Partida Rol por web

Sin ver a nadie más en el local, te cambiaste, cogiste alguna de tus pertenencias y saliste a la calle.

La ciudad llevaba su ritmo matutino, la mayoría de la gente, excepto algún que otro rezagado ya estaba trabajando, el lugar donde había una mayor actividad era en el centro, con sus zonas comerciales, así que cogiste un taxi para desplazarte hasta allí.

Tiendas de perfumería, de ropa, de todo un poco incluido algún centro comercial, también habían bares y restaurantes, la mañana era soleada pero no calurosa.

Lo primero que hice fue ir a una cafeteria a desayunar algo bueno y a leer el periodico pues queria estar informada de lo que sucedia en la ciudad. Unas buenas tortitas, una porcion de pastel de arandanos y un cafe dobre con mucho azucar.

Tras ello pasee por la ciudad hasta un centro comercial en el que aprovecharia para hacer uans compras.

En la ciudad el crimen era un valor en alza, no había semana que no hubiesen asesinatos y así lo reflejaban los periódicos, la semana pasada apareció asesinada ni más ni menos que la hija del alcalde, el alcalde prometió mano dura contra el culpable.

Justo esta misma mañana, antes del amanecer había aparecido un cadáver flotando en el muelle, el muelle se había convertido en todo un clásico para arrojar los cadáveres, la policía no había querido facilitar información al respecto pues ni siquiera se le había practicado la autopsia, lo único que ha transcendido es que se trata del cadáver de una mujer.

Cuando terminaste de desayunar fuiste hasta ese centro comercial, no había mucha gente se podía pasear con tranquilidad, en la planta baja las tiendes de perfumería, joyas y bisutería. Para acceder a las tiendas de ropa había que subir por unas escaleras mecánicas, arriba del todo había un restaurante, ni que decir tiene que por allá donde ibas llamabas la atención de los varones, incluso alguna mujer miró furiosa a su marido cuando se te quedó mirando.

Pasee por las tienda comprando algunas cosas que me apetecian pero realmente lo que queria eraun juguete nuevo o mas bien qeu jugaran conmigo, compre un granizado y comence a pasear en busca de la que esperaba que fuera mi nueva presa.

No muy lejos del centro comercial hay un parque, al menos ahí la gente va con más calma y no tan ajetreada puede ser un buen lugar donde buscar, en un banco un joven de traje y corbata, quizás un ejecutivo o un broker toma su almuerzo al sol mientras lee el periódico ¿Será un buen candidato…?

Ancho de espalda, mandibula marcada, mirada intensa, manos grandes y buen gusto para los trajes... Bingo! Comence andar hacia el con mi bebida en la mano y un libro en la otra, al llegar a su altura tube un pequeño tras pie que hizo que el, yo y mi libro terminaramos un poco mojados.

- Oh! Yo... Lo siento, estaba distrida y... oh! Te manche! Espera tengo algo para limpierte...- Dije apoyando todo en el banco y sacando in clinex del bolso.

El hombre deja de leer el periódico, ya mojado. Te mira enfadado mientras se balancea intentando levantarse para no mojarse, finalmente lo consigue, excepto por sus pantalones, que están mojados, y parte de abajo de la chaqueta. - ¡¿Qu!?... ¿¡Pero que cojones?! ¿¡Es que no tienes cuidado?! ¡Mierda!- Dice mientras busca algún pañuelo para limpiarse el traje, pero desiste a mitad de búsqueda.

La desilusión corre por su expresión. - ¿Y ahora que hago? - Parece empezar a preocuparse.

Mmmm... tiene mal genio... me gusta... - Yo, lo siento de verdad, si quieres entramos dentro y te compro otro traje, este va a necesitar pasar por la tintoreria... y si tenias una reunion no quiero que... - Me mire a mi tambien llena de granizado y me mordi el labio - Si bueno... yo tambien tendria que comprarme algo... - Lo mire directamente a los ojos - En serio dejame compensarte.

El hombre te mira, medio furioso, medio pensativo. - ¡Este traje vale mas de 1.200 $! ¿Crees que tienes suficiente? - Dice incrédulo y aún enfadado. - ¡Si quieres compensarme tendrás que dar algo más! - Al momento, como si se le hubiera ocurrido una idea fugaz, te miró detenidamente.

¡Hum! Quizás sique puedes compensarme... - Sus palabras incitan a un trato en el que la carne, está asegurada.

No se nada con rodeos... Me acerco a el con el pañuelo de paper en la mano y comienzo a pasarselo por la zona mojada despcio, sin perder el contacto visual - Puedo pagarte un traje de mas de mil docientos y depende de lo que quieras puede que tambien pueda compensarte, soy una mujer de recursos... - Le susurro acercandome mas a el y bajando mi mano para secar la zona mas cercana a su entrepierna.

El hombre, nota tu mano y no hace nada. Simplemente sonríe con esa sonrisa que ya habías visto antes. La sonrisa de un hombre que ya ha tenido muchos contactos con todo tipo de mujeres.

De sopetón te agarra la mano con la que le limpiabas y con una sonrisa triunfal y una voz mas tranquila te dice. - ¿Que tal, si tu me compras el traje, yo te compro un vestido, y te vienes conmigo a una reunión importante como acompañante? Ahora mismo... Me vendría bien a una mujer descarada para mis negocios. ¿que dices? - Su expresión y su tono de voz no bromean, y su sonrisa a la vez que lujuriosa y honesta no pueden decir otra cosa.

Y eso si que no me lo esperaba... pero no tenia nada mejor que hacer y aquello prometia al menos ser divertido.

- Esta bien, trato echo... - Le digo cogiendo mis cosas del banco - Traje negro camisa blanco roto conrbata grisperlado - Digo mirnaodlo de arriba abajo, como una estilista profesional mientras avanzo hacia la zona comercial.

El hombre te lleva a una tienda de trajes masculinos de marca. - Bueno empezamos conmigo, quiero saber tu estilo con la ropa masculina. - Comenta, dejandote caer que es como una prueba, aunque no lo sabrías con certeza.

Ser la niña de una cuna rica te da ventaja en ests cosas, comence a mirar trajes y corbatas y tras unos escasos diez minutos sonrei arqueando una ceja me acerque a el y pase mis manos por su cintura y sus hombros. Despues mire al dependiente - Quiero este - dije acercandome al traje - La camisa en color blanco roto una talla 38, la chaqueta una 40 y los pantalones lo mismo, la corbata gris que tiene en el muestrario y esos gemelos - digo señalando una pequeña vitrina.

El hombre termina de vestir su nuevo traje, y le queda realmente bien. Éste se mira al espejo, se coloca de perfil e intenta verse desde todos los ángulos posibles. Luego te dirige una mirada breve aprobadora. - Este bastará. - Después de haber pagado el traje, el mira tus ropas, sigues con parte de tu ropa mojada por el granizado.

Vale, ahora toca ir a buscarte un vestido que te siente bien. ¿Alguna sugerencia? ¿Puedo elegir el vestido por ti? ¿O tienes algún tipo de estilo especial? - Ya no parecía enfadado, mas bien, agradecido.

- Te queda perfecto - Le digo saliendo de la tienda y mirandome a mi cuando comenta lo del vestido, realmente no tenia preferencia mientras no fuera color pastel... - Es una reunion tuya no, tu sabes a donde vamos, tu eliges lo apropiado - Resultari gracioso como fueramos a un local lleno de brookers o ricachones, ver cuantos pagaron una cantidad estrepitosa de dindero por pasar la noche conmigo y ver cuantos no pudieron ni pagar mis servicios.

- Gracias, no lo dudaba – su comentario podía resultar gracioso, pero no sonrió

-  De acuerdo… vamos a esta tienda – entráis a una tienda de moda femenina donde los precios de los trajes son casi astronómicos

Estuvo dando un vistazo mientras tu esperabas, no tardó mucho en volver con un par de vestidos - He pensado que Versace te gustaría – sonrió de medio lado - ¿Qué te parece este o este? – te los coloca justo delante de ti y tu estás de cara a un espejo para que te hagas una idea

- Por cierto, ¿Porque nombre debo llamarte? – te miró de forma curiosa

- Si es una comida el turquesa, si es uan cena el plateado. - Comento mirandolo y mirandome al espejo, depsues pregunt como llamarme y no puedo evitar una sonrisa, cuantas veces he oido esa frase y cuantas respuestas estupidas se me ocurrieron - Arlen, Arlen Smith - Si, le dije la verdad pues hoy en dia no tenia nada que perder, acaso que dijera mi antiguo apellido, el de mis padres, el de la niña rica.