Partida Rol por web

Las apariencias engañan, humano. Mejor que sigas pensando que soy un mal luchador. Guardo la daga en la manga y le cedo el libro con mi mano izquierda, mientras sigo sentado en la mesa.- Tomalo, lo encontraras interesante. Sus aportaciones en el campo de la embalsamacion son, como poco, innovadoras. Los articulos sobre tratamiento de visceras son muy......literales.Mi atencion pasa al pequeño ser de ropas verdes.-¿Que tienes que decirnos, Dùrdagan?

Míralo, como guarda la daga. Se da aires de hábil luchador. Mejor, que use su daga, los hechizos son más efectivos. Cojo con ansia el libro, a ver que puedo encontrar. Abro una página al azar y leo: Como cocinar a Milhouse. No puede ser, será una mala jugada de mi cabeza. Cierro el libro, y lo vuelvo a abrir, esta vez esperando encontrar algo más... interesante.

Te he editado el texto. Recuerda que estás fuera de la ventana, y ellos no están sentados justo al lado, sino más bien hacia el centro de la cocina.

Atrapa la gema al vuelo con una destreza sorprendente. Extiende la mano y la contempla sobre su palma, dándole unos toquecitos con el índice de la otra mano.

Una pseudoamatista. Está hueca, ningún mercader que sepa su oficio te la comprará por más de 50 piezas de oro. Claro que podrías... —mira de reojo a Meiar— Engañar a algún incauto y hacerla pasar por buena.

Te la lanza de vuelta, colándola directamente en la mochila. Después te guiña un ojo.

Parece que yo también tengo puntería, ¿verdad? Pásame las otras.

La forma en que el humano ha reculado le hace soltar una risita entre dientes. Cuando Sivil se dirige a él, recobra la compostura.

Según el reglamento, el receptor de la misiva ha sido preseleccionado para acudir a la Orden del Inicio del Camino, donde tendrá la sabiduría de los más grandes maestros a su entera disposición. Una oportunidad única y al alcance de muy pocos... —se encoge de hombros, haciéndolos desaparecer momentáneamente bajo su gran cabeza—. Y quién soy yo para dudar de las decisiones de la Orden, ¿verdad? Si teníais el sobre seríais su legítimo destinatario. Y si no es así, que lo arregle otro. Yo sólo soy un heraldo.

Desliza dos dedos en su zurrón y extrae un objeto. Lo toma con ambas manos y te lo muestra. Se trata de un cordón de aspecto sencillo, del que penden seis pequeños cabos. En cada uno de ellos hay incrustado un pequeño cristal del tamaño de una uña.

Esto el Guía del Camino, el emblema de la Orden. Llevarlo en torno al cuello constituye un verdadero honor, pese a su sencillo y rústico aspecto. La matrícula a la que accedéis incluye pruebas previas de aptitud y asesoría personal, desarrollo de habilidades y evaluación de las mismas. Acceso libre a las instalaciones dedicadas a los alumnos, entre ellas, gimnasio y biblioteca... y asilo y tres comidas diarias durante todo el proceso. Sin embargo, he de deciros que las pruebas son duras, y que pocos llegan a obtener la recompensa del claustro...

Inadvertidamente, su voz ha ido adquiriendo un tono confidencial. Como si se diera cuenta entonces, vuelve a su cantinela.

Todo ello por tan sólo 150 insignificantes piezas de oro. ¿Qué contestáis, señor Sivil?

¿Solo yo?, el humano temible tambien deberia entrar en la escuela, sera divertido, ademas no has dicho donde esta. Juguetea con el cordon entre sus dedos. 150 monedas, no tengo bastante, tal vez junto al dinero de Mitius...
Miro al duende a los ojos.- ¿No estaras engañandome para quedarte con mi dinero?, sabre que me mientes.

Le paso la siguiente esperando que sea de mayor valor si no no llegare a la suma establecida por el duende e igual tendré que marcarle la cara....

Está prohibido revelar su emplazamiento a los extraños. En cuanto al humano... yo no pongo las reglas, y si pensáis que 150 piezas de oro son demasiadas, añadirle a él, fuera de preselección, me causaría unos problemas por un valor total de 350 piezas de oro.

Entrecierra los ojos.

Y no abuséis de mi respeto hacia vuestra especie.

Al ver que sólo le lanza una, pone los ojos en blanco y sacude la cabeza.

Desconfiadillo, ¿eh?

Repite el ritual anterior, sólo que con algunos pasos más. Lo sostiene a contraluz, lo sujeta entre las palmas de sus manos como si intentase aplastarlo y, finalmente, te lo devuelve con otro lanzamiento perfecto.

Enhorabuena, don desconocido, es una aguamarina bastante bien tallada, con una casi inapreciable imperfección. Estimo unas 200 piezas de oro.

Se pone a contar con los dedos, burlón.

Eso hacen 250 piezas en total. Veamos la tercera gema y de cuánto disponéis en efectivo.

Como le cambiò la cara a Craker al ver las gemas!! dice que no es una urraca pero solo le faltan las plumas jejeje

Me dejarìas ver las gemas, Rognar? es que Lethan me ensenyo un poco a tasar y querìa practicar, sino seguro que me olvido de lo aprendido jijiji (risita tonta)

Si le deja una se pasarà un buen rato miràndola y murmurando para si misma, totalmente abstraida en lo que hace hasta que, al fin, levanta la vista y dice No sé decir cuanto vale, creo que tengo que practicar màs, pero bueno algùn dìa lo lograré o eso es lo que decìa Lethan... que nunca hay que rendirse, que siempre hay un modo de resolverlo todo dice sonriente

Tu vistazo superficial y poco entrenado te revela que las gemas parecen valiosas porque son realmente bonitas. Lo que Crakell ha identificado como una aguamarina te parece más valiosa, aunque la amatista también parece cara.

Lo que sí dirías es que Crakell se está inventando los valores de las gemas sobre la marcha. No sabes precisar si al alza o a la baja, ya que de hecho 200 piezas de oro por un pedazo de piedra pulida y decorativa te parece mucho dinero.

No me fio de este duende, lo que el me diga oslo me valdrá para que se haga una idea de is puedo pagarle, pero mejor ire a una tienda y que me lo tasen en condiciones pienso mientras le echo otra:
Mira tambien esta creo que con eso sera bastante para lo que pides.Espero que me diga minimo unos 100 si no nos quedaremos sin una moneda para comer.

Permanece unos instantes mirando a Crakel con el cenyo fruncido pero sin decirle nada antes de devolverle las gemas a Rognar.

Como decìa no sé tasarlas aunque son muuuy bonitas pero el viejo Aldorpin seguro que si que sabe, es un grunyòn cascarrabias pero es un buen mercader y su tienda no està lejos, él te las podrìa tasar perfectamente. Asì podrìamos pagar la matricula y partir hacia la escuela para que pueda cumplir mi promesa. Ademàs si no paso por la tienda de Aldorpin que es donde tenìa que trabajar hoy, incordiarà al bueno de Lirzo toda una semana y no lo pienso permitir...

Miro al pequeño duendecillo fumeta con los ojos entrecerrados. La conga, de Jalisco, ahí viene, lalalalala. Uhm, no dudo que quiere engañar al elfo. Lo mejor sería ponerle las gónadas de corbata, se le quitarían las ganas de timar a pobres e infelices drows.

Con las gemas en la mano las miro bien e intento calcular su valor y mas o menos me viene un calculo a la cabeza.

Calculas el precio de las dos primeras gemas, porque la tercera se la has pasado a Crakell.

Con tu total inexperiencia en el campo de tasar, especialmente piedras preciosas, lo único que sabes es que la diferencia entre los precios de las dos gemas te parece demasiado amplio. Dirías que la supuesta aguamarina son unas... ¿150 piezas de oro?, mientras que la amatista valdría unas 80. No obstante, (tu alta tirada te dice que) será mejor que consultes con alguien que sepa de esto.

Te corriges a ti mismo: no tiene pinta de mentir, incluso parece buena persona. Además, apareció de una nube de polvo, sería genial aprender ese truco... podrías esconderte en cualquier rincón y aparecer y desaparecer cuando te conviniese...

Crakell atrapa la gema. La deja sobre la palma de su mano y entonces, algo en la perorata de Meiar le corta la respiración. La mira con los ojos de par en par y su rostro, redondo y ahora palidecido, parece una perla gigante y cubierta de pelo en su parte superior.

¿Cómo... "señor Aldorpin"? ¿Berto Aldorpin? —Deja escapar la gema por entre sus dedos. Esta golpea el suelo de madera con un rebote macizo—. ¿Quieres decir que estoy en el... en el... el Campamento del Límite?

Se pone en pie de un salto sobre la mesa, camina de un lado a otro, como si buscase un lugar donde esconderse. Se lleva las manos a la cabeza, se revuelve el pelo, se estira de las orejas y no deja de temblar.

Está bien, el aguamarina y lo que tengáis en efectivo por las dos matrículas. Puede que me traiga problemas, pero eso no es nada comparado con lo que...

Se enjuga la frente con el dorso de la mano. Está encharcado en un líquido amarillo reluciente que parece ser sudor. Se encara con Meiar y, tan claramente como le permite el tembleque de su mandíbula, dice:

Necesito una respuesta: ¿sí o no? No quiero pasar ni un instante más aquí. ¡No cerca de... ella!

Suponéis que se refiere a Amarylis Buentrato. Aunque en el Campamento del Límite ejerce como líder de propietarios y dueña del concurrido pero sencillo almacén "Suministros Buentrato", Amarylis es también la matriarca de una familia de medianos que se esparcen como setas en toda la región. Nadie duda del buen nombre de un miembro del clan Buentrato, ni muestra desconfianza hacia él, ni muchísimo menos incumple un trato. A menos, claro, que tenga curiosidad por saber qué se siente al despertarse una mañana y descubrir que algo horrible le ha pasado a su casa, sus pertenencias o su propia integridad física.

A pesar de todo, se suele brindar por ella en las tabernas. Y pobre de quien no lo haga.

Entonces hecho, ire yo, ¿como puedo ponerme en contacto contigo en cuanto tenga el dinero? Miro sonriendo hacia Mitius, esperando una reaccion violenta.
Estoy muy interesado en entrar en la escuela, humano y parece que solo yo puedo ir. ¿Por que no le suplicas al duende que te deje ser seleccionado?

Crakell parece contrariado.

Eh... ¿contactar? ¿"Cuando tenga el dinero"? Pues... en realidad ese "cuando" se supone que es... ahora. No es que yo haya creado las normas, claro. De cualquier manera, ¿no lleváis nada encima? Se supone que los preseleccionados por la Orden pertenecen a la clase alta...

Chasquea la lengua.

No he querido ofenderos. Pero quizá debería volver a la Orden y cerciorarme de que vos sois el legítimo receptor del sobre. Es probable que haya sido un error administrativo...