Partida Rol por web

 Manteniéndome en guardia, me acerqué despacio a los dos:

 - ¿Que ha pasado?. - Pregunté en voz baja, preocupado.

- Parece que estaremos temporalmente sin poderes. - respondí.

Mi mente ideaba ya varias formas de salir de ahí. Me había cansado un poco de todo... iba siendo hora de tomarme unas vacaciones.

 - ¿Que significa eso, exactamente?.

- Creo que debería explicártelo Elle. - no quiero dejarle a ella el marrón... además que yo no podría justificarlo, pero es lo que hay.

- Pero creo que ahora mismo no estamos en peligro ni bajo ataque. - mire a Elle para que me confirmara mi sospecha.

Mire a James, seguro que se enfadaria muchisimo pero en ese momento no me importaba- La comida estaba drogada, las pastillas no han dejado temporalmente sin poderes, toda la comida que hay en la casa esta drogada y mi padre ni siquiera me lo dijo, yaa conseguido lo que queria-

Sali de debajo de la mesa y mire a Emily, -creo que algo aqui no cuadra-

 Miré a Elle, de manera inexpresiva y en completo silencio, antes de dirigirme a Michael:

 - ¿Te importaría dejarnos solos un momento y ver como están los chicos?. Seguramente estarán asustados y sería una buena idea ir a tranquilizarlos, por favor...

 Esperaba que entendiera mi necesidad de hablar con la chica a solas...

- No hay problema, voy a ver cómo están. - al pasar junto a James apoyé mi mano en su hombro un instante.

- Si necesitas que te eche una mano con algo no tienes más que decirlo. - dije en un tono más bajo. Y salí de la habitación.

Si todo esto tenía algo que ver con Sylar James iba a tener muchos problemas.

 Una vez que estuvimos solos, le pregunté a Elle, poniendo mis manos en sus hombros, de manera afectuosa y comprensiva:

 - ¿Te encuentras bien?. Se que debe ser duro que un padre te utilice y traicione de esa forma, ¿por que lo ha hecho?.

La expresión esa en la que fruncía el ceño parecía haberse adueñado de mi cara y para cuando nos quedamos en la cocina solos y Anders salió de debajo de la mesa, yo salí detrás con mi palo en la mano.

- Yo tampoco entiendo una mierda.

Me quedé unos instantes mirando a la puerta de la cocina y luego, le miré a él.

- ¿ A qué te refieres con eso? A mí ese grito me ha sonado a que la rubia tiene una rabieta...

Estaba empezando sobretodo a no entender nada y cuando me frustraba no solía ser ni agradable, ni simpática ni nada parecido y seguro que no quería nadie conocer mi lado menos sociable.

- A eso me refiero uno no coge una rabieta cuando le estan atacando- toda aquella situación era tan subrrealista que no sabia ni que pensar de ella, tenia ganas de abrir la puerta de marcharme y hacer cualquier cosa menos estar alli esperando.

- No, no me encuentro bien- grito apunto de llorar- Lo unico que le importa es conseguir a esa chica, y ni siquiera puede usarla solo la quiere por ansia y yo no soy mas que un juguete-

 La abracé, tratando de confortarla, mientras le susurraba al oído:

 - Sssss, está bien, no llores, él no merece tus lágrimas, no es más que un gran capullo. Escucha, pase lo que pase, me tienes para apoyarte, ¿lo entiendes?. Puede que él no vea lo que de verdad vales, pero yo si, y yo nunca traiciono a la gente que me importa...

 Dejo que se desahogue, mientras doy gracias una vez más a Dios por no haber llegado a conocer a mi padre.

Volví al salón con Emily y Anders.

- Hola, espero no interrumpir. ¿Cómo va todo? - me acerqué a echar un vistazo por la ventana por si acaso. - Podéis estar tranquilos, parece que de momento no corremos peligro. -

Deje que me abrazara y sin poder controlarme empece a soltar grandes descargas, a el no le harian daño asique no importaria y por alguna razon eso hacia que me sintiera mejor.

 Dejo que se desahogue, mientras sigo abrazándola de manera afectuosa, dándole apoyo y calidez...

- Yo que sé... aquí la peña está un poco flipada... - Murmuré cuando Anders dijo aquello pues yo sí que no entendía absolutamente nada, pero me estaba oliendo algo que no me gustaba y me gustaba aún menos sentirme como un pollito al que escondes en una caja de zapatos para que no se lo coma el gato.

La puerta no tardó en abrirse y apareció Michael preguntando...

- ¿ Cómo que si interrumpe algo? ¿ Qué quiere? ¿ Que nos pongamos a echar un polvo por si no lo podemos echar en otro momento?

Por suerte no solía decir así de claramente lo que pensaba porque a estas alturas de la vida ya me habrían roto algún diente de una ostia.

De todas formas, continué con el palo en la mano, lo que ya no sabía era a quién tenía más ganas de dar con él.

- Tenemos que volver con el va empezar lo que sea que quiere hacer-