Partida Rol por web

Las cosas se torcían cada vez más para Nahuel, había confiado demasiado en unos poderes que no tenía y las cosas se complicaron.  Igualmente no importaba, prefería intentar escapar y morir antes que intentar continuar allí.  Intentó hacer uso de su poder para que expulsará el líquido si lo llegaban a inyectar e ignorando lo que sucedía en las pantallas, aprovechó la distracción del guardia para tomarlo de los tobillos e intentar desestabilizarlo para que cayera al piso.  Si lo lograba trataría de someterlo o, si podía de inyectarle el propio líquido.  No había más opción era ahora o nunca.

- La misma - respondía saludando con una ligera reverencia - por primera vez desde que estoy en la isla he visto uno de los monstruos que me seguían de pequeña, y aunque no quería salir de mi habitación, entre la sombra y un guardia disparando... Prefería ir a un lugar más seguro. Además las voces de esos atacantes han dicho que buscan a la doctora. Tenía que avisarle.

Al menos el aviso quedaba dado, pese a que no podía volver atrás tampoco - ¿Puedes llevarme con ella? Necesitará más protección también, atrás hay más sangre que pasillo...

No podría negar que la mujer tenía razón, de poco les servía que fuese colaborativo si era inútil para la tarea requerida,
-Claro-, respondió simplemente a la propuesta de hablar con Mei después de todo ya había contemplado esa posibilidad pero no lo diría en voz alta, no serviría para nada.

La idea de coger el equipo del guardia le agradaba, después de todo Carlos no tenía ni el fisico, ni el poder para meterse en una pelea directa, repentinamente la mujer cambió el tema de sus palabras y girando la cabeza pudo ver a Jason cogiendo las cosas del guardia, antes de que pudiese hacer ningún comentario se escuchó otra voz, al girarse vio a uno de los residentes, no lo conocía directamente pero lo había visto algunas veces con Jason.
-Esta mujer está con los perpetradores del ataque-, primero quería evitar problemas o malentendidos, -Y no creo que sea una amenaza más que para los guardias-, al acabar se gira hacia Jason y le sonríe, -Me alegra ver que estas bien, estaba de camino a tu cuarto-, luego señaló el arma, -Me gustaría tener el arma, aunque si crees que la manejarías mejor no tengo ningún problema, seré un cojo/tuerto feliz-, no era el mejor con las armas de fuego pero sabía manejarse y desde luego un arma sería útil para toda esta situación.

La chica ahora conocida como Gina seguía hablando de fondo, no le prestó demasiada atención en un principio pues estaba ocupada con la situación actual. Cuando escucho su último comentario Carlos chasqueo la lengua en desaprobación, -Tsk-, no le estaba agradando la chica demasiado colorida, demasiado despreocupada, pero no iba a perder el temperamento por ello.

Salgo de la habitacion de Eileen y saco ligeramente la cabeza para ver si hay algun guardia, como no veo a nadie me muevo hacia la habitacion de Ciara y seguidamente hacia el exterior en direccion al comedor, era el sitio mas proximo para el helicoptero...

Clint observó como su clon aparecía desnudo - No sé si he hecho bien.... - Había superado sus propias expectativas, no esperaba poder formar un clon, parece que las medidas farmacológicas no eran tan eficaces, aún así, temía sentirse tan debilitado que su clon se desplomara en breves minutos. Observó la mirada de Clint.... del otro Clint, del desnudo. Y pensó en sí mismo

¿Y si el clon soy yo? Es decir... el que persistirá

No había pasado así en el anterior centro. El clon que aparecía desnudo había sido quien se desvanecía al tiempo. - Pilla ropa

No hace falta que me lo digas - Quería soltarle alguna bordería, podría hacerlo, algún improperio. Pero se lo estaría diciendo a sí mismo. ¿Qué clase de tonto hacía algo así? Era posible que fuera el clon, y debía ayudarse a sobrevivir. Cogió el arma sobrante y se puso la sudadera, no como una falda, sino como lo que era.

Clint avanzó sobre las estalagmitas de hielo y encontró a la chica en la habitación, el enorme agujero ya le indicaba que había venido de fuera. Alargó la mano, quiso preguntarle si estaba bien. Los ojos de la chica se clavaron sobre Clint como un carámbano, despedía cierto aire de vanidad. Les observó de arriba a abajo a ambos, entendiendo al momento lo que tenía delante y sin parecer en absoluto sorprendida ¿Por qué debería?

Tejano… tírate por ahí y no molestes

El frío había hecho desaparecer el olor a polvo cementado. Clint no tenía miedo, pero no era capaz de tragar saliva. Estaba impresionado. ¿Como podía el hielo atravesar el hormigón? No parecía tener pulsera en su muñeca y recordó la suya propia intentándosela quitar.

Entró en la habitación, con la gorra del militar parecía más mayor. Alargó una mano hacia la chica - ¿Estás bien? -No alcanzó a tocarla, su mueca torcida y su vista al frente ya le indicaron que realmente no necesitaba nada de Clint. Un halo de copos se revolvió bajo sus pies al caminar y Clint echó un último vistazo a la pantalla mientras cogía unos pantalones de aquella habitación. No eran de su talla, pero era el menor de los problemas. 

La visión del laboratorio en la pantalla.... ¿Quién querría sacar de ahí esa doctora? Asquerosa...  - Va BAJA - Se indicó al tiempo que se subía el pantalón y rasgaba las perneras para que fuera más cómodo la entrada del pie. - Yo bajaré ahora

Clint se asomó por el tobogán de hielo. No esperaba ver a nadie, menos aún después de que la chica acabara de llegar por ahí... Tal vez fuera un reclamo para que los guardias aparecieran en aquel punto, y quizá tuvieran peores asuntos de los que preocuparse que de alguien que entra. Así que sin buscar de forma minuciosa se lanzó al tobogán, dispuesto a buscar un lugar agazapado desde el que ver si otros habían alcanzado el patio, y esperar a su clon a que terminara de ponerse el pantalón y bajara con él.

Ya casi estoy fuera, pero esos chicos necesitan ayuda, aunque si subo, sólo les llevaré más problemas porque el otro idiota irá detrás mío, no mejor me largo y busco refuerzos así como una buena negociación con Gina, de ese modo podré serle más útil a los demás. - pienso mientras echo a correr escaleras abajo para ir a reunirme con Gina, dejando atrás este puto infierno.

No sin antes echar un último vistazo al grupo que combate para intentar identificar a alguien de allí, luego echo a correr como alma que lleva el diablo para buscar algo mejor que el desarmador para defenderme, quizás, si tengo mucha suerte, hasta consiga un cuchillo de cocina de los grandes.

             Ororo corren tan pronto le es posible para salir de la celda, cerrando la puerta de tras de ella, esperando que el material de los muros y la puerta de la prisión le protejan de los disparos para salir de allí en dirección hacia la puerta que se dirige al comedor tan pronto le sea posible. pero si no llega busca cualquier buen lugar para cubrirse de los disparos,

El plan de Nacho no había funcionado. Esperaba que las palabras de Gina junto a las suyas propias bastaran para amedrentar a los guardias, pero eso no había ocurrido y seguían disparando. Seguían disparando incluso tras ser golpeados por un objeto arrojado por alguien.

¿Será el poder de Denzel?

Lo fuera o no, aparentemente se presentaba una posibilidad, y David fue de quienes intentaron aprovecharla. Desafortunadamente los guardias se las rebuscaron para poder dispararle. El muchacho sangraba por una herida en el costado pero al menos estaba vivo. Nacho, que en ese momento tenía puesto un chaleco antibalas y estaba junto al chico que tenía el poder de endurecer su cuerpo, lo tomó por el brazo.

_Ven, ayúdame a cubrir a David, nos necesita.

Solo le pegó el tirón para llamar su atención, pero no lo obligaría a ayudar. Entendía que en ese momento en muchos primaba el instinto de supervivencia y solo querían salvar su propio pellejo. Como vio también a Denzel y a Diego cerca, los llamó.

_Hey, chicos, vamos, ayúdenme con David.

Cuando finalmente estuvo junto a David, lo primero que hizo fue intentar pasar el brazo del muchacho alrededor de su cuello, para que pudiera apoyarse en él.

_¿Están bien? -le preguntó-. Vamos, tenemos que seguir adelante.

Escuchó el mensaje de Gina, que le generó ambivalencia. Por un lado le parecía que la chica se estaba divirtiendo, por lo cual consideraba que la situación estaba dentro de todo bajo control. Esa idea desapareció al escuchar que quedaban vivos menos de la mitad de los internos, entonces supuso que la amenaza inicial de la chica, eso de que los guardias no querían verlas enojadas, era poco más que un alarde, porque las balas seguían cayendo encima de los chicos.

_Vamos al comedor central. Quizás Sun Hee vaya hacia allí y pueda ayudarte, o alguna de estas mujeres.

Sus poderes no servían para el choque y por ello no había ni pensado en usarlos, pero al ver que había que utilizar hasta el último recurso posible, decidió intentarlo con cualquier guardia que se interpusiera. Un pensamiento como "estos niños tienen la edad de mis hijos" podría tener como respuesta un "¿En serio nos dispararás? Podríamos ser hijos tuyos" o un "no me alisté para matar niños" un "sabes que no te alistaste para esto". Por supuesto que hacerlo no daba seguridades, pero peor era ni siquiera intentarlo.

Su estrategia para distraer a los guardias pareció funcionar, solo un momento, porque cuando parecía que iba a poder pasar de largo una bala le alcanzó en el costado. El fuerte dolor y la fuerza del impacto le hicieron caer al suelo agarrándose la herida y hablando aparentemente consigo mismo.

—Joder, ya sé que me han dado.

—Y yo que sé, nunca me han disparado.

—Pues duele de cojones.

El muchacho se giró al ver que alguien intentaba ayudarle, entonces vio que era Nacho.

—Hey, ¿Cómo tú por aquí? Aaahhh—. Intentó bromear pero una punzada de dolor le hizo dar un grito. Rápidamente se echó un vistazo a la herida y al parecer la bala había salido, también comprobó que a pesar del dolor podía moverse relativamente bien y aunque no era un experto en biología, creía que allí no había nada demasiado importante.

—No te preocupes, duele de pelotas, pero creo que puedo moverme—. Aun así acepto la ayuda porque el dolor sí que era bastante intenso mientras andaba. —Además, creo que Carla puede encargarse de esto— dije a Nacho guiñándole un ojo.

—Entonces ¿dónde vamos a seguir con la fiesta?

Me pillan con el guardia al encender el walky, delatándome la estática del cacharo. Gina es toda una maestra en lo suyo, es capaz de controlar todo lo electrónico e incluso mecanismos que funcionan con ondas... reconozco asombrado a la chica mientras dejo el Walky y me acerco al grupo y me presento a la chica. Yo soy Jason, sonriendo ante las palabras de Carlos de prestarle el arma asiento, si sabes utilizarla bien, si no sabes dilo y te daré instrucciones básicas.

Entregando el chaleco con munición y el arma a Carlos añado, para que te protejas de las balas. Finalmente miro a la chica guiñando el ojo a esta con una sonrisa, muchas gracias te debemos una, por cierto el chico que viene es Cooper y lo conozco, puede ayudarnos. El que acabas de conocer que le di el arma es Carlo. Poniéndome mas serio después miro a todos, no tengo mi poder de momento, pero si puedo pelear, así que ahora tenemos que rescatar a los tres mosqueteros, la habitación de Arturo esta cerca en la planta de abajo, si bajamos escalando llegaremos antes de que un guardia lo ejecute...

Al escuchar como Ciria le daba la razón a Eileen referente a Dheera, el rostro de Alex se enfurruñó y apartó la mirada con disgusto. Prefirió callarse sus pensamientos. No entendía por qué Eileen era tan amiga de esa niña; era borde y tonta y siempre pretendía tener razón en todo. 

Vio como Bora, con solo tocarlos, hacía desaparecer los pantalones de Eileen y le ponía los de Xue y sus ojos se abrieron como platos. Ya le había visto hacer aquello con el arma del guardia, pero... ¿poner unos pantalones? Aquello era una pasada. 

¿Derrata? Una risa floja empezó a brotar de la garganta de la pequeña. Quizás por el miedo y los nervios que había pasado cuando el guardia aquel la había apuntado con su arma, mezclado con haber sido salvada por aquella chica tan guay y haberse reunido con Ciara y Eileen, que en ese momento, el nombre de Derrata le hizo mucha gracia. - Jajajajaja... Errata... - Dijo entre risas y su mirada en ese momento se cruzó con la de Eileen, cortándole completamente el ataque que estaba empezando a darle. - Perdona... es tu amiga... - Le dijo con el rostro rojo como un tomate. 

Sintió el peso del chaleco sobre sus hombros y levantó la mirada, flipada, para cruzarla con la de la chica guay. - Se llama Dheera... - La corrigió y apretó con fuerza los dientes para que no volviera a escapársele la risa. - Es... Morena, tiene el pelo largo y habla raro. Es... - ¿Cómo le habían dicho una vez? No recordaba muy bien. Sabía que era de un sitio lejano y tenía unas costumbres extrañas para ella... Pero... ¿Cómo era? - ¡De Oriente Medio! ¿verdad Ciara? - Terminó preguntando a su amiga, volviéndose a mirarla de nuevo. 

En ese momento escuchó el informe de la chica que hablaba por los monitores y su rostro palideció, olvidándose de toda posible risa y regresando de nuevo a aquel infierno. Habían muerto más de 100 chicos... Quedaban menos de la mitad... Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus labios empezaron nuevamente a temblar. No los conocía a todos, pero llevaba muchos años allí como para haber cruzado alguna palabra con la mayoría. Todos ellos eran víctimas de aquel mundo que les odiaba por ser como eran. Se secó con rabia las lágrimas antes de que brotaran de sus ojos y volvió a mirar a sus amigas. - Tenemos que llegar cuanto antes al comedor. Bora ayudará a Dheera... - Les dijo y cogió la mano de Eileen para tirar de ella hacia las escaleras. 

Finalmente había llegado a al comedor, tanto yo como las chicas que me acompañaban teníamos las rodillas y manos manchadas de tierra húmeda. Haber venido gateando ocultas por la vegetación decorativa cercana al edificio nos había mantenido lejos de la vista de los guardias y ninguna estábamos heridas gracias a ello.

Una vez dentro, mi vista discurrió por los que estaban allí, reconociendo algunos rostros y también horrorizándome ante algunos de los heridos. No hubo mucho tiempo para lo ultimo pues según acabábamos de entrar un grupo de guardias entro por la puerta de la cocina. Mis pasos se detuvieron y mis brazos se alargaron hacia los laterales para detener el avance de mis compañeras. Ya iba a dar el grito de salir corriendo cuando la figura de la mujer apareció delante de nosotros.

Cuando los guardias bajaron las armas solté un suspiro de alivio. Debía haberlo supuesto, una psíquica capaz de comunicarse con todos nosotros podría controlar a varias personas. Aunque aquello genero una pregunta en mi subconsciente. Si podía controlar a los guardias ¿Por qué no controlaba a uno de los pilotos para sacar de allí la mayor cantidad posible de gente?

Después de su presentación me acerque varios pasos hacia ella, aun mirando con cierto recelo a los guardias armados que la acompañaban. Finalmente mi voz sonó, no era una voz tranquila, ni una cohibida, a decir verdad, podía detectarse claramente un matiz de enfado.

—La doctora Fer. ¿Para que la queréis?—Aquella era la duda que había estando formándose en mi mente desde que la habían nombrado. Dependiendo de la respuesta que aquella mujer diera mis prioridades podrían cambiar.

De todos los miembros del centro, la persona que más odiaba era la doctora Fer. En mi interior, una pelea entre mi consciencia e ira ocurría mientras me mentía a mí misma asegurándome que, si me prometían que la doctora lo pasaría mal, yo misma ayudaría a capturarla.

Antes de recibir respuesta mi cabeza se giró instintivamente hacia una de las pantallas que había allí ante la voz de quien se acababa de presentar como Gina. Mi ceño estaba fruncido a la par que mi puño estaba apretado con furia. En aquel centro éramos más de doscientos. ¿Realmente habían muerto 100 de nosotros?

Cien personas eran muchas, no me relacionaba con mucha gente del centro, pero por mi cabeza habían pasado varios rostros como posibles víctimas generando algo de ansiedad en mi interior. Con los ojos ligeramente humedecidos volví a mirar a aquella mujer aun con los puños apretados.

—¡¿Es que le parece un puto juego?!— La increpe ya fuera de mis cabales. A decir verdad, me extrañaba haber mantenido tanto la compostura.— Hablando de la muerte de nuestros compañeros como si fueran simples números. ¡Tu amiga no es mucho mejor que la gente del centro!

Aquella forma de comunicarse había conseguido que toda posible confianza que pudiera poner en aquel grupo desapareciera de un plumazo. Me di la vuelta mientras subía mis manos a la cabeza intentando calmarme, estaba tan acostumbrada a cerrarme al resto que no había sido hasta aquella información que no había pensado en la gente con la que pasaba más tiempo.

Como si de un detonante se hubiera tratado, aquella información me había atacado a los nervios. Posiblemente nadie en el centro me había visto con aquella actitud a excepción de los que estaban desde el inicio en el centro, cuando era más conflictiva. Finalmente me volví a girar hacia la mujer.

—Mira, no sé para qué queréis a esa zorra de la doctora, o si sacar a gente de aquí no sea más que algo secundario o usado para sembrar el caos en vuestro objetivo.—Mi tono de voz era elevado y se notaba la furia en mis palabras pero se iban calmando poco a poco.—No lo sé, y si es así lo comprendo. Pero tratar a la gente así…— Hice una pequeña pausa negando con la cabeza.—Solo necesito saber que no vamos a acabar en un sitio aun peor.

Había descartado finalmente la loca idea de ir a por la doctora. Por mucho que la odiara, o que quisiera verla sufrir no merecía la pena. Además, poca forma tenia de ayudarles en ello, no eran pocas las veces que había estado en la zona del hospital para todas las pruebas que me hacían, pero dudaba que esos tipos necesitaran una simple guía.

En eso que estaba bajando hacía las instalaciones para rescatar a la Doctora Gonsalez, pude ver como David cubría al resto de los chicos y que Nacho estaba queriendo ayudarle por lo que mientras disparaban los guardias espere unos momentos hasta que arrastraron a David fuera del peligro para acercarme a ellos y decirle a Nacho David y a Denzel lo siguiente:

-Chicos cubranse, todo va a estar bien, Yo me encargo.

A continuación me levante de estar agachado para hablar con ellos y me hice sonar los huesos de las manos.

De esta manera active mi poder, el cual en esta ocasión decidí que lo mejor si queríamos escapar era acelerarme de tal manera que solamente por la fricción de mis golpes a los guardias salieran disparados o incluso knoqueados por el efecto latigazo en la diferencia entre mis golpes super rápidos y la velocidad a la que ellos se mueven.

Alex parecía haberse preparado un poco para la huida, pero yo había salido directamente con lo que tenía puesto: el pijama y unas zapatillas de andar por casa. Quizás no debería haberme precipitado tanto. Seguro que allí fuera hacía frío.

Por mucho que Alex tratase de quitarle importancia, me sentía muy avergonzada por haberme meado, sentimiento que se acrecentó cuando la tal Bora hizo ese comentario. Agaché la cabeza, los labios apretados, y las mejillas rojas como tomates, frustrada y enojada ante sus burlas. Entonces, noté que se acercaba a mí, y la miré con el ceño fruncido, desconfiada y molesta, pensando que seguiría burlándose de mí. De repente, me dio una palmadita en el culo, e inmediatamente me encontré sin pantalones, lo que me hizo ahogar una exclamación de sorpresa, pero enseguida me vi con otros nuevos y limpios. Miré de nuevo a la chica, sorprendida, cambiando completamente de expresión.

—Gracias —dije, con una pequeña sonrisa. Me había hecho un buen favor. Ya no tenía que ir con los pantalones húmedos y enseñando a todos que me había meado. Ya me caía mejor la chica.

Al hablar sobre buscar a Dheera, Alex mostró claramente su contrariedad. Le caía tan mal que no quería ayudarla.

—Alex… Sé que no te cae bien, pero ya has visto lo que están haciendo. No podemos dejarla aquí —le dije, molesta porque fuese tan cruel con mi amiga.

De todas formas, Bora se ofreció a ayudarla. Viendo lo fuerte que era, parecía buena idea. Además, podía ser que estuviese ya en el comedor.

—Se llama Dheera —dije, cortante, mirando a Alex con los ojos entornados cuando se rio. Podía aceptar que no le cayera bien, pero no que se riera de ella—. Es de la India. Tiene acento de allí, sí, y es un poco mayor que nosotras: Tiene trece años. Por favor, ayúdala —le pedí con ojitos suplicantes.

Antes de irse, Bora le colocó un chaleco antibalas a Alex, algo que era bueno, pero, al mismo tiempo, me quedé mirándolas con los ojos en blanco, pensando: «¿Y yo qué?». Sentí envidia porque hubiese decidido ponerle el único chaleco que había a ella y no a mí.

Ciara nos hablo con seriedad y nos pidió que no nos separásemos y que huyéramos si estábamos en peligro. Era lógico, aunque no me gustaría tener que dejarla atrás.

—Vale, lo prometo. También puedo crear dobles de nosotras para confundirlos —dije, con sinceridad.

Mientras tanto, oí de nuevo la voz de la pelirroja, que nos instaba a darnos prisa. Había muerto muchísima gente… Eran unos auténticos monstruos. Por otro lado, quedábamos 100 y aun así no había sitio para todos… Si no nos apresurábamos nos dejarían allí. No sería justo, después de todos los intentos que habíamos hecho para escapar. Y también teníamos que encontrar a Jason, y a Arturo.

—Sí, vamos —dije, dejando que Alex me llevara con ella. Debíamos ir cuanto antes al comedor. Con suerte, los demás estarían allí.

Disparos, gritos, ruidos... Aquello era una locura. Y nuestras rescatadoras tampoco estaban muy bien organizadas por lo que parecía...

Miré a aquel guardia. Se alejaba de nosotros y solo disparaba a aquellos que intentaban acercarse. 

Me coloque a una distancia prudencial de él, sin acercarme, con las manos en alto, enseñándole las palmas. 

-Hola. Me llamo Casey. Llegué aquí hace una semana y tengo la capacidad de ver el futuro -dije señalando la pulsera desactivada-. Sé que no es un gran poder, no es espectacular ni nada de eso, pero es muy útil. Me permite ver lo que ocurrirá si sigues disparando... Y no pinta bien para ti. Pero siempre existe más de un camino. Las cámaras no funcionan. Tus superiores no te ven. Tu radio no funciona. Nadie puede oírte ni verte. Por favor... Entra en una de las celdas y cierra la puerta. Cuando tus superiores vengan, solo diles que un grupo de chicos te redujeron y no pudiste hacer nada contra sus poderes. De esa forma tú podrás seguir vivo, y nosotros tendremos una oportunidad para salir. 

Le miré con pena en mi rostro.

-Por favor. 

En todo momento me mantuve en el sitio, sin moverme ni avanzar. 

Era cierto que no había usado mis poderes para ver el futuro, pero no lo necesitaba. Él estaba solo, y por mucho que tuviera un arma, a mi alrededor había chicos de lanzar bolas de fuego, congelar y de hacer cosas peores. El guardia podría acabar con unos cuantos, pero terminaría muerto con bastante probabilidad. 

Pero si me hacía caso, él seguiría vivo y nosotros tendríamos una posibilidad. 

Solo esperaba que me hiciera caso. 

Daba por hecho que Jason estaría cerca de su celda, al otro chico, que me presentaron como Carlos solo lo conocía de vista, decidí relajar un poco la postura cuando vi que la chica desconocida estaba de nuestro lado, Jason se encargó de las presentaciones pero yo aún no sabía cómo se llamaba ella, aunque la verdad en ese momento me importaba bien poco

Me fijé en que tanto Carlos cómo Jason habían rapiñado el armamento de los guardias que habían quedado inconscientes - muy buena idea - pensé y eché un ojo para ver si había algo que pudiera aprovechar.

Cuando Jason dijo de ir a rescatar a los niños, asentí pese a que me pareció una jugada arriesgada, ni siquiera sabíamos si estaban vivos aún, pero no quise imaginar lo peor - esperemos que estén bien-

Cuando Jason comentó el tema de los poderes pensé en que hasta el momento, con todo el ajetreo, ni siquiera había intentado usarlos, así que me concentré e intenté buscar cualquier rastro de vida animal que pudiese percibir, aunque probablemente, debido a los disparos estarían bien escondidos

Denzel desconocía si su poder había tenido algún efecto, por un lado llevaba mucho tiempo sin usarlo, por otro con los arcanos mayores del tarot, era bastante mas complicado, había demasiado simbolismo de por medio y en ocasiones no era tan visual como sugestivo.

Pero aun así, quizás por pura autosugestión sacar aquella carta le dio el valor que necesitaba para reponerse y continuar adelante.

Se dispuso a aprovechar el caos que se estaba creando para continuar adelante, cuando la sangre volvió a salpicarle, esta vez intento no mirar, apretó los puños e intento ignorar lo que estaba ocurriendo.

Dio un par de zancadas y fue cuando se dio cuenta de que alguien llamaba su atención.
Durante un segundo dudo, quería ir cuanto antes a encontrar a Tiana e Ilia. Pero, y si la situación fuese distinta, y si fuera una de ellas la que estuviera pidiendo ayuda, o peor aun, la que estaba herida, quería creer que alguien se pararía ayudarlas…

Mordiéndose el labio por la frustración se dio la vuelta y se acerco a Nacho y David.

-Lo mejor será taponar esa herida…

Dijo mientras ayudaba a Nacho a levantar a su compañero.

-Pero hay que continuar, aquí no puedo tratarla, no me apetece que me hieran a mi.

Denzel bufo al hacer el esfuerzo de levantarlo.

-Siento no poder ayudar mas, pero no puedo quedarme mucho con vosotros, os ayudare a dejarlo en un sitio mas tranquilo y a taponar la herida, pero tengo que buscar a Tiana e Ilia ¿No las habéis visto?

.        Tras darse cuenta que su poder no sirve para nada en ese momento su sentido de supervivencia es muy superior a su enojo o desconcierto, así que de inmediato corre fuera de la celda cerrando la puerta detrás de ella y si le es posible se tira al suelo para evitar cualquier bala perdida que salga despedida del interior por la puerta o atraviese las paredes, antes de retomar la huid a toda velocidad con dirección del comedor

La entrada de los guardias fue un hecho que realmente me aterro, no sabía en ese momento si eran guardias del centro o eran del grupo de superdotados, en cualquier caso no tardo en mostrarse que estaban ahí para proteger a la psíquica, ya fuera por voluntad propia o no, antes de poder hablar la albina tomó la palabra, se notaba su enojo, pero antes de cualquier otra posible reacción nos interrumpió un nuevo mensaje de la chica de pelo rosa, solo quedábamos 100, casi todo el tiempo que había pasado en este lugar lo había pasado tratando de evitar involucrarme emocionalmente con cualquiera para evitar sentirme afectado por las muertes que siempre llegaban tarde o temprano, necesitaba mantener mis sentimientos bajo control si quería controlar mis poderes, pero saber que más de la mitad de las caras que llegaba a ver pasar, de los compañeros de clase con quienes tuve que convivir, los inocentes niños que no perdían la esperanza a pesar de que eso solo les traía más problemas, eso era demasiado como para no sentir nada, note que un leve brillo verde se pudo percibir en mis manos en ese momento, pero quien reacciono nuevamente fue la chica de pelo blanco, dejo salir su ira contenida.

Las palabras de Ilia, saber que no era el único con esas ideas sobre los motivos del grupo "salvador" me tranquilizaron, camine calmadamente quedar cerca de ella y pose mi mano en su hombro, calma, sé cómo te sientes, Ilia ¿cierto?, no es momento de perder la cabeza, aprovechemos la oportunidad de escapar, volteando a ver a la psíquica proseguí, es obvio que son un grupo de combate más que samaritanos armados, además la mujer de las pantallas no ayuda mucho a su imagen, ¿por qué nos están ayudando a escapar?