Partida Rol por web

El baile había comenzado. Madelain se quedó a un costado junto a Alyssia, admirando la destreza de algunos con el baile pero también, por qué no decirlo, riéndose de la absoluta incompetencia de otros para lo mismo, que en realidad eran la gran mayoría.

Tomó ella a su vez un vaso con licor y lo chocó con el de Alyssia. Ver bailar a tanta gente la estaba tentando, le gustaba bailar y además era una buena bailarina.

_¿Te gusta bailar? -le preguntó-.

Lissy se quedó más embobada todavía cuando André le hizo notar que sólo tenía ojos para ella, sus mejillas le ardieron y le dio la mano sin ningún tipo de titubeos cuando el muchacho le preguntó si le concedería aquel baile ¿Cómo demonios no se lo iba a conceder? ¡¡Lo estaba deseando!! Eso sí, procuró no tirársele al cuello y se aferró a su acompañante con toda la elegancia de la que una buena Richards podía hacer gala.

Una vez en el centro Lissy apoyó una mano sobre un hombro de André y la otra sobre su brazo, cuando la música comenzó la muchacha no podía estar más feliz, lució su sonrisa más radiante mirando embelesada a su compañero y comenzó a dejarse llevar por la música. Parecía que se encontraba en un auténtico cuento de hadas...

¿Me concede este baile señorita Evergreen? - le pide Henri a su acompañante con toda la formalidad de la que es capaz. Desde que había entrado en el salón solo había tenido ojos para Nora, todavía no terminaba de creerse que una chica tan guapa y divertida como ella hubiese querido ser su pareja en el baile.

Sin dejar de mirarla, la llevó hasta la pista y comenzaron a bailar el vals. Henri llevaba a Nora con bastante seguridad. Su tía le había enseñado unos pasos al principio del verano, cuando se enteró de que este año habría un baile en Hogwarts, bastante antes del secuestro de su primo.

Tenías razón.- le susurra al oído recordando una broma que habían intercambiado junto al lago negro.- La mitad del baile está embobado mirándote y la otra mitad se muere de celos por eso.

Cuando Spencer la rodeó por la cintura, su rostro se tornó rojo carmesí mientras sentía como la sangre subía rápidamente a sus mejillas. No pudo hacer otra cosa que sonreír tímidamente y soltar una risita nerviosa por la cercanía del muchacho. Habían estado mucho más cerca pero... tal vez nunca se acostumbraría a ese tipo de trato y gestos. 

-¿Me estas llamando cotilla?-bromea en un murmullo, con un fingido tono de indignación.

Justo después, llega con Alex y Clare para hacer esa petición que finalmente el Gryffindor acepta. Sonrió cuando Clare dijo que estaba muy guapa, musitó un tímido "gracias" apenas imperceptible mientras sus mejillas se coloreaban por el halago. Le resultó curioso que Alex no le dijese nada... a él le encantaba decir cosas así, pero parecía que, bueno, tal vez no le gustase como iba vestida. Sin embargo, volvió a sonreír cuando aceptó a bailar con ella más tarde, no le extrañó el beso a Clare en la mejilla puesto que Alex tendía a ser muy cariñoso con los suyos. Rió la broma de Clare y de Alex, la noche no empezaba tan mal.

-Sí, por supuesto. El pri-primer baile es para Spencer.-sonrió a su acompañante, apoyando la cabeza en su hombro, ya que su brazo seguía rodeando su cintura.-Mejor va-vayamos dentro... o Fiore no ca-castigará...-se estremeció arropada en el brazo de Spencer al recordar lo que esa mujer les hizo la última vez, acariciándose inconscientemente la mano que había sido herida... por suerte sin cicatrices.-Cuando quieras, ya sa-sabéis donde estamos.-dijo a la otra pareja antes de dirigirse al interior. 

Una vez dentro, esperó a que su pareja la sacase a la pista de baile y se encaminó a ella con cabeza gacha y pasitos inseguros. Cuando estuvieron colocados, la muchacha posó su brazo izquierdo sobre el hombro de Spencer y tomó su otra mano con la suya libre, esperó pacientemente a que su compañero comenzase a marcar los pasos que ella debía seguir una vez diese comienzo la música.

-¿Listo? Intentaré no pisarte demasiado...-le susurra con una sonrisa, medio en broma-medio en serio.

Tras entrar al comedor, muy bien decorado, es el momento más terrible de la noche para casi todo el mundo. Arrancarse a bailar...lo hagas bien o mal siempre suele ser difícil por el típico miedo de "¿Y si hago el ridículo?". Yo no soy distinto, pero igual que todo el mundo siente eso, también lo superan.

-Espero que te hayas despedido bien de tus queridos pies, vamos allá.

Sin más, llevo a Clare a bailar. No lo hago tan mal como he dicho, pretendía que las expectativas fuesen bajas.

-Clare...estoy seguro de que todo el mundo le dice lo mismo a su pareja, pero estás preciosa. Realmente preciosa.

No te desconcentres, o la pisarás de verdad...

-Otra opción es que te subas a mis pies.- Comento a modo de broma con una sonrisa en mis labios.- Veamos, esta por aquí.

Tomo su mano izquierda con mi diestra, y la hago apoyarse en mi hombro. Después mi mano recorre su figura hasta su cadera.

-...y esta otra por aquí.

Mi zurda y su derecha quedan con los dedos entrelazados. Me aproximo a ella, mientras hago de mi abrazo una presa un poco más fuerte.

-Con los cuerpos juntos, nos movemos al compás. Tu pie derecho, hacia la derecha...el otro hacia atrás, y ahora el derecho otra vez...eso es...- No podía quitarme la sonrisa del rostro, mientras miraba hacia abajo, para después lentamente levantar la mirada y cruzarla con la suya.

-¿Bailar? No, no... bailo fatal este tipo de bailes, así que quizá haya sido mejor venir sin pareja.

Es una mala bailarina. Muy mala, a decir verdad. No ha bailado nunca en su vida más allá de los típicos pasos de las canciones infantiles y todo porque de pequeña era demasiado patosa para poder seguir correctamente los pasos y siempre hacía equivocar a todo el mundo.

-Haría el mayor ridículo jamás registrado en este colegio.

Al iniciar la música el chico lleva a Lissy como si fuese todo un experto en eso de los bailes de salón. No es un bailarín extraordinario, pero si que parece destacar por encima de muchos de los allí presentes de su mismo curso y alguna que otra vez, por encima de algunos de los alumnos de cursos superiores.

Se inclina un poco hacia delante, de una forma bastante seductora, o quizá es que Lissy lo tiene ya demasiado idealizado como para saber si lo es o no realmente.

-Relaja un poco los hombros y deja que yo te lleve - le susurra para después volver a la posición original.

Asiente mientras se deja guiar hacia la zona habilitada para el baile y donde ya hay muchas parejas dispuestas a enseñar lo que saben sobre ese tipo de danza, con mayor o menor éxito. Posiciona las manos como ve que las tienen las demás parejas y le mira un poco nerviosa.

-Nunca antes he hecho esto... yo soy más de deporte - le susurra a forma de confidencia.

Aunque parece que a Henri se le da bien eso, o al menos sabe los pasos básicos para moverse por la pista sin tropezarse y guiando a Nora en el baile. Tiene que concentrarse mucho en los pies para no pisar a su acompañante, sonríe a Henri por su comentario, pero eso le cuesta al pobre chico un bien pisotón y alguna que otra pérdida de equilibrio por parte de ella.

-Lo... lo siento. ¡Me has desconcentrado! - le susurra.

El corazón del pequeño águila comenzó a acelerarse al sentir la cercanía del cuerpo de Spencer. Y además tenía que seguir sus movimientos. Poco a poco, fue moviéndose por la pista de baile junto a él, siendo manejada como una marioneta en manos del muchacho. Eso sí, no podía apartar la vista de sus pies, que daban pasos dubitativos al ritmo de la melodía, a pesar de lo mucho que se concentraba, algún que otro mal paso daba. Su ceño se fruncía y su labio inferior quedaba atrapado por sus dientes, en una expresión total de concentración y tensión. Afortunadamente, poco a poco fue soltándose, sus movimientos cada vez eran más acompasados y seguían las instrucciones que marcaba Spencer. 

Se atrevió a dejar de mirar el suelo para levantar la cabeza y encontrarse con los ojos del Ravenclaw, que la miraba sonriente. Tan sonriente que la muchacha se sonrojó y tuvo que apartar la vista de nuevo durante unos momentos, hasta que volvió a centrar su atención en los ojos del chico. Realmente, suponía mucho más fácil bailar mirándole a los ojos que mirando el suelo. 

-No era tan complicado... Por ahora no te he pisado una sola vez.-comentó orgullosa de sí misma, terminándolo en una risa alegre. 

-Gracias - sonríe - tú tampoco estás mal - dice con un todo un poco bromista, pero realmente piensa que es cierto y que está muy guapo, con ese estilo arreglado pero informal que le caracteriza completamente.

Por suerte para Alex, Clare tiene la capacidad de evitar los posibles pisotones con un ligero movimiento de pies y tampoco hace muy mal eso de bailar el Vals. Quizá lo poco que sabe bailar es de haber visto algunos libros con imágenes en movimiento pues sus padres, a pesar de ser Sangre Limpia, nunca se han preocupado de cosas de ese tipo.

-Me habías engañado, al final no tendré que ir a la enfermería, de momento.

-En realidad si sé bailar, un poco. Aunque no es lo mío en absoluto. Pero si las expectativas son bajas...quedo mejor.- sonrío.

Paseo la mirada por la sala unos instantes antes de volver a Clare, y no apartar mis ojos de los suyos.

-Seguro que es una pesadilla para las chicas pero...merecería la pena veros así a todas más amenudo. ¿No crees? Bueno ¿Qué vas a querer beber, cuando terminemos este baile?

Se aferra al brazo de Ashton como si le fuera la vida en ello.
No recordaba tener tanto miedo, aquella situación estaba al límite de sus capacidades. Por suerte, no sería ella la que guiara en el baile. Aunque sería capaz de meter la pata aunque esa responsabilidad no cayera sobre ella.

Se abraza a él, una mano con la suya y otra al hombro. Y con la mayor elegancia y voluntad que es capaz de reunir, y asiente suavemente con la cabeza. Demostrando así que está lista para aquel evento que echaría por tierra la poca reputación que pudiera tener.

Recuerda, después de esta noche podrás olvidarte del ridículo que vas a hacer ahora...

Ashton camina cogido de la mano con Katie hasta el baile. Fiore está apunto ya de cerrar las puertas, pero misteriosamente les deja pasar sin decirles nada. Lleva a la chica entre las parejas hasta un punto en la pista de baile. Todo el mundo está concentrado con sus respectivas parejas, por lo que no se molesta en saludarles ni nada.

Aun así mira a su alrededor hasta dar con André y Lissy, y sonríe cuando les ve juntos. Su plan había funcionado al final, parecían felices, al igual que los demás.

- Tengo una última sorpresa. - dice mientras se gira hacia ella en un punto dentro de la pista de baile. Sonríe y le coge de las dos manos. - Esto es algo que sabe poca gente... pero se bailar... bastante bien al menos.

Piensa si contarle la historia, pero ahora no sería el mejor momento, luego quizás. Pone la mano de la chica en su cintura y la suya en el hombro de ella. Vuelve a sonreír y comienza a llevar a la chica al ritmo de la canción. Por fin algo en lo que era bueno.

_Ohh, pero nadie nace sabiendo.

Y era cierto, requiriendo mayor o menor esfuerzo todo podía llegar a aprenderse. Claro que para eso lo que era fundamental era la voluntad.

_No deberías preocuparte por esas cosas. Lo que los demás piensen de uno no es lo importante, lo importante es sentirse bien con uno mismo. Si te interesa aprender puedo enseñarte, pero si es simplemente que no te gusta bailar lo entiendo, y podemos simplemente quedarnos hablando.

Luego señaló a un par de parejas que estaban bastante más cerca de lo necesario.

_Creo que hay parejas que se mantendrán incluso cuando el baile termine...

Para el hufflepuff todo estaba saliendo perfecto. Los nervios que sentía en la boca del estómago cuando comenzó a vestirse se estaban marchando poco a poco. Nora, radiante con su trenza pelirroja y su vestido verde, lo estaba haciendo muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que nunca había bailado un vals y lo hacía sobre unos tacones con los que era dificil simplemente andar.

Tras su comentario, Nora deja de mirar el suelo y le sonríe mirándole a los ojos. El corazón de Henri se alegra, ya que, por mucho que se repita que son solo amigos sabe que la descarada pelirroja le gusta mucho más de lo que ha estado dispuesto a admitir hasta ese momento.

Lo malo es que el momento de alegría le cuesta a Henri un pisotón y a ella casi caerse. Por suerte para ambos, el plan de entrenamiento de Tina incluía sesiones en las que lo único que hacían los cazadores era recibir balonazos mientras trataban de no caerse de la escoba. Así que tenía cierta práctica en mantener el equilibrio en situaciones complicadas y pudo evitar que se cayeran, aunque no que perdieran un par de pasos.

- Lo estas haciendo muy bien, no te preocupes.- susurra, no va a dejar que un pisotón y perder un poco el equilibrio le estropeen el momento. - si yo llevase esos tacones haría bastante rato que ya me habría roto un tobillo.

Le sonríe, no quiere hacerse ilusiones, pero Nora, siempre tan segura de sí misma acaba de reconocerle que le ha desconcentrado. ¿Estará sintiendo lo mismo que él o es que necesita toda su concentración para evitar pisarle?

Al escuchar su confesión, no puede hacer más que sonreír.
Sabía bailar, y con cierta maestría por lo que contaba. En parte le relaja, porque no acabarán los dos en el suelo muertos de vergüenza o de risa.

Se afianza a su cuerpo.

- Lo dices como si fuera un terrible secreto. - le dice, con el mismo tono confidente que él. Se acerca para besarlo en la comisura de los labios. - Me encanta que se te dé bien, de verdad. Me encantas.

Además de guapo el chico sabía bailar, Lissy era consciente de que estaba demasiado embobada con él, pero después de todos los sinsabores que le habían ocurrido se merecía pasar aquel rato tan agradable con tan buena compañía... quizás no debería fiarse de él, al fin y al cabo no lo conocía pero un baile no haría daño a nadie y más dejándose llevar por un bailarín tan experto...

- A veces me cuesta seguirte le ritmo, no hay duda de que sabes lo que haces- le sonrió mientras trataba de relajar los hombros, la extrema cercanía del muchacho la ponía nerviosa, no quería parecer una chica torpe y por nada del mundo quería pisarlo. Quizás por eso no terminaba de conseguir estar más relajada.

Ríe por lo bajo al escuchar el comentario de Henri. Ha tenido suerte que Henri sea bueno con los reflejos y todo eso gracias a los entrenamientos de quidditch porque con esos zapatos, para ella hubiese sido imposible no acabar en el suelo y haciendo que la música parase y todos la mirase.

-En realidad - le susurra a modo de confidencia - me han tenido que llevar 3 veces a la enfermería. Me he quedado sin tobillos al practicar durante todo el día. Ahora no los siento... pero prometo no volver a llevar estos objetos de tortura nunca más.... donde estén las zapatillas...

Seguramente es una de las muchas torturas a las que sus amigas la han sometido sin compasión para que fuese arreglada y bonita esa noche. Vuelve a tratar de seguir los pasos de Henri, ahora con un poco más de confianza, pero muchas veces baja la mirada para comprobar que los pies de ambos siguen ahí y no se han quedado atrás por los pisotones y los traspiés de ella.

Es una pena que tenga más confianza ahora porque comienzan a escucharse las últimas notas de la canción y las parejas comienzan a detenerse junto con la música. Antes de que comience a sonar otra canción, Nora coge a Henri de la mano y tira hacia el fondo del Gran Comedor.

-Los tobillos no me los siento, pero los pies si... - dice antes de mirarle por encima del hombro con una sonrisa - Gracias por bailar con esta torpe. ¿Descansamos una canción y volvemos? - dice sentándose en una de las sillas dispuestas para eso.

Alana tenía pocas ocasiones para lucir los modales que se le inculcaron desde que era pequeña, y esta ocasión era una de esas oportunidades. Sonrió con naturalidad al tomar un lugar privilegiado en el ambiente del baile, y primero se dejó llevar por su pareja para comprobar que tal era esta bailando. Tras pasar su criterio de ser un buen bailarín, se dejó guiar con movimientos graciles para acompañar, al pie de la música y bastante sincronizada.

-Nada mal... -dijo complacida en medio de la danza- Parece que te gusta ser bueno en todo lo que haces.

Tenía que admitir que se lo estaba pasando bien, y la noche prometía ser relajante.