Partida Rol por web

Lo habían entendido. Complacido, Oliver les dedicó una sonrisa, deteniendo especialmente su mirada en Victoria y Nicholas. Era importante que, hasta que se ejecutara el plan, se sintieran apoyados por él. Aunque dudaba que pasase, no podía permitirse que flaquearan en el último momento.

- Vic, encárgate también de buscar alguna pócima que pudiese servirnos para mantener a Bolton el tiempo necesario. - añadió, tras el comentario de su amigo. Era verdad, era la hora de marcharse. - Y ahora, vamos. Debéis centraros en lo que os toca ahora, y darle una paliza a esos ravenclaws. Yo empezaré a fraguar nuestro plan.

Sin decir nada más, echó a andar hacia la salida. Su objetivo, encontrar una buena posición en el partido. En realidad ni le interesaba el juego ni el resultado. En esos momentos solo podía pensar en una cosa: encontrar a Leonard y Kaitlin y recuperar la confianza que los malditos Lewis y Bolton le habían hecho perder. No iba a permitir que el trabajo de tantos años quedase en vano.

Con menos desgana de la que solía, Zac se incorporó. El quidditch era una de las cosas más importantes que había en su vida y la rivalidad que tenía con la perfecta Laura Van Dijck no hacía más que incrementar sus ganas de darles una buena paliza en el partido próximo.

- Sí. Será mejor que vayamos.

Se levantó y tiró de Carrie. La miró a los ojos. ¿Sería capaz Carrie de alentar al equipo y llevarles a la victoria?

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Eran momentos antes de salir al campo de quidditch. El público congregado en las gradas voceaba gritando palabras de ánimo y se les escuchaba desde el interior del vestuario. Todos estaban ya vestidos con la túnica del equipo. Serios, concentrados y esperando el momento de poder luchar por un sueño, los jugadores del equipo de Ravenclaw esperaban que su capitana, Laura Van Dijck, saliera del despacho del capitán.

Ian calentaba los brazos, bastante serio. Rose y Sean, los golpeadores, sujetaban ya el bate con fuerza. Habían mejorado mucho pero no eran ni mucho menos tan fuertes como Jack y el otro golpeador de Slytherin. Duncan mantuvo los ojos cerrados, intentando abstraerse de la atmósfera que le rodeaba. Y así, Laura se encontró con ellos.

Seria pero repleta de confianza, sabía que el partido comenzaba ahí, en los vestuarios. Necesitaba transmitir a sus jugadores su sed de victoria. Debían entrar al campo mentalizados.

Se colocó delante de ellos, cruzando los brazos en el pecho, recta, con la cabeza alta.

- Ha llegado el momento. ¿Cuánto hemos sufrido hasta llegar aquí? Entrenamientos duros que nos destrozaron los músculos, volando bajo la lluvia, recibiendo golpes de bludgers y granizos. Partidos largos, extenuantes... de los que salimos victoriosos. Y lo logramos porque contamos con algo que ni siquiera Slytherin tiene: fortaleza, ganas y sentido de equipo.

Hoy saldremos ahí, donde todo el colegio nos estará mirando, dispuestos a comernos el mundo. No os voy a engañar. Será el partido más complicado que jugaremos, pero por eso mismo debemos ser conscientes de que hemos salido de situaciones mucho peores. ¡Sois fuertes! ¡Sois inteligentes! Y lo más importante, ¡somos un equipo! Pase lo que pase, estoy orgullosa de vosotros chicos.

Y ahora... ¡llevémonos esa copa!

Ni Carrie misma sabía si sería capaz, y más por una falta de disposición que de otra cosa. La verdad era que el quidditch siempre había sido más un entretenimiento que una motivación para ella. Ganar o no le había sido indiferente en la mayoría de ocasiones, excepto por el hecho de que la victoria conllevaba fiesta, comida y felicitaciones por sus dotes de buscadora.

En aquella ocasión en cambio estaba en conflicto. Zac le había cedido el puesto no porque la creyera más capacitada para conducir al equipo a la victoria sino por los beneficios asociados al puesto. Pero para él era importante ganar. Y Carrie no quería que una derrota significara que se replanteara usurparle de nuevo aquel puesto. Tal vez una pequeña parte de ella también quisiera ganar para él, pero aquella no era una parte que ella conociera demasiado bien.

Llevaba cinco minutos en la puerta de los vestuarios, ya vestida y apoyada en la escoba, sin darse cuenta de que tenía la mirada perdida en Zac mientras pensaba o tal vez intentaba recordar los discursos que él daba y que ella nunca había escuchado.

- En cinco minutos estaremos sobrevolando el campo entre ovaciones y abucheos - empezó con lentitud y su pátina habitual de indiferencia -. Y nada cambiará en apariencia respecto al anterior partido o el otro. Estaremos persiguiendo pelotas, jugando sucio e intentando ser un poco mejores que los demás. Pero eso no será verdad. Es el último partido que todos estaremos aquí. Es la última vez que Zac como integrante del equipo de Slytherin podrá ganar la copa. Si perdemos, esa oportunidad se esfumará. Pero eso será lo de menos en realidad. Todos han sido testigos de la escisión que ha habido en las filas de nuestra casa últimamente y se regodean por la pérdida de la antigua gloria y poder de Slytherin, ya en declive desde la caída del Señor Tenebroso. Esta derrota sería el último clavo en nuestro ataúd, la prueba de que Slytherin es ya una vieja gloria del pasado. Todos nos unimos a esta casa por su esplendor y porque en el fondo sabíamos que era lo mejor. ¿No debemos demostrar que no estamos perdidos? ¿que aún somos una buena casa? ¿que podemos ganar a un puñado de sabelotodos en cuyo equipo la mitad son pobretones que no tienen dónde caerse muertos? Este no es sólo un partido. Es nuestra última oportunidad de demostrar lo que somos, lo que valemos. Nuestro resurgir empieza hoy - cuanta verdad había en sus palabras y cómo lo entendían en realidad la mitad del equipo. Ya no sabía de qué hablaba. ¿Hablaba del partido o de su misión? En realidad tenía la sensación de que en algún momento de su discurso se habían fusionado y habían pasado a ser exactamente lo mismo. Parecía raro incluso para Carrie pero se acababa de dar cuenta de que sí existía algo en ella parecido al espíritu de competición -. Jugad como si fuera lo último que haréis con vuestras vidas, por el respeto de Slytherin y por la memoria de todos los que han pertenecido a nuestra casa. Ganad y nuestra oportunidad de renacer será un sueño tangible que podremos casi agarrar con la mano - su mano se cerró en el aire al pronunciar estas palabras -. Salid ahí y pensad en las pasadas, presentes y futuras generaciones de Slytherin. Ganemos por el ayer, el hoy y el mañana. Ganemos porque somos los mejores - cada vez se embalaba más mientras palabra, aunque se notaba que ya estaba llegando al final del discurso -. Ganemos porque somos superiores. Ganemos porque somos slytherins.

Me remuevo inquieto en mi asiento sin dejar de mover el pie derecho en un frenético sube y baja. Un entrenamiento individual de última hora no haría más que aumentar mis nervios y ya he estirado todos y cada uno de mis músculos como un centenar de veces. Es el partido más importante de la temporada y no nos podía haber tocado un adversario más a la altura. Por mucho que me duela admitirlo, Slytherin tiene una plantilla muy buena. Demasiado para mi gusto. Y lo que más a nuestro favor juega en estos momentos es el mal rollo que se ha instaurado entre sus jugadores con los acontecimientos más recientes. En un deporte de equipo, la unión y la confianza en los compañeros es de vital importancia.

La tensión en el exterior es palpable, así como el nerviosismo de los jugadores. De repente, el miembro más importante hace su aparición, encarnado en nuestra capitana. O no está nerviosa o, como siempre, lo disimula a la perfección. Me levanto, en señal de respeto, dispuesto a escuchar su motivador discurso. Y no me decepciona. Siento como la emoción ante el partido me va invadiendo cada vez a medida que escucho sus palabras. Voy intercalando movimientos de cabeza conforme habla y me uno al entusiasmo de mis compañeros.

Cuando acaba no puedo evitar animar también a nuestro equipo.

- ¡Vamos, equipo! ¡Les machacaremos!- exclamo, mientras me cuelgo de un salto del pobre Duncan, sacándolo de su ensimismamiento. Después me vuelvo hacia Eve, con la mano levantada para chocar las cinco.- Con nuestras magníficas incorporaciones de este año, no podría ser de otra forma.

Por último, camino hasta Rose para dedicarle unas palabras de ánimo. Tras el día de las pruebas, no nos había decepcionado en ningún momento y, no sé muy bien porqué, me sentía orgulloso de ella.    

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Se acababa de cumplir una hora justa de partido y el encuentro no podía estar más igualado. Todos los jugadores estaban jugando al máximo, dándolo todo y eso se veía reflejado en el marcador. Slytherin iba ganando 60 a 50, pero no estaba nada perdido, pues en ese momento Eve Colleman se había logrado plantar delante de Nicholas, el guardián de Slytherin, con un tiro claro.

Laura estaba siendo muy bien marcada y por ello solo había podido marcar el primero de los tantos de su casa; si bien estaba haciendo una labor magnífica en pases y defensa. Duncan, con sangre en la ceja por un codazo de Bolton, había marcado dos más e Eve, que había sufrido codazos en el estómago, embestidas fuertes e incluso choques de frente por parte de su marcadora, la dura Deirdre O'Hare, llevaba dos y ahora podía anotar el tercero de los tantos que volvería a igualar el encuentro.

Por parte de Slytherin, un espectacular Zac Bolton había logrado anotar cuatro de los seis tantos de la casa de las serpientes. Duncan tenía serios problemas para pararle a la hora de defender. Deirdre, cuya labor era la de defender tanto a Eve como a Laura apoyando a Jackie en la labor, solo había marcad uno, pero la pelirroja estaba haciendo una gran y agresiva labor. Jackie había marcado el tanto restante y su pegajoso marcaje a Laura estaba siendo magnífico.

La tensión máxima se encontraba, pues, en la búsqueda de la snitch. Hacía un día tan claro y soleado que hasta el reflejo de un reloj en las gradas parecía ser la pequeña y escurridiza bola dorada. Ni Kyle ni Carrie habían logrado dar con ella aún, algo, en aquellas circunstancias tan igualadas, sin duda desesperante. En ellos estaba cayendo la máxima responsabilidad y precisamente no tenían tiempo que perder. Sus compañeros estaban muy cansados, les pesaban las extremidades y tenían el cuerpo dolorido. Necesitaban cuanto antes que sus buscadores lograsen atrapar la snitch, dar 150 puntos a su equipo y así ganar el partido y el campeonato.

En las gradas, todos animaban a sus favoritos. Había preferidos en todos los bandos y los seguidores se estaban dejando la piel. Oliver, Kaitlin y Leonard, sentados en la misma zona, no perdían detalle del emocionante partido. En la zona de los profesores, la emoción y la tensión también se respiraba.  Estaba siendo el partido más emocionante que habían visto en muchísimo tiempo.

Laura:- ¡Venga, Kyle! ¡Tú puedes! ¡Sabes que puedes! ¡Tira, Eve!

Aquel partido estaba resultando más agotador que ningún otro, incluso que cualquier entrenamiento al cual les hubiera sometido Zac en los últimos años. Posiblemente también influía la presión que sentía por ser capitana por primera vez y por tocarle estrenar su puesto en un partido decisivo.

Llevaba tanto rato buscando bajo el sol que a pesar de ser Enero sentía el sudor bañando su espalda y las palmas de las manos mientras esquivaba escobas y bludgers en busca de la esquiva snitch, cuya estela había confundido la última vez con el brillo de un galeón que intercambiaban unos chicos en lo que supuso que serían las apuestas de última hora.

Intentando alejarse de las distracciones del partido y del peligro de los bateadores del equipo contrario subió varios metros por encima de los demás jugadores, dejando que su vista vagara por el campo aún teniendo la mente concentrada en la búsqueda de la diminuta pelota. Dejó ir la escoba por un momento, agradeciendo la fría brisa invernal que le refrescaba las manos y el acalorado rostro.

Desde aquella altura todo parecía relativo, incluso los problemas, sólo centrándose en la insignificante e inofensiva labor de hallar la snitch. ¿Tanto importaba en realidad? Era un juego. Un juego que todo el mundo se tomaba en serio, como la vida que ella hasta hacía poco se había limitado a observar. Pero a veces tocaba implicarse, ¿no? Se daba cuenta del paralelismo casi místico de aquel partido con su vida. Y de que a veces participar no era suficiente. Que a veces era cuestión de ganar o morir. No en aquel partido, por supuesto. Pero de algún modo, sentía que eran lo mismo.

Por eso cuando vio un nuevo destello no pensó con la cabeza si sería la snitch o tal vez sería otra cosa. Simplemente se lanzó en picado mientras el frío aire le atería las mejillas.

Nunca había estado tan pendiente de un partido. Aunque el Quidditch nunca había sido una de sus pasiones, no podía negar que estaba resultando increíblemente interesante. Había llegado solo hasta al estadio. Su vida social había menguado notablemente en los últimos meses y, la poca gente que empezaba a quedarle formaba parte del espectáculo.

- Un galeón a que es suya - el comentario, aparentemente sin destinatario, iba directo hacia Leonard. En sus buenos tiempos eran más que comunes las apuestas de todo tipo.

Las palabras de Laura me sacan de mi concentración y con el rostro empapado en sudor; por la frenética búsqueda de la snitch , que parece que se está resistiendo, dando lugar al partido más emocionante de todo el año; lanzo un fugaz vistazo al marcador y le hago una señal de ánimo a Eve, que está a punto de lanzar para conseguir el empate.

Cuando vuelvo a centrarme en mi tarea, me doy cuenta de que Carrie ha desaparecido y la veo a lo lejos, volando a la velocidad de la luz hacia un objeto que para mí resulta invisible. ¿Dónde está tu buena visión, Kyle? No es momento para que se tome unas vacaciones, me reprocho a mí mismo. Si Carrie consiguiese atrapar la snitch sin ninguna oposición por mi parte no me lo perdonaría. Y seguro que mi capitana tampoco estaría echando cohetes.

- ¡Mierda!- exclamo. No puedo dejarla escapar ni permitirme el perderla de vista.

Inclino el mango de la escoba hacia abajo, lanzándome en su persecución. Pero, de repente, veo una sombra aproximándose a mí por la derecha: una bludger. Hago un brusco movimiento con la escoba y cierro los ojos en un gesto instintivo. Los nervios me habían jugado una mala pasada, pues no la había visto venir.

- ¡¡¡VAMOS EVE!!! - Gritó con fuerza, poniéndose de pie inclusive, llevándose las manos a ambos lados de la boca para que retumbara con más fuerza. - ¡DALES CAÑA! - Volvió a gritar desde la grada, ahora levantando ambas manos para animar.

- Mierda. -  Se paró entonces, mirando a Kaitlin. - Me olvidé del disfraz en la habitación, que putada. - Y es que Leo se había hecho un "casco" imitando la forma de la cabeza de un águila y unas alas emplumadas para poder animar al equipo de sus amigos. Pero con tantas vueltas, no pasó por la sala común y se le olvidó traérselo. - Bueno, para la próxima temporada. - Acabó por decir, dándole poca o ninguna importancia. Si ganaban los Ravenclaw, siempre podría volver a subir a la sala común y unirse al a fiesta con su disfraz.

Y alguien señaló a Carrie, hablando sobre la Snitch. Leo se giró, buscando con la mirada a la morena, viendo como comenzaba a moverse, y que Kyle aun estaba buscándola... hasta que comenzó a moverse. Entonces, entre los comentarios, los murmullos y demás gente hablando, escuchó a Oliver lanzar una apuesta. La atención de Leo se centró en él unos segundos, y soltó una carcajada. - ¿A favor de quien? - Preguntó, mientras bajaba un par de asientos hasta ocupar un sitio cerca de él.

Fue en aquel momento, que volvió a mirar el partido, cuando vio que una bludger se precipitaba sobre Kyle, lo que hizo que Leo se tensara y se tapara los ojos unos segundos, sin querer ver el desenlace.

Me habia costado mucho, muchísimo, tomar la decision de estar alli. Era la primera vez, desde la muerte de mi padre, que pisaba un campo de Quidditch, y lo cierto era que, a pesar de que sabía cuan importante era aquello para mis amigos, no tenia la misma facilidad que mi hermana para desvincular aquel deporte del recuerdo de mi padre sin que fuera algo doloroso.

Agarré la mano de Leo para entrar en el campo, y no la solté prácticamente hasta que no habia comenzado ya el partido. Aquel lugar, las gradas, la gente, las escobas... todo me recordaba a él. Y no podia evitar que aquellas imagenes se entremezclaran con las imágenes de mi padre cubierto de sangre, con la mirada inerte y perdida, en la torre de Astronomía.

A medida que el partido avanzaba, me fui relajando, aunque estaba claro por la palidez de mi rostro, que no estaba, ni de lejos, tan agusto como el resto de estudiantes de Hogwarts, que animaban, vitoreaban, cantaban y aplaudian, dejandose llevar por la euforia.

Escuché entonces a Leo gritar, y me alegré de que al menos él estuviera disfrutando tanto de todo aquello. Sonrei ligeramente, cuando me habló de su disfraz- Bueno, no te preocupes... Si ganan siempre puedes ir corriendo a cogerlo para la celebracion.. - le dije, observando el campo, justo en el momento en el que Carrie se lanzaba en picado a por algo. ¿Era eso la snitch? Ni siquiera yo estaba segura, aunque parecía que sí.

Justo en ese momento, Kyle parecio reaccionar tambien. Sin embargo, algo no fue bien. Justo en el momento en el que se lanzaba a por la snitch, una bludger le golpeó de lleno.- ¡Kyle! - exclame, tapandome la boca con las manos, asustada.

-¡VAMOS, KYLE, ARRIBA! ¡ARRIBA! - grité entonces, olvidándome de mi temor, de mi bloqueo y de mi angustia. Ahora mismo solo parecia importar que nuestro amigo se repusiera, que fuera capaz de enderezar y recuperar el equilibrio.

El partido estaba siendo duro y muy reñido. Más de uno había sido golpeado, Duncan sin ir más lejos, y aún así todos estábamos al pie del cañon. Y en ese momento tenía el baló en mis manos, la responsabilidad sobre mis hombros. 

Avancé hacia la portería oyendo los ánimos de mis compañeros motivándome a tirar. No pensé demasiado, pues había aprendido en los entrenamientos de Laura que el Quidditch se trataba precisamente de lo contrario. No pensar no significaba no analizar, claro. Observé en pocos segundos las posibilidades que tenía y vi mi oportunidad.

Lancé con todas mis fuerzas directa al aro derecho pero para mi decepción el guardián fue más rápido de lo que había esperado. La bola no llegó z cruzar el aro aunque estuvo a punto, siendo parada en el último instante.

"Mierda."

Pero no tenía tiempo para llorar las penas, ya que el partido seguía y ahora teníamos que recuperar la bola para poder comenzar un nuevo ataque.

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Nicholas había logrado adivinar la dirección de lanzamiento de Eve, lo que provocó que la grada volviese a dividirse entre los que gritaban un "oooh" y los que animaban a Slytherin con todas sus fuerzas.

Comentarista:- ¡Esta es la oportunidad de Slytherin para tomar más ventaja! Nicholas carga el brazo para pasar el balón, ¡pero qué ven mis ojos! Ha hecho un movimiento extraño durante el vuelo y se le ha resbalado de las manos la quaffle que ha acabado nuevamente en manos de Eve que tiene una segunda y más clara oportunidad. O'Hare, Bolton e incluso Boyd estaban en sus posiciones de ataque alejadas, por lo que Colleman está sola ante el peligro sin nadie que la estorbe.

Con el desastre de Nicholas, los que gritaban "¡Slytherin! ¡Slytherin!" callaron mientras que los que optaban por animar a Ravenclaw gritaban entusiasmados, atendiendo a Eve. Prácticamente todas las miradas estaban puestas en ella.

Comentarista:- ¡ATENCIÓN! ¡Lewis ha avistado la snitch y se ha lanzado como una flecha a por ella! Esto proporciona algo de ventaja a Slytherin y... ¡OH!- Una bludger se interpuso en el camino de Kyle, obligándole a realizar una extraña maniobra. En un principio pareció cómo si la hubiera esquivado, aunque realmente lo que había ocurrido es que se había salvado por instinto de romperse el cráneo. Eso sí, no pudo librarse de un golpe algo menos mortal.- ¡Una bludger ha dado de lleno en el buscador de Ravenclaw! ¡Le ha dado en toda la mejilla! ¡Eso tiene que doler!

De hecho, Kyle notó que su boca se llenaba de sangre. Dos muelas habían sido arrancadas de la encía por el golpe. Y mientras tanto, en su atolondrado estado, Carrie Lewis estiraba el brazo para intentar atrapar la snitch. Aunque él sabía que no estaba todo perdido.

Laura:- ¡Sean! ¡Te dije que protegieras al buscador! ¡Rose! Olvídate de nosotros. ¡Encárgate de Lewis!

Rose:- ¡Entendido!

Dicho y hecho, con un golpe lejano Rose mandó la bludger al cuerpo de Carrie, volando mucho más abajo que el resto de jugadores y aparentemente centrada solo en la snitch.

La pregunta de Leonard le cogió por sorpresa.

- De Carrie Lewis, por supuesto - contestó entrecerrando los ojos ligeramente, como si no entendiese cómo podía haber siquiera pensado en otra posibilidad. Todavía manteniendo la sonrisa, se inclinó hacia un lado invitando a su amigo a sentarse junto a él. - Doy por hech.... - No le dio tiempo a terminar. En cuestión de milésimas de segundo la nueva capitana del equipo Syltherin había dejado de ser el centro de atención, eclipsada por la desastrosa actuación de Kyle. Ni siquiera tuvo tiempo de hacer un comentario sarcástico al respecto. Como el resto de los ocupantes de las gradas, se mantenía absorto en el campo, esperando ver el resultado de lo que, al parecer, estaba a punto de pasar.

De lleno. El ravenclaw se había llevado un buen golpe y las risas y aspavientos se entremezclaban a ambos lados de la grada. El momento de tensión había pasado. Ahora todas las miradas estaban en Carrie.

- Con un par de chupitos de fuego bastará - comentó divertido volviéndose hacia Leonard y dándole un par de palmadas afectuosas en la espalda. El partido todavía no había acabado, pero estaba claro que la victoria iba a ser de Slytherin.

Sin perder de vista la Quaffle comencé a dar la vuelta cuändo me di cuenta de que Nicholas dejaba caer la bola. No llegué a preguntarme qué hacer, ya que mis instintos habían hecho que diese la vuelta por completo. Llegué a tiempo para recoger la bola y no lo dudé: era mi oportunidad, mientras la duda aún reinaba en Nicholas, no podría pararla esta vez.

Haciendo uso de uno de los trucos que me había estado enseñando Duncan, lancé la pelota unos metros hacia arriba mientras giraba con velocidad sobre mi escoba, golpeando la bola con fuerza y lanzandola contra los aros.

El tiro cruzó el aro y escuché, no se si en las gradas o en mi cabeza, los vítores resonar.

- ¡Sí! - ​exclamé levantando el puño, mientras pequeñas gotas de sudor bajaban por mi frente. Qué calor con los inuformes y protecciones de cuero. Tan pronto como la bola volvió al juego, lo hice yo. 

Fue entonces cuando vi a Kyle golpeado y a Carrie en busca de la snitch.

No,no,no...

¿Podríamos conseguir suficientes puntos para contrarestar la snitch? Era poco pposible. La responsabilidad caía en Kyle.

No se dio cuenta del gol que acababa de marcar Eve ni del golpe de la bludger sobre Kyle, tan centrada estaba en su propia persecución de la diminuta snitch, que volaba frenéticamente unos metros por debajo de los aros de Slytherin. Sin embargo, su abstracción no fue suficiente para que la bludger le diera, aunque bien podría ser que la hubiera esquivado por la velocidad que llevaba con su escoba último modelo, regalo de cumpleaños.

Escuchaba el zumbido del público como un conjunto de gritos sin forma pero cada vez más cerca. Fue entonces cuando se dio cuenta y no antes de que la snitch estaba intentando eludirla entre la multitud de slytherins, haciéndola virar en un gesto brusco para esquivar una grada que un grupo de alumnos había vaciado apresuradamente para evitar el impacto con Carrie, quien tocó el banco con el pie y se dio impulso en la dirección contraria, de nuevo tras la estela dorada de la snitch, que volvía a separarse del gentío. Volvió a quedarse sola, rodeada de ruido y gente pero todo de un modo uniforme hasta el punto de quedar casi apagado por el zumbido del aire en sus oídos.

Ya casi la tenía. La veía a dos metros de ella. Tal vez si saltaba incluso la atraparía, por más daño que se hiciera al caer. Y el caso es que deseaba atraparla. Alargó la mano, fijó la vista ante sí y entonces, como si hasta el momento hubiera estado ciega excepto para el color dorado, vio los tablones de madera que sostenían las gradas y que tenía inmediatamente delante. La escoba cambió de dirección bruscamente hacia el lado para esquivar el doloroso impacto.

Pero era tarde, demasiado tarde, y el golpe no pudo ser evitado por tercera vez consecutiva.

Leo levantó la mano de su vista justo para ver como la bludger golpeaba a Kyle. el gesto instintivo fue cerrar los ojos al siseo de un suave - issshhhh..... - Abrió uno de los ojos, viendo que Kyle aun estaba sobre la escoba. Por suerte aun no se ha caído... Eso si habría sido doloroso. Pensó desconociendo el estado real de Kyle. Para cuando alzó la vista hacia los aros, escuchó a Slytherin entero estallar en celebraciones, viendo la pelota en la mano del Guardián.

Mierda.

Pero acto seguido, al lanzar la pelota, Eve la recuperó. Leo dio un par de fuertes aplausos, con una amplia sonrisa. -¡VAMOS! - Alzó la voz para animarla a lanzar. - ¿Dónde está la Snitch? - Preguntó a Oliver, buscando con la mirada a Carrie, para ver como se precipitaba hacia las gradasen persecución de la pequeña pelota dorada. 

- Dos chupitos de fuego estarán bien - Bromeó, devolviéndole el gesto afectuoso. Y tras el gesto, se acercó a él para susurrarle algo.

- Después tenemos que hablar, creo que me perdido un par de cosas en Navidad, tío. -

Mientras Leonard le daba sus correspondientes palmadas en la espalda, Oliver negaba con la cabeza sin poder evitar mostrar una sonrisa. Mucho se había precipitado apoyando a Lewis. Parecía que, en este aspecto, nunca aprendía.

- Bueno, bueno, el partido todavía no ha acabado, O'Connor - Había hecho una apuesta y no sería él quien ahora la cambiara. - Ya sabes - continuó, inclinándose hacia él y señalando al campo - que esos jugadores de allí siempre se guardan un as en la manga.

- Cuando acabe el partido en el puente de siempre - Se refería, por supuesto, al puente donde le habían 'pillado' con Katherine antes de Navidad. Parecía que habían pasado años desde ese encuentro.