Partida Rol por web

 Les dediqué una mirada maliciosa a los dos Gryffindor mientras les escuchaba quedar para ir juntos a la biblioteca. Seguramente nos encontraríamos allí, porque, cuando no entreno para el quidditch o aprovechando las salidas a Hogsmeade, me pasaba todos mis ratos libres en ella, aunque no tuviera que estudiar, con el fin de aprender nuevos hechizos o mejorar mis conocimientos de todo lo relacionado con el mundo mágico, su historia y sus secretos...

 Apto seguido, fijé mi vista de nuevo en el director, esperando que continuase con la clase, esperando aprender algo nuevo sobre la historia de la magia o sobre algún mago famoso.

Mira a Logan y con cara seria le responde.

-Señor Andrews, tiene toda la vida para aprender sobre los mortifagos. Para entender la historia, debe mirarse desde muchos puntos de vista. Deben conocer quien era Harry Potter y quien era Albus Dumbledore. Aunque lo crean imposible, el Señor Tenebroso tenía en alta estima al antiguo director de Hogwarts.

Mira a los alumnos buscando alguna duda más con la mirada.

-Bueno... para comenzar, me gustaría saber que conocimientos tienen sobre la época del niño que sobrevivió. ¿Algún voluntario?

Ni de coña.

Le dieron ganas de pegarle un coscorrón a Logan por preguntar algo así y ganarse una riña del profesor, pero obviamente, no lo hizo. Se limitó a negar con la cabeza, resignado. Un amigo era un amigo, por muy "hábil" que fuese a veces. Estuvo a punto de levantar la mano, pero era la primera clase del año. No quería ni podía permitirse ganar fama de adulador el primer día. Y estaba Serpens, qué demonios. Prefería que él le mirase la nuca  a tener que mirarle de frente. Mucho más cómodo tenerlo pegado a la espalda.

Así que no, no levantó la mano. No se ofreció voluntario.

 Con una sonrisa, levanté la mano, esperando a que el director me diera permiso para hablar, tal y como era costumbre en estos casos...

 Una vez que me cedió la palabra, respondí:

 - Harry Potter, también conocido como el niño que vivió, fue la única persona conocida que sobrevivió a un Avada Kedavra, lanzado por el mismísimo señor tenebroso, del cual solo tuvo consecuencia que le quedara una marca en la frente, en la famosa cicatriz con forma de rayo que se convirtió en su seña de identidad. Además de eso, fue un huérfano que vivió con sus tíos muggles, llevando una vida muggle, hasta que recibió la carta de invitación a Hogwarts, como nosotros, y fue miembro de la casa Gryffindor. Según consta, participó como un cuarto miembro en el torneo de los tres magos, algo que jamás había ocurrido y, después del retorno del señor tenebroso, logró escapar varias veces de sus redes hasta que finalmente, en la batalla de Hogwarts, nuestro director puso fin a sus días...

 Me crucé los brazos, con una gran sonrisa de satisfacción, lo poco que había contado era fruto de leer varias fuentes a lo largo de los años, como Historia del torneo de los tres magos,  y también de sabiduría popular. Era posible que alguno de los datos fueran incorrectos, pero para eso estaba esta ocasión de leer el libro que nos había dicho el profesor.

-Aparentemente -continuó Alana con sorprendente naturalidad, como completando la frase- Era excepcional en su momento en la materia de Defensa Contra las Artes Oscuras. Logró su patronus a muy temprana edad, en forma de siervo, y entre otras cosas se enfrentó a un basilisco en esta misma escuela, sobreviviendo gracias a las lágrimas del fénix del director en ese momento.

Cruzó las manos bajo el mentón, como esperando algún intento de corrección.

 Aunque mantuve mi rostro impasible, por dentro hice un gesto de dolor cuando mi compañera mencionó el basilisco, un episodio que, al estar relacionado con la historia reciente de mi familia, había elegido deliberadamente no mencionar, con el fin de no traer a mención a La Cámara De Los Secretos, ya que no quería que alguien quisiera intentar ir a verla y descubrir a su actual inquilino...

 También tenía miedo de que el director le diera por visitarla y descubriera al basilisco, ya que, aunque este se encontraba vinculado a mi rama de la familia, y por lo tanto solo debería de obedecerme a mí, del mismo modo que el de Salazar Slytherin estaba vinculado a sus descendientes y por eso Potter no pudo usar  su habilidad en el Pársel para controlarlo en su enfrentamiento, si temía que él ordenara destruirlo, al ver que no podría usarlo en su favor. Yo sentía cierto cariño por la bestia y no deseaba eso...

- Tambien sobrevivio al señor tenebroso otra vez mas obteniendo para si la piedra filosofal y pudiendo protejerla para que no pueda usarla, segun dicen luego de ese encuentro la piedra fue destruida, tambien hablan de que formo un club en su quinto año llamado el ejercito de Dumbledore....

 Mientras miraba al profesor, nadie lo sabia pero Potter era una fuente de inspiracion para el, y por eso cada verano intentaba aprender algo nuevo acerca de el.

Alex se puso la mano frente a los ojos, sobre la frente, valga la redundancia. Usándola de visera para no tener que mirar directamente al profesor por temor a equivocarse y hacer el ridículo, habló.

- Fue juzgado por hacer magia en verano, fuera de la academia. Asaltó Gringotts y huyó a lomos de un dragón que custodiaba los pisos inferiores. Ganó, junto con Cedric Diggory- tristemente- el Torneo de los Tres Magos, cuatro como ha dicho mi compañero- tardó un segundo en aceptar que tenía que decir la segunda frase, por lo que la escupió con un poco de retraso-. Se le conocía por ser un gran Buscador- hablaba de Quidditch, obviamente-, como creo que lo fue su padre, aunque no estoy seguro. Eso último sólo lo he oído, no lo he leído.

Suspiró aliviado, retirando al fin la mano para mirar al profesor con la cara entre la vergüenza y la resignación. Había soldado datos aleatorios sobre el chico, completando un poco la información de sus compañeros y añadiendo algún detalle de color, pero tener que hablar voluntariamente cuando podía limitarse a hacer el trabajo no era algo por lo que tuviese especial interés.

Mira extrañado a los chicos porque saben mucho sobre Harry Potter, cosa que quizá no debería ser tan normal en esos tiempos que corren.

-Señores y señorita, saben mucho sobre el niño que sobrevivió, pero espero que el libro que les he recomendado y sobre el que tienen que hacer un trabajo, sea de ayuda para ahondar esos conocimientos. Pero recuerden, que el nombre de Harry Potter no puede pronunciarse fuera de esta clase o cuando hablen con la bibliotecaria. Saque su pluma y apunten...

Abre uno de los libros que tiene sobre la mesa y se sienta tras el escritorio... comienza a explicar la época anterior al señor Tenebroso, explicando la historia de Grindelwald, un antiguo señor oscuro amigo de juventud de Dumblerore. La clase pasa lenta, pero no les queda otra que atender. Al menos el profesor Deans intenta ponerle un poco de dinamismo y les hace participar habitualmente.

Toca el timbre que indica el final de la clase.

-Recordad que podéis ir a consultarme cualquier duda fuera de las horas de clase. También podéis concertar tutorias para los trabajos. No lleguéis tarde a Transformaciones.

TRANSFORMACIONES

La clase de transformaciones está en una de las clases de la planta baja, con grandes ventanas, situadas tras el escritorio de la profesora, por las que entra mucha luz y a veces molesta, si la clase toca a primer hora de la mañana, cuando el sol entra directamente a través de los cristales.

No hay ni rastro de la profesora Lewys, aunque, como todos saben, le gusta ocultarse para que todos se confíen. A veces, incluso, ha llegado a poner castigos por cosas que los alumnos no pensaba que vería. Quizá fuese el búho que hay sobre la percha, o una rata escondida entre las estanterías con objetos.

Algunos decían que era una animaga y otros que simplemente sabía transformar las cosas para despistar... que era muy buena ocultándose... aunque nadie parece estar del todo seguro con su hipótesis. En la sala suena una dulce música que viene de un gramófono, bastante antiguo, por lo que se puede ver.

 Fui el primero en llegar a clase y me senté sin dudarlo en el pupitre más cercano a la mesa del profesor, como era mi costumbre, para poder entender bien las explicaciones y poder ver de primera mano las demostraciones que nos impartía la profesora Lewys. Pese a su reputación, eso no me impedía estar en primera linea para poder rendir lo mejor a la hora de aprender cosas nuevas en clase.

 Mientras esperaba sentado, desempaquetando mis cosas, me fijé, tras haber prestado atención a la música que sonaba, en el gramófono, al que miré con curiosidad y desconfianza. ¿Sería ella en realidad?.

 - Buenos días, profesora... - Saludé con precaución, mientras observaba el objeto, esperando no hacer el ridículo y no haberme equivocado.

Alex entró en el aula. Aquella vez, a diferencia de en clase de Historia, lo hizo sin prisa, a paso tranquilo. No había lagos retrasándole ni conversaciones trascendentales. Había tenido diez largos y relajantes minutos de paz para vagar por los pasillos hasta el aula, sin prisa, a sabiendas de que no se llevaría castigos ni amonestaciones por mal comportamiento. Era el primer día, por lo que no pensaba hacer menos.

Se sentó en un pupitre, por el centro de la sala, dejando espacio para que Logan o cualquier otro León se sentase a su lado si quería. Sacó los bártulos de la clase, y apoyando las manos en el mentón, resopló.

Esta clase no va a ser divertida. No, no va a serlo...

Siempre le quedaría el consuelo de que luego podría comenzar a liquidarse el trabajo de Historia. Y quieras que no, visitar la sección prohibida era una perspectiva la mar de interesante. Era como poder pecar con perdón de antemano, era fantástico.

Alana se metió en clase de transformaciones tras pasarse el recreo haciendo nada en particular excepto cambiar sus libros y utiles para los de la materia. La profesora de turno siempre sabía como poner nerviosa a la gente, no es que tuviese costumbre de armar alboroto en el preludio del comienzo de la asignatura, pero no era cómodo sentirse "observado" todo el tiempo. Procuró mantener una expresión neutral, sentandose exactamente en el mismo punto de la clase que en historia.

 Vi como mis compañeros iban llegando poco a poco, les dediqué una leve mirada de indiferencia antes se ojear el libro que íbamos a usar en esta clase, o sea, el que nos habían mandado comprar para ello.

 La verdad es que alguno de los conjuros parecían ser muy interesantes y me moría de ganas de probarlo, pero no quería empezar sin el permiso de la profesora, lo último que me apetecía y me convenía era hacerme merecedor de su ira y sus castigos... No, era mucho mejor esperar...

Logan corria hacia la clase, sabia que estaba por llegar tarde y lo pensaba pero justo llego a los pocos minutos de que el timbre sonara de nuevo.

 Al llegar comienza a sentarse al lado de mi amigo Alex, dejo caer la mochila y luego suspiro, mientras miro de nuevo como los de Slytherin comparten con nosotros, seguimos con los de Slytherin me va a dar algo...

 Miro a Alex y luego como se apoya de brazos.

- Amigo... Vamos a no decar, que para eso estoy yo jaja.

Alex, en tono cómplice, como quien no quiere la cosa palmeó la espalda de su compañero.

- Venga León, frena, que ya estás aquí- le dijo en un tono ligeramente condescendiente, a sabiendas de que el chico era de todo menos calmado.

Y ahora, querido, ponte recto como un palo que nos están mirando.

Pero no lo dijo, más por no ponerse a discutir con nadie que por otra cosa. Ya había tenido bastantes roces el día anterior como para querer más a segunda hora de la mañana en el día siguiente. Bastante desagradable iba a ser de por sí aquella clase como para complicarse más la vida...

Las últimas en entrar en la clase son Christine y Clare que se sientan en una de las mesas de primera fila, frente a Alex y Logan. Tras eso, la puerta se cierra como por arte de magia.

-Señor Serpens, no debería hablarle al gramófono... no creo que el pueda entenderle.

El gramófono deja de sonar justo cuando la voz de la profesora se oye en la clase. Se acerca al inicio de la clase ya que parece que nadie se ha dado cuenta que en realidad estaba detrás y eso es lo que le gusta... que se piensen que va a hacer gala de sus múltiples habilidades de transformación cuando solo ha estado observando sin hacer gran dosa.

-A partir de ahora, pido silencio.

Unas tacitas de porcelana aparecen frente a los chicos.

-Ven esas tacitas sobre sus mesas... quiero que transformen esas tazas en un ratón. ¿Alguien recuerda como hacerlo? Tienen las siguientes dos horas para conseguirlo... quien haga un resultado perfecto, tendrá algo especial.

Alex reprimió una sonrisa, sacando la varita mágica. Que aquella víbora le pegase un capote al prefecto de Slytherin había sido una delicia, pero prefería ahorrarse cualquier molestia innecesaria por "comportamiento inapropiado". Miró de reojo a las chicas de adelante, a sabiendas de que antes o después tendría que hablar con ellas. No podía ser que fuesen las únicas amigas a las que no hubiese dedicado más de tres palabras desde que llegó al andén en la estación.

Así pues, apoyó la punta de la varita a un centímetro de la taza, y sin saber del todo lo que estaba haciendo, aún a riesgo de cometer un error garrafal y acabar convirtiendo el recipiente en un gallifante, realizó una floritura intentando convertirla en un ratón. Como alumno de quinto curso le parecía algo asequible, pero tirar de memoria e ingenio para ello hacía la tarea bastante más difícil.

Se tentó mucho de saludar a la pareja de adelante, pero finalmente lo descartó. Tenía todo el año y no era plan de hablar en una clase como esa. Una auténtica lástima, pero a veces no quedaba otra. Uno ha de hacer lo que debe hacer. En ese caso, transformar una taza en un ratón.

Logan mira a Alex esperando que este supiera como lograr lo que la profesora le habia pedido, mira a su taza fastidiado y luego con su varita comienza a tocar la punta de la taza, solo esperaba que surgiera o de lo contrario la profesora lo castigaria o peor le restaria puntos...

 La concentracion es demasiada aunque para las clases se demuestra otra cosa.. Vuelvo a mirar a Alex y luego a mis compañeras de adelante pero todo estan sumidos en la taza...