Partida Rol por web

Mis ojos escrutan la aldea desde la lejanía. Me parece increíblemente bonito.

-¿No os parece precioso? Siempre me gustaron las aldeas así-digo con voz soñadora mientras recuerdo con nostalgia mi hogar.

Camino decidido hacia esa aldea con la idea de encontrar al hermano de ese amable señor. Nuestra nueva acompañante camina a nuestro la do y, en cierto modo, siento que siempre formó parte del grupo, aunque puede ser a causa de mi carácter amistoso y alegre.

Desvío mi mirada hacia el cielo que en cualquier momento dejará caer aguas torrenciales.

-Una pena que el tiempo esté tan nublado-digo manteniendo mi acostumbrado carácter sonriente.

 Artin, detenida sobre la colina desde la que han avistado la aldea, levanta una ceja irónica cuando Reithar define el panorama como "bonito", mientras piensa en una docena de lugares que siendo nauseabundos serían más "bonitos" que aquel. 

Pero prefiere no decirlo. Siente que aquella mañana se ha levantado con cierto mal humor, quizá contagiada del sufrimiento que Mircea no duda en expresar de forma elocuente. No duda que su compañero esté realmente enfermo o se sienta mal, pero de algún modo tan abrumadora muestra de sufrimiento la desagrada. Quizá vaya siendo hora de ponerle remedio. 

- Dirijámonos a la posada. - Sugiere, mientras retoma el paso. - Quizá allí encontremos a alguien que pueda aliviar a Mircea de su dolor, y el resto de nosotros también podremos descansar después de tantos días de caminos. Y si en algún lugar alguien podrá decirnos algo de interés, sin duda será allí, ¿no creéis?

 Al entrar en la aldea, los pocos aldeanos que veis están demacrados. Os miran con ojos hundidos y vacíos, y sus ropas son andrajosas y raídas. Camináis hacia la posada mientras os dais cuentas que algunos chavalínes de escuálidos miembros os observan desde las sombras de las casas. 

Al llegar al frente la posada podéis observar un letrero carcomido por los elementos cuelga chirriando encima de la puerta, y en él se ve el dibujo finamente grabado de un caldero lleno de pescado hervido

Las penurias por las que parecen estar pasando los aldeanos no pasan desapercibidas para victoria, quien no puede evitar preguntarse si los aldeanos están tan demacrados fruto de la inanición debida a una racha de mala pesca.

Siguiendo el paso de sus compañeros con una lentitud casi contagiada por el lúgubre ánimo de los pocos aldeanos con los que se cruza, procura fijarse en los aldeanos, tratando de dilucidar si realmente padecen alguna otra enfermedad o mal a parte de la posible inanición.

También busca en el horizonte barcos faenando o bullicio en los muelles que indique si el pueblo continúa con su actividad pesquera habitual o no.

- Menudo montón de estiércol y barro... Murmuró el enano frente a la puerta de la supuesta posada. - He estado en agujeros más acogedores...

Tocándose la pelirroja barba, miró a un lado y al otro, y meneó la cabeza negativamente. Definitivamente, no le entusiasmaba demasiado aquel pueblo. Demasiada agua y poca solida roca. 

- ¿Entramos? Preguntó adelantándose a los demás, para empujar la puerta del local. - Tengo ganas de ver que clase de infecta taberna es esta...

Miro a los pocos habitantes de ese pueblo y la sensación que me dio al ver el pueblo desaparece completamente para dar paso a la lástima.

-Vaya...pobre gente... qué caritas-digo mientras empatizo con ellos.

Gog parece querer entrar a una especie de posada.

-La verdad es que no da muy buena impresión-añado al ver la posada.

"Casi que no querría entrar en ese sitio... ¡Vamos Reithar! Todo sea por ayudar a ese hombre" pienso tratando de controlar la sensación de hastío.

Alaina recoje las pocas monedas que le quedan encima y su par de raciones y se las entrega a la persona ( preferiblemente un infante ) con cara de tener mas hambre.

nuevamente sin monedas ni comida Alaina mira a sus compañeros y pone cara de mosqueo

Que narices mirais? perdi una apuesta.....

Dando monedas ¿estare enferma? la pobreza se pega....

tras eso entra en la posada con sus compañeros sin decir nada mas

 Los niños apenas se atrevían a acercarse a los aventureros pero cuando aquel pequeño cojió las monedas de la picara salto alegre corriendo por el pueblo hasta perderse entre las casas. Todo el grupo miró sorprendido a Alaina, pero prefirieron no hacer ningun comentario y entraron en la posada.

Aquel lugar era una ruina. Lo que antes prometia ser un salon de reunion de marineros y pescadores ahora solo era un espacio vacio lleno de ajados muebles de madera. De las vigas de madera cuelgan aparejos de barcos, lo que contribuye a dar un aspecto aun mas ruinoso al lugar. Al fondo de la sala, hay una pequeña chimenea de piedra, ahora apagada y junto a ella, colgado en la pared un gran ancla negra.

Un hombre mayor, de barba blanca y con un extraño sombrero, al estilo de los pescadores de la zona, se gira al verlos. Desde luego son las unicas personas que han entrado a la taberna en mucho tiempo.

 Vaya por dios, clientes. Llegan siempre cuando menos te lo esperas. Buenas tardes, mi nombre es Jacomb. ¿En que puedo servirles?-dijo haciendo una ligera reverencia con la cabeza a la vez que salia de la barra para recibirlos. 

Apoyándome en la piedad de los compañeros, he venido a darme de bruces con la genuina estampa de mi sufrimiento.

Extrañamente conmovido por el gesto de nuestra pícara, e inútil para el escrutinio, demando con un hilo de voz, y sin regatear, una habitación al barbudo y algún remedio que aquí conozcan para la migraña, o un somnífero que ni las chinches me haga sentir. Aislarme del mundo, la oscuridad, la inconsciencia más perfecta, es todo lo que deseo.

 El hombre se quedó mirando a Mircea con cara de sorpresa. Despues tosio y se acercó al bardo con un taburete, animandole a sentarse.

-No esta usted en condiciones de soportar mi hospitalidad pero supongo que no les queda otro remedio-dijo pensando por un instante- Bien, les dejo las habitaciones a una moneda de plata por cada uno de ustedes, aunque si lo que buscan es comodidad o un remedio para su amigo les aconsejaría alejarse de Costa Tempestuosa. Como sin duda habrán observado no tenemos demasiados recursos...

"Son bondados" pienso cuando veo como habla con Mircea.

-Agradecemos su hospitalidad, amable buen hombre, pero andamos buscando a una persona y tal vez usted podría ayudarnos-le digo amablemente, tratando de sonar cordial y amistoso como hago siempre peor ocultando la nota de lástima que siento por los pocos habitantes de ésta humilde aldea.

Mis ojos escrutan a mis compañeros.

Di mis monedas ?, di mis monedas!!!! , soy tonta....

Alaina sale de sus cavilaciones al oír a sus amigos y decide hablar .

Como puede ser que esta zona sea tan pobre?

 - Es una larga y triste historia. No merece la pena-niega con la cabeza alargando la mano y cogiendo una jarra de la repisa-Toma joven...esto es lo mejor que te puedo ofrecer-dice ofreciendole un vaso de agua a Mircea.

Se que es la pobreza y es muy triste que niños pasen por eso....o niñas sea dicho de paso

Tras mirar su bolsa Alaina se percata de que ya no tiene monedas...otra vez .

Esto chicos alguien puede invitarme a la habitacion y algo de viandas.....no pense en quedarme monedas para mi.

Y aqui no creo que pueda robar a nadie !!!

Es verdad olvide nuestro objetivo.....nececitamos informacion de.... ¿ como se llama ella victoria?

Victoria sale de su ensimismamiento al ser nombrada y observa a Alaina. Sonríe para sí y le contesta con paciencia: 

-"Ella" se llama Cedric, es un orgulloso y noble caballero fácilmente reconocible por su estatura y rubios cabellos. La última vez que le vi era claramente un "él" así que o mucho ha cambiado en estos años o creo que confundís la forma de adjetivarle... - Victoria sonríe a Alaina con cierto cariño y se gira hacia el posadero.

- Salve, buen Jacomb, mi nombre es Victoria. Como bien indicaban mis compañeros, los pasos nos han conducido a esta aldea en pos de un buen hombre, conocido por el nombre de Cedric... ¿No habréis visto por estos lares a alguien que respondiese a tal nombre? Apuesto, rubio y de buena estatura, gustaba de acompañar sus pasos de canciones... - suspira como con añoranza - partió en pos de la dama Liriandra, protagonista de numerosas canciones que sin duda habréis oído... - Dicho esto, la clériga toma una pausa para observar la reacción del posadero ante cualquiera de los nombres mencionados por ella. Pasado un rato, prosigue - Cualquier información fidedigna sobre el paradero de Cedric o sobre Liriandra y su padre, sería bien recompensada por unos aventureros agradecidos.

Gog se mantuvo en silencio mientras sus compañeros hablaban. Sin ningún disimulo miraba el local de arriba a bajo, y realmente no le gustaba lo que veía. Aquello era un antro de mala muerte, y seguramente el mejor licor que tenía la dichosa taberna, estaba aguado en proporciones nada sanas.

Distraídamente ¡, y con el ceño fruncido, el enano buscó las monedas que el posadero le pedía para hospedarse allí. La suya y la de su amiga Alaina.

Con la moneda en la mano, le hizo un gesto a la pícara, y le mostró el metal con una media sonrisa debajo de su espeso bigote rojizo.

 Jacomb empezó a toser antes de sentarse en un taburete frente al grupo.

-No preguntais nada extraño. Liriandra vive con su padre, el mago Delthis en la torre. Respecto a ese tal Cedric del que hablais... me temo que no os podría ayudar en nada. Muchos son los caballeros de porte noble que llegan a las puertas de la torre en busca del amor de la bella Liriandra.-dijo contando las monedas que el grupo iba depositando en la mesa.

-Igual deberíamos ir a hablar con la bella Liriandra,pues puede que ella nos diga dónde localizar a Cadric-comento a mis compañeros mientras saco mi moneda y la pongo sobre la mesa para que la vaya recogiendo ese hombre-. Aunque igual un poco de descanso antes no nos vendría mal-añado mientras me estiro sobre la silla.

Wolf descansa a mis pies tranquilamente, dormitando a ratos y a ratos con los ojos abiertos vigilando el entorno.

 Esto...mi buen elfo... me temo que no puedo darle cobijo a usted y a su...bueno...a su peludo compañero...-dijo asustado reparando en el lobo que había permanecido detras de los aventureros hasta entonces.