Partida Rol por web

Al ver caer al orco, pasó raudo por delante de los trasgos dirigiéndome hacia el guerrero del caos, por considerarlo la amenaza mas importante, pero mi impetuosidad me hace errar los ataques.

Ambos goblins siguen en estado catatónico y no son capaces de hacer absolutamente nada, excepto babear y decorar la habitación como si de gárgolas de piedra se tratase.

El Guerrero del Caos, pese a ser un excelente guerrero parece desmoralizado por la muerte de Ulag y no consigue encadenar ni un ataque coherente. Abatido y algo descentrado retrocede.

Krugbarg se abalanza sobre el goblin y le pega un fuerte espadazo

El Elfo mira escondido tras el quicio de la puerta, parece que por el momento el combate juega a su favor.
Viendo como el Guerrero del Caos no es capaz casi de moverse, se interna en la sala, como siempre sorteando con gracia felina a sus camaradas y procede a un disparo.

Cae, y vete con tu amo.

El goblin rueda sin vida incapaz de detener la avalancha de ataques del bárbaro.

Mientras el elfo dispara contra un ya maltrecho guerrero del caos que no logra apartarse a tiempo del camino de los virotes que se estrellan contra su pecho matándolo al instante.

Nuevamente entraba veloz el mago a la sala dejando una estela mística en esta ocasión de color rojiza. Supongo que aquí acaba nuestra misión, reflexionaba al ver el cuerpo de Ulag sonriendo. El color rojo se intensificó en sus ojos y su mano se abrió para apuntar al único monstruo que seguía con vida en la sala. ¡¡ Feuerball !!

La bola de fuego abrasa por completo el pecho de un inmovil goblin que no logra reaccionar a tiempo para esquivar el proyectil.

El elfo busca entre los cadaveres algo de valor.

Menuda batalla que les hemos dado, no sabian de donde les llegaban los golpes.

La luz pareció alumbrar la sala naturalmente una vez que le mago terminaba sus conjuros, se apoyó para descansar en una de las paredes mientras observaba el resultado del combate, aunque habían tenido dificultades en las dos últimas emboscadas habían salido airosos y victoriosos. Bueno, es hora de que recogais vuestra merecida recompensa... anunció mientras caminaba de nuevo hacia la puerta de aquella mansión.

¡A la Caverna... digooo a la Casa! grita Krugbarg feliz mientras corta con su espada la cabeza del orco y la empala en una de las patas de la Mesa.

Bien, salgamos de aquí, nos esperan unas buenas jarras de cervezas...

Tras derribar a Ulag, y limpiar la habitación de enemigos, salis de allí con toda la discrección que sois capaces.

Cogeis el amuleto que Ulag lleva colgado al cuello como prenda del éxito de vuestra misión.

La salida no entraña mayores problemas y en apenas unos minutos os encontrais de nuevo en el exterior y camino de casa.

A media tarde, sin tiempo siquiera para cambiaros o asearos, Mentor y Sir Ragnar os reciben en el estudio del primero.

Nada más ver vuestras caras adivinan del éxito de vuestra misión. A pesar del cansancio y las heridas, la sonrisa de vuestros rostros os delata.

Habeis hecho un excelente trabajo.- dice Sir Ragnar tendiendoos las 100 monedas de oro prometidas.

No queremos robaros más tiempo de vuestro descanso. Mañana a primera hora os espero de nuevo en mi estudio.- finaliza Mentor.