Partida Rol por web

Escucha aquellas explicaciones que por momentos parecían sacadas de una chistera.
Vivían en un mundo mágico, en eso estaban de acuerdo. Pero aquello... En fin, le costaba creerlo. Henri no era tonto, por supuesto que no. Pero acertar tan de lleno era extraño. Y su opinión parecía ser aceptada. Así que no iba a ser la voz opositora de nuevo.

Sus informadores tendrían información valiosa. Aunque quizás no querrían arriesgarse a desvelar nombres o rostros. Ya demasiado peligroso era identificar la casa. Atacar a un determinado orgullo...

¿Un fuego en el despacho para ocultar un robo? Sí, tiene sentido- Pensó Henri con pesar mientras imaginaba dos personas perfectamente capaces se hacerlo.- ¿Quien sería la tercera?

Escuchó las alabanzas de Alex y sonrió.- Aún no sé como el sombrero no me metió en Ravenclaw.- La realidad no tenía nada que ver con la genialidad, era más bien, que el chico sabía de lo que eran capaces de hacer sus amigos cuando se le metía una cosa entre ceja y ceja.

Puedes pedirles a tus amios que canalicen sus esfuerzos en tratar de recordar todos los detalles sobre lo que leyeron.- Si el visitante nocturno tenía la cara que él pensaba que tenía, no le cuadraba para que quería encontrar la sala de los menesteres, tenía que ser otra cosa.

Scarlet escuchó con sorpresa lo que Clare les contó. Desde luego, no se imaginaba a alumno de Gryffindor haciendo eso... aunque bien es sabido que a veces la valentía lleva a la bravuconería. No creía que fueran tres alumnos reales de Gryffindor, tal vez fuesen otros alumnos con esas túnicas. No sería muy inteligente por su parte ir mostrando los colores de su túnica.

Entonces Henri contó su teoría, con la que realmente estaba bastante de acuerdo, por lo que se limitó a asentir. Desde luego, ese asunto era mucho más peliagudo de lo que parecía en un primer momento... Y la curiosidad por saber qué había detrás de todo eso le quemaba bajo la piel. 

Alex entró en la sala de menesteres como siempre. Intentó no pensar en demasiado, por no decir en nada, ya que con quince años estas cosas, quieras que no, son relativamente difíciles, incluso para Alex. Aunque tenía un coraje y desparpajo inusitado, y aunque no tenía ningún problema para con Scarlet, no era lo mismo que para con Clare.

Había diferencias obvias en el carácter de ambas, y era distrito el trato que proporcionaba a cada persona según la personalidad de esta. El hecho de que Clare fuese una serpiente, metafóricamente hablando, no ayudaba demasiado. Aunque bueno, qué demonios, no sería muy difícil. En lo que llegaba la chica el joven se dedicó a entrenar el Patronus, por ir haciendo algo útil y productivo.

La puerta de la Sala de los Menesteres se abre para dejar entrar a la rubia serpiente que cierra tras de ella. Seguramente Alex quiera hablar sobre como va la red de información élfica para planear los nuevos movimientos y esas cosas porque nunca suelen verse a solas a no ser que sea sobre algo así.

-Hola Alex, ¿practicando?

Se acerca a la zona de prácticas.

- En algo hay que ocupar el tiempo- respondió con una sonrisa. Estaba bastante templado.

Guardó la varita y encaró a Clare con naturalidad. Subió las piernas a la mesa las cruzó.

- Sé que probablemente no te parezca buena idea- comenzó sin perder el tiempo. Era un especialista en ir al grano-, pero bueno, ya sabes cuál era mi especialidad- señaló la Sala de los Menesteres con un ademán de la mano, abarcándola, demostrando la naturaleza de las empresas en que se embarcaba-. El caso es, ¿tienes pareja para el baile de navidad?- preguntó con una sonrisa confiada.

Se queda un poco parada con la pregunta. Aun no ha comenzado a pensar en el baile así que no ha iniciado la búsqueda de pareja para hacer el paripé en esa minisociedad... un reflejo del mundo que les espera tras los muros del castillo cuando vuelven a casa en verano o cuando acaben su formación.

-Pues... no he pensado mucho en ello, la verdad... ¿por qué lo preguntas?

En realidad ya sabe a donde quiere ir a parar, pero es mejor hacerse la tonta y que lo diga él.

- Por ti- explicó con sencillez-. Por mí- añadió en referencia escalonada-. Por nosotros- señaló a ambos con la mano de forma alternativa. No se molestó en darle mucha más expectación al asunto.

Se levantó, avanzó hacia Clare y tomó las manos de la chica entre las suyas.

- No se me da bien andarme con rodeos, y soy una persona bastante transparente, así que lo diré claramente- tomó aire, miró a la pequeña serpiente de cascabel a los ojos, y lo escupió-. ¿Querrías ser mi pareja?- preguntó. Para el baile. ¡Para el baile, por Dios! No abonemos fuera del tiesto-. En el baile, claro.

Era amigo de su prima, así que, a sus ojos, no era algo raro pese a la diferencia de casas.

Aprieta las manos de Alex, le devuelve la mirada y medita la respuesta.

-¿No te gustaría más ir con Scarlet? Al fin y al cabo es la chica que te gusta, ¿verdad?

Es verdad que puedes ir con un amigo al baile, pero siempre se aprovechan ese tipo de eventos para comenzar a salir con la persona que te gusta o para mostrarle que te gusta. Y no... no está haciendo esa pregunta por el tema de las casas, cualquiera sabe que su prima está en Gryffindor y que no es inconveniente para ella juntarse con alguien de esa casa, aunque Alex no sea del gusto de todos.

Alex sonrió. Se esperaba una respuesta más o menos así, y confiaba en ello.

- Scarlet me importa mucho, pero no puedo pedirle algo así- confesó. Alex no podía mentir en algo así, no estaba en su naturaleza-. No sólo no soy el único hombre de su vida- explicó, aunque saltaba a la vista, y no se avergonzaba o sentía menos por eso-, sino que ponerla en la tesitura de elegir con quien ir al baile sería cruel- sí, no quería pedírselo para no forzarla-. Prefiero dejar que vaya con Spencer a que sufra.

Alex no tenía constancia de que Clare sintiese algo por él, y aunque a partir de sus últimos gestos pudiera leerse cierta implicación emocional, no se sentía con el derecho a maquillar la realidad. Sinceramente, Alex tenía sentimientos por Scarlet que sólo ha podido comparar con los que tuvo con Madelain, y porque el primer amor siempre cobra más relevancia en sus orígenes y se vuelve más intenso, aunque ahora no dejase de ser sólo un eco del pasado. Uno al que ni siquiera creía poder ayudar sin comprometer a sus compañeros y a si mismo. Alex no actuaba a la ligera.

- Te lo pido a ti- informó a la chica con una sonrisa-. Si quieres, pequeña, para mí sería un honor- la animó, pues temía que se deprimiese ligeramente-. Si no quisiera ir contigo, no te lo pediría, ¿y no creerás que me juego el cuello por las noches sólo porque me gustan los elfos, verdad?

Y trató de besarla.

Casi se deja llevar, pero le para. Hay muchas cosas por las que jugarse el cuello cada noche para ver a los elfos y si fuese otra persona quien le llevase a ellos, también se jugaría el cuello, eso parece tenerlo claro. No quiere ser la tonta que se crea esas cosas... aunque ya le gustaría.

-Crees... ¿crees que soy tonta, Alex?

Se separa y se aleja un par de pasos de él. Se cruza de brazos y le mira un poco enfadada.

-Ser una serpiente no me convierte en alguien sin corazón, Alex, pero no juegues conmigo porque si lo haces quizá si me convierta en una serpiente de verdad. Se lo que sientes por Scarlet, así que no sigas por ahí... no soy segundo plato de nadie. 

Alex frunció los labios en una mueca que mezclaba la pena con la misericordia y el entendimiento. Si bien antes había previsto su reacción, no había pasado lo mismo con la última. No se esperaba tal grado de responsabilidad sentimental, aunque probablemente se debiera a que Alex enfocaba ese rasgo o talento de otro modo.

- No iban por ahí los tiros, Clare- dijo avanzando un par de pasitos para tocar los antebrazos de la muchacha. Una forma de respetar su espacio vital sin hacerla sentir desamparada-. Lo siento si es lo que parece- se excusó con sinceridad-. No era mi intención hacerte sentir así, de verdad- meció ligeramente sus manos, forzando a que pasase lo mismo con los brazos de la chica-. No quería jugar contigo ni hacerte sentir una segundona- el rostro de Alex se contrajo en una mezcla de desagrado y repulsión, pues la verdad, que la hubiese hecho sentir así le contrariaba mucho.

Quitó las manos de los antebrazos y las recolocó sobre los brazos propiamente dichos.

La verdad, era sencillo. Alex no le pedía a Scarlet que tuviese que elegir. No se veía con la potestad de hacerlo, pues no eran pareja. Sí, era innegable que había una carga sentimental muy fuerte entre ellos, y Alex no pretendía ocultarla, simplemente no pretendía pregonarla. Por el mismo principio que dejaba a la chica hacer su vida mientras no tuviesen nada serio, Alex consideraba aquello, entre comillas, como una "relación abierta", pues a efectos prácticos era lo que tenían, salvo que no estaba formalizada la primera palabra, ni necesidad alguna de ello.

- Clare, sinceramente, me gustas- confesó mirándola a los ojos-. Sí, quiero a Scarlet, pero eso no significa nada. Ya has visto qué tipo de relación tengo con ella- básicamente, que se veían a solas, se miraban en público, y no reprimían la vida del otro-. Si eso es un problema para ti, lo entiendo, pero sino, te aseguro que no estoy aquí para jugar contigo.

Y no, la verdad. De hecho, en cierto modo, el hecho de que no quisiese manipular o coartar a Clare lo secundaba. Alex no era el clásico de chico dispuesto a mentir por líos de faldas. No si podía joder corazones con eso. Hubiese sido ir en contra de todo lo que se representaba, pues no en vano, Alex se seguía considerando un protector. ¿Qué clase de guardián se dedica a destrozar anímicamente a los demás en beneficio propio? Al contrario, para él era más una forma de estrechar lazos y reforzar vínculos. Pero claro, él no tenía problemas a ese respecto.

Se aparta de Alex. No de una forma brusca, pero si que evidencia que en esos momentos es mejor no acercarse más. Le mira con cara dolida.

-Sí, claro que se que relación tienes con ella. Se que cuando no os ve nadie os dedicáis a besaros - le hace un gesto con la mano, haciéndole entender el día en que Scarlet fue a contarle a la torre de Astronomía el castigo de Fiore -. No creas que puedes engañarme... ¿quién sería la segunda?

Mantiene los brazos, a la defensiva. Todo eso le parece demasiado irreal para ser verdad, nunca ha creído que Alex fuese tan tonto como para montar algo así. Levanta un brazo manteniendo el otro cruzado para colocarse un mechón de cabello tras la oreja.

-¿Y crees que le sentaría bien a Scarlet que después de decirle lo que sientes se enterase que te vas besando con otras chicas? No, la cosa no va así, Alex.

- Clare, Scarlet ya se va besando por ahí con otros chicos- explicó haciendo una apertura de la mano desde el pecho-. Sinceramente, si se enterase, me ofendería que se lo tomase a mal- y así sería, por supuesto. No podías exigirle a alguien que actuase de un modo contrario al tuyo-. Ni primera ni segunda. Hablo en serio, Scarlet ha dejado bastante claro su punto de vista.

El chico suspiró, frustrado porque Clare no pudiese ver el punto de su relación con Scarlet.

- Mira, yo venía a ofrecerte venir al baile conmigo porque me gustas- aclaró para no dejar problema alguno-. Y yo también te gusto, salta la la vista- se acercó un par de pasos sin llegar a tocarla-. Si para ti aceptar que Scarlet está ahí supone un problema, lo entiendo, y no puedo decirte nada, pero mi relación con ella está bastante clara- aseguró convencido. Aquello no era discutible-. No necesitas discutirlo. La cosa no va así, Clare- repitió, pues eran las palabras de la joven cambiando el sujeto-. ¿Tú quieres sí o no?- la preguntó directamente.

Antes de esperar una respuesta por su parte dejo caer los brazos a ambos lados de mi cuerpo abatido. No sé cuál puede ser su reacción o si se estará tomando en serio lo que le digo. Lo que tengo claro es que lo que digo lo digo con sinceridad, nunca jugaría con el corazón de otra persona si no lo fuera.

-Te puedo garantizar que no tendrás ningún problema con Scarlet, si así fuese ya me encargaré yo de hablar las cosas con ella- la miro directamente a los ojos con cara de culpabilidad y cierta seriedad, mostrando calidez -si no sintiese nada por ti no habría venido hasta aquí para pedirte ser mi pareja en el baile. Simplemente habría pasado de asistir al mismo quedándome en mi habitación o acudiendo sólo. Pero quiero... me gustaría ir contigo, que fueses mi pareja... Pero sólo si tú quieres, no te voy a obligar a hacer algo que no quieras.- Trago saliva algo nervioso, la espera me está matando. Cuando hablo con alguien no me gusta que me hagan esperar, que la tensión sea tangible e incluso molesta para respirar.

Suelto el aire por mi boca poco a poco -Preguntaré una vez más y ya no te volveré a molestar si así lo deseas. Entonces...¿quieres ser mi pareja?- la miro con intensidad a los ojos sin acercarme de nuevo, dejándole espacio vital. No quiero volver a agobiarla, por lo que me quedo parado en el sitio rígido como una estatua a la espera de la respuesta.

El problema no es ese. El problema es que ella también tenga que aceptar que Alex se besuquee con Scarlet. Ella no es de ese tipo de relaciones: si estás con alguien, pues estás solo con esa persona... lo demás se consideran cuernos, por mucho que a esos dos les parezca normal estar tonteando y después acercarse a otra persona para hacer lo mismo.

-Asistiré contigo, pero de momento como amigos. Como ya he dicho, no voy a ser la otra. No es lo mismo querer que gustar, Alex. Quizá a ti no te importe, pero que le digas a Scarlet que la quieres y te vayas besando con ella por los rincones, seguro que para ella importa mucho. 

Se aleja en dirección a la puerta.

-Quizá me gustes, pero eso no me hace una tonta. Deberías aclararlo todo... no aclararlo con Scarlet, sino aclarar lo que sientes... quien te gusta más. Es mejor así y saldrán heridas menos personas.

Hablando, hablando, llegan al pasillo en el que se encuentra la Sala de los Menesteres. La idea de Chris es hacer una pequeña clase para todos e ir practicando. Una vez dominado el patronus en mayor o menor medida, lo mejor será practicar conjuros de duelo: ataque y defensa.

Se pasea tres veces por delante de la pared y la puerta aparece frente a ellas. Deja pasar primero a Lissy y Katie y por último entra ella. Una vez dentro, le entrega a Lissy una de las monedas trucadas para que sepa cuando tiene que acudir si no ve a nadie más y también le pasa un papel donde consta el nombre de todas las personas que forman parte de la Orden.

-Tienes que poner tu nombre. No habrá riesgo alguno porque con un simple toque los nombres desaparecerán. ¿Quién quiere convocar la reunión? - pregunta, refiriéndose a modificar la moneda para que todos los demás sepan que hay una.

Lissy lo miraba todo tan maravillada como emocionada, había conseguido entrar en algo importante y a pesar de ser consciente del peligro que todo aquello conllevaba lo aceptó de buena gana.

- Claro...- dijo cuando Cris le dijo que pusiera su nombre y le tendió la moneda.

Mientras Lissy se apresuraba a hacer lo que su compañera le pidió, Cris hablaba sobre la próxima reunión, la señorita Richards no sabía muy bien como llevarlo a cabo, pero estaba tan animada con todo aquello que se ofreció de buena gana.

- Si quieres puedo tratar de convocar la reunión... aunque tendrás que explicarme como hacerlo

-Es muy fácil, solo tienes que tocar el galeón con la punta de la varita. Como lo hacemos aquí no hace falta modificar nada. La moneda se calentará a modo de aviso para que no tengas que estar todo el rato mirando y que te descubran.

El sistema de convocatoria es bastante sencillo y todo el mundo lo puede realizar, aunque sean alumnos más jóvenes los que usen el sistema. Está pensado para que todos puedan unirse a la Orden, sin discriminación de edad.

-Creo que hoy practicaremos conjuros defensivos.