Partida Rol por web

Su mirada fría se posó en Oliver, tornándose aburrida por momentos ante los comentarios falsos del chico. Sus ojos se posaron en Deirdre con una perfilada ceja enarcada. Porque es tu novio, quería decir. Por eso y porque en el fondo le resultaba gracioso, consideró como un enorme gesto de generosidad por su parte el hecho de no tenerle en cuenta sus desafortunadas acciones y comentarios.

- Ah Jackie, Ping Pong se hace mayor, aunque sin duda es más divertido. Pero tener a Kaitlin como sirvienta, pues, también tendría sus delicias. Aunque de momento me conformo con Victoria, ¿verdad, querida? - dijo con una sonrisa burlona -. A veces creo que debería mandar a que te hicieran un uniforme a medida. O quizás una funda de almohada sería suficiente - le susurró a Jackie de modo que no lo oyeran los demás, con una chispa divertida en la mirada y una corta carcajada. Fue entonces cuanto entró Jack y le dio un beso en la mejilla-. Bueno Jack, ¿qué esperas? Son gryffindors, les va el espectáculo y llamar la atención, además, es mejor que se besuqueen como los seres primitivos que son, dudo que sean capaces de tener una conversación inteligente.

El ambiente era agradable, la conversación distendida y, después del aburrimiento del verano, la compañía y los rumores cotidianos le resultaban divertidos.

Me giré al mismo tiempo que Duncan cuándo la puerta se abrió. Me alegré de ver a Laura y Kyle entrar, aunque un trocito de mí hubiese preferido que no la abriesen, al menos no aún...

- Hola chicos. - saludé a ambos con una sonrisa - Pues bastante bien, cómo siempre. He estado leyendo los libros para el nuevo curso y... - y pensé que era mejor no empezar la conversación así, pues aparte de mí seguramente nadie leía libros de texto como parte de sus hobbies - y tengo una nueva gatita. - añadí señalando a la bolita peluda que ronroneaba en las piernas de Duncan. - ¿Qué habéis hecho vosotros?

Decidí dejar el tema del Quidditch a un lado, de momento. Si realmente se abrían las plazas y me presentaba, era mejor si Laura no se lo esperaba. De lo contrario es posible que se dedicase a venir a verme cuándo entrenaba y fuese mucho más exigente en el día de la elección. Si partía de 0, era más fácil sorprenderla.

Will y yo seguimos a Laura hasta el camarote donde nos espera Duncan. Al entrar, me doy cuenta de que ahí no sólo hay una persona sino dos. Y me alegra ver que esa persona es Eve. Sonrío ampliamente y les saludo a ambos. En seguida mi sonrisa desaparece para convertirse en un gesto de fingida ofensa ante el comentario de Laura.

- Me halaga lo mucho que confías en mis habilidades. - respondo con tono irónico, antes de volverme hacia Eve para responder a su pregunta.

- Na, lo de siempre. Recado por aquí, recado por allá...nada que merezca la pena ser contado- sonrío. Conforme hablaba me he ido acercando a Duncan. En concreto hacia la bola peluda que descansa en su regazo. Me deleito con el ronroneo que sale de la criatura cuando mi mano comienza a masajear su nuca y vuelvo a mirar a Eve. - Así que esta pequeña es tu nueva compañera, ¿eh?. ¿Tiene nombre?

- Bikkel. No sé si significa nada - añadí pensando en que fue la primera pregunta de los Hightower - es que la encontré en un callejón con nombre "Bikkeldam" y me sonó bien como nombre... - añadí con una sonrisa mientras me encogía de hombros. Parecía una razón estúpida para ponerle nombre al gato, pero a mí me parecía de lo más adecuado. Un nombre sin significado para que la gata se lo diese ella misma y un nombre que recordaba los orígenes. 

Me di cuenta entonces de que no habían entrado 2, sino 3 personas. Will estaba ahí también. Rememoré mis palabras y por suerte no había dicho anda que dejase al descubierto que sólo había visto a Kyle y Laura. Will se podía dar por saludado también sin ofenderse.

- ¿Cuántos TIMOS aprobasteis? ¿Os presentarías a todos los TIMOS aprobados para los EXTASIS?

Probablemente eso se lo preguntaba la gente normalmente en séptimo curso, pero a mí me gustaba tenerlo todo listo con anticipación. Muchos se apuntaban a todos sus TIMOS y dejaban algunos por el camino; otros decidían que no los querían hacer al principio y debían trabajar el doble para coger el ritmo cuándo cambiaban de opinión. Yo había pasado todo el verano pensando en ello para no caer en ninguno de los dos casos, pero sabía que la mayoría no le habría dado tanta importancia.

Patrick te mira sonriendo y te choca la mano recordando el saludo que ensayasteis este verano.

- ¡Hola Leonard!

Parece un manojo de nervios que no se está quieto ni un momento. Ya se ha comido la rana de chocolate que Kaitlin le ha regalado y se mueve todo el rato.

- Un poco nervioso la verdad...

Termina por admitir.

- ¿Crees que acabaré en una casa en condiciones? Me da miedo acabar con Deidre...

Tras despedirse de Leonard de forma cariñosa y sumida en sus pensamientos, Kaitlin se encamina hacia el vagón de los prefectos por el pasillo ya mucho más despejado.

La señora del carrito le saluda y le comunica que pronto irá a su compartimento para que compre algo si le apetece.

Finalmente llega, pero Eve no ha llegado aún y por lo visto el resto de prefectos tampoco. No obstante, hay alguien dentro. Un chico que parece mayor. Alto, atractivo y dormido con la cabeza apoyada en la ventana. No lleva ninguna túnica de Hogwarts pero sí que está bien vestido.
 

Ahí, ahí... Dale caña. Le señalo con una media sonrisa y un guiño gracioso tras chocar la mano. Me pongo de cuclillas, apoyando una mano en uno de los asientos, mirándolo tras las gafas. Patrick, los dos sabemos que tienes alma de León. No es ningún misterio, lo sabemos tu hermana, tu madre, tu y yo. Así que no te preocupes. Y si no, cuando te pongan el sombrero, le repites mil veces donde quieres ir, y de seguro que te escucha. ¿Vale?

Y cuando estés en Gryffindor, te prometo que te enseñare un León de verdad. ¿Que me dices? Me pongo en pie, despeinando a Patrick con la mano derecha, y lo miro con sospesa, exagerada incluso. ¿Que....? llevo la mano hasta su oreja, sacando una moneda.  ¿Así que escondías una moneda eh? Ahora cuando venga la señora con el carrito te compras algo. No era mucho, y era mi intención guardarlo para comprar algo de comer, que aun no había comido ese día... pero bueno, sabía que él lo valoraría mas. Pero no le digas nada a la Princesa ¿eh? Me refería claramente a Kaitlin, no tenía problemas en usar ese mote con su familia.

Y no te preocupes por Deirdre. No le hagas caso. ¿Vale? Me acerco al a puerta. Luego vendré con tu hermana para ver como estas. Dicho esto, levanto la mano, despidiéndome amable y con una enorme sonrisa. Salgo de la habitación, y miro a ambos lados. Y me pongo a caminar por el tren, en dirección a la cabeza del tren, a ver si encuentro alguna cara conocida.

Tras saludar a la señora del carrito, con una sonrisa radiante, llego por fin al compartimento de los prefectos. Lo primero que me sorprende es que Eve no esté allí. Es raro, siendo tan meticulosa como es con muchas cosas. Bueno, se habrá entretenido...

Lo segundo que me sorprende es ver a aquel chico allí, sentado... durmiendo. ¿Cómo se puede dormir alguien con la que hay montada en el tren? Sonrío, divertida con aquel pensamiento. Y estoy apunto de subir mi bolso a la parte de arriba del compartimento cuando, de repente, se me escurre de entre las manos, y cae al suelo, con un gran estrépito y el consiguiente esturreo de pertenencias personales: espejito, plumas, un par de libros, fotos, monedero, pañuelos, y algo envuelto en papel de regalo, entre otras...  Yo también tenia algo para Leo, aunque  he preferido dárselo después.

-¡Madre mía!- exclamo, mirándolo todo tirado por el suelo, azorada de repente. Espero no haberlo despertado. Madre mía, Kaitlin, eres un desastre con patas...

Me agacho, comenzando a recogerlo todo, con cierto apremio. Lo último que quiero es que el vagón se llene y acaben riéndose de mí. Si hay algo que no soporto, es hacer el ridículo.

Me estiré hacia Jack para chocarle la mano aunque sin moverme del asiento, mientras contenía una evidente sonrisa provocada por las palabras de Carrie hacia Victoria. Estaba a punto de contestar a sus preguntas cuando escuché su comentario sobre la hermana de Dreidre. En mi rostro se dibujó una mueca de desagrado, desprecio y superioridad, que mantuve hasta que tomo la palabra.

- Carrie tiene razón, ¿qué más se puede esperar de ellos? - Por inercia moví mi mano hasta que se posa sobre la rodilla de Dreidre, la cual apreté levemente - Por suerte hay alguien en esa familia que consigue compensar sus numerosos defectos.

- Bikkel... - digo pensativo- La verdad que no suena mal. Desde luego es original.- Agarro la pata de la criatura y la sacudo con delicadeza- Encantado, Bikkel. Yo soy Kyle. Si te hartas de Eve, puedes mudarte a mí habitación.- Con mis últimas palabras, le guiño un ojo a Eve para darle a entender que estoy bromeando.

La pregunta de Eve me pilla desprevenido. Terminar los TIMOS había supuesto un alivio. Desde que acabó el último examen no había vuelto a tocar los libros, que se quedaron en un rincón acumulando polvo, ni había vuelto a pensar en los estudios. Repaso mentalmente las asignaturas a las que me había presentado: Pociones, Herbología, DCAO, Transformaciones, Encantamientos, Criaturas Mágicas, Runas Antiguas e Historia de la Magia. Mmm. Creo que eso era todo.

- Pues...si no me dejo nada, creo que hice ocho. Aunque Historia la aprobé por los pelos. Tuve que suplicar un poco para conseguir un aceptable...- me encojo de hombros al añadir esto último. Eve sabe de sobras lo poco que me gusta la asignatura de Historia. Muchas veces me ha tenido que ayudar a encontrar el interés entre ese amasijo de palabras. Hago una pausa antes de proseguir. Desde que descubrí la existencia de la profesión de Auror me dije a mí mismo que convertirme en uno de ellos iba a ser mi principal objetivo. Lo que ellos hacen es precisamente lo que yo buscaba cuando entré a Hogwarts. Aunque por entonces no sabía de su existencia. Frunzo el ceño al recordar lo último que leí sobre el tema. Por lo visto, tengo que aprobar al menos cinco EXTASIS y sacar la máxima nota en todas las asignaturas para poder ver mi futuro hecho realidad. Lanzo un suspiro al pensar en los años de duro trabajo que me quedan por delante.

- No sé si me presentaré a todos...pero, al menos a los cinco principales sí.- comento, esta vez sin que mi rostro refleje emoción alguna.- Supongo que tú intentarás hacer todos ellos, ¿no?- No puedo imaginarme a Eve teniendo que elegir de entre todas sus asignaturas tan sólo unas pocas. Además, ella tiene cabeza para aprobarlas todas con nota.

- Un aceptable en Historia no está tan mal - le dije a Kyle con una sonrisa. Los exámenes eran una batalla para recordar nombres y fechas, demasiados para la mayoría. La nota que más abundaba en el TIMO de Historia de la Magia era el Desastroso. No era mi caso, pero es que yo leía Historia de la Magia por placer...

-Bueno, la verdad es que debo admitir que no me voy a presentar a los EXTASIS de todos mis TIMOS. - dije con una sonrisa resignada- Tuve una charla con el profesor Flickwick sobre lo difícil que sería eso. No me asusta el trabajo duro, para nada, pero los horarios serían imposibles, además de mis responsabilidades de prefecta... Ya tuve que hacer malabares con todos los TIMOS que cogí y el profesor Flickwick me dijo que pensase bien cuáles usar para mi futuro. Así que no me presentaré a Historia de la Magia, Astronomía ni las electivas de Estudios Muggles y Adivinación.

Me hubiese gustado cursar absolutamente todo, pero sabía que eso era un grave problema de tiempo (sobretodo si conseguía entrar en el equipo) y que en las profesiones que me interesaban no pedían esos Éxtasis. Siempre podía seguir estudiándolas a modo de hobbie. Sobretodo me dolía dejar de lado astronomía, pero debía admitir que con todo lo aprendido hasta quinto además de los trabajos voluntarios, mis conocimientos eran amplios y no era un Éxtasis demasiado demandado. El no hacer clases de astronomía me daba además más horas nocturnas, que siempre era bueno.

Miré a Laura con curiosidad. Ella también podía hacer todos los ÉXTASIS teniendo en cuenta sus impolutas notas, pero no sabía cuáles elegiría. 

- ¡Eh! Antes de que se quede contigo la gatita me la quedo yo.- parece que Bikkel está causando sensación.- Seguro que se le pueden enseñar trucos y todo.

Duncan:-Sí, claro. Como enseñarle a volar en una escoba y que haga paradas a tus lanzamientos, ¿no?- bromeó.

Ante la broma Laura lo fulmina con la mirada, pero no le comenta nada más y se centra en el tema de estudios.

- Me pasa lo mismo. No puedo acarrear con todo eso y luego con los entrenamientos. Así que adiós a Estudios Muggles, a Adivinación por si acaso la da Trelawney y fuera Astronomía. Historia de la Magia se me solapa pero bueno, estudiaré más y como el profesor Binn no se da cuenta de si vamos o no a clase... creo que me las podré apañar. ¡Sin contar con que este año tenemos prácticas de Aparición! ¿No os apetece?

El estrépito que ha causado tu bolso al caer despierta al chico que se levanta de un salto con la varita en ristre, preparada.

- ¡¿Qué?! ¡¿Quién?!

Después se percata de que es una estudiante recogiendo sus cosas y parece calmarse.

- Vaya, perdona. Deja que te ayude.- se agacha junto a ti y empieza a ayudarte a recoger.- Lamento haberte apuntado, desde que en la or...- se para, dándose cuenta de que casi dice algo confidencial.- ...he estado un tiempo algo alterado. Soy Cedric. Y tú mínimo eres prefecta, porque estás en el vagón de siempre de ellos.

Sonríe.

Me reí ante la "pelea" por la atención de mi gatita.

- Es mucho más lista de lo que parece, así que creo que ella decidirá con quién se alía. - les expliqué divertida.

No me pasó desapercibida la mirada asesina de Laura a Duncan, y me alegré de que quedase ahí y cambiase de tema. Ella también abandonaba algunas asignaturas, una decisión práctica, aunque lo de las clases de aparición me tomó por sorpresa.

- Pero tienes que tener 17 y son tras las navidades, ¿no? Yo los cumplo en Febrero...

Estaba ansiosa por aprender a aparecerme pero sabía que las clases no las podías tomar hasta que cumplías 17 y el rastro desaparecía.

Cuando Cedric se despierta de esa forma, casi me da un ataque, por lo que dejo caer de nuevo el bolso, esta vez desde menos altura. No me esperaba ese sobresalto y mucho menos que enarbolara su varita y me apuntara.

-¡No! ¡Perdón! - exclamo, con cara de susto y, con tanto ajetreo ni siquiera reparo en quien es. Más bien, de la vergüenza que me da pensar en la que he liado, evito hasta mirarlo a la cara y no es hasta que se agacha y se disculpa cuando logro atreverme a mirarlo. Me siento ridícula a más no poder. Debe pensar que soy imbécil perdida.

Y es entonces, cuando me giro, cuando me quedo petrificada. Claro que he visto esa cara en otro sitio. A mi mente acude un recuerdo: unas escaleras, las de la torre de Astronomía. Un mortífago apuntándome con una varita y mi padre, apareciendo de la nada. Después un fogonazo. Mi padre está en el suelo, cubierto de sangre, inerte. Yo estoy horrorizada. Me abrazo, gritando, llorando. Deirdre llega entonces y me mira espantada. Se une a mi, la única vez en la vida. Nos abrazamos y lloramos. Y entonces llega él... aquella cara. Cinco años mayor, pero la misma que recuerdo en mis sueños... o en mis pesadillas. - Cedric... - pronuncio su nombre al mismo tiempo que él. Sólo que, en mi forma de hacerlo, hay estupefacción.  Lo recuerdo perfectamente. Fue él quien me arrancó de los brazos de mi padre muerto. Fue él quien me sacó de allí, en volandas, abrazándome contra su pecho, mientras yo lloraba desconsolada.

Lo miro, apretando ligeramente el labio de abajo. No, creo que no me ha reconocido. Yo apenas era una niña recién entrada en Hogwarts y ahora ya soy prácticamente una mujer- Yo... soy Kaitlin. Kaitlin O´Hare. Ya nos conocemos. Pero es posible que no me recuerdes. - lo miro, más seria de lo que acostumbro, por el dolor de recordar aquella macabra escena de mi padre muerto. Aún así, me fuerzo por esbozar una sonrisa -Y sí, soy prefecta de Gryffindor.

- La verdad que yo me esperaba un desastroso, así que me siento orgulloso de mi aceptable.- digo, devolviéndole la sonrisa.

Mientras Eve y Laura mantienen una conversación sobre los EXTASIS, me acomodo en el banco junto a Duncan y le arrebato la gatita de sus piernas, con el fin de empezar a preparar mi conspiración para hacerla mi aliada. Levantándola hasta que nuestros ojos quedan a la misma altura, le lanzo una mirada hipnótica.

- Kyle es el mejor. Laura e Eve son malas. Yo quiero a Kyle...- Mi voz baja dos octavas mientras pronuncia esta letanía, resultando algo cómico para cualquiera que lo vea desde fuera.

La palabra "Aparición" funciona como un resorte y me hace volver la atención de inmediato a lo que las dos chicas están diciendo. ¿Hace falta tener 17 años? ¿En serio? Sacudo la cabeza, algo abatido al pensar que mi cumpleaños es en agosto. O al menos eso es lo que me hicieron creer en el orfanato. Por aquel entonces, el día del cumpleaños de uno quedaba marcado por el día en que esa persona entraba por primera vez al orfanato. Las monjas hacían un cálculo aproximado de la edad del recién llegado y a partir de ese momento cumplía años en el aniversario de su llegada al orfanato. A no ser, claro, que los que te dejaran ahí especificaran algo distinto, lo cual no fue mi caso.

- Yo...creía que empezábamos todos juntos las prácticas. Por mi parte, estoy deseando ser capaz de aparecerme dónde y cuándo me parezca. Aunque me da un poco de cosilla que salga mal...y la mitad de mi cuerpo se quede en el sitio de partida.- Una mueca de dolor cruza mi semblante ante esta última imagen.

Ante los cumplidos de Oliver, Deidre sonríe y se coloca la mano de forma teatral, tapándose la boca para parecer sorprendida.

- Me halagas, cielo.- le da un casto beso en la mejilla ya que sabe que a Oliver no le gustan las muestras de afecto públicas.

Jack:- Hay un tipo en el vagón de los prefectos dormido. Parece mayor.

En ese momento se abre la puerta del compartimento y entran tres chicos de tercer curso. Momento que aprovecha Bigotitosdos para saltar del regazo de Jackie y salir a toda velocidad por el vagón.
 

Leonard no encuentra a nadie conocido en el pasillo ya prácticamente desierto del tren, por el que la señora del carrito va circulando siempre con la sonrisa puesta.

Hasta que, asomándose por los cristales de los compartimentos, encuentra a Eve Colleman, Kyle O'Brien, Laura Van Dijck, Duncan McKenzie y William juntos, charlando amistosamente.

En el compartimento de al lado se encuentra Katherine Lestrange charlando amistosamente con otros compañeros de curso.

- El año pasado lo hicimos todos los del curso. Total, como son prácticas y examen te mantienen vigilado. Que te den luego la licencia y te quiten el control ya es a partir de los dieisiete años. ¿Sabeis? Eve me va a ayudar este año a estudiar.

Laura:- ¿Estudiar? ¿Tú?- lo mira de forma inquisitiva.- ¿Qué estás tramando?

- ¿Tramar? ¿Yo?- ¿se ha puesto algo nervioso?

Se rasca la sien, como cuando está algo alterado y medio sonríe medio se pone serio. Otra prueba más de ello.

- O'Hare...

Parece meditar unos momentos, pensativo y mirándote pero al mismo tiempo metido en su propia reflexión. Entonces la imagen de tu padre le viene a la cabeza. Aquella noche, en la Torre de Astronomía, estuvo luchando junto a O'Hare en primera línea de defensa. Las maldiciones iban y venían, los gritos, las explosiones... todo era caos. Hubo un momento en que dos mortífagos le atacaron y tuvo que alejarse de su compañero. Una vez regresó lo encontró en el suelo. Una avada había terminado con él. Fue entonces cuando se percató de la presencia de las dos chiquillas. Pelirrojas y muy jóvenes. Llamaban a su padre. Sabiendo su deber, las recogió y protegió hasta llevarlas a lugar seguro. Ahora, mirando a Kaitlin tras varios años, tan solo identificaba aquellos ojos. Unos ojos que al menos habían recuperado la ilusión.

Se obligó a sonreír y terminó de recoger las cosas con ella.

- Sí que me acuerdo. Fuisteis muy valientes.- está claro que mete a Deidre en el saco.- ¡Cuanto has crecido! Y prefecta... felicidades. Yo vengo como profesor este año.