Hice un gesto al profesor, y me fui a hablar a un lugar más privado.
- ¿Puedes hablar? ¿Estás solo? Te llamaba por la reunión de esta mañana, he ido a las supuestas instalaciones de nuestro extraño "anfitrión".
-Yo también he ido. ¿Qué tienes que decirme?
- He estado hablando con una persona que trabajaba allí, tiene una vision un poco... turbia... de ese tal Petrelli. ¿Vas a trabajar para él? Yo estoy algo confundida...
-Si puedes, no lo hagas. - digo dando a entender que yo no tengo esa posibilidad.
Me sorprendí ante la respuesta.
- Vaya... Emm... ¿Puedo hacer algo por ti?
-Aléjate de él tanto como puedas... Pero siento decirte que está escuchando esta conversación... Seguro que está usando sus poderes para hacerlo.
Asentí, dudando sobre qué contestar.
- Bueno... ha sido un placer hablar contigo, de todos modos. - Dije encogiéndome de hombros.
-Si necesitas algo puedes llamarme. Estoy dispuesto a ayudar en lo que pueda.
Carraspeo.
-¿Puedo saber entonces si vas a trabajar para él?
Suspiro.
-No puedo prometerte estar, pero dime lugar y fecha y lo intentaré.
- En la universidad de nueva York, y cuanto antes-
¿A qué distancia estoy?
-Hoy ya me es imposible, mañana veré que puedo hacer con mi hijo y te avisaré de si puedo ir. ¿Me dejas algún teléfono?
-Aún no se cómo has conseguido mi teléfono, pero es fijo y no aparece tu número. Tengo un bolígrafo a mano para tomar nota.