Partida Rol por web

¿En qué momento mi mundo comenzó a derrumbarse para convertirse en el infierno que estoy viviendo?
Sin poder reaccionar o mover siquiera un solo músculo debido al miedo que siento, únicamente mi piel se torna aún más pálida... Mis poros se abren y comienzo a sudar, aterrorizado. Un ataque de pánico me golpea y comienzo a abrir la boca, ahogándome, luchando por respirar... Titania y Oberón han muerto... Sigo encadenado, como después de tanto tiempo... Mi mundo interior y exterior se ha derrumbado...

Las fauces del monstruo comienzan a masticar la jaula contigo dentro... los palatales seccionan partes de tu cuerpo... los colmillos desgarran otras y las muelas trituran... el dolor es indescriptible, los huesos chascan, la piel se estira, la sangre gotea... tus intestinos se duscuelgan de su debido lugar, tus pulmones se encharcan... la vision se te nubla, pero sigues sitiendo el dolor... un dolor como nunca habias sentido... todo se torna oscuro. vacio, soledad, miseria...

¡ESCORIA! ¡DESPIERTA! - las dulces palabras de tu captor suenan en tu mente

Abro los ojos, aturdido, mirando hacia todas partes... ¿Qué me ha ocurrido? ¿Ha sido sueño o realidad? Observo a mi captor, de nuevo, sudando aún, pálido como la misma muerte...
-¿Qué... Qué ha... ocurrido? Balbuceo, jadeando, totalmente desubicado...

Notas un tremendo dolor en tu pecho cuando despiertas, ves a tu captor apoyado sobre una piedra, y para tu asombro, le falta un buen trozo de carne en el costado izquierdo. Parece estar bebiendo una pocion de color azul intenso con ansiedad, parece que esta a punto de perecer

Me llevo una mano a la cabeza, otra al pecho.
-¿Qué... ha sido eso? ¿Un sueño...? Observo a mi moribundo captor... De no ser por el hechizo que me ata, ahora mismo acabaría con su miserable vida sin el menor reparo... Pero no puedo...
-¿Qué ocurrió con aquél demonio?

No se que te ha pasado ni me importa... ¡BASURA! - te dice amorosamente - El demonio esta muerto... yo lo he matado, no te preocupes por eso inutil - pone gesto de dolor y se retuerce al terminar de hablar. Ves con estupor como el cacho de carne que le faltaba comienza a regenearse, saliendo tiras de musculo, regenerando organos, creando hueso... debe ser inaguantable

No estés tan seguro, maldito cerdo presuntuoso... Me levanto del suelo, evitando mirar la zona en proceso de regeneración. Me sacudo el polvo que llevo en la túnica con ambas manos. Inclino seguidamente la cabeza, en señal de respeto.
-Mi señor... Me gustaría proseguir con la misión, si os parece bien, claro está... Contengo un gemido de dolor, llevando la mano a la zona dolorida del pecho, palpándola... Lo último que vi fue un pedazo de armadura incrustándose en mi carne...

se recupera del dolor y se pone recto - ¡BASTARDO! - levanta el dedo y una oleada de dolor te recorre como otras tantas veces - ¡LAS ORDENES LAS DOY YO NO TU! - no deja de hacerte sufrir - ¡SUPLICA!

Caigo al suelo al instante, mientras las descargas de dolor recorren sin cesar mi ya de por sí maltrecho cuerpo. Mientras me retuerzo, gritando, me atrevo a decir, entre dientes:
-¡¡¡MALDITO... SEÁIS, MAGO DE TRES... AL CUARTO!!! ¡¡¡RAAAAAAAAAAAARRRRRRRGH!!! ¡¡¡OS MALDIGO EN... EN ÉSTA... Y EN LA OTRA... VIDA!!! ¡¡¡Y JURO QUE... JURO QUE... PAGARÉIS POR VUESTROS PECADOS!!! ¡¡¡SSSSSSHHHHAAAAAAAAAAAAAAAGH!!!

Haciendo un tremendo esfuerzo de voluntad, aún con el dolor provocando espasmos y convulsiones en mi cuerpo, me levanto, con los ojos enrrojecidos y los dientes tan apretados que difícilmente podrían separarse.
-Po... Poderes de... Faêrie... ¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAGH!!!!! Mi espalda se arquéa por completo debido a una nueva descarga. Sed parte... de mí... Fatus Faeri...

Alzo ambos brazos, resplandecientes de energía, al tiempo que una cabeza de dragón gigante de piedra surge frente a mí, lanzando un poderosísimo chorro de fuego contra Magnus. La ilusión no termina ahí, asimismo creo un muro ilusorio de piedra frente a mí y tres copias quiméricas, mientras me lanzo a correr todo lo rápido que pueda, esperando que la ilusión haya desconcertado al mago, liberando así por un momento su hechizo.

Magnus te mira con curiosidad - iluso - musita para luego, como si fuera un demente empezar a reirse - jajajaj.... jajajjajaj..... ajajajajajjajajajjaj.... JAJAJAJJAJAJAJJAJAJJAJ ¡JAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJAJJAJAJAJA! - ves como chasquea los dedos y toda la ilusion desaparece. Se acerca a ti y levanta la mano, todos tus musculos se bloquean y se tensan - suplica perro faerico - te dice lleno de maldad

-Nunca... más... Musito, entre dientes, desesperado. Soy... John Bolton... Decimocuarto Mago Imperial de Faêrie... Señor de las Puertas Prohibidas del Cónclave de los Sueños Olvidados... Conocedor de Misterios, Hacedor de Ilusiones... Mis logros se cuentan... Por cientos... Así como los de aquellos a quienes mi visión inspiró... y no... Jamás... Nunca más... me inclinaré ante... Le miro con el más absoluto desprecio, como quien mira una cucaracha antes de pisarla. Ante un sucio humano... ¡Cuyo único mérito es ser maestro del ardid y el complot! ¡¡NO SOIS NADIE, MAGNUS, NADIE, COMPARADO CONMIGO!! ¡¡Y TODO EL PODER QUE ME SUSTRAJISTEIS PARA CONVERTIROS EN UNA BURDA SOMBRA DE QUIEN YO FUI ACABARÁ CON VOS, SUCIA RATA, PUES LA REGLA UNIVERSAL DE FAÊRIE ES QUE NO SE DA NADA SIN OBTENER ALGO A CAMBIO!!

Comienzo a reir entonces, aún paralizado, casi desquiciado después de soportar años de dolor, humillación y torturas, y la risa que sale de mis entrañas resuena en todos los alrededores. Un movimiento de la mano, sin que las risas cesen y un sonido como de cristal cayendo resuena alrededor, liberándome de mi atadura... Me acerco a él, con los ojos inyectados de locura...
-Porque tú... Magnus Ignatius... Miserable aprendiz que pretende ser Magister... en realidad me temes... Me desprecias porque temes mi poder... Porque no me conoces... y odiamos y tememos lo que no conocemos... Así que se acabaron las órdenes, humano...
Mis colmillos comienzan a crecer ligeramente, afilándose, sin que mi mirada de total locura cambie.
Ahora... me iré... a buscar a vuestro mentor... Y cuando regrese con el anillo... Me liberaréis de mis ataduras... Pero recordad mis palabras... La condena que os impongo es eterna, ilusionista barato... Marchad... y dejadme AHORA...

Ignatus te mira con desprecio, alza la mano - Ignis mortis - dice con voz serene y suave. Un rayo de color naranja intenso sale de su mano impactandote de lleno en pleno pecho... es algo extraño, pues notas que la descarga no hace tanto daño como deberia, pero por culpa de la herida sufrida en la ciudad caes al suelo abatido e inconsciente

Abres los ojos con pesadez, al principio tienes la vista nublada, unos parpadeos mas, y poco a poco se aclara...¿Que estoy viendo? te preguntaras al ver esos maravillosos prados de color verde y salpicados por innumerables flores de todos los colores imaginables. La musica de los satiros llega a tus oidos, asi como la de las ninfas, con sus cristalinas risas, unas cuantas pixies revolotean alrededor tuya saludandote con respeto y se marchan con infantiles carcajadas, seguramente iran a por otro viajero que han debido de encontrar. El pecho no te duele, estas limpio y llevas un ligero atuendo de gasa blanca, la brisa fresca te envuelve y te reconforta...
Estas en casa.

Me incorporo sobre la hierba, boquiabierto, al principio, observando cuanto me rodea. Inclino la cabeza respetuosamente ante las pixies que me saludan, más por inercia que por otra cosa. Comienzo a levantarme, mientras mi sonrisa se amplía. Inspiro una gran bocanada de aire faérico, cerrando los ojos, como si fuera la primera vez que respiro en toda mi vida. Un nuevo barrido ocular me permite contemplar el mágico paisaje de mi hogar.
Comienzo a caminar por la pradera en dirección a la ciudad y al castillo imperial, sin perder la sonrisa en ningún momento, totalmente emocionado y embriagado por las sensaciones que mi hogar me provoca, largo tiempo olvidadas...

Cuando te encaminas hacia el castillo, un ente etereo y sin forma fija; pues es una nube de gas que va cambiando, llama tu atencion...

- Jhon Bolton... acercate - dice la susurrante voz, que, aunque distorsianada la reconoces. Es la Reina

Me acerco hasta la informe nube, arrodillándome ante ella con ambos brazos extendidos y los ojos cerrados, sonriente.
-Bienhallada y altiva, su Majestad Titania... Vuestra voz es música en mis cansados oídos, y vuestra presencia mi gozo eterno... Me siento dichoso y gozoso de volver a estar en vuestra presencia, sea esto sueño o realidad... Pero, ¿acaso no es toda la vida un sueño, y todo sueño puede hacerse realidad?

Ves como una tierna sonrisa se dibuja en lo que seria el rostro del ente - Jhon... como siempre tu gran lengua hace aparicion... va a ser una pena perderte... - suspira - tengo una mala noticia... desde tu secuestro, te hemos estado observando y velando por tu seguridad... pero tu encuentro con Innombrable y el sueño premoritorio que tuviste... nos ha hecho tomar una triste decision... no puedes volver como cuerpo fisico... solo en sueños... Lo siento Jhon. Pero la seguridad de este reino es importante... nos aislaremos del mundo Fisico, no queremos mas intrusiones, no queremos mas perdidas - la voz, conforme seguia hablando se le torno triste y temblorosa, esta llorando

Frunzo el ceño, azotado por la terrible noticia que acabo de recibir. Sueño premonitorio... Innombrable, aquél demonio, sin duda... Y... Mi... ¿Exilio? Se acabó pues... Lo que temía que ocurriese tras largo tiempo alejado de mi hogar se ha dado al fin... No puedo regresar, estoy condenado a una vida en el mundo mortal... Y, sin embargo, acepto estoicamente la decisión de mi Reina. Asiento amargamente, con los ojos cerrados, sin levantarme.

-Entiendo y acepto vuestra decisión, Mi Reina... Como Mago Real mi único y verdadero cometido fue siempre velar por la seguridad de Faêrie... Desde hace tiempo, como bien sabéis, me ha sido imposible tal cosa... Ahora, al menos, con mi exilio mantendré nuestro mundo a salvo... No elevo queja alguna, no tengo objeción... Sea como decís y que sirva, al menos, para que vos y vuestros súbditos continuéis siendo eternos... Como los mismos sueños... Y, con todo, os aseguro, mi reina, que mientras viva en el mundo mortal no haré más que buscar el modo de acabar con ése ser que tanto miedo provoca en nuestros corazones... Tal será mi cometido...

Te despiertas tendido en una verde pradera. Cuando abres los ojos, te parece ver en el cielo azul a toda la corte despidiendote entre lagrimas.

Tus manos estan encadenadas y tu cuerpo sanado; pero sigues notando un fuerte dolor en el pecho y un extraño cuerpo en el.