Partida Rol por web

Rick arruga la nariz Ya lo han debido abrir. ¡Joder qué peste! y hace otra batida, pistola en mano, alrededor de la tumba prestando atención a cualquier posible ruido o indicio de que alguien esté cerca...

-Qué horror –gimo y retrocedo unos pasos. Pese a todas mis precauciones, la visión (sobre todo de sus manos) se ha clavado en mis ojos como agujas de hacer punto. –Es distinto que te cuenten que alguien ha sido torturado a verlo con tus propios ojos…

Percy, horrorizado, se alegra de no poder estar viendo lo que ahora huele. Tiembla tras su lápida mientras continúa escrutando las sombras. Hace algo de fresco, y le están dando calambres en una pierna mientras se le van durmiendo los tobillos. El frío va calando en sus huesos y tirita.

Que se den prisa, por Dios. Que se den prisa.

Se aferra al frío cañón de la escopeta.

John al abrir el ataud y sentir el olor recuerda sus practicas en medicina forense, olores que mas de una vez sintio su nariz...

Al ver el estado de su tio se apena... que hijos de puta... dice en voz baja...

Al parecer segun el sello no fue profanada la tumba...

John saca su instrumental de la maleta y comienza a realizar un diagnostico patologico y forense rapido...

Alumbrenme aqui por favor...

Luego John comienza a realizar un rapido perfil psicologico... lo que es una autopsia psicologica de la situacion, incluyendo los factores que se pueden... ropa aspecto general etc...

A ver que encontramos....

La luz de la linterna, aunque os sirve para orientaros, resulta un poco precaria para hacer una autopsia en  condiciones y la situación tampoco ayuda, pero aún así, John hace lo que puede. 

El rigor mortis ya ha pasado, así que los brazos del tío Freddy, cruzados sobre su pecho, se pueden mover sin problema. Un examen superficial del cadáver confirma lo que ya os había dicho el forense. El Tío Freddy recibió multitud de cortes no letales en la cara. Además tiene laceraciones en la boca, seguramente fruto de una mordaza. Las marcas entorno al cuello y el ligero hundimiento de la tráquea evidencian que la causa de la muerte ha sido el estrangulamiento. 

Al abrir la camisa para seguir la revisión del cuerpo, descubrís una sorprendente visión: el pecho del Tiío Freddy está decorado con un gran tatuaje de aspecto realista que representa a una monstruosa mujer adornada con  con una diadema, colmillos de elefante y unos grandes y estrellados ojos. Ambos ojos están remarcados por quemaduras recientes, probablemente hechas con cigarrillos. Otras quemaduras similares están diseminadas aleatoriamente por el torso del Tío Freddy.

John comenta cada paso que da a sus compañeros... la vision del tatuaje le llama la atencion... no sabia que mi tio tenia semejante tatuaje...

John revisa cada bolsillo y cada sitio accesible al igual que los orificios de la nariz y la boca buscando cualquier pista o cualquier indicio que alla pasado por desapercibido...

La nariz está parcialmente amputada de forma que las fosas nasales han quedado al descubierto. Al margen de la carnicería que han hecho, no hay nada que llame la atención. La boca, aparte de las laceraciones y de algunos dientes partidos recientemente, no presenta nada extraño. 

Todo esto teniendo en cuenta la dificultad de hacer un examen forense en estas condiciones.
 

John no encuentra nada que le llame la atencion... revisa los bolsillos de la ropa de su tio mientras observa el tatuaje...

Lo torturaron seguramente porque querian que les dijese donde estaba el amuleto y el no lo dijo... de lo contrario no hubiesen venido a mi casa a mi aniversario a buscarlo tan desesperadamente... y tiempo de profanar esta tumba no han tenido... ellos quienes sean no lo tiene el amuleto... tiene que estar aqui compañeros... termina diciendo John...

John piensa donde podria haber ocultado su tio el amuleto... mientras piensa como medico se le ocurren cosas donde tendria que usar su escarpelo...

No lo parece, desde luego. La tumba estaba tal cual quedó después el entierro a vuestra llegada, el sello estaba intacto y el cuerpo no parece que haya sido manipulado. 

El detective se empieza a poner nervioso -Daos prisa que aquí somos un blanco perfecto-

Alumbrame bien aqui por favor... le dice a Jupiter apuntando a la boca y garganta de su tio...

-Por supuesto, profesor –obedezco, venciendo la grima. -¿Cree que se lo haya tragado antes de que le echasen la zarpa encima?

John mira de reojo a Jupiter mientras sigue analizando la garganta... Exacto Jupi tengo esa hipotesis en mi cabeza... en la casa no esta, el encima no la tenia y los hombres estos tampoco han conseguido el amuleto... creo que el lo tiene dentro...

Trago saliva ostensiblemente y trato de disuadir:

-¿No sería ese amuleto demasiado grande como para…?

Viéndolo tan resuelto, no me cabe duda de que a John no le temblará el pulso si tiene que abrir en canal a su tío, como si fuese un pez.

John incorpora el cuerpo del Tío Freddy echándole la cabeza hacia atrás de forma que al abrir la boca tenga una vista lo más profunda posible de su boca y garganta. Con la linterna alumbrando, alcanza malamente a ver al fondo de la garganta dos marcas oscuras a cada lado. Posiblemente se trate del indicio que busca de que se hubiese tratado tragar algo con esfuerzo, pero es difícil saberlo con certeza.

Cuidadosamente Percy cambia de postura. Se le han dormido los pies completamente. Esta espera angustiosa parece que dura ya toda la noche. Agradece que de vez en cuando el viento se lleve el olor del cadáver. Intenta hacer ligeros movimientos para ver si sus extremidades reaccionan.

No conozco el tamaño del amuleto Jupi...

Al ver las marcas en su garganta el tono de voz de John cambia...

Bueno señores creo que mi hipotesis esta tomando forma... creo que mi tio se trago el amuleto... las marcas al fondo de su garganta me confirman esto...

El que sea impresionable porfavor alejese... Jupiter alumbra bien...

Haremos una cirugia aqui mismo... John saca su escarpelo y realiza un corte de arriba hacia abajo desde la altura del esternon hasta el estomago...

-Jesús, María y José –suspiro. Al llegar a este punto, ya no es posible rechazar la gravedad del asunto. Doy una arcada, pero reprimo el vómito y me vuelco sobre el hombro del profesor. Trato de ocultarme la visión con una mano, pero el pulso me tiembla, necesito ambas para alumbrar bien. Indago un motivo: –Esto era por impedir el fin del mundo, ¿verdad?

Contengo el aliento.