Partida Rol por web

Tras eliminar al esqueleto No Muerto, los héroes deciden saltar al interior del pozo para ayudar al enano.

A pesar de la profundidad no reciben heridas de excesiva importancia y renqueantes, salen de nuevo al húmedo y oscuro pasillo.

Una única y solitaria puerta se encuentra en el corredor.

Innumerables telas de araña cuelgan por doquier.

Krugbarg tropieza y se cae produciendose algun daño...

Maldita sea... bueno, ya faltar menos para machacar a ese tipo...

Los torpes pasos del mago hicieron mella al caer al fondo del abismo, pero por le momento no eran más que simples pero incómodas rozaduras. Una vez se encontraron todos afuera, decidió asomarse con la intención de avanzar lo antes posible.

Al Elfo no le parece una buena idea. Aquella trampa estaba diseñada para lisiar a cualquier, pero tenia la impresion de que debia de haber otra manera de llegar, quizas por donde se fue la momia.
Pero no tenia tiempo para discutir, sus amigos ya estaban inmersos en sortear el obstaculo y tubo que seguir adelante.

El elfo esperaba que la proxima puerta fuera una buena noticia, quizas un enemigo a batir, quizas un tesoro, o quizas su salida de alli.
Estaba ansioso por acabar aquella mision, le venia dando mala espina desde el principio.

Abrís la puerta con mucho cuidado.

A pesar de ello, el rechinar del oxido de los goznes, logra oírse claramente en toda la sala.

La habitación parece estar vacía.

Una tenue iluminación muestra un desvencijado armario.

En el fondo, una nueva puerta parece dar paso a otra sala.

El Elfo entra en la sala con cautela y deja el armario para que lo revisen sus compañeros, el esta pendiente de criaturas ocultas que puedan salir en cualquier instante a su paso.

Krugbarg entra con paso decidido en la sala buscando relucientes monedas con las que ampliar su armamento

Tras sacudirse su holguera capa del polvo recogido en aquel pozo se adentra en la habitación tras sus compañeros cuidadoso de alguna extraña forma en al sala.

mmmmmm, voy murmurando mientras por las paredes busco pos si hubiese alguna puerta camuflada.

Penetráis en la habitación alerta y preparados para la lucha.

Examinais la misma en busca de las posibles trampas que alguna de esas malvadas criaturas haya podido montar.

Mientras, en el armario hallais una daga de bella factura.

Tras husmear de pasada en la habitación y el armario, encontrais un pequeño saquito con 60 monedas de oro, que como siempre, son bienvenidas.

Krugbarg, harto de esperar, emprende la marcha y abre la cancela de madera.

La puerta da a un lúgubre pasillo.

Nada más abrir la puerta, un maloliente zombi, sale a recibirle.

Krugbarg echa un vistazo rápido al corredor. A su espalda, un derrumbamiento le impide el paso.

Por delante el zombi y un par de puertas más.

Me muevo siguiendo al bárbaro, aunque al ver como se detiene, preparo mi martillo por si acaso...