Partida Rol por web

tras parar las estocadas de los orcos contraataco intentando golpear a uno de ellos con mi hacha antes de retirarme.

Viendo salir a su amigo de armas, Krugbarg carga al interior de la sala para tratar de matar a alguno de estos malditos orcos.

Resisten demasiado... ¿Magia?

El Elfo se impacienta. Se ve que los enemigos han ganado en experiencia y que son unos buenos guardas, porque salen indemnes del aluvion de golpes del barbaro y el enano.

Aunque su arma a distancia ahora es inutil, se plantea lanzar un hechizo. Pero sin linea de vision no tiene nada que hacer.

El orco defendía la puerta con uñas y dientes. Plantando con seguridad los pies sobre el suelo resistió el duro ataque del enano.

Finalmente, el bárbaro entra con fuerza enarbolando su espada con ambas manos y acabando con la vida de la bestia verdusca.

Su compañero intenta frenar el avanze de los aventureros y ataca la bárbaro con odio.

El tajo del orco impacta en el Barbaro, pero este se gira y le planta un espadazo en el lomo

Al atacar al bárbaro, el orco descuidó en exceso su flanco.

Semejante fallo fue aprovechado por Krugbarg para terminar con el enemigo de una simple estocada.

Krugbarg saca la espada de las tripas del orco y la lame ligeramente.

Mmm... solo faltar sal... dice sonriente

El Elfo masculla algo en su lengua pues se a perdido toda la accion.
Finalmente entra en la habitacion buscando algo de interes entre los cadaveres.

Tras la caída de los orcos, me aproximo a las paredes en busca de alguna puerta oculta.

Sus pasos le llevaron al interior de la sala donde esperó paciente que el grupo decidiera acometer la siguiente sala.

Nada más abrir la puerta podeis ver al fondo a un goblin pequeño y de aspecto mezquino.

A juzgar por la expresión de su fea cara debía de estar robando algo del interior del armario que se encuentra en la pared de enfrente.

Está desarmado, aunque de su cadera cuelga una sucia espada.

El barbaro carga contra el goblin tratando de cortarle la cabeza

El goblin, absolutamente desprevenido, trata de levantar su espada para detener el potente golpe del bárbaro.

Sus ojos vidriosos empañados por la muerte se dan cuenta, tarde, de que su mano derecha no portaba ningún arma con el que detener el impacto, cayendo entre estertores al suelo.

Entro en la habitación ya vacía por los enemigos y me pongo a buscar trampas.

Tras una ligera inspección buscando trampas, el enano llega a la conclusión de que está limpia de peligros.

Con tranquilidad seguió la estela del enano, directo al mobiliario de la habitación interesado en cualquier cosa de valor que pudiera albergar. Mientras ojeaba los objetos sugirió algún plan de ataque más efectivo. Estamos cada vez más cerca del objetivo, quizás fuese recomendable que atacasemos a distancia tanto yo como el elfo antes de adentrarnos en las habitaciones, así conseguiremos avanzar con menos problemas. Casi parecía estar hablándole a las propias cosas.