Partida Rol por web

Aquello empezaba a ser demasiado para Carrie. Demasiado dolor, más del que hubiera sentido nunca y más del que alguien como ella estuviera dispuesta a soportar por algo tan trivial como el Quidditch. Y sin embargo, el gran "pero" de todo aquello era el que hizo que aún con la visión coloreada con motas de negro decidiera que tenía que continuar.

Ese "pero" no era otra cosa que su afán por demostrar algo, aunque no acababa de tener claro el qué. ¿Que era una buena buscadora? ¿que era una buena capitana? ¿tal vez que aún sin el respaldo del apellido Lewis, Carrie era alguien que merecía ser tenido en cuenta? Probablemente era un poco de todo aquello junto y quizás una pizca de un intento de comprender en qué persona se estaba convirtiendo con tanto cambio en su vida.

Un rayo de luz cruzó su nublada visión, despejando un poco su mente embotada por el golpe en la cabeza para darse cuenta de que su piloto automático la había llevado a perseguir la snitch hasta otra trampa mortal y su enemigo no era otro que los huesos de madera del estadio.

Apenas supo cómo su escoba y su cuerpo pasaron por entre aquellas rendijas, esquivando tablones sin dificultad. Tal vez la clave estaba en eso, en no saber cómo, en dejar que su cuerpo tomara el control mientras su mente intentaba abstraerse del dolor lacerante.

Asentí con la cabeza a Laura al ver la estrategia: ellos bloquearían y yo tenía que marcar. Avancé gracias al sacrificio de mis compañeros y apretando los dientes conseguí ignorar el dolor punzante de la costilla rota. Al llegar a los aros levanté la Quaffle sobre mi cabeza y lancé consiguiendo el punto. Esta vez no llegué a celebrar el gol, pues sabía que cuántos menos movimientos bruscos mejor. 

Sin detenerme, di la vuelta pasando por detrás del aro para intentar recuperar el balón cuándo lo pasasen. Duncan y Laura estaban marcando de manera agresiva así que veía la oportunidad de un nuevo movimiento ofensivo. Íbamos igualados, pero eso no era suficiente.

Sigo persiguiendo mi objetivo sin dejar que el nuevo rasguño que ahora presenta mi mano suponga una barrera. Escuece, sí, al igual que el palpitante dolor en mi boca resulta molesto, pero ahora mismo para mí esos males no suponen mayor distracción que lo que supondrían unas simples cosquillas en el costado. Había pasado por situaciones peores y me había acostumbrado a ver al dolor como un compañero más de juegos.

Veo a la snitch esconderse entre el laberinto de madera formado bajo las gradas y me lanzo tras ella codo con codo con Carrie. Estamos tan cerca que casi puedo oír su aliento acelerado, fruto del cansancio y las heridas, y percibir el olor de su sudor. El camino escogido por la bola dorada es al principio lo suficientemente amplio como para permitir el paso a dos personas. No obstante, llega un momento en que se estrecha y estoy a punto de darme de bruces contra un poste surgido como de la nada. Consigo esquivarlo, no sin antes llevarme un buen roce en el costado y dejar parte de mi capa en el lugar como recuerdo, pero eso vuelve a colocarme en una posición algo retrasada respecto a Carrie en la carrera por la snitch. Haciendo acopio de todas mis energías de reservas, trato de darle alcance de nuevo. Sorteo una viga por aquí, rodeo otra por allá, haciendo un giro de 180º sorteo hacia atrás un obstáculo difícilmente evitable de otra manera...en fin, para cualquiera que lo esté viendo parecería más un espectáculo de acrobacias de circo que un deporte de equipos.

Un bucle sin fin lleno de histeria y garrulismo. Eso era la descripción perfecta para el partido de Quidditch, al menos desde la perspectiva de Oliver. Y es que estaba empezando a estar más que cansado de tanto 'que-si-sí-que-si-no". Tanta tontería... y todo para coger una dichosa pelotita. Increíble.

- De quien más te apetezca - contestó a Leonard con una sonrisa pícara en los labios. El gol de Eve impidió cualquier tipo de respuesta por parte del Gryffindor, que de nuevo se mantenía absorto en el partido. Mientras, Oliver repasaba las cabezas de los alumnos más cercanos a su posición. Quizá echar algún pequeño e 'inofensivo' hechizo le sacaría de ese apabullante letargo. Total, ya no era Premio Anual. Se habían encargado de ello.

- Mantengo mi apuesta - volvió a repetir, mirando de reojo a Leonard. Estaba decidido a llevarse esos chupitos de whisky de fuego, fuese invitado o tuviera que ponerlos de su bolsillo.

- ¡Umhf! - Se quejó Leo cuando vio el golpe de Deirdre hacia Eve. Si siguen así, se matarán. Pensó Leo, observando el estado de los jugadores... sobre todo el de los dos buscadores. Buscó con la mirada a los dos mencionados, viendo como estos seguían luchando por su vida y por la Snitch.

Sin duda, era un partido digno de una final. Con sus golpes, su sangre, sus huesos rotos, sus piruetas, sus golpes de infarto... Pero para la mente de Leo, todo aquello era una excusa para no subirse jamás a una escoba. Solo falta que alguien acabe cayéndose de la escoba. Es lo único que falta para completar el cupo del partido.

- Parece que están jugándose a ver quien se da más golpes... - Pensó en alto. Negó con la cabeza. - Mantengo la esperanza en Kyle. Parece que no tiene tantos huesos rotos... - joder, lo peor será que luego querrán pasar todos por la enfermería. Yo paso.

-Kyle la atrapará. Estoy segura. - dije, apoyando las palabras de Leo, asintiendo con convencimiento. Y lo cierto era que, aparte de la confianza que pudiera tener en nuestro chico, las cosas no pintaban demasiado bien para Carrie quien, todo sea dicho, habia acabado bastante mal parada y parecia bastante frágil ahora mismo.

Entretanto, Eve habia conseguido aguantar milagrosamente el ataque de mi hermana y habia lanzado a puerta, con el mejor de los resultados- ¡Siii! - exclame, aplaudiendo, efusiva a mi amiga.

Jamas habia visto tanta agresividad en el campo y lo cierto era que, por una parte deseaba que acabara ya el partido, teniendo en cuenta el estado de muchos de ellos.

Vamos Kyle. Hazte con ella.

Comentarista:- ¡¡Y gol de Colleman!! Alucinante esa jugada desde el principio. ¡El partido vuelve a igualarse 70 a 70!

Los buscadores, después de dos vueltas por esa zona tan inestable, notaron con alivio que la snitch salía de nuevo al aire libre a zona neutral y sin peligros aparentes. ¿Cómo podía correr tanto y ser tan esquiva? Los dedos de Carrie y de Kyle rozaban las alitas pero sin lograr alcanzar la bola dorada... ¡solo un último empujón de velocidad y sería de uno de ellos!

Comentarista:- ¡¡Atención porque mientras los buscadores están rozando la gloria de sus equipos, Eve Colleman ha vuelto a atrapar la quaffle, ahora adelantándose a Bolton! ¡Qué partidazo!

Jack, atento al terreno de cazadores y guardianes, no dudó en lanzar la bludger con mucha potencia hacia Eve. Estaba tomando demasiado protagonismo y lo mismo hizo el otro buscador de Slytherin, por lo que dos bludgers se dirigían a toda velocidad hacia Eve. Esto provocó que nadie se pudiera aproximar a ella. Ni aliados ni rivales, por lo que, si esquivaba todo aquello, podría lanzar sin problemas.

Estaba tan cerca que oía el desesperado aleteo de la bola dorada pugnando por unos segundos más de libertad, de la misma manera que la respiración agitada de Kyle se sumaba al zumbido del viento al ser cortado por ellos a tantísima velocidad. Tal vez fue ese pensamiento de que ya quedaba poco lo que le hizo acelerar ignorando el dolor, volando en perpendicular al suelo, totalmente pegada al palo de su escoba.

Durante unos gloriosos segundos todo estuvo bien. Tanto dolor había merecido la pena, podría demostrar ante sí y ante todos lo que fuera que necesitaba demostrar, cogería la snitch, llevaría a su equipo a la victoria, se alzaría victoriosa. Todo iría tal y como debía ir.

Fue un sueño tan dorado como la snitch y tan efímero como un suspiro. La sangre de su ceja se deslizó hasta su ojo debido al cambio de posición, cegándola momentáneamente con gran escozor por su parte, tanto que sin pensar se llevó la mano que con tanto ahínco perseguía la bola a los ojos, frotándose con disgusto. El mismo gesto le conllevó un fuerte pinchazo en el brazo lesionado por la bludger, que ahora era el único que sujetaba la escoba.

Y entonces supo que, a pesar de todo su esfuerzo, había perdido.

Nuestros cuerpos y nuestras escobas están tan cerca que casi parece como si hubiese un único buscador volando en pos de la snitch. La snitch, esa pequeña y esquiva bola dorada que ya tan solo está a unos centímetros de nuestras manos, que se encuentran extendidas con los dedos abiertos hacia delante. Y entonces lo noto, el leve roce de sus alas en mis dedos, justo en el momento que siento el acelerón que Carrie acaba de pegar.

La miro por el rabillo del ojo, mientras me apresuro por pegar mi cuerpo también lo máximo posible al palo de la escoba. Algo va mal. Su expresión ha dejado de mostrar ese empeño que tenía hace unas décimas de segundo, su manga está cubierta de sangre, al igual que su cara, y ha reducido la velocidad. Eufórico por el prometedor futuro que el gesto de Carrie me ha llevado a vislumbrar, echo mano de todas mis reservas de energía y estiro el brazo hacia la snitch hasta el punto que si intentase alargarlo un centímetro más, se me descolocaría el hombro. Ya casi la tengo. Está cerca. Muy cerca. Vuelvo a tocar sus alas.

Y de repente...desaparece.

No la veo por ningún lado y mi mano sigue abierta en mitad del aire. Me paro en seco yo también, intentando reorientarme, pues en mi encenegada persecución, había perdido la noción del espacio. Y en ese momento, noto algo que ensancha las comisuras de mis labios en una amplia sonrisa: un cosquilleo en mi brazo derecho. En un visto y no visto, introduzco mi mano izquierda en la manga del uniforme y al sacarla de nuevo en ella hay una bolita brillante, como un pequeño huevo de oro. Lo conseguí. Alzo la mano en el aire para que todo el mundo la vea e indicar el final del juego, con una merecidísima, en mi más humilde opinión, victoria para Ravenclaw.

En esos momentos, me gustaría gritar de alegría, pero estoy tan cansado que todo lo que consigo hacer es acercarme hasta el lugar donde está Carrie, que parece estar haciendo esfuerzos descomunales para mantenerse sobre su escoba y darle una palmadita en la espalda, al tiempo que la sujeto disimuladamente para evitar que caiga, pues parece algo que podría ocurrir de un momento a otro.

- Bien jugado.- le felicito, con total sinceridad. Sin duda ha demostrado con creces su valía tanto como buscadora como capitana. La perseverancia e intensidad con la que la chica había jugado el partido, sin importarle el dolor en lo más mínimo, era cuanto menos admirable. Slytherin había hecho un buen cambio. En lugar de decirle eso, pues intuyo que Carrie no lo entendería como una alabanza viniendo de mí, me guardo mis pensamientos y le digo algo completamente distinto.- Cuando quieras repetimos.- digo, guiñándole un ojo. Hacía mucho que no sentía tal cantidad de adrenalina corriendo por mis venas. - Pero antes...¿qué te parece si hacemos una visita al hermano de Deirdre?- una clara alusión a lo mucho que nos hace falta a ambos, sobretodo a ella, un paso por la enfermería.

En espera de su respuesta, miro a mi alrededor: a mis compañeros de equipo, entre los que sonrío a Eve, que parece necesitar también una buena reparación; a las gradas, donde las diversas expresiones de alegría y decepción reflejan apuestas perdidas y ganadas. Por las sonrisas de Leo y Kait apuesto a que les acabo de hacer ganar alguna que otra cosilla; a mi capitana, a quien también obsequio con una sonrisa tan o más amplia que la que les he ofrecido a los demás; y por último a la snitch, todavía intentando escapar mi agarre, sin terminar de creerme que esté ahí por fin, tras un partido tan discutido.

Comentarista:- ¡Colleman va a tirar y...! ¡UN MOMENTO! ¡¿Qué ven mis ojos?! ¡ES O'BRIEN! ¡O'Brien ha atrapado la snitch! ¡OTORGA A SU EQUIPO 150 PUNTOS Y LA VICTORIA! ¡RAVENCLAW ES EL CAMPEÓN DE LA COPA QUIDDITCH DE ESTE AÑO!

La señora Hook pitó el final del partido y las gradas empezaron a gritar muy emocionadas. Había una mezcla de ovaciones hacia Ravenclaw y hacia Kyle.

Los jugadores fueron descendiendo de sus escobas, claramente agotados, casi sin poder dar ni un paso. Las dos caras de una moneda se mostraban en aquel campo en esos momentos. Unos pletóricos Ravenclaw contrastaban con la decepción y la tristeza de los Slytherin.

Laura levantó los brazos más contenta que nunca, sonriendo a pesar del cansancio mientras los estudiantes en las gradas empezaban a desalojar para unirse a la fiesta de allí abajo. La capitana de Ravenclaw aplaudió a sus seguidores, a su equipo... y corrió hasta Kyle gastando las pocas energías que le quedaban para fundirse en un emocionante abrazo.

Laura:- ¡Lo conseguiste, Kyle!

Duncan tenía los ojos bañados en lágrimas mientras estrechaba la mano de Bolton, quien no podía estar más serio, mirando hacia Carrie Lewis que no podía ni tenerse en pie. Deseando que la atendiesen de una vez. Ian había cogido a hombros a Rose y daban una vuelta de honor mientras Sean intentaba no dejar asomar una sonrisa de satisfacción.

Por parte de los Slytherin, Deirdre O'hare se dejó caer en el suelo, exhausta y sin poder creerse el resultado obtenido. Lo habían dado todo y no pudieron ganar el partido. Jackie fue más rápida. Dejó la escoba cerca de donde Carrie se encontraba y fue hasta ella, preocupada por su estado.

Jackie:- Hay que llevarte a la enfermería de inmmediato, Carrie.

Jack y Nicholas no se acercaron a nadie. Se sentaron en la hierba y observaron la fiesta que ya desde el principio se estaba montando. Iban a estar insufribles durante muchos días.

Los profesores, preocupados por el estado de salud de algunos jugadores, intentaban abrirse hueco entre la gente en las gradas, pidiendo que solo los prefectos pudieran bajar de momento y que animasen desde arriba.

Público:- ¡Raaaavenclaw! ¡Raaaaavenclaw!

Comentarista:- ¡Qué gran actuación! ¡Qué partidazo! Atención que ya tenemos al nombrado mejor jugador del partido. Es nuestra máxima goleadora, la nueva promesa de Ravenclaw, una de las chicas más sexys del colegio... ¡¡EVE COLLEMAN!!

Más aplausos por parte del público, dedicados a la prefecta de Ravenclaw. Sin duda tanto esfuerzo había merecido la pena para las águilas.
 

Agotado, envuelvo mis brazos alrededor de Laura correspondiendo su abrazo.

- ¿Acaso lo dudabas?- pregunto sonriente, consciente de que en esos momentos esa no debe ser mi mejor imagen, con la boca todavía ensangrentada y dos muelas menos. Incluso comienzo a notar la hinchazón en mi mejilla derecha, la que ha recibido el golpe de la bludger. Mi expresión debe resultar, cuanto menos, grotesca.- Ha debido ser cosa del desayuno de esta mañana.- bromeo, con picardía, mientras la aparto suavemente de mí para acercarnos al resto del equipo. Me acerco a Ian y Rose y levanto las manos en el aire frente a esta última, aguardando su choque.

- Sabía que hacía bien apostando por ti, pequeña.- le digo, remitiéndome al día de las pruebas, y luego le doy un suave (pues tampoco me queda energía para más) puñetazo en el hombro a Ian.- Buen trabajo, guardián.

Miro a Duncan, todavía felicitando al otro equipo, y tras hacerle un pequeño gesto a Sean, que hace esfuerzos por mantener su fachada de tipo serio e infeliz, y murmurarle unas palabras- ¿Sabes? No pasa nada por dejar escapar una sonrisa de vez en cuando. Pruébalo. Te aseguro que es sano.- llego hasta Eve, justo en el momento en que el comentarista anuncia su nuevo título como mejor jugadora y máxima goleadora. La miro con los ojos bien abiertos por la sorpresa.

- ¿Lo has oído? Guau. Has debido de hacerlo verdaderamente bien.- exclamo. La concentración en la que me  había sumergido durante el partido me había impedido darme cuenta de todo los demás eventos que ocurrían a mi alrededor.- Me vas a tener que hacer una repetición de los hechos- añado, con un gesto torcido de disculpa. La miro de arriba a abajo. Ella también ha acabado bastante magullada.- ¿Estás bien? ¿Quieres que nos pasemos por la enfermería?- digo, y saco de mi bolsillo las dos muelas que había guardado ahí con anterioridad.- No me importaría devolver a estos a su lugar.

Como respuesta a las palabras de consuelo de Kyle soltó una única carcajada, aunque el efecto que la misma tuvo sobre su cuerpo y el hecho de estar asumiendo la derrota la dejó sin energías. Estaba agotada, dolorida y con el regusto amargo de haber perdido calando hondo en ella.

No hizo ademán de apartar a Kyle, que la acompañó hasta el suelo garantizando que su vuelo errático no acabara en una caída de veinte metros.

- Enhorabuena - le dijo antes de que se separara de ella para unirse a las celebraciones de su casa, momento que aprovechó ella para sentarse en la hierba y conservar la poca dignidad que le quedaba evitando caerse al suelo.

Habían perdido. Su rostro tan sólo mostraba una extraña serenidad, ajeno a los focos de dolor que le iban reclamando poco a poco la mitad superior del cuerpo. Aún teniendo la mitad de la cara ensangrentada y el creciente mareo parecía que no iba a sucumbir aún al dolor, tal vez porque en aquel momento la derrota era peor que las múltiples heridas, incluso para una persona tan poco competitiva como Carrie. No era ganar o perder, era que se había esforzado por algo y había fracasado. Empezaba a pensar que tanto cambio en su vida sólo era para peor.

Sonrió burlonamente para sí, sin mirar a nadie en particular, medio ida, cuando se acercó Jackie. Le tendió la mano para que la ayudara a levantarse mientras la sonrisa se evaporaba en su rostro lentamente.

- Aún no. Ayúdame a levantarme, anda.

- El plan sigue en pie pero te encargas tú. Di lo contrario de lo que yo diga y asegúrate de que Kaitlin y Leo te oigan. Tienen que acercarse - le susurró a su amiga cuando la ayudó a levantarse con dificultad.

Aquello era parte de lo irritante de haber perdido en aquel estado. No podían atrasar más el plan, tenía que ser aquel día.

Lo otro peor era la mirada de Zac fija en ella. Por primera vez en su vida se sentía demasiado débil para enfrentarse a algo. O quizás incluso demasiado asustada.

Jackie asintió, ayudando a levantarse a Carrie. Si debía hacerlo ella, lo haría sin problemas. ¿Quién mejor que ella para sustituir a Carrie? Después de la conversación con Leonard seguro que confiaban con ella. De eso no había duda.

- No te defraudaré, Carrie.

Jackie ayudó a levantarse a Carrie, mostrando una fachada muy seria y preocupada. No podía permitir que Carrie estuviera más tiempo sin ser tratada.

- No seas tonta, Carrie. Ahora lo importa es tu salud. Debes ir de inmediato a la enfermería. O mejor aún, que te lleven. ¡Mírate!

Cerca de ellas dos, Rose y Laura se abrazaban. Todo era flores para la capitana que había llevado a aquel equipo a la cima.

Vamos... vamos... vamos... vamos...

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! - mi voz se escuchó en toda la grada, justo cuando veía como Kyle acababa por alzarse con la victoria, Snitch en mano. -¡Lo ha conseguido, Leo! ¡Lo ha conseguido! - me lancé literalmente a los brazos de Leo, con una sonrisa radiante.

Lo cierto es que no podia haber ido mejor la cosa en aquella reconciliacion mia con el Quidditch. Miré a Oliver por el rabillo del ojo, aun abrazada a Leo, y sonrei- Tres chupitos. Nos debes tres chupitos. - bromee, contentisima.

-¡BRAVO KYLE! - grité, desde la grada, aplaudiendo entonces, como las descosidas. Aquella noche se auguraba una larga y merecida celebracion por delante- ¡Vamos a por ellos!- exclamé, mirando a Leo y a Oliver, con intencion de unirme a los Ravenclaw en su celebracion. Estaba deseando abrazar a Eve y a Kyle, desde luego.

Venga, Kyle. Si la tienes delante. Alarga la maaaano. Un poco más. Poco más.... un poco más.... un poquito más... Mírala si la estas rozando... Un poco más... venga... ¿Eso es la Snitch, no? Entrecerró los ojos unos segundos, inclinándose hacia adelante un poco más, apretando los puños. Sí, claro que es la Snitch. Pues eso, Kyle, venga, que no es tan difícil, solo alargar la mano.... solo un par de centímetros maaaaaás. Y... ¿Dónde está? ¿La tiene? ¡¿LA TIENE?!?

Y aun haciéndose esas preguntas mentales, el comentarista dio la noticia de que Kyle había atrapado la bolita dorada. Leo se puso en pie, levantando los puños. - ¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! - Gritó, dando un par de saltos y luego abrazando a Kaitlin con fuerza, dándole un beso en los labios y volviendo a mirar hacia el campo, saludando a Kyle cuando este miró hacia la grada, buscándolos. - ¡GRANDE KYLE! ¡GRANDE! - Y continuó saludando a los Ravenclaw con algunos aspavientos. Entonces, se soltó de Kait y se llevó las manos a ambos lados de la boca. - ¡EVE GUAPAAA! ¡MUY BIEN! - Intentó saludar a la chica por si los veía, y Leo señaló a Kait para que Kyle y Eve vieran que había conseguido llevarla hasta el campo.

- Bueno... Ya me dirás cuando caen esos chupitos ¿no? - Preguntó a Oliver, con una media sonrisa, ofreciéndole la mano. - Que tenemos muuucho de que hablar ¿Eh? - Acabó por decirle, señalándolo. - Vamos a bajar al campo, a felicitar a Ravenclaw. - Anunció, y miró a Kaitlin, haciéndole un gesto para buscar la manera de bajar entre el público enloquecido. Leo llevaba una sonrisa pintada de oreja a oreja, contento de cómo había ido el partido. Solo lamentaba dos cosas: no haberse traído su disfraz de águila, y lo que le dolían los golpes de sus compañeros.

En cuestión de segunos la inaguantable tensión del campo desembocó en un todavía más insufrible estallido de alegría y desesperación. Por fin había acabado. Oliver se limitó a observar el panorama que le rodeaba. Algunos se abrazaban movidos por la euforia. Otros, hacían esfuerzos para no deshacerse de su frustración a base de guantazos.

La voz de Kaitlin resonó con dificultad por encima de las demás. Sus palabras hicieron que el Slytherin se girara hacia ella, con una ligera expresión de diversión y sarcasmo. - Para pedir sí que me hablas, ¿eh O'Hare? - No obtuvo respuesta. Tampoco la esperaba, dado el panorama. Esperó a que Leonard soltara a su novia y le respondió el gesto. - Cuando quieras - confirmó, devolviéndole el apretón. Sin decir nada más, se hizo a un lado para dejar a los Gryffindor bajar al campo. No tenía ninguna intención de seguir sus pasos. Echó a andar hacia la salida del campo.

Estaba de demasiado buen humor como para tomarme a mal el comentario de Oliver. Pese a todo, yo siempre habia sido amable y correcta con el, ¿Por qué decia entonces aquello?

-Yo creo que más bien eres tu el que ahora me escucha... - rei, negando, apretando ligeramente el brazo de Oliver antes de tirar de Leo hacia el centro del campo- No te confundas de O´Hare, Oliver. Yo no soy Deir... - le susurré, acabando por dejarle un beso en la mejilla, dandole a entender que no habia hostilidad por mi parte- Luego te vemos. - fue lo ultimo que dije, antes de irme, corriendo, de la mano de Leo, en direccion al campo, gritando los nombres de Eve y Kyle por el camino.

Tanto Leonard como Kaitlin consiguieron llegar al campo de juego donde las felicitaciones y los apretones de manos entre ambos equipos continuaban.

Deirdre se encontraba aún jadeante, tirada en la hierba boca arriba, mirando al cielo sin poder creérselo aún. En contraste, Rose no paraba de gritar y de dar vueltas con una bandera de Ravenclaw en su mano.