Partida Rol por web

Cuando abris los ojos os encontrais ante un gran edificio con un cartel enorme que pone Pineheart, no sabeis muy bien como habeis lelgaod alli, pero teneis claro que el lugar es de verdad.

Parecia que alguien le hubiera quitado el suelo con un rapido movimiento y en su lugar hubiera quedado todo el paisaje que se abria a su alrededor. Tragó saliva ruidosamente, mirando de reojo al señor Petrelli. ¿Que otros poderes escondera ese sujeto?

-Util- dijo simplemente mientras daba un paso vacilante hacia adelante. El edificio abarcaba toda su vision, alli viviria, por lo menos por el momento. Mucho mejor que la mayoria de las viviendas en las que habia estado-. ¿Que debemos hacer ahora?- preguntó.

Wow... - Dije la tiempo que me apartaba un poco, respirando con dificultad. Miré el edificio unos instantes, preguntandome que me depararía, ante la pregunta de Sirhan me giré, esperando la respuesta con atención. 

- No es obvio debemos entrar, tengo que presentarle a alguien a la señorita Alisha y creo que tu estas esperando reencontrarte también con alguien- era hora de darle un regalo a cada uno para asegurarme su lealtad

Asiento con la cabeza, llevada por la curiosidad. Camino junto a aquel hombre, en dirección al interior. 

Una media sonrisa asomó por el rostro de Sirhan, lo cierto es que no creia que hubiera nadie a quien deseara ver. O por lo menos eso pensaba. Camino junto a ellos, mas intrigado que otra cosa. No sabia que hacer con sus manos, las cuales retorcia o metia en sus bolsillos para luego sacarlas al instante. Su nerviosismo era palpable.

Entramos en el edificio donde rapidamente una de las secretarias corrio a saludarme abriendo todas las puertas, los guardias de seguridad saludaron, era el protocolo habitual pero siempre hacia parecer que era todo mucho mejor- 5 planta señor Daren, la 4 habitacion de la derecha, creo que no necesita que este presente para esto, nosotros seguiremos a los laboratorios-

Sirhan asintió con lentitud, inseguro, pero comenzo a caminar hacia donde le indicaba el señor Petrelli. Por alguna extraña razon sentia su corazon latiendole con locura, le sudaban las manos y sentia la boca seca. No estaba seguro de lo que iba a encontrar, pero en su mente era algo importante y su corazon no hacia mas que decirle: "Ve, rapido".

Saluda con un leve gesto de la mano a Alisha mientras que continua sus pasos. Habitacion 4, piso 5...

cuando llegas al lugar indicado encuentra la puerta cerrada, giras el picaporte lentamente, no sabes que puede haber alli, cuando la abres lo que ves te deja sin palabras, tumbada sobre una cama, el rostro de tu mujer, sin duda es ella, tal y como la recordaba, es algo imposible pero alli esta.

Fue como sentir un puñetazo en la boca del estomago. El aire parecia no ser suficiente para sus pulmones y su vision comenzo a volverse borrosa. Dió dos pasos hacia adelante, le costaba creer lo que veian sus ojos. La ultima vez que habia visto a su esposa, ella agonizaba en su cama, Tan delgada que dolia verla. Pero lo peor eran sus ojos. Dos oscuros pozos que no llevaban a ninguna parte, dos negruras de muerte. Pero ahora todo eso habia cambiado, estaba como la primera vez que la vio, radiante y llena de vida.

Sirhan cayó de rodillas, sin poder apartar los ojos de ella. La mujer que amaba y por la cual daria todo.

-Msamaha*- murmuró, hasta que recordo que ella siempre lo regañaba cuando hablaba en su lengua natal, pues estaba aprendiendo juntos el ingles...- Perdon, no quise hacerte daño- ahora se daba cuenta que era lo que le impedia ver bien, gruesas lagrimas se descolgaban de sus ojos cayendo hasta su pecho. Sentia tantas emociones juntas que no sabia como estaba en realidad-. Ahora control... controlo esto- extendio sus manos como si su poder viniera de alli o pudiera materializarse-. Lo siento- repitio bajando su cabeza, incapaz de perdonarse a si mismo.

- Se que no quisiste hacerme daño- me incorporo en la cama, ni siquiera era capaz de recordar el tiempo que hacia que no le veia, para mi habia sido todo como un simple sueño, todo se apago de golpe y luego una nueva luz me trajo de vuelta, me habian explicado lo sucedido, me habian contado lo de la habilidad de mi marido, enseñado milagros que bien podrian considerarse atrocidades, pero me lo habian devuelto, ahora estaba otra vez conmigo- Llevo esperandote mucho tiempo- le abrazo con fuerza para mi era el y solo el, no volveria a pederlo.

El calor de su cuerpo lo envolvio como si de un sol se tratara, aspiro con fuerza el aroma de su pelo y abrazo su figura contra si con mucha fuerza. Sus lagrimas se mezclaron con su pelo y su sonrisa con su voz. Pero un pensamiento cruel acudio a su mente. ¿Que tal si todo aquello no era mas que un sueño? ¿No despertaria en su horrible cuarto de hotel, solo y aun con la culpa carcomiendole el corazon? Pero no podia ser eso falso, no podria soportar que fuera falso.

El abrazo parecio durar una eternidad o quizas el tiempo se detuvo para ellos dos. A Sirhan no le importaba. Con suavidad la apartó unos centimetros para poder ver su rostro. Tan bello como siempre, sonrio. Por primera vez sonrió de verdad. Antes de que pudiera darse cuenta estaba besandola, como si temiera que desapareciera de un momento a otro.

Me perdi entre sus brazos, realmente ansiaba tanto aquello, lo habia necesitado desde el momento en que me perdi y ni siquiera sabia lo que el abría sufrido- Mi amor, siento haberte dejado-

-Nada nos separará- dijo con total conviccion-. Hare lo que sea necesario para mantenerte a mi lado... mimi ahadi...lo prometo- habia una gran intensidad en su voz, en sus brazos tenia lo que mas amaba en este mundo y estaba dispuesto a hacer hasta lo imposible para mantenerla con él-. Te hare feliz.

Pronto el tiempo dejo de existir, fue como cuando estaban en africa, en una pequeña casilla, el primer dia de casados. Felices. Euforicos. Era algo que Sirhan Daren penso que jamas volveria a sentir, que su vida habia acabado cuando el corazon de su esposa dejo de latir. Pero alli estaban los dos, acostados en una cama extraña, en una habitacion extaña, en un mundo nuevo donde las personas tenian poderes y los muertos podian regresar. O si, Sirhan era muy feliz.

El tiempo pasa y yo no quiero decir nada solo estar abrazada a el, dejando que la felicidad sea lo unico que ahya en mi- Ese hombre nos salvo, le devemos mucho- era cierto aquel hombre con traje, el nos habia reunido, me habia traido del mas alla y me habia hecho recobrar a mi amor.

Llegais a una planata y el señor petrelli camina sin decir nada, aquel lugar parece una zona de investigacion, muchas de las habitaciones tienen critaleras donde se ve a investigadores estudiando o haciendo cosas, despues Petrelli para rente a una puerta, -tengo que presentarte a alguien, pero te lo abvierto a tenido algunos problemas recientemente- te dice

El africano asintio vehemente, se sentia inmensamente agradecido con el señor Petrelli. Le debia su vida y la de su esposa. No importaba que le pidiera, asi fuera asesinar a miles, dejar su poder libre en una ciudad. Lo haria. Una gota de miedo quemó su corazon, pero se sentia tan feliz que no le prestó atencion.

-Lo se amor, lo se- dijo dejando que todo el sufrimiento, todo el horror y preocupaciones se disipen en esos brazos calidos, en esos besos tan anhelados...

Toco a la puerta educadamente -Señor daren tengo que hablar con usted-

-¿Y quien dices qué me acompañará señor Petrelli?¿Quién va a ariesgar su pellejo por salvar a mi novia?-Lion estaba delante, pero me daba igual. María ya había tomado su decisión, y yo también...