Partida Rol por web

Herejes y Templarios

IV. Epílogo. Actore non probante, Reus absolvitur

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15/02/2012, 13:02
Director

Muy de mañana, las fuerzas reparadas y una operación llevada a cabo por los mismos frailes para con Albert (habían "limpiado" el tajazo certero de la bestia y curádolo bien) y habían hecho recuperar ánimo y fuerzas a Gorka. Todos partieron en un caballos excepto Albert, que fue transportado en un carro de tiro con dos fráteres a su cuidado. No había tiempo de llevarlo a la casa de los De la Cueva, pues el juicio sería inminente. Ya habría tiempo para eso después.

Llevaban ya una hora en Tarragona (aún de noche) cuando el sol comenzó a salir. Fue entonces que estando en la plaza de la ciudad, empezó a llegar gentes y a acumularse a vuestro alrededor. Un gentío inmenso (gran parte de los habitantes de Tarragona) se congregaron allí. También llegaron unas personalidades que bien se diferenciaban del resto por sus ropas y su apariencia, eran los jueces, escoltados por una gran cantidad de soldados del Conde. Acto seguido éste, el de Constantí, llegó y comenzó a saludar a los que iban a juzgar, colocándose al lado, sobre el estrado improvisado para estas ocasiones.

Sin dilación alguna otros soldados comenzaron a levantar piras en el centro de la plaza. Luego llegó una carreta con un par de caballos tirando y de allí sacaron a cuatro hombres con un aspecto realmente demacrado. Eran cuatro caballeros templarios de la órden Conmilona de Salomón, aunque iban ataviados con ropas normales de campesino y villano. Adriá rápidamente os señaló a uno entre ellos: era Vincent, pero apenas le reconocíais, pues su cara mostraba un aspecto realmente cambiado: los numerosos golpes y la carne amoratada en cara y manos era evidente.

En esos momentos Adrià se separó de vosotros y Fray Tomás y fue a presentarse al Conde y a los jueces. El de Constantí, en teoría, mantenía aun su trato no cerrado con Adriá, y por eso le dejó presenciar el juicio junto a él. Desde el estrado él os miró, y vosotros a él; luego os guiñó un ojo discretamente y volvió a mirar a los templarios mientras los colocaban atados en la pira...

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15/02/2012, 13:16
Guerreros del Conde

¡Silencio, pueblo de Tarragona!  -gritó uno de los soldados del Conde una vez colocados los reos. Teniendo aquí presente al Marqués de esta ciudad, su merced don Carles de Constantí, se pasan a leer los cargos por los que se acusan a estos templarios en contra de toda buena voluntad.

Se hizo un silencio sepulcral. Los reos estaban cabizbajos, desnutridos, casi muertos, prácticamente, e incapaz de pronunciar palabras debido a su mal estado.

Se les acusa de herejía, en los territorios de la Tierra Santa y en los terrenos de Francia y Cataluña. Se les acusa de homosexualidad y sodomía, que por las prácticas del Maligno han tomado de igual forma, y se les acusa de traición, bravuconería y desprestigio de los ideales templarios y papales.

Luego se giró hacia los templarios.

¿Qué teneis que decir al respecto?

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15/02/2012, 13:36
Carles de Constantí, Marqués de Tarragona

Uno de los templarios escupió un gorgotón de sangre, ya que sin duda le había continuado apalizando dentro del carruaje. Luego habló.

La Orden templaria de Salomón es inocente de todos los cargos -dijo con un tono de deseperación y con cierta dificultad-.Es el Marqués quien quiere apropiarse de los bienes de la Órden, ¡fue él quien asaltó nuestra encomienda!

En esos momentos se levantó don Carles, caminó por el estrado y se puso delante del público de Tarragona:

Pueblo -comenzó-, no es sino la deseperación ante la falta de argumentos lo que mueven a estos herejes a cargar contra mi propia persona y con la inteligencia de todos nosotros. ¿No ha lanzado su majestad don Felipe, allá en Francia, la bendición para todo aquel que capture y entregue un caballero corrupto y malhechor como los que aquí hemos retenido para evitar más males? Seguir dejando que éstos sodomitas con espada lleven la cruz del Altísimo en el pecho es una ofensa a Dios y un peligro constante... ¿No es así, Adrià?

Hubo un revuelo. ¿Quién era ese tal Adrià? Al menos eso se estaba preguntando la gente allí congregada, el pueblo tarraconense. Claro que muchos habían oído los rumores de un tal "Adrià" de Montferrán, "el templario renegado". En esos momentos Adrià se levantó del asiento del estrado y entró en escena, uniéndose al Marqués. Todas las miradas se posaron en él.

¡Si, pueblo de Tarragona! -finalizó tendiendo la mano hacia Adrià-, éste hombre es un templario renegado, y abandonó las prácticas heréticas del Temple yendo a tiempo por el camino recto, ¿verdad que sí?

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15/02/2012, 13:37
Javier de la Cueva

¿Serán los rumores ciertos? -pensaba yo mientras observaba entre la multitud el juicio-. ¿Es ese el renegado?

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15/02/2012, 13:40
Adrià de Montferrant

En esos momentos, Adrià habló, respondiendo al Marqués. Antes de hacelo os buscó con la mirada. Cuando lo hizo, sonrió.

¡Hombres, mujeres y niños aquí reunidos! -comenzó. Yo nunca, ¡NUNCA!, fui un temlplario tal y como don Carles afirma. Es más, he de confesar que fui yo quien acusó a estos pobres hombres de forma falsa y falaz, debido a que el Marqués amenazó con matarme a mi familia y a mi si no lo hacía, sino me hacía pasar por templario y les acusaba con semejantes patrañas. El rumor extendido en esta ciudad hablaba de mi, pero no era yo sino una marioneta movida por las manos del Marqués, ¡LO ÚNICO QUE ÉL QUERÍA ERA APROPIARSE DEL TESORO CONMILÓN DE SALOMÓN!

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15/02/2012, 13:46
Arnau de la Cueva

¿¡¡QUÉ!!? -grité- Padre, estábamos en lo cierto, ¡El de Constantí, el de Constantí!

Los jueces se escandalizaron, el público alli reunido también. Vosotros vísteis como estaba cumpliendo su parte del trato con vosotros. El Marqués de Tarragona estaba ahora abrumado.

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15/02/2012, 13:48
Carles de Constantí, Marqués de Tarragona

¿¡ EH !? -el rostro de don Carles era una mezcla entre asombro e ira; se dirigió de inmediato a sus propio soldados. ¡Hombres! ¡¡Tomad a este "lengua-bípeda!! ¡¡Prendedle junto con esos desgracidos herejes!!

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15/02/2012, 13:50
Adrià de Montferrant

Adrià extendió su brazo hacia delante y levantó su palma como señalando a los soldados que se detuvieran. Ciertamente éstos estaba algo confusos también y se quedaron en sus posiciónes dejando que hablara. Rápidamente, el de Montferrán continuó con su argumento.

¡Aquí donde lo véis, el "tal Marqués" ha pactado con el mismísimo Lucifer! ¡Y pienso demostrarlo!

En esos momentos, Adrià sacó un documento de debajo de sus ropas y lo elevó como mostrándolo al público, también a los jueces como para que lo vieran.

¡¡He aquí el documento de pacto, con la firma y sello del Marqués!! ¡¡Pude arrebatárselo mientras me ordenaba qué acusaciones debía yo dar contra estos inocentes!!

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15/02/2012, 13:55
Carles de Constantí, Marqués de Tarragona

¿¡Cómo!? Eso es impo... yo no... -Don Carles no daba crédito a lo que veía: el documento tenía su propia firma y sello, no cabía duda. Jamás pactaría con el Diablo, ni Lucifer, ni... yo jamás... yo no...

El Marqués titubeaba, y ante esa transición tan poca definida, Adrià dio una última "puntilla".

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15/02/2012, 13:58
Adrià de Montferrant

Sus señorías -dijo Adrià mirándo a los jueces- ordenad presto a los soldados que apresen al Marqués: ÉL ES EL HEREJE. ¡Su rúbrica lo demuestra! ¡Adora al Maligno y lo venera!

Rápidamente, los jueces llamaron a las armas a los soldados y en cuestión de segundos rodearon a aquel que hasta ahora les habían mantenido como sus protectores y ejército personal. La gente abucheaba al marqués y comenzaron a lanzar ciertas hortalizas y maderos al centro de la plaza, impactando en don Carles. Entre la multitud salieron dos tipos vestidos con buenas ropas, y os dísteis cuentas que no eran sino Javier y Arnau de la Cueva, Padre e Hijo, la familia de Vincent. Se echaron a los pies de éste y enseguida les quitaron las ataduras, al igual que al resto de templarios.

Acto seguido, los jueces ordenaron atar al Marqués a una de las piras...

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15/02/2012, 14:03
Carles de Constantí, Marqués de Tarragona

¡¡Nooooo!! -gritaba don Carles- ¡¡PIEDAAAD!! ¡¡Yo nooo!! ¡¡No lo hice.... NO LO HICEEEEeeeEEeeEee!!

Don Carles, el Marqués de Constantí, presenció la condena que quería para ese día, pero no fueron precisamente los templarios quienes perecieron abrasados con el fuego purificador. Una enorme llama se alzaba delante de vuestros ojos y los ojos de la ciudad de Tarragona...

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15/02/2012, 14:07
Director

Don Carles fue quemado en su propia hoguera. Justo despues lo único que se oyó fue una fuerte y maléfica risotada de Adriá, mientras sacaba de debajo de sus ropas la urna con las cenizas de San Andrés de Turín y con su otra mano tomaba un puñado y lo lanzaba al aire. Luego acabó esfumándose misteriosamente el aire y un voz susurrante escucharon todos dentro de sus corazones, en todos los allí presentes:

Ha sido una semana grande para mí, señor Frimost.

En pocos días se ha causado más dolor y muerte que en un mes entero. Espero vuestras generosa recompensa por haberos enfrentado a todos en esta espiral de muerte y destrucción.

¡¡JAJAJA!!

Tras eso lo único que se sentía en el lugar era el olor a sangre, a fuego y a carne calcinada. Lo cierto es que lo más lógico sería pensar que aquel documento hubiera sido trucado con malas artes por Adrià, para hacer que pareciera del Marqués. Sea como fuere Adrià de Montferrán había cumplido su parte del trato.

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15/02/2012, 14:18
Director

 

Una vez todo acabo, Javier y Arnau de la Cueva os consideró como hijos y hermanos casi legítimos, pues habíaisle salvado la vida a uno de sus descendientes (os debían una deuda de vida) De Guilleume de Gravoir, apodado "el Francés", templario que dio su vida por hacer salir las cenizas de los más profundos abismos de la encomienda conmilona, no se sabría nada hasta seiscientos años después, cuando, al parecer, uno de sus descendientes, un profesor y Catedrático de la Universidad de Miskatonic en Estados Unidos, Merc LaFleur, narró en un artículo la contienda de aquella bestia y el Caballero, en base a unas investigaciones personales.

Al parecer el artículo trataba en la actualidad como veraz la historia (hecho no probado), y narraba cómo Guilleume, una vez derrotada la bestia de las entrañas de una encomienda templaria tarraconense en el año de 1310 de la Era del Señor, se tumbaba en el suelo y hundía, sumergido en una oscuridad absoluta, la hoja de su espada en su corazón, provocándose la muerte, debido a la multitud de las heridas sin remedio... Todo ello, por supuesto, despues de acabar con aquel Mal.

Sin embargo, las leyendas como ésta no trascienden en las vidas de los hombres.

::FIN::