lobo agresivo. Esto no podía continuar así, había que poner un punto y final a este combate cuanto antes. Svana se adelanta, firme a sus propósitos, y encara con energía al único lobo que quedaba.

-Acabemos de una vez- dice la deva, no lo exclama, pero su voz suena firme, implacable. Al menos si no logra acabar con él, la gustaría que al menos sirviese para insuflar ánimos a sus compañeros. Aquello estaba a punto de concluir, y cuanto antes ocrriera, antes podrían descansar, aunque solamente sea durante unos minutitos, y llegar a la mansión. Sin embargo, su esfuerzo fué en vano, ya que Jigna se interpuso entre su ataque y el lobo, con lo que tuvo que desacerlo para no dañar a su compañero.

 -Ja... pronto dejarás de ser un poblema- dijo el cazador, satisfecho con el último flechazo.

Te has quedado solo, sonrio mientras mis dedos se mueven con una velocidad sobrenatural al maldecir al arquero, tras lanzarle la maldicion observo que los lobos ya no son un peligro.

Esto ya esta finalizando digo dirigiendo a Ereban que esta herido intentando que aguante lo poco que queda de combate.

 El lobo evita el ataque de Ragstar, pero su maniobra le impidió fijarse en que Laitnus rociaba su pelaje con líquido mágico y chasqueaba los dedos incinerando al desprevenido animal.

El arquero estaba decidido a acabar con Éreban, y le dispara una flecha que se clava en el suelo, justo en la posición donde se encontraba el druida antes de que Svana lo teletransportara a su lado.

 -Maldita sea... ¿Donde estás?

 Fue en ese momento cuando vio a Rhakarn terminando los últimos pases de su conjuro y traspasandole el corazón con el rayo de luz.

 Mientras caía al suelo de espaldas, herido de muerte, el arquero murmuró:

-No importa... mi muerte no importa nada... el amo os dará muerte a vosotros...