Partida Rol por web

Las escaleras conducen a lo que parece una sala de espera, iluminada por globos de luz mágica que flotan cerca de los muros laterales, como si fuesen un par de lámparas. Un montón de sillas de tapizado polvoriento, pero de aspecto cómodo, se alinean a lo largo de dichos muros, flanqueando la entrada a un corredor, al fondo del cual se vislumbra un enorme panel de madera blanca, con tres pomos alineados y una serie de grabados que no se distinguen demasiado bien a esta distancia.

La sala es de piedra manufacturada, y se nota la labor enana en su construcción.

No te parece ver ninguna fisura extraña que revele un dispositivo secreto. Ni siquiera al final del escalón, lugar en el que tu mentor te explicó que suelen colocarse la mayoría de las trampas contra intrusos.

El lugar parece tranquilo y en silencio.

Al no encontrar nada potencialmente en la escalera, entra en la sala y se dirige hacia el fondo del nuevo corredor, aùn buscando trampas o peligros potenciales

Te adentras en el corredor, en dirección a la gran puerta blanca. Marchas con precaución, es tu primera incursión a un lugar extraño y pretendes que no sea la última. Enseguida ves dos puertas de madera, corrientes, a los lados del pasillo. Ambas están cerradas, esperas que sin cerrojo.

Aquì hay otras dos puertas... de momento parece seguro, voy terminar de investigar el corredor les dice a los demàs antes de continuar hasta el fondo del pasillo

Meiar avanza por el pasillo cautelosamente. El silencio es sepulcral, salvo por un molesto clic-clic-clic, que resulta ser Mitius entrechocando las uñas del pulgar y el corazón, como si quisiera arrancarse la típica punta que tanto molesta. A los pocos pasos, se detiene, mira a un lado y al otro. Parece que ha encontrado algo.

El panel blanco está decorado con un rico grabado que representa, con gran lujo de detalles, una plaza de mercado atestada. Si pudieseis desmontarlo, llevároslo y venderlo, seguro que sacaríais una fortuna por él a algún noble caprichoso.

Los tres pomos alineados se encuentran a la derecha de sendos surcos con forma de arco. Deben de ser las puertas de las que hablaba la guardiana. La de la izquierda muestra a un titiritero que trata desesperadamente de desenredar los hilos de sus títeres, que se han liado a base de bien, ante la divertida mirada de un montón de niños. La del centro muestra a una mujer en un tenderete lleno de frutas; está pesando lo que parecen unas manzanas en una balanza, perfectamente equilibrada. La de la derecha es completamente lisa, el grabado no la alcanza.

Me acerco al panel y miro con detenimiento el grabado. Ummm, tal vez.... Cojo el pomo del arco con el dibujo del titiritero ofuscado y tiro para abrir la puerta.

Antes de nada, busco en la habitación algo que pueda llamar la atención sobre las demás cosas

Sivil espera!!!
Le digo rapidamente antes que abra.
Recuerda lo que nos dijo la "portera", que escogieramos bien o no saldriamos de aquí, que debiamos saber bien como somos nosotros mismos.

GUAPA, GUAPA Y GUAPA. Y BONITA, BONITA, BONITA Y BONITA. Miro a mi alrededor, mi último pensamiento me ha dejado un poco desconcertado. Además, se me ha venido a la mente la imagen de unos encapuchados llevando a cuestas una extraña figura- Toca el pomo drow, no hagas caso al bárbaro. Con suerte morirás al escoger la puerta, y podré reanimar tu cadaver y usarlo para que habra todas las puertas sin peligro -Aunque miro a mi alredor, nada en especial me llama la atención, quizás porque estoy pensando en pequeños duendes trepando a minusculas setas, fumando algo que al parecer los hace bastante felices.

No eres tan estupido como aparentas, humano.-Susurro a Rognar.
Pero si es como dices, esta es mi puerta.-Señalo los grabados de las puertas, primero al titiritero.-Caos-Despues a la mercader con la balanza-Neutralidad-y por ultimo la puerta blanca-Esto es lo que desconcierta, tal vez deberia haber un agente de la ley dibujado en esa puerta blanca.
Me pongo frente a la puerta del director de titeres y cogo el pomo.

Meiar sigue sumida en sus pensamientos. Al parecer, se toma con verdadera dedicación la que, parece, es su primera incursión. Sivil, sin embargo, se arriesga con una de las puertas. El grabado se anima, las cuerdas de los títeres alcanzan el pomo y se le enredan en la mano. El drow trata de soltarse desesperadamente, pero las cuerdas le aparecen grabadas por todo el cuerpo instantáneamente. Ni siquiera le da tiempo a gritar antes de desaparecer de vuestra vista. No hay una nube de humo, ni una explosión, ni un desvanecimiento... simplemente, deja de estar ahí, como si nunca hubiera estado. La puerta regresa a su estado normal.

Pero... pero repite sin dejar de mirar el lugar que hasta hace un instante ocupaba Sivil.. qué ha hecho? antes de arriesgarse con los pomos aquí atrás había otras dos puertas, está loco... una vez que toma consciencia de lo sucedido su voz se muestra más preocupada estará.... no logra terminar la frase

Apareces en un corredor oscuro. Gracias a tu infravisión —en estas ocasiones, agradeces ser drow— puedes ver tres opciones de camino: a izquierda y derecha, dos pasillos similares al que has dejado atrás. Enfrente, una enorme puerta, que parece fabricada de una sola pieza de mármol blanco. Una placa dorada lleva grabada la inscripción SALA DE EVALUACIÓN. La puerta no tiene cerradura ni tirador.

Realizas un autoexamen rápido, para ver si te ha quedado alguna secuela de tu accidentado paso por las cuerdas de los títeres. El único cambio que ves es que otro de los cristales de tu colgante se ha vuelto azul. Parece que lo estás haciendo bastante bien.

Detrás de ti no hay más que un muro sólido y polvoriento. Confías en que tus decisiones futuras sean también acertadas y puedas encontrar una salida alternativa, porque te da la impresión de que ahora sí que no hay vuelta atrás.

Sin embargo, el cristal adquiere tintes rojizos hasta convertirse en morado. ¿Quizá has pasado algo por alto? ¿O podías haber hecho algo mejor? Probablemente, nunca lo sepas.

La desaparición de Sivil ha sido tan rápida como silenciosa. Escucháis las palabras de Meiar, y recordáis las palabras de la guardiana de la puerta. Quizá no sea buena idea ir dando palos de ciego, si este lugar está abandonado es muy posible que también esté descontrolado. Por otra parte, ¿quién sabe los métodos que se empleaban en la Orden? Nadie ha dicho nunca que sus pruebas fuesen totalmente inofensivas...

Decidís que será buena idea a partir de ahora seguir todas las instrucciones que hayáis recibido. No estaría de más que las anotarais...

¿Tan fácil ha sido? ¿Ya me he desecho del drow y no he tenído que hacer nada? Vaya, que desilusión. Yo quería estrangularlo con mis propias manos, y luego dárselo como alimento a los patoconejos. Preguntaré a estos dos estúpidos que piensan hacer, con suerte a ellos todavía los pueda asesinar. Miro a mis compañeros, y después de unos sádicos pensamientos en los que jaurías de patoconejos despedazaban a un drow, les pregunto- ¿Y bien? ¿Alguno tiene algo más interesante que hacer aparte de desaparecer? Bárbaro, se que tú intención es babear hasta que a la estúpida elfa -niñata idiota- diga algo en un tono jovial, lo cual os conducirá a una muerte segura, así que intenta pesar algo, y tú igual elfa -pequeña gilipuertas- aunque se os derrita el poco cerebro que teneis.