Partida Rol por web

Hijos de Fenris

La Puerta de Morkai

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17/02/2014, 19:17
Gunnar, hijo de Thorvald el Gris

El periplo había sido extenuante. Después del "festín" con las dos magníficas piezas que constituían los dos lobos de Fenris, el mundo les hizo volver bruscamente a la realidad: poca agua y nimia nutrición, ..., apenas unas duras raíces, de dudosas propiedades nutritivas, y alguna perdida rata que pocas proteínas podía aportar. Quizá si no hubiesen bebido del Cáliz de Wulfen, con casi toda probabilidad hubiesen fenecido en las agrestes, inhumanas y peligrosas tierras de Fenris. Incluso en momentos críticos, funestos pensamientos caníbales planearon por sus lados más oscuros e instintivos de sus mentes. Pero resistieron, no sin que su moral resultase seriamente afectada, incluso Gunnar, caracterizado por aparentemente no perder la esperanza. Llegaron extenuados con la vista perdida en ningún punto. Incapaces de fijarla en algo.

Gunnar sintió que desfallecía, que se derrumbaba en la fría piedra que parecía ser la antesala de su destino. De verdad habían llegado? La pregunta pareció formarse en su mente, apartando de un manotazo el sentimiento de alegría por haber conseguido realizar tan ardua tarea. Y si sólo lo creían de que habían llegado? Y si sólo había sido una especie de ilusión?, producto del insoportable cansancio, tanto físico como mental, al que estaban expuestos. Gunnar desechó dichos pensamientos. No podía creérselos, ya que la alternativa sería funesta.

Sus resuellos parecían fundirse todos en uno. Eran fuertes, quizá debido a su nueva condición. Duraban, incluso parecía que pasaban los minutos y no amainaban en intensidad. Gunnar intentó mover la cabeza para observar a algún hermano de la Garra, pero sus ínfimas fuerzas estaban concentradas en poder respirar, y no se pudo mover ni un ápice. Estaban allí tirados, a merced de lo que pudiese ocurrir.

Y lo que ocurrió fue el rugido, ya familiar, de un pájaro de acero. Pero venía a rescatarlos? O se iba porque habían llegado tarde? Gunnar perdía la noción de la realidad, y el cansancio parecía ganar el pulso a las pocas fuerzas conscientes que le restaban. No puede ser que nos abandonen ahora, ..., después de haberlo conseguido! Gunnar quería aferrarse a la idea de que lo habían realizado, pero la negrura pugnaba con sus últimas fuerzas por hacerse con el control de la consciencia del forzudo Puño de Trueno. No puede ser ... Gunnar quiso articular las palabras, pero sólo se quedó en un pensamiento. La oscuridad de la inconsciencia ganaba irremediablemente terreno y Gunnar carecía de fuerzas para combatirla ....

Notas de juego

Post de rotor .....

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17/02/2014, 21:32
Marnus Lobo de hierro

¡¡Dioses!!... psss... ¡¡Putos dioses!!

Tras pasar la noche como pudieron unos acurrucados sobre otros, y cubiertos por las destrozadas pieles de los lobos de Fenris abatidos, Marnus despertó con cierta calma en su ser, pero sabía que aquella tranquilidad se esfumaría más rápido de lo que cabía esperar... Y así fue...

La hambruna, el agotamiento y el frío que sintió en esta parte del viaje, en el cual transitaban a lo largo de un mustio desierto de roca gris congelada, no tenía parangón con ninguna de las experiencias vividas. Resultaba difícil continuar caminado en aquel páramo desamparado y propenso a la muerte, ain nada que llevarse a la boca y sintiendo como el alma se helaba a cada paso de los escabrosos senderos. 

Ratas y raíces... -¡¡Sin duda manjares de dioses!!- pensó el cazador de pelo como la miel, mientras su olfato le gastaba malas pasadas. En aquel punto de la travesía, las ideaciones, el apurado instinto de supervivencia se convertía en un enemigo más, pues a cada paso la bestia encerrada bajo su carcasa mortal, aullaba con ganas de huír y acabar con todo y todos... pero... si él pensaba eso... sus hermanos de Garra también.

Renqueantes continuaron caminando. Soportando sin palabras y como autómatas abandonados en mitad de la nada, todas las inclemencias que el maldito Russ y puto Fenris, se dignaron a vomitar sobre ellos. Ya no eran una falange perfecta. Ya no estaban uno al lado del otro... la respiración cada vez se hacía más dificultosa y crepitante, y ya hacía rato que no era raro esputar sangre fría por la boca. A cada paso, costaba más pensar, costaba más oír los latidos del proipio corazón, costaba más mantener la esperanza de que llegarían a algún lado.

- ¡¿Estaban en Fenris?! ¡¡O habían sido abandonados en una roca completamente congelada!!- La imagen de los ancianos riéndose de ellos se formó en la mente de Marnus, y éste no dudó en rugir mostrando sus colmillos cortos y finos de cachorro...

De repente, cayó al suelo... Ya no podía más... Allí moriría sin pena ni gloria, pues le resultaba imposible dar un paso mas, pero cuando alzó sus ojos azules hacia el horizonte, la escarpada montaña del Colmillo asomó ante él... No supo cómo, pero cuando quiso darse cuenta, sus piernas sobrehumanas corrían con los últimos reductos de energía que poseía su ser. Corría como una bestia moribunda que huye de sus cazadores, sin importarle nada más que llegar hasta aquello que su corazón le auguraba que sería su hogar. A medida que corría, pudo ver el rostro de su padre, de su hermano, de Helga su primer amor, de Haakon "Hijo de Oso" e incluso de Yorvik el arponero. Todos lo alentaban para que sus piernas no desfallecieran, pues sus ojos casi glaucos y sin vida, eran incapaces de ver a dónde se dirigía, y sus oídos hacía tiempo que se habían silenciado.

Corría y corría, sin saber ni tan siquiera si sus hermanos lo seguían o hacía horas que habían perecido, pero finalmente llegó hasta la falda descomunal del Colmillo, y cayó derrumbado mientras el brillo de un pájaro de metal, cruzaba los collados de los gigantes pétreos que rodeaban a la moribunda Garra.

Notas de juego

Minipost

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17/02/2014, 22:53
Ulf Melenablanca

"Parece que soy la zorra de los dioses. Creen que pueden sodomizarme en combate? Estoy harto de que me nieguen la satisfacción de conceder la muerte a mis enemigos......  "

-Maldita sea mi estampa!!!!!! Estoy harto, HARTO!!!!!!!! El día que consiga matar a alguien, será de aburrimiento!!!!!!!!

Ulf recogió su puñal del suelo y limpió el barro en su capa. Aquello fue lo más viscoso que había tocado su puñal. El barro. No era capaz de inflingir daños mortales a sus enemigos, a diferencia del resto de la garra. Comenzaba a dudar de que él fuese merecedor de aquella situación. Sus hermanos eran capaces de todo, y el joven guerrero comenzaba a pensar que quizá no habría estado mal sucumbir al brebaje del cáliz, ya que notaba que sin su ayuda, la garra funcionaba igual.

Apesadumbrado, apenas probó la carne de lobo, ya que solo podía pensar en su fracaso como guerrero. Tampoco durmió. Se sentó cerca del grupo y oteó el cielo, lleno de estrellas. Se preguntó si su padre Russ estaría observándole allá donde estuviese. Por su bien esperaba que no, pues solo vería la lástima que era capaz de dar. Pasó toda la noche en vela, sumido en sus pensamientos.

A la mañana siguiente, cuando se despertó el resto, emprendieron la marcha nuevamente. El camino que tomaron hacía su destino, no mejoraba su ánimo en absoluto. Era una tierra marchita, fea e insalubre que no merecía pertenecer a Fenris. El hambre le atormentaba por momentos, ya que ahora aquella carne de lobo, la veía con otros ojos. Maldecía no haber comido como sus hermanos, y maldecía aquellas asquerosas ratas. Difíciles de cazar y asquerosas como yantar. Fenris comenzaba a endurecerse para Ulf. Comenzaba a tener serias dudas de que consiguiese vencer al páramo.

Los días pasaban, y el hambre se volvía cada vez más aguda, hasta el punto de ver a sus propios hermanos como alimento. Pero no era solo él. Veía al resto de sus hermanos como le miraban, y como se miraban entre ellos. Era una situación dantesca. Esperaba no llegar a ese extremo.

-MIS PROPIOS HERMANOS!!!!!!!!!!!!! Pero que me pasa? O Russ por favor, no permitas que caigamos en la más baja de las atrocidades que es capaz de cometer un ser humano. 

Aquello iba de mal en peor. Se separaron para evitar tentaciones de las que luego se arrepentirían. Se observaban, esperando el momento fatídico en el que el hambre, como una avalancha de nieve, superara el sentido común y acometiese contra su hermano más cercano. Intentaba llenar su cabeza con pensamientos, pero poco podía pensar. Una y otra vez, sus pensamientos se desvanecían debido a un retortijón o una mirada furtiva de uno de sus hermanos.

Y por fin llegó el último día. El joven guerrero trastabillaba mientras se movía lastimosamente. Buscaba algo que llevarse a la boca para engañar al estomago,cuando de repente escuchó a uno de sus hermanos gritar unas palabras que no consiguió oir debido al aire gélido que corría por el valle. Se giró hacia donde acababa de oir la voz, y vio como sus hermanos señalaban al frente y comenzaban a correr. 

Giró el cuello en aquella dirección, y vio lo que sus hermanos. Una risa histérica comenzó a apoderarse de él:

-JA.....JAJA.......JAJAJAJA........JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ!!!!!!Es.......es...........

Su garganta no podía articular palabras. La congoja se apoderó de él. Unas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, y sus mejillas, ahora secas y agrietadas por el frío, se humedecieron levemente antes de que las lágrimas se congelasen. Una nueva vida como guerrero le esperaba en aquella montaña. Una vida que esperaba fuese algo mejor que aquellos últimos meses, en los cuales, más que un guerrero, había sido un bufón.

Sus miembros comenzaron a entrar en calor solo de pensar en los grandes banquetes que les habrían preparado, las pieles que calentarían sus miembros y las mullidas camas de las que dispondrían para dormir.

Casi sin darse cuenta, sus piernas comenzaron a caminar cada vez más rápido, embargado por la emoción del momento.

Poco a poco aceleró el paso, y cuando quiso darse cuenta, saltaba por el valle junto a sus hermanos en dirección al colmillo, gritando y aullando. Como una auténtica manada de lobos. Su familia.

Y en esos últimos momentos en la estepa lo comprendió. Durante todo ese tiempo que llevaban juntos, habían sido hermanos. Con sus altibajos entre ellos, como en todas las familias, pero todos iban a una. Ninguno le había juzgado. Ninguno le había echado en cara su falta de eficacia. Ninguno demostraba que era superior a otro. Todos sabían como eran todos, que carencias tenían todos, y que virtudes poseían. 

Corrieron y saltaron, y brincaron, y cayeron, y se volvieron a levantar. Y rieron. Sobretodo rieron. Volvió a sentirse como un niño jugando en la nieve mientras su madre preparaba la cena. Los muros del colmillo se iban haciendo cada vez más imponentes ante ellos, pero no aminoraban la marcha. Era como si su vida dependiera de ello. 

Por fin, llegaron a la base de los muros, y la fatiga se apoderó de Ulf. Tal y como llegó a la base del Colmillo, tropezó con una piedra que sobresalía de entre la nieve, y cayó de bruces. Y allí se quedó. Tendido boca abajo. Jadeando y riendo, con el pecho que le ardía como si una hoguera alimentada por leños, ardiera en él. Poco a poco notó que el cansancio se apoderaba de él y fue cerrando los ojos.

-Jajajajajajajajajajajajajaja lo hemos conseguido. Lo hemos conseguido. Lo hemos con.....se......gui.............

Notas de juego

Mini post. XDDDDDDDDDD

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19/02/2014, 10:32
Grimm Mandíbula de Troll

La crudeza de la marcha hasta el colmillo había minado el físico de la garra y, lo que más le dolía al skald como fracaso propio, destrozado la moral del grupo. Durante días deambularon como muertos en vida, sin hablarse, sin acercarse unos a otros, simplemente sobreviviendo. Grimm intentó en muchas ocasiones cantar o relatar gestas que alzaran el coraje de la garra para evitar sucumbir en aquel maldito infierno invernal, pero en ninguna ocasión encontró las palabras ni melodías que le dieran fuerzas ni siquiera para poder pronunciarlas. Aun estando acabados no se rendirían, muchas penurias habían pasado para llegar hasta aquí y ninguno osaría renunciar a la victoria. Sus cuerpos se movían por inercia y sus mentes habían dejado de funcionar para así evitar caer en la desidia, el agotamiento y la hambruna. No debían caer aun, no querían rendirse, pero Fenris era un oponente exigente y supremo.

Todos sin excepción y sin siquiera replanteárselo corrieron agotando las pocas reservas energéticas que ya no poseían al ver la meta, su objetivo. Corrieron aullando y olvidando que sus maltrechos cuerpos no lo aguantarían, pero sus espíritus sedientos de victoria les empujaban a darlo todo.

Grimm al igual que toda la garra se desplomó a los pies de la roca, cayó fulminado sin saber si lo habían logrado, pero ya no quedaban fuerzas en su enorme y pesado cuerpo. Oyó el rugido de los motores de la bestia de acero y en su desfallecimiento sonrió. No sabía si lo habían logrado o habían muerto en el intento, pero lo que si estaba seguro es de que por fin todo este martirio había acabado.

Débilmente aferró un puñado de nieve o tierra (no era capaz de distinguirlo), no pudo abrir los ojos ni su boca, pero por fin encontró la melodía que llevaba tiempo buscando. Cantó con fuerza para sus adentros, nadie podría escucharlo, pero estaba seguro de todos notarían el calor y el sentimiento de la victoria o simplemente del final.

Notas de juego

han vuelto a cambiar la manera de insertar videos del youtube osea que asi lo dejo

la canción es un poco moñas, pero va de un marinero que muere (capitán Jacques Cousteau en concreto) y lo que transmite es lo que siente Grimm en este momento de incertidumbre entre la victoria o la muerte

http://youtu.be/DHMTHtOfu6A

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19/02/2014, 18:57
Sigmund Chuelson El Viejo

La victoria fue para ellos. La gloria y honor de acabar con los enemigos más temibles de Fenris era enorme, como enorme fue el banquete que se dieron los famélicos vencedores. Los otrora actos de deshonra por los honorables caídos se convirtieron en lucha por la supervivencia y muestras de los bajos instintos. Comieron a reventar y con la piel de los lobos a modo de manta durmieron la post pandria calientes y saciados.

En los días siguientes Sigmund descubrió que no habían vencido a los enemigos más poderosos del helado planeta. Dentro de él había un animal, y con la ausencia de sustento las muestras de su presencia cada vez eran mayores. Se imaginó enormes trozos de carne, tendón y músculo caminando junto a él, y se descubrió salivando mientras miraba a sus hermanos. Si alguno moría a causa del frío, del cansancio o del hambre su destino estaba sellado. Y llegó a la conclusión que no era el único que pensaba así. El enemigo iba dentro de ellos mismos.

El sombrío pensamiento le insufló fuerzas para continuar. No sería el primero en caer. Sus esfuerzos se centraron en mantenerse con vida y a salvo de aquellas bestias que viajaban con él. Descubrió alguna mirada anhelante que era contestada con otra de desafío. Solamente haría falta un gesto y el desastre se desataría. Por ello caminaban dispersos, con los ojos en el camino. Dormían con un ojo abierto, pendientes de la más mínima señal de que alguno hubiera perdido el control.

Llevaron sus fuerzas al límite. Se encomendó a los dioses y se preparó para lo inevitable. La lucha fraticida por la supervivencia. Consciente de que aquello podía acabar mal agarró con fuerza la daga. No sería el primero en caer.

Pero cuando todo ya estaba perdido una visión hizo desaparecer los malos sentimientos como el aire al humo, y la alegría de haber llegado al destino deseado arrinconó a la bestia que tenía dentro. Pero algo le llamó la atención... No se arrepentía de haber tenido aquellos funestos pensamientos sobre sus hermanos, consideraba que así eran las cosas, y así se debían aceptar. Un tácito pacto surgió entre los miembros de la garra, el bien común por encima del bien individual... Si uno caía el resto se alimentaría, por el bien de la manada en un postrero acto de generosidad para con el grupo.....

JAJAJAJAJA CUANDO ME COMÁIS, EMPEZAD POR LOS HUEVOS QUE ES LO QUE TENGO MÁS GRANDE!!!! JAJAJAJAJA

Y corrió como alma que lleva el diablo. Riendo como un poseso. Hasta reventar. Hasta perder la conciencia. Seguro de que ya había pasado el peligro. Seguro de que la última prueba había acabado. Rezó a los dioses por no volver a estar en aquellas tesituras. Y por fin se desmayó.....

Notas de juego

Chapando que es gerundio

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20/02/2014, 09:52
Björn Jormungandr

La comida sienta bien al joven guerrero. Nota como su cuerpo recupera parte de las energías que habían mermado. Necesitará mucha más si quiere acabar el viaje en condiciones. Las chanzas ese día son necesarias. Una vez el estómago lleno, comienzan a bromear entre ellos. Y a reír. Todos saben que puede que sea la última vez en muchos días. Y que alguno podría no acabar el camino. Mientras se sientan a charlar, Björn recoge algunos tendones de las bestias  y un palo , para hacerse una lanza con la daga. No ceja en su empeño hasta que está firmemente enganchada. A mejores armas, mayores posibilidades de triunfo.

Los días se suceden  y las pruebas de supervivencia aumentan. Montañas que escalar con las manos desnudas. Precipicios que aparecen entre las brumas como por arte de magia. Y sobre todo esto, el hambre. Algo casi insoportable. Un peso sobre el alma que parece querer devorar su propia humanidad desde dentro.

Por las noches el frio penetra en sus cuerpos y no les deja dormir, dejando las articulaciones rígidas y doloridas. Pero dormir tampoco es mejor.  Los sueños y las pesadillas se suceden. En algunas de ellas es el lobo. Y corre por los mismos caminos que han recorrido ese mismo día. La facilidad con la que la bestia avanza por los parajes que a ellos tanto les ha costado duele. En ocasiones el lobo llega al propio campamento, donde olfatea comida. El lobo ataca amparado en la noche. Y come. La sangre cae desde las fauces de la criatura, que mira a un desconcertado Björn a la cara. Mientras su propio corazón deja de latir entre los dientes del lobo…

Y así día tras día. En ocasiones, las mejores, ni tan siquiera sueña. ¿O está siempre soñando? Ni lo sabe ni le importa a estas alturas. Solo el hambre pasa a través de la capa de irrealidad que lo rodea todo. Y la garra se separa, conscientes de la debilidad que les acosa y que puede acabar en canibalismo… Solo un poco más..  Solo un poco más…

El colmillo, EL colmillo –Canta en otro sueño uno de sus hermanos. ¿Sueño? No, pues todos han comenzado a correr como locos. El joven levanta su cabeza para ver, a lo lejos, la imponente figura de la fortaleza de los lobos espaciales. Su casa.

Sus débiles piernas comienzan a correr tras los  otros. Tienen que llegar. Sea como sea , cueste lo que cueste. Y una energía que estaba almacenada no sabe dónde acude en su ayuda, dándole fuerza allí donde solo quedaba debilidad.

En la falda de la montaña, llegando a las puertas de entrada de la descomunal fortaleza,  caen uno tras otro exhaustos. Allí los ruidos de las máquinas que se acercan los hacen reír y llorar a la vez, hasta caer finalmente en el sueño reparador que tanto necesitan.

Lo ha logrado.

Notas de juego

Hecho!!!!

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20/02/2014, 22:34
Thorberg El Último

Pasaron los días en las yermas y heladas montañas, y la hambruna hacía mella en el grupo. Los escuálidos lobos que se habían  cenado hacía ya unos días parecían un copioso banquete en el recuerdo. Ahora, estaban obligados a alimentarse de raíces roñosas y de pestilentes ratas. Eso si había suerte, claro está, porque las hijas de puta vendían cara su carne, y cada intento por cazar una obligaba a gastar más fuerzas de las que éstas reponían.

Pronto, el hambre se hizo insoportable, y el joven guerrero empezó a percibir un olor peculiar, reconfortante, una llamada a satisfacer sus voraces instintos. Sangre. La sangre de sus hermanos. El hedor se hacía cada vez más fuerte, y el enorme guerrero empezó a separarse del grupo, durante el día haciendo senda, e incluso en la inclemente y helada noche, para escapar al atroz deseo primario.

Sus compañeros debían de encontrarse peleando con sus mismas tribulaciones, pues todo el grupo al completo estaba desperdigado, sin hablar casi durante días. Algo iba a pasar, estaba convencido. Hasta que un día, las voces de sus compañeros le sacaron de sus nubes interiores. Miró a donde señalaban, y allí lo vió: el Colmillo.

Echó a correr, como todos, deseando llegar a su destino, y deseando también que les hubiesen preparado un buen festín como recibimiento. Corrieron y corrieron, acercándose a su ansiado destino, hasta que sucumbieron al cansancio y a las emociones y cayeron al suelo, entre carcajadas y lamentos.

El rugido inconfundible de una máquina voladora los devolvió a la realidad: aún estaban en la fría nieve. Esperaba que ese pájaro metálico fuera a buscarlos, y que llevase en su vientre unos buenos venados asados.

- ¡Venga, pequeños... Que ya lo... hemos conseguido!