Partida Rol por web

Cuando el paisaje se aclaró, los dos jóvenes parecían haber dejado de vomitar, pero sus rostros eran pálidos y su cuerpo lánguido por haber expulsado todo aquello que podía nutrir su interior.

La voz de Shinta se alzó como siempre, ruidosa desde el micrófono y con su característica sonrisa.

- ¡HOLA HOLA HOLA A TODOS! ¡ESTAMOS DE VUELTA! - el público parecía compartir la alegría del grandullón, pues aplaudían con bastante entusiasmo.

- ESTA COMPETENCIA SIGUE TAN INTERESANTE COMO SIEMPRE Y AHORA, TENDREMOS UN CONCURSO QUE TRAERÁ A FLOTE TODO EL DRAMA DEL CORAZÓN DE NUESTROS PARTICIPANTES - el público aplaudía efusivamente mientras un letrero gigante se desplegaba frente a sus ojos colgando de quién sabe dónde.

- ¡EL DIRECTOR KOICHI! JAJAJA - el público repetía el nombre junto con Shinta mientras que el hombre parecía realmente feliz de poder hablar y le alzó el pulgar a Azazel, aunque este mostró poco interés como siempre.

- PARA ESTA COMPETENCIA, TODO EL EQUIPO DEBE PARTICIPAR. DEBERÁN RECREAR LA ESCENA DE UN CLÁSICO INFANTIL Y LOS JUECES DECIDIREMOS CUÁL ES LA MEJOR JAJAJAJA. PUEDEN ELEGIRLA Y REPARTIR LOS PAPELES. ¡QUE GANE EL MEJOR EQUIPO! -.

Shiori estaba dispuesta a continuar con la ventaja que había en su plano para ganarles a esos guerreros raros y la voz estruendosa del juez corpulento ya le estaba hastiando bastante. ¿Qué necedad había en gritar si tenía un *censura_chan* micrófono? Y viendo que faltaba movimiento en su equipo, se plantó frente a todos y habló en tono serio.

-Bueno, creo que lo idóneo sería interpretar una escena del cuento "Taketori Monogatari (El cuento del cortador de bambú)". ¿La conocen? Podríamos poner a Mei-san y a Reyner-san como los padres, a Mukuro-san...-volteó a todas partes hasta que vio al ojiverde como una especie de fantasma raro que estaba y a la vez no-... no contemos con él. Umimori-san como Kaguya; mi hermano como el emperador y Yari y yo como guardias. Podríamos representar el momento en el que Kaguya irá a la Luna y los habitantes de éste se la llevan-se agachó y de la nada sacó unas hojas que contenían el cuento y se los repartió a cada uno para que lo fuesen leyendo-. ¿Están de acuerdo? 

La pobre inglesa aún no superaba el hecho de que fuese la peor cocinera de su universo. A pesar de que se encontraban en otro escenario y debían presentar una obra, su voluntad estaba mermada y solo se le podía ver sentada abrazando sus rodillas con una sombra negra, una especie de miasma que la rodeaba mientras susurraba cosas en inglés.

No se mostró animada en declarar qué cuento actuar, pues se ofuscó en su depresión y ansiedad por lo anterior. 

Samuru aún eructaba. Ya no quedaba nada en su interior, solo aire. Se movía por obra y gracia de los Mahous. Pero eso no lo detenía. Tenía otro motor; un generador de energía implacable: el poder del amor. Aunque su corazón, luego de aquella corta ilusión (y posteriormente desilución), que luego de ser destruida volvió a flote, se había endurecido un poco. Pero solo un poco.

Dio un paso al frente al escuchar la idea de su hermana, asintiendo, con las pocas energías que tenía.

—¿Por qué Yari y tú deben ser los guardias? —preguntó, tapando su boca ante otro eructo— Entiendo. Los guardias se escapan a mitad de la noche para tener fantasías de adultos. Eres... muy inteligente. Me gusta tu iniciativa, Shiori. Estás aprendiendo. Eres toda una mujer.

Yari aún estaba ruborizado por todo lo que había sucedido en la anterior competencia, aunque se encontraba notablemente más calmado. Estuvo de acuerdo con el plan de su novia princesa; más el comentario de Samuru le hizo avergonzarse una vez más.

—No había pensado en eso. Tienes razón, Samuru-senpai —concordó Yari, cayendo en profunda meditación—. Es un rol versátil que te permite esfumarte disimuladamente. No sabía que... Shiori era ese tipo de chicas —la miró de reojo—. Aunque eso es genial.

—Practiquemos un poco. Dime "Cariño" —decía Sora a Kobayashi, luego de escuchar el plan de Shiori. Tenía una sonrisa pícara en el rostro, se estaba divirtiendo—. Me gusta el pescado frito y la leche de fresas. Es importante que lo recuerdes para una mejor representación. Debe verse natural.

Kobayashi ignoraba a Sora deliberadamente, mientras halaba a Shiori de la manga.

—¿Por qué tengo que ser yo la mamá? ¿Por qué no puedes ser tú la mamá, y Yari el papá? ¿O Samuru-senpai y Umimori-san? —protestó Kobayashi, sin expresar realmente protesta— ¿Es alguna especie de conspiración? Ya tienen parejas formadas. ¿Quieren emparejarme con Reyner-san? La verdad no es mi tipo. Los prefiero de ese estilo —señaló a Shinta por un momento, y luego soltó un bufido, apenas perceptible—. Es una broma.

¡Sin expresar nada sus bromas parecen bastante reales!

Jaycee dejó que los de la otra dimensión prepararan su obra, después de todo él ya tenia en mente la de ellos. Se acercó con calma a Katherine y le ofreció la mano.

- ¿recuerdas nuestra tradición familiar? Podríamos interpretarla... Tenemos a Edward para hacer de padre, y tenemos sitio para el narrador, las urracas, y encargado de luz y sonido.

Ensimismada aún, Katherine continuaba con el tormento de su existencia cuando escuchó que Jaycee le hablaba para realizar la prueba que les habían impuesto esta vez. 

-¿Tradición?-preguntó con sus ojitos brillosos de lágrimas y enfocó su vista en la mano que le tendían-. ¿No debo cocinar, verdad?-extendió sus dedos temblorosos hacia los de él y al entrelazarlos, se levantó y se limpió su cara con la otra mano libre-. Está bien...-expresó en un tono agudo similar al de una niña que lloraba con un puchero-. ¿Qué escena haremos? 

Edward miró a Jaycee con sospecha cuando este habló sin entender muy bien a qué se refería.

- Creo que tendrás que explicarlo un poco más, lagartija. No entiendo nada de lo que dices - se giró hacia el chico, pero no se levantaba aún. Parecía agotado después de la muestra que había hecho junto a Samuru, así que solo se limitó a observar aún sentado en el suelo.

- Y no, no cocinarás, little sis. Así no moriremos en el intento - bufó claramente divertido por la broma, a sabiendas del sufrimiento que la pobre Katherine sentiría, pero era el momento perfecto para burlarse de ella y, lo mejor, es que él no había sido quien había dicho algo al respecto.

Cuando se dictaminó la prueba, la tímida Sayaka buscó dónde esconderse, pero no había ningún lugar que mostrara esa posibilidad, así que se escondió como mejor pudo detrás de Kobayashi. Entonces, su amiga mencionó que su tipo era el presentador musculoso y escandaloso. Lo miró confundida y luego ella dijo que era una broma. ¿En serio era una broma? Fingió reír para celebrar lo que había dicho su amiga, o al menos intentarlo.

Entonces, Shiori mencionó lo que harían y el rostro de Sayaka se tornó completamente rojo - ¿Di-dijiste yo como p-p-princesa? - sus piernas temblaban y cuando escuchó lo dicho por Samuru y Yari suspiró. Miró a Samuru y le dijo - Supongo que lo dice porque en el cuento, el emperador se enamora de la princesa Kaguya - sonrió amablemente al chico y luego se giró hacia Kobayashi - Y puede que Sora-san sea extraño, pero al menos es lo suficientemente dramático - rió y se giró hacia Shiori una vez más.

- ¿De-de verdad podré hacerlo? - mencionaba bastante nerviosa.

Shiro miró a Jaycee con duda en sus ojos - ¿Entonces de qué se trata? Estoy con Edward en eso, no conocemos nada de eso. Yo digo que podríamos interpretar algo como... Como... - claramente, ella no había sido criada como humana, así que no se le ocurría nada.

Sudó tratando de recordar y por más que pensó en ello, no pudo llegar a nada. Se rascó el cuello y dijo con una sonrisa incómoda - De acuerdo, haremos lo que Jaycee propone, pero tendrás que explicarlo - rió y suspiró algo resignada.

¿De qué servía ser un ser milenario si no conoces ese tipo de cosas?

Al ver que el chico con el que había estado hablando parecía irse a participar, se levantó algo resignado y con un suspiro perezoso, se paró y se dirigió al grupo - Si es el caso, me pido la urraca. No quiero hacer gran cosa - sus manos por detrás de su cabeza y con expresión seria.

Jaycee fue por papel y bolígrafo. Y comenzó a escribir, puesto que los del otro equipo parecían ir a ser primeros, tenía tiempo de escribirlo. Igual era una historia corta, por lo que fue explicando a quienes no la conocían la historia del tanabata...

Shiori levantó el pulgar para darle ánimos a Sayaka. Si le había propuesto que ella fuese la princesa era por su belleza natural que podría cautivar a los jueces.... y porque ella y Mei no tendrían el carisma para un papel como ese. No pareció reaccionar a los comentarios pervertidos de su hermano y Yari, pero le puso una mano en la cabeza de su amiga kitsune para darle ánimos y río un poco con su broma, el cual había entendido a la primera porque conocía a la chica... O al menos en apariencia se podía interpretar esa risa... tal vez ocultaba algo que no quería demostrar aún.

En lo que los demás ensayaban sus escenas, la joven se le veía perderse a ratos trayendo telas y objetos variados; cuando ocupaba traer algo pesado jaloneaba a Samuru y a Yari del cuello de sus prendas arrastrándolos para después ir llegando con lámparas o tapiz que fungiría como suelo. ¿De dónde sacaba todo lo necesario? Ella no respondía si alguien hacía preguntas alusivas a ello, totalmente concentrada en su labor como.... lo que sea que fuese.

Y el tiempo que a ti, lector hermoso, te tomó leer esto, la pelinegra ya tenía un escenario donde el fondo era negro con puntos blancos para simbolizar el cielo nocturno, una luna pintada de tintes plateados para emular al satélite y los trajes de cada uno: Reyner y Mei con trajes tradiciones de campesinos de color arena, Sayaka con un kimono elegante de tono blanco con rosa, Samuru con un traje de rojo y dorado resaltando aún más su porte de heredero y a Yari y a la sacerdotisa con armaduras oscuras que, por ironías de la vida, el traje de Shiori parecía sacado de un MMORPG donde las prendas femeninas estaban hechos para resaltar figura en vez de ser una representación más realista. Shiori juraba que había hecho dos trajes iguales y se mostraba ruborizada al ver que los designios de ese mundo mandaban que siguiese siendo un atuendo ecchi.

-Muy bien. Sayaka-san, estamos en el momento en el que Kaguya debe ir al cielo, aquí debes despedirte de tus padres porque deseas volver con tu familia en la luna, pero solo estarás con Mei quien te consuela  y pide que no te vayas; Samuru, tu llegarás con Reyner ya que él te buscó como su padre para que evites que tu amada se vaya prometiendo hacerle feliz, contigo detrás estaremos Yari y yo para custodiarte. Cuando todos estemos en escena la luna brillará porque le puse luces led automáticas y Yari y yo, con nuestras armas falsas, las dejaremos caer porque perderemos voluntad de pelear; Sayaka se despide de Reyner y Mei y al final de Samuru dándole esta carta-tiende un sobre  a la sirena para que lo tome-. Entonces te desvaneces detrás de las cortinas indicando que te fuiste, los "padres" se  ponen a llorar y Samuru, nos das la carta a Yari y a mi mientras la quemamos y dices que esperas que todos tus sentimientos lleguen hasta la luna. ¿Entendieron? 

La broma de Edward fue un dedo en su herida, por lo que Katherine apretó sus labios con fuerza y al final, a punto de explotar por lo que parecía una frustración contenida, la joven caminó hacia su hermano y soltó un golpe... solo uno, pero fue tan débil que ni parecía que el chico lo hubiese sentido.

-Y si vuelves a decir algo así lo haré de nuevo-amenazó... en un fútil intento que lejos de sonar agresivo, era como si la inglesa fuese una niña berreando porque algo no salió como ella quisiera. 

Guardó silencio mientras Jaycee explicaba la historia y  mientras lo hacía, la pelinegra hizo lo mismo que la demoniza-directora aprovechando que ambas son llevadas por la misma jugadora que carece de ideas originales yendo por cosas para ir personalizando a los demás. Daba por hecho que su novio dirigiría a escena, así que ella no aportó nada más que la vestidura que podría caracterizar cada uno. 

Sayaka asiente a lo dicho por la chica y suspira - Hagamos nuestro mejor esfuerzo - sonrió y se fue a cambiar. ¿De dónde había sacado el traje? Quién sabe. Sin embargo, había salido con un hermoso traje de la princesa Kaguya y se había posicionado bajo un reflector, el cual se encendió solo y Kobayashi estaba detrás suyo ya vestida. ¿Cómo se había cambiado la kitsune? Magia del cine, la única explicación posible.

Hizo una pose de tristeza y comenzó - Otou-san, Okaa-san. En realidad vengo de la luna y d-debo volver allí. Pronto vendrán por mí. Los amo, pero debo irme - hizo un gesto de tristeza. Sus expresiones faciales eran buenas, pero su nerviosismo era otra historia.

Hasta peluca tuvo que buscar porque su cabello no es tan largo.

Edward observó a Katherine, quien se acercaba a ella despacio y cuando menos pensó, la chica le "golpeó". La miró sorprendida y, en venganza, hizo que el cabello de ella cubriera su rostro. Solo para molestarla un poco.

Si la chica se volteaba, Edward fingiría no haber hecho nada. Claro, no es que fuera una actuación magistral porque simplemente no le importaba si se daba cuenta que había sido él. Miró a Jaycee escribir y se quedó esperando.

- ¿Tardas mucho, lagartija? -.

Jaycee comenzó a repartir papeles, igual seguían esperado que el equipo opuesto acabaran su representación, otro bonito clásico. No había mucho más que hacer, la suerte estaba echada.

Samuru y los demás asintieron, yéndose a cambiar rápidamente. Al poco tiempo volvieron al lugar, vestidos con sus respectivos trajes. Samuru era el que más tenía el pecho lleno de orgullo.

El pelinegro extendió una mano hacia Sayaka, de forma dramática; demasiado dramática.

—¡Kaguya, espera! —exclamó— ¡Quédate con nosotros, conmigo! Yo... te haré feliz, acá, en la tierra —los ojos de Samuru se humedecieron, mientras caía de rodillas, dando unos dramáticos golpes al suelo—... y si no estás conforme con ello... ¡Entonces llévame contigo! Sino... me lanzaré del edificio más alto que encuentre.

Yari abrió bastante los ojos, dejando caer su arma, pero no precisamente porque estuviese guionado así en la escena, sino porque Samuru se había ido completamente de onda.