Partida Rol por web

Lo mejor del algodón de azúcar era ver cómo metían el palito en aquella máquina y como se iba enroscando hasta quedar una enorme nube rosa que casi hacía pedir insulina del azúcar que tenía.

Lo probé en cuanto me lo dio y sonreí. Definitivamente, aquello era como volver a la infancia o algo así, y me hizo sentirme un poco más despreocupada con todo.

- Está casi tan bueno como tú... - Le respondí y además diciéndolo muy en serio, pues con lo único que podía rivalizar Anders era con mi amor a la música y aún así... era algo que compartíamos.

No podía haber encontrado nada mejor que a él.

- ¿ Ahora venía el beso? - Yo se lo había pedido después del algodón y ya lo había probado. Si el había querido más antes...

Seguia mirandola atentamente mientras ella comia su algodon de azucar, realmente parecia estar feliz como antes de que toda esta locura sucediera.

- Si, ahora es cuando viene el beso - 

Me acerque despacio a ella para darle un beso en la comisura de su boca, donde tenia pegado un pequeño trozito de algodon de azucar, despues de quitarselo con cuidado desplace mis labios en una suave caricia hasta juntarlos completamente con los suyos  hasta fundirnos en un beso largo y profundo.

Con ella podia sentirme tramquolo y seguro y cada vez tenia mas claro que ella no se alejaria de mis besos.

Definitivamente aquello era genial y eso, que cuando pensaba en cómo nos iban las cosas me daban ganas de sentarme y simplemente esperar, ver qué pasa... casi hasta dejar que vengan a recogerme " amablemente " para obligarme a hacer algo que no quería hacer, pero... era por momentos como aquellos por los que la vida merecía la pena, momentos como el que estábamos compartiendo.

El algodón de azúcar no sabía ni la mitad de bien que Anders.

- Ummmm! Creo que al final seré bipolar o algo así y no sabrá si ponerme triste y llorar o sonreír y saltar de alegría. Si no llega a ser porque te tengo a mi lado...

Le sonreí pero aún le miraba a los ojos tras mis palabras pues le estaba diciendo una de esas verdades que él ya sabía, pero que no tenía problema en recordarle.

- Yo siempre estare a tu lado para intentar sacarte una sonrisa - 

Y ella sabia que lo decía enserio, siempre estaría a su lado tratando de animarla cuando fuera necesario por que cuando estaba con ella yo era alguien diferente me sentía genial, especial como si fuera mas fuerte de lo que había sido nunca, y todo era por que estaba loco por ella y por que haría cualquier cosa por que ella y yo fueramos felices y sobre todo por no perderla.

- Dime que quieres hacer ahora, esta noche tu mandas -

La verdad era que no sabía demasiado bien qué era lo que quería hacer. No me apetecía demasiado la feria, pero había pensado que lo mejor que podíamos hacer era distraernos ya que quizás fuera nuestra última oportunidad de pasarlo bien juntos.

Sí, seguía convencida de que lo único que estábamos haciendo era alargar el maldito final que nos esperaba.

- No lo sé. Yo no tengo mucha práctica con esto de las ferias y hacer cosas que se supone que hace todo el mundo...

No sabía si había llegado a contarle lo que hacía de pequeña, que era jugar con botellas vacías las bolas de billar de los garitos a los que iba siempre con mis padres, en los que tocaban. Sí, yo creía que ya le había contado todo sobre mí.

- Podemos ir a ver qué vemos...

No parecía muy segura y aquello podía hacer que volviera a ponerse triste y esa noche Emily no podía estar triste en ningún monento, estábamos en una feria al fin y al cabo seguro que habia miles de cosas que podían hacerla sonreir.

- Que te parece si te sorprendo, de pequeño a mi siempre me gustaba muchisimo una atracción y contigo cerca seguro que es muchisimo mejor -

Se notaba que Anders trataba de animarme, pero mis emociones estabas como en una montaña rusa y podía estar un momento tremendamente feliz y al momento siguiente, ponerme a llorar como si no lo hubiera hecho nunca.

- Si es contigo seguro que me gusta... - Intenté hacer la mejor sonrisa que pude, pero no era suficiente para que se creyera que estaba completamente bien. No lo estaba, claro, pero él ya lo sabía y sólo estaba intentando que no fuera así.

En realidad, a mí me hubiera bastado con que nos hubiéramos sentado en un banco, o tumbado en cualquier parte y hubiéramos contado estrellas, siempre y cuando me mantuviera abrazada, pero parecía ilusionado con todo aquello.

- Tú mandas cielo. ¿ Dónde vamos?

- Alli - digo señalando mientras le dedico una amplia sonrisa y le indico la noria, no es una precisamente grande, pero es perfecta para estar los 2 juntos y solos en un sitio tramquilo donde poder abrazarnos y olvidarnos del exterior aunque solo sea por unos segundos.

Seguramente en mi cabeza todo aquello quedara mejor que en la realidad pero esperaba que le gustara la idea.

Aunque a veces le costase, Anders era bastante romántico, sólo había que ver su elección y aunque algo triste aún, en mis labios se dibujó una sonrisa. Aquel lugar era simplemente perfecto.

Además mi sonrisa se borró pensando en lo siguiente que le iba a decir que, es que me salió sin pensarlo.

- Anders... No puedo subirme ahí, tengo vértigo!

Esperé un poco toda seria para ver que decía cuando terminé riéndome y negando con la cabeza.

- Era broma cielo. Vamos!!

Le agarré la mano de nuevo y caminé junto a él hasta la noria. ¿ Cuánto tiempo hacía que no me montaba en una? Ya no lo recordaba como bien le hacía dicho con las ferias.

La cara de idiota que tuve que poner cuando ella me dijo que tenia vértigo seguramente no tenia precio, como era posible que yo no recordarse algo tan simple como aquello.

- Yo... esto... no ... -

Otra vez a balbucear a ser un tonto, no era mas que un tonto tenia que acordarme de osas como aquella, eran cosas importantes que realmente tenia que recordar.

Y de golpe ella se pone a reirse y me dice que era broma, no puedo evitar dar un suspiro de alivio.

- Pues me habias engañado que sepas que me vengare por esto - y diciéndole esto pase un brazo por su cintura para encaminarnos hacia la Noria.

Cuando me dijo que se vengaría por aquello aún me reí con más ganas, pues la verdad era que me había salido del alma, volviendo de nuevo a esa montaña rusa que hacía que a ratos estuviera tremendamente feliz de tener a Anders a mi lado y por otro, el hecho de que estuviéramos tan jodidos como lo estábamos me hiciera casi echarme a llorar momentos después.

Me agarró y me achuchó en dirección a la noria y yo, me sentí bien, pues al menos no estaba sola en todo aquello, al menos podía contar con él.

Encima, lo que más me fastidiaba es que sabiendo lo que podían hacer las demás personas, yo era simplemente inofensiva y por mi situación, cualquier diría que podía destruir el mundo sólo de pensarlo.

- Es absurdo!

Al menos el reírme y el estar junto a Anders me hacía pensar las cosas con un poco más de calma.

Escucharla reirse era algo maravilloso y que realmente me encantaba, siempre recordaba la primera vez que la habia escuchado reirse, era una persona que estaba hecha para estar feliz y no para estar sufriendo y como no el mundo siempre se volvia en contra de la felicidad de la gente.

Montamos en la noria sin demasiados problemas, habia una pequeña cola pero casi nadie en realidad asique podiamos disfrutar de aquello sin problemas, me sente frente a ella y agarre su mano mientras las miraba tramquilamente y de vez en cuando miraba por la ventana para ver como la feria encongia a nuestros pies.

En un momento vi a Katherine hablando con un hombre, parece que al final habia encontrado a la persona que buscaba.

- Que tal, te gusta esto -

Claro que tuve que mirar por la ventana cuando estábamos allí en el aire, observando todo lo que había a nuestro alrededor desde esa altura y la verdad es que la sensación estuvo muy bien, pero lo mejor que podía tener lo tenía al lado así que me acerqué a Anders y le di la mano mientras apoyaba la cabeza en su hombro.

Estaba segura de que quería pasar el resto de mi vida a su lado, pues incluso así, sin hablar, podía sentir lo bien y lo protegida que estaba con él.

- Me gustas tú... - Le dije sin poder evitarlo, aunque él ya lo sabía y se fuera a poner más rojo de lo que se había puesto nunca. Siempre lo hacía.

Me quedé así quieta, pues estaba muy bien ahí. Tan sólo me hubiera faltado el tener la certeza de que cuando bajáramos de la atracción, que cuando pasaran unos días, ambos seguiríamos estando bien y juntos.

Apoye mi cabeza sobre la suya mirando al exterior de la cabina dejando pasar el tiempo con su mano agarrada a la mía, que mas podía desear que eso, la felicidad de estar con ella disfrutando de un día tramquilo, tenia la certeza de que todo nos funcionaria bien de que tenia que salir bien por que estando juntos nada podía salir mal.

- Te quiero - ya casi había terminado la vuelta en la noria pero aun asi aprobeche para girar la cabeza y darle un beso antes de bajar.

Levanté la cabeza cuando me dijo aquellas palabras y le miré a los ojos, feliz de escucharlas pues él sabía que aquel sentimiento era mutuo, aunque seguro que no tuvo duda alguna cuando le respondí al beso que me daba. Casi me dio hasta pena tener que bajar de la noria con lo a gusto que estaba entre sus brazos.

Al bajar me seguí agarrando a él, no quería que me soltara, aunque iba a tener que hacer un esfuerzo cuando quisiera ir a un baño.

- ¿ Tienes antojo de montarte en algo más? Es que la verdad es que no sé qué podemos hacer aquí... ¿ Tiramos unas pelotas?

Vi un puesto de esos en los que tirabas pelotas y tenías que tirar al pollo que pasaba moviéndose por detrás. A mí al menos aquello me parecía tan divertido como cualquier otra cosa.

La feria era mas grande de lo que parecia, pero aun asi no sabia muy bien que hacer ahora, no tenia ganas de ir a ver el espectaculo, habria demasiada gente y preferia cosas mucho mas tramquilas y poder disfrutar los 2 asique su proposición de lanzar pelotas me parecia genial.

- No es que se me de bien lanzar pelotas, pero igual consigo algun peluche para ti -

Esperaba tener mucha suerte y conseguirle algo, aunque fuera una tonteria.

En realidad a mí me parecía que ya tenía el peluche más achuchable que iba a conseguir, pero si le hacía ilusión no se lo iba a impedir, aunque fuera me llevaría el muñequito en la bolsa con mis cosas.

- ¿ Y si consigo yo una para ti? Seguro que se me da faltal, pero... igual te toca a ti llevarte un peluche!

Me acerqué a él de nuevo y le di un beso juguetón en la nariz, para después arrastrarlo hasta delante del típico puesto de toda feria.

- ¿ Quieres apostarte alguna cosa? - Como poco estaba un poco juguetona y además, intentaba estar algo animada, aunque como él ya sabía iba a tiempos. - Venga, es para darle más emoción a eso de ganarte...

Seguramente ella tenia mas posibilidades de acertar con una pelota que yo, pero verla animada era lo mejor asique no seria yo quien la desilusionara.

- Esta bien, que te parece si apostamos ... - no se me ocurria nada que apostarnos asique recurri a lo mas basico - El que pierda tendra que darle un masaje al otro - era algo sencillo y que no tendria por que ser malo ni nada por el estilo -

Asentí con la propuesta pues la verdad era que sonaba tremendamente bien, pues ganara el que ganara iba a gustarme de la misma manera. No sé si había algo de diferencia en que él me pusiera las manos encima a mí o yo a él pero... bueno sí, yo solía tener algo más de picardía.

- Hecho! - Señalé un lado de mi cuello. - Por aquí me molesta un poco de cargar con la mochila, para que lo sepas.

Me faltó echarme a reír pero él ya sabía que aquello era simplemente una provocación en toda regla.

Le pedí las tres primeras pelotas al hombre que estaba en la caseta y se las pasé a Anders.

- Las damas primero... - Le guiñé un ojo y señalé a los pollos a los que había que dar. - Todos tuyos.

Me puse a reir ante el comentario del cuello, era una de las grandes maravillas de Emily capaz de saber siempre que decir para que ambos sonrieramos.

- Entonces igual tendre que perder aposta, no me gustaria que tuvieras ese dolor por mi culpa- le saque un poco la lengua a modo de broma infantil era una chiquillada tonta pero me habia salido casi por instinto.

- Veamos que soy capaz de hacer - sujeto las pelotas que me tiene Emily, y trato de acertar, la primera que lanzo falla de forma estrepitosa no si quiera llega a rozar en el blanco, entonces me pongo algo nervioso y lanzo la segunda a lo bruto y sin mirar y extrañamente da en el blanco, yo mismo no puedo creerlo, entonces agarro la ultima y justo cuando estoy apunto de lanzarla, me paro y sencillamente dejo que caia al suelo

- Creo que prefiero perder, definitvamente -