Partida Rol por web

—No, no soy telépata.—Respondí a Nacho mientras negaba con la cabeza a su pregunta. Ojala, en aquel momento sería mucho más útil comunicarse de esa forma que mi poder. Aun dudando en cómo actuar me quede allí indecisa. No fue hasta que apareció Han y confirmé la sospecha de que no daría tiempo a ir a buscar a nadie.

Un suspiro abatido fue lo único que salió de mi boca mientras arrojaba mi pistola a la pila de armas, al menos, agradecía no haber tenido que usarla. Justo en el momento que esta caía sobre el resto el rayo fulmino a Irwing. Asustada di un paso atrás antes de mirar al resto preguntándome que acababa de ocurrir.

No tarde mucho en empezar a correr hacia la posición del chico, no tenía ninguna relación con él y muchos de los comentarios que había dicho en el hangar no habían hecho que tuviera mejor estima sobre el pero… ¿Quién podía culparlo? Allí todos cargaban con sus bagajes y el simple hecho de querer salir de allí cuanto antes no era precisamente un pecado. Probablemente cualquiera que estuviera rodeado de las personas que le importaban hubiera tenido esa actitud.

Si bien algunos actuaron como si no hubiera ocurrido nada, otros si parecían preocupados por lo que acababa de pasar. Cuando llegue al cuerpo del herido me arrodille ante el y coloque mi cabeza en su pecho para comprobar si seguía vivo. Aparte de alguna quemadura en la ropa y algunos pelos chamuscados, su cuerpo no parecía muy mal herido, pero dado que no tenia mucha idea de ese tipo de accidentes quería comprobar si estaba vivo.

Parecía que latía. Levante la cabeza mirando a todos
—¿Alguno puede hacer algo por él?—Mire a Gina durante un momento.—Vuestra compañera, la del comedor, la que cura. ¿Están viendo ya? Todavía está vivo pero…—El latido no parecía muy fuerte.

Mis ojos se fijaron en el extraño movimiento que habían tenido los drones colocándose cerca de los presentes Desde que había entrado en el hangar me había dado la sensación de que era Gina quien los controlaba. ¿Quizá intentaban ser receptores de algún otro posible rayo?

Negué con la cabeza sin poder creérmelo cuando Baltazar me mencionó.
—Pero… ¿A ti qué coño te pasa? Parecías mejor que alguien que ignora a un herido solo porque no le cae bien.—Dije enfadada a Baltazar.— Y di que sí, seguro que montar a todos en un armazón de metal es efectivo si cae otro rayo.*

En aquellos momentos David no tenía nada claro que hacer, si podían usar alguno de los vehículos blindados quería ir a ayudar a quienes aún no habían llegado, pero también acordado con Nahuel que no volverían e intentarían ganar tiempo para que ellos llegasen.

Entonces Gina se puso a dar explicaciones, por suerte la película que se había montado Irwing no parecía ser cierta, pero ello no hacía que sus rescatistas dejasen de ser unas hijas de puta. Ante la insistencia de que dejaran las armas, David se acercó al cadáver que había tirado en el suelo y sacó el cuchillo para dejarlo caer, no estaba seguro de si se refería solo a las armas de fuego, pero al fin y al cabo lo había cogido más por su utilidad como herramienta que como arma.

Pero cuando entonces un fulgor atravesó el lugar y un terrible estruendo le agacharse tapándose los oídos, cuando se recuperó un poco vio que Irwing había caído fulminado, aunque no muchos parecían dispuestos a ayudarle. David se acercó corriendo, era un gilipollas, pero a esas alturas cualquiera al que pudiesen salvar sería una victoria.

—Vamos a ponerlo a cubierto, yo no tengo ni idea de medicina, pero si respira y tiene pulso creo que hay que tumbarlo de lado para que no se ahogue.

Clint asintió a las palabras de Gina, observando al resto y sus motivaciones para estar allí, todos parecían querer ocultar algo y recelar de otros. No es que Clint fuera un santo ni mucho menos, varios de los chicos y chicas allí presentes no le caían bien, pero ni por esas dejaría a alguien atrás. Ni siquiera a Elí o Dheera. 

Cuando apareció la chica de hielo empezó un cuchicheo entre los dos Clint - Esa es Han

¿Esa es Han? ¿La chica del hielo? - Levantó una mano... saludándola, no la veía desde que abandonara la habitación y ahora sentía algo de intriga por ella y además, definitivamente, no le pegaba el nombre de Han.

Se produjo el destello de luz, Clint jamás hubiera pensado que en aquel Hangar cubierto pudiera colarse un relámpago por un lado, pero supuso dentro de sus conocimientos de física, que habría sido alguien de los presentes o el propio Irwing quien lo hubiera llamado, o tal vez fuera realmente una tormenta eléctrica que empeoraba.

Lo peor llegó cuando consiguieron entender que Irwing había sido alcanzado por un rayo. El trueno fue ensordecedor allí dentro. Todo vibró con la tremenda descarga de sonido producida y pese a la sordera momentánea todos parecieron recuperarse bastante rápidamente. 

Clint miró a un lado y otro, confuso, oyendo a Charles y Baltazar - ¿Qué? Charles... no se si es momento - No le estaba gustando como se dirigía a él aquel friki marginado en aquella situación tan inapropiada, empezó a recordarle demasiado a la comecocos sádica de Fern y las ideas que parecían rebosarle cada vez que tenía a Clint delante, y la frustración que le causaba no tener permisos suficientes para explorar todos sus límites. No le sentó nada bien pensar en ella. Y se sintió compungido, escuchando las órdenes de Baltasar pero sin saber muy bien qué hacer.

Illia corrió hacia el cuerpo, al verlo en el suelo estirado y humeante los pasos que inicialmente seguían a Illia por inercia se hicieron más rápidos hasta llegar a Irwing - No se mueve. ¡Clint! - Sacó del confuso ensueño a su doble que dejó a un lado a Baltasar y Charles para correr junto a Irwing.

Hay que ponerse a cubierto, somos pocos y el helicóptero es grande, vamos con él ¡Clint! Cógelo por las piernas yo por los brazos - Clint era delgado, y escuálido, pero inequívocamente dos podían más que uno y aceptaría toda la ayuda que le brindaran para llevar al herido hasta el helicóptero* - Qué hacemos. -

Los Clint se miraron, no eran muy listos, pero les sobraban huevos para intentar reanimar al muchacho como fuera.

Sun Hee habría deseado ayudar a Ororo con su poder, pero viendo que Nahuel parecía saber lo que hacía, prefirió no meterse en aquello, más cuando aún no tenía un buen control de su propio poder. Podría haber cerrado su herida por el hecho de que podía controlar la materia orgánica, pero eso no quería decir que pudiera limpiar las heridas de bacterias o cualquier otra cosa ajena que habría entrado en la herida en cuestión.

Sea lo que fuera, se mantuvo en un costado, esperando a que el resto tomaran una decisión sobre lo que habrían de hacer. Su mirada se posó en Mei, luego de que Alex se hubiera acercado a una de las extrañas. No pudo evitar fruncir el ceño levemente, preguntándose si la mujer la atacaría, luego de ver cómo se había tensionado de esa forma. – Deberías mantenerte alejada de ella, parece nerviosa. – Advirtió de buena manera.

No pudo evitar enarcar una cejar en el momento en el que Bora apareció acompañada de Puleun… tocándole el trasero de una manera que hizo que Sun Hee enarcara una ceja, preguntándose si aquello era bienvenido o no. No había duda de que Bora era bastante… bruta en cuanto a actitud, aunque era posible que al menos tuviera una actitud bastante directa respecto a las cosas, lo que podría implicar que no era una mentirosa.

De cualquier modo, al escuchar a Mei pedir al grupo que la convencieran, la joven frunció el ceño, preguntándose cómo podrían hacer algo así. No tardó mucho en hacerse una idea, mientras Nahuel hacía su propio ofrecimiento. Por su parte, Sun Hee asintió levemente, antes de dar un paso al frente. – Si me sacas de aquí, te ayudaré en lo que sea. – Le aseguró con frialdad en su voz. – Si me ayudas a controlar mi poder, puedo hacer muchas cosas con él. Puedo controlar la materia orgánica. – Explicó con paciencia. – Maté a dos guardias. – Sus palabras carecían cualquier clase de arrepentimiento respecto a lo que había hecho. Los guardias no eran más que monstruos.

Al escuchar las recriminaciones de Illia y sentir la mirada de Nacho, detengo mi marcha, saco el cargador de mi bolsillo y lo arrojo lejos del montón de armas.

Nunca dije que lo dejaría atrás, no entiendo de donde sacas esa conclusión, de momento sólo estoy buscando poner a salvo a los más vulnerables, pues si otro rayo cae, al menos dentro del helicóptero estarán a salvo.

Disculpa si no corro a ayudar a una persona que antepone su propia seguridad a la del resto, pero yo no tengo ni puta idea de como tratar a alguien electrocutado y no quiero hacer más daño que bien. - respondo con bastante seriedad.

Por otro lado, lo más irónico del asunto, es que hay una persona que sí que podría salvarlo y es Nahuel, lo he visto curar personas, pero él. - digo señalando a Irwing. - Está más que ansioso y dispuesto a dejarlo atrás.

¿Cómo dijo? Así, me la suda que no hayan llegado, vámonos de una vez. Son más o menos sus palabras, no las mías.

Hago una pausa para instar a los más jóvenes a abordar, sin subir yo al helicóptero.

Desde que inició la noche, hasta ahora, yo no he hecho nada más que preocuparme por otros, tal como siempre hago, él estaba dispuesto a sacrificar a cualquiera para salvarse, es más, hace muy poco dijo, crucen ustedes primero la puerta del león, no vaya a ser peligroso porque no estoy armado.

Pues le di un arma y cómo lo agradeció, abriendo la puerta mientras se cubría contra el muro dejando expuesto al resto del grupo, un grupo con niños que no llegan ni a los doce años.

Espero que ahora entiendas que el monstruo no soy yo, quien fue a buscar a Eli al hospital, pese a que sé que le desagrado, sólo para proteger a Arturo. - añado bastante indignado y dolido por las palabras de Illia.

¡Venga chicos daos prisa! Yo esperaré hasta el final, como siempre lo hago.​​​​​

La tal Mei agradeció a la pequeña la información que le acababa de facilitar sobre Bora y ésta sintió como sus mejillas se sonrojaban. ¡Sabe mi nombre! Pensó mientras la miraba con una mezcla de confusión y admiración, pero su atención fue requerida nuevamente por Jason.

Los ojos de Alex se abrieron como platos al escuchar la explicación que le acababa de dar su amigo. ¿Una herida pequeña? Lanzó una fugaz y significativa mirada hacia la mesa donde Nahuel luchaba por salvar a Ororo y volvió a mirar a su amigo. En ese momento apareció Bora en medio de la sala, junto a la chica que siempre estaba en el acantilado y había hecho que la "pescaran" la última vez que intentó fugarse, y con otra persona. Los ojillos de Alex brillaron al ver otra vez a la teleportadora, su heroína. - Alex... - La corrigió, fascinada al ver que podía llevar a otras personas. - ¿Cómo has hecho eso...? - Empezó a preguntarle... Pero fue entonces cuando reconoció a la doctora. - ¡Oh...! ¡Ella es mala, hace experimentos con nosotros y...! - Apretó con fuerza los puños. - Y deja que nos peguen... -

Pero antes de continuar con sus quejas, la voz de Mei se interpuso sobre la suya. La pequeña se volvió para mirarla, sintiéndose completamente vulnerable cuando ésta clavó sus ojos en los de ella y sintió como si estuviera entrando profundamente en todos sus pensamientos y sentimientos. 

Caminó unos pasos hacia atrás y miró a uno y otro lado. Quería irse de allí... Quería saltar y saltar y saltar y.. ¿E ir a dónde? No llegaría a ningún sitio, su poder era una caca y... no quería quedarse en esa isla. Tantas veces intentando huir, recibiendo una paliza tras otra, pero sin dejar de intentarlo... Y ahora que lo tenía tan cerca... Acababa de asustarse por sentir aquella mirada ahondando y desnudando su alma; pero no podía permitir que ese miedo la condenara. 

Se irguió al escuchar a Nahuel y volvió a mirar a Mei. Tragó saliva. No quería quedarse allí, seguro que cuando aquellas mujeres se fueran, tomarían represalias... - Tenéis que llevarnos con vosotros... Si nos... Si nos dejáis... - Se mordió el labio tembloroso. No quería decirlo... No quería... morir. Lo saben... Saben que están matando a todos y aún y así les importamos una caca... Pensó con el temor agarrándose en su pecho. Miró a Bora y volvió a mirar a Mei. En ese momento escuchó hablar a Kim y sus labios se torcieron en una pequeña mueca. Le caía como el culo, era tonta y... Y... Una asesina... Le daba repelús escuchar como hablaba con esa frialdad de los guardias a los que había torcido el cuello.

- No podéis dejarnos aquí... - Terminó diciendo, con voz trémula, y alzó ligeramente la barbilla. No sabía qué decirle, no tenía ni idea de cómo venderse y más cuando tenían a Bora y ella casi la había cagado cuando quiso ayudar a sus amigas...

Chales esperando al lado del helicóptero dice -Estoy de acuerdo con Baltazar, si no tienen conocimientos médicos lo más probable es que terminen empeorando la situación y personalmente no tengo ningún conocimiento que pueda ser de ayuda- su rostro parece tranquilo, evita el contacto visual con los demás y no parece impaciente por irse.

Parecía que todo iba a salir bien: teníamos muchas ideas, estábamos trabajando en equipo, estaba Jason… Estaba claro que el plan no iba a salir mal. Pero me equivocaba.

No sé cómo pasó. Quizás mi ilusión no funcionó, o podían ver a través de la niebla, pero le dieron de lleno a la chica muda. Inmediatamente grité a pleno pulmón. ¡Todo iba a salir mal! ¡Nos iban a disparar a todos!

Terriblemente asustada, me agarré con todas mis fuerzas al cuello de Jason. Todo el mundo corría. Se oían más disparos… Yo mantuve los ojos apretados, convencida de que alguna bala me atravesaría en cualquier momento.

Pese a que no tardamos en ponernos a salvo, en mi cabeza siguieron sonando disparos y gritos durante un buen rato. Me quedé sentada en un rincón, abrazándome las rodillas, callada y ausente. Otra vez había estado a punto de morir…

Los demás hablaban. Jason decía algo de que los que disparaban de lejos podían estar con las chicas salvadoras… Yo lo miré atónita. No entendía los motivos que él decía, pero, en cualquier caso, si en realidad eran malas, podría ser que nunca hubiesen tenido intención de sacarnos de allí. ¡Eso sería terrible!

—No… No… No puede ser… —dije a la vez que negaba con la cabeza.

Me levanté y me acerqué a donde estaban las chicas. Me sorprendí al ver que había varios bebés allí. ¿De dónde habían salido? Pero no les presté mucha atención y miré a las chicas frunciendo el ceño. Mi opinión sobre ellas había cambiado en un abrir y cerrar de ojos.

Antes de que pudiera decir nada, la teletransportadora apareció. Y dijo algo que no me hizo ninguna gracia.

—¿Me…oncilla? —Apreté los mofletes a la vez que la perforaba con la mirada. Al mismo tiempo, mis mejillas ardían debido a la vergüenza. ¿Por qué decía eso delante de todos? —¡No me llames así! ¡Sólo me ha pasado una vez! ¡No es justo!

Luego Mei habló sobre los soldados que disparaban desde lejos. Por mucho que dijera eso, yo la miraba con el ceño fruncido. Ya no sabía en quién confiar. Para colmo, luego dijo algo que hizo que se me helara la sangre.

—¿¡Cómo que no tenemos tiempo de llegar al helicóptero!? —Miedo y angustia me invadieron de repente—. ¡Vosotras estáis aquí y os vais a ir! ¿Por qué nosotros no? ¡Han estado dos veces a punto de dispararme! ¡A Alex casi la matan! ¡Jason ha cargado conmigo y con la muda mientras nos disparaban

—grité con todas mis fuerzas. Nunca me había sentido tan enfadada y frustrada. Empecé a llorar de pura angustia—. Yo podía haberme ido sola, pero preferí ir a buscar a Alex y a Ciara. Jason podía haber ido al hangar, pero prefirió venir a buscarnos. ¡¡NO ES JUSTO!! —Me abracé a Alex con fuerza—. Hemos estado desde que llegamos intentando salir de aquí. Lo hemos intentado muchas veces. Nunca nos rendimos. ¿¡POR QUÉ NO PODEMOS IRNOS!? —Tomé aire. Respiraba muy rápido. Demasiado rápido. Empezaba a marearme —. ¡Sois unas mentirosas! Si de verdad os importásemos, ¡nos llevaríais a todos con vosotras!

Al poco, la chica que acababa de llegar ofreció su puesto a Jason, cosa que me hizo esbozar una media sonrisa, pese a todo. Cogí a Alex con uno de mis brazos y me acerqué a Jason, abrazándolo.

—Me alegro de que te salves —susurré con sinceridad—. Pero, por favor, llévanos contigo. No quiero seguir estando en este sitio. Y también quiero ir a rescatar a Noah… —Comencé a sollozar de nuevo desconsoladamente.

Continuo haciendo presión en la herida de Jane sin separarme de ella mientras Nahuel trata a Ororo, aun recuerdo como el no era así cuando lo conocí, era mas egoísta y jamás hubiera luchado por esos niños y por otros de ese modo. Por suerte el tiempo que llevo aquí le ha dado la oportunidad de encontrar una familia que le hiciera sentir y abrirse.

La llegada de una teleportadora con Paleun y puta loca de la medica, con una sonrisa tranquila dedicada a la enfermera mas guapa del centro añado, menos mal, no quería marcharme con mi grupo sin la enfermera mas guapa del centro, lastima que la loca de la medica te acompañe... merece sufrir tanto como ha hecho sufrir a todos estos chicos... pero me alegro de verte, ¿tienes mi manzana?, pregunto divertido.

La respuesta de Mei no me sorprende del todo, ha sido muy reveladora, dando un beso a Eileen cuando me abraza sonrío, jamás me iré sin vosotras, ya lo sabes y Mei no se irá tampoco sin nosotros, mirando por primera vez mas serio sin faltarle el respeto o desafiarle, tan solo mostrando exteriormente la seriedad que oculto por norma con mi tradicional sonrisa, espero convencerte primero porque no vas a encontrar a un grupo tan unido como nosotros a la vez que útil, ellas hacen misiones de rescate y peligrosas pero ya hemos demostrado que podemos ayudarles sin el miedo a que les denunciemos a las autoridades, además tenemos a las chicas mas valiente, Alex y Eileen son el futuro, incluso tenemos un empollón de esos que se pasan la vida en la biblioteca, uno de esos siempre es necesario.

Nahuel por favor, tienes que atender a Jane y Carlos, en caso de que tengamos que escapar de aquí pasando por los guardias, te diré lo que necesitas saber de su localización para que controles la mente de uno y le ordenes disparar a otro guardia, si tenemos éxito en el peor de los casos ganamos tiempo, en el mejor provocamos que se enfrenten muriendo algunos en el proceso.

Sentir como su poder aumentaba gracias a los dones de Ciara fue casi extatico y le llevó a pensar todo lo que podría lograr con él cuando este creciera, porque lo haría, de eso estaba seguro.  Saldrían de allí

Ororo todavía no había sanado por completo y su estado aún era delicado, pero también estaba Jane y Jason se encargó de recordárselo.  -Aguanta un poco más, voy a ver a Jane, luego regreso.   Ciara, no hace falta que uses tu poder ahora, prefiero que lo reserves para cuando tenga que leer al piloto.-  dicho esto dejó en la muchacha la decisión si volverlo a potenciar o no y se movió hacia donde estaba Jane -Bueno, vamos a tratar de cerrar esos agujeros- le dijo con una sonrisa impostada deseando que su poder funcionase una vez más.

Denzel se quedo mirando a Mei, que quisieran llevarse a los bebes para darles una vida mejor le tranquilizo bastante.

Aun cuando le dijo que tenia que convencerlos para llevarles.

-No te mentiré, no me quiero quedar aquí, después de lo ocurrido van a querer matarnos.

Suspiro pensativo.

-Pero no me puedo ir sin mis amigas Tiana e Ilia, si ellas no vienen, no pienso dejarlas abandonadas aquí.

Se rasco el mentón.

-Se que no estoy en posición de negociar, pero si ellas vienen pueden ser de gran ayuda, y en mi caso no solo tendrías mi poder, si no todos mis conocimientos, que no son pocos, ademas puede que no sea un portento físico, pero no me importaría entrenar, pero mas importante que todo eso, seria mi agradecimiento,tendrías a un gran devoto a vuestra causa, pedidme lo que necesitéis y lo hare.

Denzel se quedo pensativo.

-Se que no tengo mucho que ofrecer, pero si ellas están a salvo os ofreceré literalmente todo lo que tengo, incluida mi propia vida.

Mientras seguía la discusión de repente una gran luz ilumino todo el hangar seguida de un fuerte trueno, al parecer un rayo había caído, cuando el niño volteo descubrió que el rayo le había impactado a Irwing, el niño se quedó en shock unos momentos, ¿cómo es que eso había podido pasar?, es lo único que pasaba por la mente del pequeño, el cual reacciono hasta que Ilia corrió a auxiliarlo, afortunadamente aún seguía con vida, Arturo dijo, no sé como tratar un impacto de rayo, voltea tratando de buscar un botiquín para ver si había algún medicamento o instructivo para estos casos.

El pequeño iba a responder respecto a lo que menciono la chica de cabello blanco, pero Baltazar supo defenderse bien, por lo que voltea a verlo, para decirle, podemos esperar hasta el último instante, luego voltea a ver a su amigo, tu deberías subir, yo esperare con Baltazar un poco más.

Parecía que sus compañeros no tenían mucha confianza en sus habilidades médicas, por lo cual hizo lo que pudo antes de que comenzaran a mover a Irwing. A todo eso Baltazar inició una defensa como si le hubieran dicho gran cosa, defensa que no era necesaria.

Lo que sí, estaba cansado de que incluso los que querían ayudar no quisieran jugar en equipo.

_A ver, veo que hay gente aquí que conoce a esa Han. Nosotros no pudimos pasar por el comedor. Cuando íbamos a ir tuvimos problemas y luego Mei dijo que directamente viniéramos aquí. ¿Me explican qué ha ocurrido allí? No sabía que había gente con Mei y Gina. Menos una curadora, que me vendría muy bien -no dejó pasar que nadie se preocupó por su brazo aunque lo pidió, pero querían ayuda para Irwing-. Pregunté también qué pasó con ese chico y nadie me lo dice -haciendo alusión al recluso muerto-. Illia, no eres telépata. ¿Qué puedes hacer? En tanto conozcamos todos nuestras habilidades, mejor nos podremos ayudar entre nosotros.

Incluso a pesar de que por contenido pudiera parecer un reclamos, dijo todo con una increíble serenidad.

Ciara, después de la estabilización de Ororo y las palabras de Mei, fue directamente al lado de Jane. Prefería estar con su amiga, tratando de permanecer ajena a la conversación que estaba en marcha a pesar de que, al igual que el resto, estaba en la coyuntura de exponer el porqué debía salir del centro 11. 

Durante el tiempo en el que los otros hablaban, Ciara se limitó a observar a las maltrechas Ororo y a Jane sin mediar palabra. Era sencillo imaginar que ella podía estar en esa situación en lugar de las heridas. Era únicamente una cuestión de suerte.

-No voy a jugar a ese juego de yo soy mejor que el resto para vivir. Os agradezco mucho que nos hayáis ayudado, pero no voy a tratar de convencerte del motivo por el que yo debo vivir por encima de otra gente. Al empezar con esa basura, en breve y con toda posibilidad entrará lo de mejor dejar de lado a los heridos o a la gente que nos puede retrasar. Y no es una opción. Por lo menos, no para mí. Si quieres que te convenzan de a quien tienes que dejar atrás, no te voy a ayudar con tu conciencia. En el caso de dejar a alguien aquí tirado pudiendo sacarlo, no eres mejor que la gente que nos trata de matar.

Inmediatamente, a la espera de que Nahuel ayudase a Jane para volver a usar su poder y aumentar la curación de su amiga, la irlandesa quedó callada con una pequeña dosis de rabia en los ojos. Haber llegado tan lejos para, de una manera inesperada, tener que escuchar que sólo podían huir si eran del agrado de la opinión de una chica la enfadaba.