Partida Rol por web

Carrie escuchó con creciente satisfacción los halagos de Zac, sonriendo con suficiencia mientras le sugería el hecho de que incluso podía ser mejor que él, algo que los había mantenido separados los años anteriores. Pero todo está a punto de cambiar, para mejor o para peor pero todo indica que al menos va a ser diferente e interesante...

- Un líder tiene que ser responsable y tener fe ciega en la causa... o al menos un buen líder lo necesita- en ese momento inclinó la cabeza en su dirección, dando a entender que era algo que daba por hecho que él tenía -. También es necesaria la pasión, que aunque pueda ser un lastre es el motor necesario para cualquier revolución y es algo que, a todas luces, a mí me falta - reconoció con tranquilidad y los ojos entrecerrados mientras contemplaba sus piernas moverse en el agua caliente de la bañera -. Pero tampoco sirvo para recibir órdenes - sonrió nuevamente, una sonrisa torcida que hacía alusión al "mandada" que había dicho Zac -. Creo que el de consejera es un buen papel.

Totalmente satisfecho por las palabras de Carrie, Bolton asintió con la cabeza sin apartar la mirada fija en los ojos de la chica.

- Entonces tendremos que esperar a que Oliver llegue y me hable para comenzar. Lo primero será reuniros a todo el grupo. - Deben conocer sobretodo a la licántropo- Es esencial que sepamos en quienes confiar y cuál es el lado fuerte de cada uno. Todos somos herramientas para esta...

Alguien desde fuera intentó abrir el retrato que daba al interior de la sala de baño, pero el hechizo de Bolton surtió efecto. Inmediatamente la voz de Aaron, el prefecto de Ravenclaw, se adentró en el interior.

Aaron:- Cuantas veces he dicho que no debemos hacer estos hechizos... que con poner un ocupado bastaría... Venga, quien esté ahí, abre de una vez.

Bolton arrugó la nariz, molesto por la interrupción. Fugazmente se percibió molestia peligrosa en su mirada.

Carrie se puso en pie en silencio, llevándose un dedo a los labios mientras se calzaba y esperaba a que sus compañeras la imitaran. Acto seguido, se agachó para borrar sus huellas mojadas con la túnica y, con ella aún en la mano, miró a sus dos compañeras.

- Desilusionador - murmuró en voz muy baja.

Observó como ambas tenían dificultades con ese hechizo tan complicado, al igual que ella aquella misma mañana, pero Deirdre finalmente lo consiguió. Miró a la puerta, donde percibía que Aaron empezaba a impacientarse, y con un rápido gesto desilusionó a Jackie y después a sí misma.

- Quedamos en cinco minutos en tu habitación - murmuró situándose detrás de Zac.

- ¿Cormac? No sé...- observó el lanzamiento de Kyle que terminó por dar en el palo mientras pensaba, aunque en apariencia no dé esa sensación.- Casi. La verdad es que no me lo había planteado. Si se atreviese algún día... bueno, quizás le dijese que sí. O a lo mejor se lo pediría yo. No sé. Ya se vería.- sostiene la quaffle mientras fija la vista en el aro central. Se toma un segundo para cargar el brazo y termina lanzando. La bola pasa de forma limpia por allí.- Vamos a ducharnos.

Y sin esperar respuesta desciende de la escoba en dirección a los vestuarios.

Las acciones y las palabras de Carrie devolvieron la tranquilidad a Bolton que se limitó a asentir, algo más calmado.

- ¡Ya va! ¡Ya va! ¿Es que no puedo tomarme un baño tranquilamente?

Se empapó la cabeza y parte de la camisa para aparentar no haber tenido tiempo de secarse. Se dirigió hacia el cuadro justo cuando éste se abría mostrando a un serio Aaron que lo miró con expresión algo molesta.

- Qué prisas, ¿tan estresado estás, Tomblack?

Aaron:- Las normas son las normas. No deberías encerrarte ahí.

- Me gusta la intimidad cuando estoy sin ropa.- comentó encogiéndose de hombros, hablando con total naturalidad.

Aaron:- Procura poner un aviso y con eso será suficiente, ¿de acuerdo?

- Tú mandas, Tomblack. Ahora si me disculpas... debería cambiarme de ropa ya que no me dio tiempo a secarme antes de abrirte.- hizo como que se subía la cremallera del pantalón también y empezó a caminar por el pasillo de forma calmada.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cinco minutos más tarde, Zac entró en su dormitorio en las mazmorras, jadeante debido a la carrera que se había pegado.

Una hora más tarde desde que terminaron de hablar con su primo, ambos llegaron al castillo sin despertar la más mínima sospecha. Justo cuando Oliver y Jack llegaron a la sala común, Deidre salía de ella llegando casi a chocarse. Parecía pensativa y algo más seria de lo que acostumbraba, pero al ver a su novio su rostro dibujó una media sonrisa.

- Vaya. Ya han llegado los aventureros. ¿Qué tal fue?

- Ha ido bien - respondo al instante, avanzando algo más deprisa para cruzarme por delante de Jack sin chocarnos y poder alcanzar a mi novia. Mi mano va directa a su mentón, que acaricio delicadamente con el dorso de mi dedo índice. - Sorprendentemente bien - pienso, mirando de reojo a mi amigo.

- ¿Tú qué? - comienzo en un susurro, entornando ligeramente los ojos intentando ver cualquier pequeña reacción que me permitiese conocer su estado. Estoy seguro de que hasta ahora había estado con Carrie... y eso no me gusta. No estando las como están. - Queda una hora todavía y... soy todo tuyo - concluyo inclinándome sobre su oído. Entre unas cosas y otras, he descuidado demasiado a Deidre estos días. No estoy dispuesto a que la cosa siga así.

Carrie y sus amigas habían aprovechado el primer momento en el que se abrió la puerta para precipitarse al exterior y emprender el camino hacia la sala común. Aprovecharon el trayecto, aún desilusionadas, para hablar, momento en el que Carrie les dijo que buscaran a Oliver y Jack para sonsacarles información, sobre todo porque era lo que se esperaba de Deirdre.

La muchacha llegó antes que Zac a la habitación, completamente desierta y se sentó en una de las camas a la espera de que hiciera acto de presencia. Cuando lo vio aparecer, resollando, se levantó hasta acercarse a escasos centímetros de él. Sabía que sentiría su presencia frente a él, pero tampoco intentaba sorprenderle. Sin más preámbulos, le cogió con suavidad de la camisa húmeda y tiró de él para eliminar la distancia que los separaba, fundiéndose en un beso con sabor a curiosidad y satisfacción, tal vez por la confianza que había depositado en ella o quizás por haberla seguido en vez de continuar con Oliver.

En medio de aquel beso la muchacha deshizo el hechizo y pocos segundos después cortó el contacto con un ronroneo satisfecho.

- Interesante- repitió nuevamente, como era tan típico en ella, antes de retirarse otra vez hacia una de las camas para tomar asiento. Sin reparar en ello, su rostro mostraba una curiosa sonrisa -. Si voy a ser tu consejera deberías contarme lo que no sé - comentó como si nada hubiera interrumpido su conversación en el baño -. Aunque también podemos dejarlo para más tarde y decidir qué hacemos con el precioso gatito de Colleman antes de que el olor a pobre se impregne en las cortinas de mi cama.

- Le harías el chico más feliz del mundo.- comento con tono sincero y los ojos siguiendo la trayectoria de su lanzamiento, como siempre impecable. De verdad, no sé cómo lo consigue.

Asiento con la cabeza, antes de empujar la punta de mi escoba hacia abajo, para seguirla a los vestuarios. Cuando entramos me dirijo hacia la primera superficie plana elevada que veo y me dedico a vaciar mi neceser. En el proceso, mis manos topan con dos botes de champú diferentes y en ese momento recuerdo la advertencia de Rita. Mi mente también le da vueltas a la idea que me había hecho llevar el bote conmigo al entrenamiento: hacérselo usar a quien fuera que me encontrase en los vestuarios, sin que esa persona fuera consciente de ello. Inmediatamente descarto esa idea de mi cabeza. No a Laura. Por un lado no quería hacerle enfadar si le empezaban a crecer matas enormes de pelo. Por otro lado, nunca le haría daño y me preocupaba que aquel champú no contuviese precisamente crecepelo sino algo más dañino. De repente, se me ilumina la bombilla y me vuelvo hacia Laura, impidiendo que desaparezca dentro de la ducha. 

- ¿No llevarás algún objeto afilado encima? Quiero probar algo...- digo, jugueteando con un mechón de pelo junto a mi oreja derecha. 

Justo cuando iba a quitarse la toalla que la envolvía para entrar en la ducha, con el pelo suelto, cosa que en pocas ocasiones hacía en los últimos años, se giró  miró a Kyle cuando la paró.

- ¿Algo afilado?- repitió algo extrañada y pensativa.- ¿Te vale una horquilla del pelo?

Sin esperar respuesta fue hacia el banco donde reposaban sus cosas, agachándose mientras con una mano se sujetaba la toalla blanca y empezó a mirar dentro de su mochila hasta sacar dos horquillas del pelo con punta afilada y del mismo color dorado que el cabello de Laura que en esos instantes rodeaba hasta la mitad de su espalda con una forma ondulada.

- Espero que te valga. No tengo nada más afilado.- y se quedó, no solo para esperar respuesta, sino también porque quería saber a donde iría a parar Kyle.

Al sentir el contacto directo de Carrie con sus labios y tras la primera impresión, Zac cerró los ojos, cosa que nunca había hecho durante un beso y que en esos momentos le salió de forma inconsciente, dejándose llevar por el momento. Del mismo modo terminó por posar sus manos en la cintura de la chica hasta finalizado el beso en que, algo absorto, se encontró con la mirada penetrante de la chica. ¿Qué tenía? No sabría decirlo, pero empezaba a gustarle que la misión les estuviera uniendo.

Terminó por sonreír con una medio sonrisa que le hacía parecer aún más atractivo normalmente, ante el "interesante" de la chica y con el dedo pulgar se limpió justo debajo del labio inferior, donde aún sentía el tacto de los labios de Carrie.

- Creo que lo del gato ahora mismo es más importante. No me gustaría que tu habitación quedase impregnada de tan nauseabundo olor.

La observó ahí, sentada en su cama, elegante y misteriosa. Por alguna razón quería besarla nuevamente. Otra cosa que jamás había sentido. ¿Qué estaría ocurriendo?

Ante la propuesta de Oliver, Deidre sonrió con picardía. Ciertamente le hacía falta algo de diversión y su novio era el mejor para destensarla.

- Todo bien. Entonces... ¿a qué esperamos?

Jack, tan callado como acostumbraba ni siquiera emitió el mínimo sonido. Se hizo a un lado para que la pareja pasase y Deidre, cogiendo de la mano a Oliver y tirando de él aunque en el fondo Carrow sabía que la chica esperaría que él la dirigiese.

Sonrío al ver la reacción de Deidre. Esta justo donde la quiero tener.

- A qué esperamos... ¿para qué? - contesto con picardía. Sin esperar a que responda la rodeo por la cintura (con la mano que me queda libre) y la atraigo hacia mi - ¿Para esto? - Entonces me inclino sobre su cuello y la beso. Mis besos son cálidos y lentos, recorren su piel de un extremo a otro llegando hasta la parte inferior de su mentón. - Ya no hay que esperar nada... está todo perfecto.

Y sin decir nada más, estiro de ella en dirección a la Sala Común. Un momento a solas con Deidre es lo que más necesito para asegurarme de que esté de mi lado. Y de paso, para darle una alegría al cuerpo; que nunca está de más.

Leonard abandonó la clase con la cabeza bien alta, mientras rebuscaba en los bolsillos internos de la tunica, sacando las gafas de sol, y poniendoselas con una media sonrisa, satisfecho por el espectaculo dado. Nada más salir, guardó la varita en uno de los bolsillos, y miró de reojo a Kaitlin. ¿Estas bien?

Ahora si habló más alto, agradeciendo el anonimato que le daba el pasillo. Menudo un enano bocazas... Solo espero no haber sido tan imbecil hace unos años... Y si lo fuí, no me lo digas. Sonreí, y acabé por convertir aquella sonrisa en una risa, divertida. Me ha sacado los colores el enano, ha tenido su gracia... No deberías haberte dejado ganar ¿eh? la miró de reojo, guiñandole el ojo -oculto por las gafas de sol- sin borrar la sonrisa de su rostro.

Aun queda un ratito para ir a cenar... ¿Vamos a dar una vuelta? Quería meter le hocico en la casa de Hagrid... Resulta ser que alguien metido ahora no recuerdo que bichos en su cama, y por eso se había quemado. Quería ir a ver que había pasado... de primera mano. ¿Te apuntas? Le preguntó, parandose a medio caminar del pasillo, y señalando en dirección a la situación de la casa de Hagrid.

Asentí, con una media sonrisa, agarrando a Leo del antebrazo nada más salir de clase- Si, claro que estoy bien... ¿Y tú? - le pregunté, mirándolo con cierta preocupacion, tras el rifirrafe con Robert. Si algo no quería en este mundo es que Leo se sintiera culpable por algo que habia sido solo y exclusivamente culpa mía.

-No le hagas caso, no da más de sí el pobre...Has sido mejor que yo y ya está... Lo has hecho genial. -le dije, negando, con una sonrisilla, dejándole un cariñoso beso en la mejilla- Yo no sé que les dan a estos chiquillos a principio de curso, pero cada año estan todos más tontos, ¿eh? - añadi, con un guiño, en clave de humor, negando- Y no, cariño, ni siquiera tú, en tus años más capullos, llegaste a esos niveles de estupidez... Tu al menos tenias tu gracia, aunque no quisiera reconocerlo... - dije, intentando quitarle importancia al asunto, mientras seguia escuchando su explicacion sobre lo sucedido con el guardabosques- Oh, asi que por eso estaba herido... ¿Y quien puede haber hecho eso? Hay que tener muy mala leche para querer herir a alguien como Hagrid. - y no necesité nada más que eso y un cabeceo acompañado de una sonrisa intrigada para darle a entender que claro que iria con el- Vamos, anda... A ver si alli encontramos algo... - le dije, enganchándome de su brazo, predispuesta y decidida.

- Mmm...podría servir- respondo pensativo, recogiendo la horquilla que me ofrece Laura y comprobando la validez de su punta afilada con el dedo índice de mi mano izquierda. 

Me acerco la horquilla a la oreja izquierda, tan concentrado en la tarea que me traigo entre manos que ni siquiera dedico unos segundos a observar embelesado la belleza de una Laura tan al natural, y comienzo a frotar la punta de ésta contra el mechón de pelo más cercano, hasta conseguir desprender un trozo lo suficientemente grande como para ser visto a unos centímetros de distancia. Coloco el mechón en el suelo frente a mí y me doy media vuelta para recoger el "falso" champú que había dejado junto al que pensaba usar realmente. Me agacho frente al mechón y tras verter un par de gotas del líquido sobre él, me vuelvo a incorporar, sin apartar la vista del suelo, esperando la reacción, si es que hay alguna. 

En ese instante, al reparar en la ausencia del ruido del agua al caer en las duchas, me doy cuenta de que Laura sigue todavía ahí y de que seguramente se estará preguntando qué diantres estoy haciendo. Para evitar que piense que estoy loco, ofrezco una pequeña aclaración, levantando la vista durante un breve instante hacia la chica. 

- Alguien me dijo que no me fiara del contenido de este frasco. Sólo quiero cerciorarme de qué es lo que estoy evitando echarme en el pelo. 

Carrie notó cómo la observaba y, con gesto magnánimo, dio unos suaves golpecitos a su lado de forma apenas perceptible, invitándole a tomar asiento en su propia cama, algo que ella desconocía.

- En realidad mi idea es bastante simple, aunque admito que bastante vulgar -se encogió de hombros. Tampoco le importaba demasiado si era una obra maestra o si, por el contrario, era la peor basura del mundo; lo importante era el resultado -. El lindo gatito va a dejar de ser lindo al perder todo el pelo y las uñas. La guinda del pastel será lanzarle una imperius al gatito y hacer que entre al Gran Comedor en plena cena directo al regazo de Colleman.

Ante el corte de mechón que se hizo Kyle, Laura expresó su sorpresa alzando una ceja pero sin comentar nada. No quería desconcentrar al chico de su actividad.

Observó los siguientes pasos aún muda pero muy atenta y se alegró de que Kyle le contara lo que pasaba.

- Ya veo. Pues ahora lo veremos.

Dicho y hecho. Fue una acción instantánea. ¡El mechón de pelo se había alargado hasta un metro! ¡Un metro!

- ¡Vaya!- asombrada, Laura se agachó junto a Kyle, mirando el fino pero largo mechón de pelo. Lo tocó un poco y asintió con la cabeza.- Crecepelo. Y además bastante potente. ¿Y decías que alguien te avisó de que no te echaras esto en el pelo? ¿Quién te lo ha dado?

Zac se acercó hasta su cama, sentándose en el borde a la derecha de Carrie, con las manos apoyadas en las rodillas y mirándola directamente. Sonrió ante la explicación del plan, claramente divertido.

- Sin duda causará sensación. Es un buen plan. Ya estoy deseando ver la cara de Colleman.

Permaneció mirando a la chica unos segundos y después miró el reloj. Faltaba una hora antes de que llegase el tiempo de cenar, por lo que se levantó y estiró su brazo hacia Carrie.

- Aunque me encantaría que siguieras en mi cama, tenemos cosas que hacer y poco tiempo. ¿Qué tal si llevamos al gato a otro lugar y lo preparamos? Si alguien lo viese subiendo de las mazmorras seríamos sospechosos.